08. ¿Es ʙʀᴏᴍᴀ?

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Es una broma, ¿cierto?

—No, no es una broma, al contrario es la mejor idea que una desconocida me ha dado.

Me ofendí.

—Oye no soy una desconocida, soy tu compañera de clases.

—Y futura novia.

—No, eso jamás. No va a suceder.

Ya estaba suplicando.

—Si aceptas a ser mi novia, Harley me dejara en paz, además no serias mi novia de verdad, solo sería  de mentira y hasta que Harley se olvide de mi. Mira el lado positivo, si aceptas ya no haces mis tareas, que son muchas y pídeme lo que quieras, menos cosas se—estaba segura que diría algo que me haría enrojecer así que lo interrumpí.

—¡Iugh! no, ni loca —solté y estaba a punto de abrir la puerta y salir del carro —no quiero ser tu novia ni de mentira, ni de verdad, ni nada. Además no hay necesidad de que sea yo, puedes pedirle eso a otra chica. Además, ¿ya te dije que mentir es malo?.

—Tienes que ser tú. Tienes el perfil indicado, eres la nueva, nadie te conoce, no me conoces, tiene que parecer real aunque no lo sea, solo por un tiempo...Casi todas las chicas admiran a Harley, la respetan y no funcionaria, al instante en que se los propusiera saldrían corriendo a contárselo.

Casi me da pena, pero estaba tratando de manipularme, lo sabía perfectamente.

—No voy a hacer tal cosa.

Encendió el coche y salimos del estacionamiento, regresando a su casa.

—Si acepto no hago tus tareas?

Ay, mierda era tan tentador no hacer sus tareas.

¡No!. Astrid no puedes venderte por un par de tareas. Es tu dignidad. Tu valor como mujer.

Bien. Tengo razón. No aceptaré.

—Haría las tuyas —¡Mierda! ¡Lo aceptaré!—Tampoco es que me agrade mucho la idea, pero ambos saldríamos beneficiados.

—Lo pensaré... Ahora llévame a mi casa.

Le di indicaciones para que llegue sin complicaciones.
Me despedí y me bajé del coche, saqué las llaves de mi bolsillo para abrir la puerta pero mi madre abrió antes.

—¿Él es tu compañero de clases? Es muy guapo. En mis tiempos eran menos bonitos y más tontos —se apoyó en la puerta sonriendo divertida.

—Ajá —me limite a decir.

Subí a mi habitación, buscando distraída mi celular, busqué en todos los bolsillos que habían en mi ropa, pero no estaba. No estaba.

Mi madre me va a matar.

Después de horas y horas buscando mi celular, fallé.  No estaba por ningún lado, ninguno. Bajé a cenar y me encontré con Sebastian, que ya estaba sentado en su sitio y mamá estaba sirviendo la comida que compró a domicilio.

—Hola pequeña, ¿qué tal tu día? —preguntó cuidadosamente —Alice dice que no quieres asistir a los eventos de la escuela, ¿eso es cierto?

Aquí vamos, de nuevo.

—Voy al siguiente, se lo dije.

Mi madre apareció a mi lado, dispuesta a seguir con el mismo tema hasta que cambie de opinión y decida ir.

—Astrid, si vemos que no cambias de opinión y tu actitud sigue como la de antes, te llevaremos de nuevo con un psicólogo, es tu decisión si decides seguir de terca y pensar en lo que sucedió en el pasado —mi madre dijo muy decidida y recalcando la palabra pasado.

Me levanté de la mesa y miré a ambos.  A Sebastian y a mi madre.

—Eres tú la que no olvida lo qué pasó, no dejas de mencionarlo en cada momento en el que puedes, no me dejas olvidarlo, ¿quieres que salga? —pregunté harta —perfecto lo haré si es que tanto te importa entonces lo haré, pero déjame en paz.

Volví a mi habitación y me encerré con pestillo, entré al baño y mire mi reflejo en el espejo.

Lo superé. Claro que lo hice.

Esa noche me fui sin cenar a la cama.
Al día siguiente salí antes de que se levantaran, no tenía ánimos de ver a mi madre, menos a Sebastián.
Mi celular se había perdido, bueno lo dejé tirado por ahí y si mi madre se llegaba a enterar no dejaría pasar la oportunidad para castigarme.

—Dónde estás, maldito teléfono.

Claro como si el teléfono me fuera a llamar y a decir "estoy aquí".

Llegué al colegio temprano, muy temprano, las puertas ni siquiera estaban abiertas así que me senté en un banco de madera, mientras esperaba poder entrar.
Los primeros que llegaron fueron la directora y su nieto, la primera se asombró de verme tan temprano pero no preguntó la causa y el segundo ni siquiera me dio una mirada. Tampoco quería que me la diera.
La directora se desapareció tan pronto abrió las puertas.

—¿Por si acaso, deje mi celular en tu coche?.

Eric siguió caminando, ignorándome.

—¿Ahora eres sordo?.

Se detuvo sin previo aviso y yo que lo seguía con rapidez me choqué con su espalda.

—Sí y no —dijo dándome la espalda.

Retrocedí y me toque la cara, poco dolorida.

—¿Qué?

Me dio una mirada de fastidio.

—No soy sordo, pero si tengo tu celular.

Uff, de la que me salvé.

—Bien, lo necesito... Ahora —pedí sin poco tacto.

—No te lo voy a dar, necesitas ser más cuidadosa con tus cosas.

Fruncí el ceño y tomé una postura seria.

—Si, como sea, ya aprendí la lección, devuélvemelo.

Metió la mano en el bolsillo de su abrigo, sacando mi celular.
Cuando creí que me lo iba a dar, alzó el brazo, llevándose consigo mi celular.

—Inténtalo.

Yo no era pequeña, pero él sí era un poco más alto que yo.

—No voy a brincar. Si quieres quédatelo y cuando mi celular suene y tu abuela pregunte de donde has sacado ese celular ahí estaré yo, acusándote de ladrón.

Caminé dejándolo solo.

—Creo que Alex se enojará mucho si se entera que tu fuiste una de las culpables de aquella broma en su casa... La otra noche.

Me detuve impactada, sorprendida y atrapada.

—Estas mintiendo—dije asustada — no sabes nada.

Mi celular tiene clave, era imposible que él lo supiera. Una vez más trataba de manipularme y vaya que tenía manera de hacerlo

—¿Quieres ver que si? —preguntó tremendamente confiado.

Alzó el celular para que pudiera ver y puso la contraseña, mi contraseña, supongo que poner la clave 0000 no era muy inteligente de mi parte.
Volvió a levantar el celular.
¿Qué cosas más sabía él sobre mi?

—¡Dámelo!

Salté tratando de quitarle mi celular pero fue imposible.

De la nada, puso sus manos en mi cintura y me besó. Sus suaves labios estaban sobre los míos, hasta que mordió mi labio delicadamente. Estaba desprevenida pero no tonta, así que le respondí el beso. Se separó de mí, dándome una sonrisa coqueta, me devolvió el celular y se fue, sin decir alguna palabra. Ese chico de cabello oscuro y piel pálida, me confundía. Mucho.

—Astrid —escuché a Lluvia llamarme —ese no era Eric?.

Lluvia se sorprendió, al igual que yo.

***
Cuando llegué al salón me senté junto a Lluvia, Madison detrás de nosotras. Pasaron varias horas de clases cuando por fin llegó la hora de descansar.

—Quiero tragar, tengo mucha mucha hambre —Madison era como un agujero negro, comía y comía y no se llenaba, tampoco se engordaba— me comería una vaca entera... delicioso.

Mientras Madison compraba, yo la esperaba sentada, cuando en mi panorama apareció Harley, la hermanastra de Lluvia.

—Mm... tú eres Astrid, cierto?.

La mayoría estaba muy pendiente de lo que sucedía.

—Si.

Me sentí un poco confundida.

—Dejame decirte que estas equivocada si piensas que puedes besar a Eric, de acuerdo, él me gusta y lo conocí primero que tú, aléjate de acuerdo. Tienes que alejarte de él por tu propio bien, perra.

En una mano tenía un batido de chocolate que no dudó en tirarlo sobre mi.

—Espero que con esto entiendas.

Me dio una sonrisa endemoniada antes de irse.

—¿Qué sucedió?

Madison llegó y me llevó a los baños para limpiarme. Maldito uniforme, Maldita blusa blanca. Maldito chocolate.

—Al menos sí está delicioso—hablaba del batido.

Unos minutos después entraron Alisha y Lluvia, aunque no traían nada que sirviera para limpiarme.

—¿Qué te dijo antes de tirarte el batido encima?—Alisha estaba curiosa.

—Básicamente me llamó perra, también dijo aléjate de mi hombre.

Lluvia parecía avergonzada, como si ella lo hubiera hecho.

—Lo siento, Harley es impulsiva, no sabe lo que hace.

Madison me ayudo a quitarme la camiseta del uniforme, por suerte o mala, era lo único que se manchó, aparte de mi cara.

—Cálmate, Lluvia —pidió Madison—que tu no hiciste nada, la culpable es Harley, solo ella.

—Lo sé, pero debí suponer que haría eso después de ver ese beso en los pasillos.

—¿De qué beso hablas? —Alisha parecía confundida.

Y yo ya estaba avergonzada y humillada enfrente de todos. 

—Eric besó a Astrid en la mañana, Harley vio eso y se enojó mucho —Lluvia le contó a Alisha, que ahora parecía emocionada.

—¿Te besó? Así boca a boca? Lengua con lengua?

—No es para tanto—respondí con mi mirada fija en Madison que lavaba mi camisa empapándola toda con agua.

Alisha abrió los ojos, sorprendida.

—Como que no es para tanto? Estamos hablando del oscuro Eric! —seguía en shock mirando a Lluvia en busca de ayuda —Lluvia haz que entienda la magnitud de los hechos!

—No lo entenderá.

—Ustedes exageran —dije para ambas.

Madison terminó con mi camisa, pero esta estaba húmeda, es más, mojada y goteando.

Me iba a ganar una buena gripe.

—Astrid.

Entró Eric, yo rápidamente me cubrí con la camisa.

—Te veremos en clases —Madison y Lluvia soltaron divertidas.

Se marcharon pero aún quedaba Alisha que parecía en shock, mirándome con una sonrisa y luego mirando con curiosidad a Eric.

—Lo siento, perdón —Lluvia entró de nuevo —se quedaba algo —agarró a Alisha del brazo y se la llevó a la mala.

—Astrid, que hiciste?

Cínico.

—Me tiré un batido encima, creía que sería mejor que tomarmelo.

—Estoy preguntando con seriedad, no estoy bromeando.

— Yo tampoco.

—Si vas a ser sarcástica entonces me voy.

—Si será mejor que te vayas —solté algo enojada—no vaya a ser que la Barbie Harley aparezca y me agarre de las mechas solo por hablar contigo.

Eric entendió mi respuesta y se detuvo a mitad de la puerta.

—¿En serio reaccionó así?

Camino de vuelta a mi.

—Si, estúpido.

Eric se quitó el abrigo y me lo dio.

—No quiero que te mueras antes de tiempo, primero ayúdame a quitarme de encima a Harley.

—Claro que romántico.

Acepté el abrigo y cerré la puerta del cubículo del baño. Me saque la camiseta húmeda y la deje en el piso. El abrigo era suave y calientito y...olía a él.

—Bien y por qué simplemente no la mandas por un tubo? —pregunté saliendo del baño.

Eric que estaba caminando algo aburrido se detuvo y se me quedó viendo como si tuviera seis cabezas.

—Créeme es muy dura —dije recordando su maldad —no le afectará mucho. Tal vez te dé una cachetada en forma de desquite pero —me interrumpió.

—No voy a decirle eso... sería cruel.

Me encogí de hombros.

—Entonces, vive tu vida e ignórala o mejor préstale un poco de atención.

—No me estás entendiendo.

—Tu no me estás entendiendo —dije molesta —no pretendo entrar a este juego macabro. No quiero que entres todos los días a este baño y me encuentres de la misma forma que hoy o tal vez de una peor forma. No quiero ser un objetivo el cual lastimar para Harley, créeme he visto en sus ojos mucha maldad si se trata de ti.

Eric suspiró, cansado.

—Está bien... tienes razón, no tuve que pedirte esto... no puedes con tanta presión.

Abrí mi boca, asombrada y ofendida.

—¿Crees que no puedo hacer esto? No se trata de que no pueda, se trata de que no quiero.

El levantó sus palmas, en señal de rendimiento.

—Está bien, como tú digas.

Ya estaba enojada.

—Está bien. Acepto, me entiendes?

Nadie me llama débil.

—Si? —Eric ya estaba feliz, se salía con la suya quien no.

—Acepto tu propuesta solo con una condición

Eric no se lo esperaba.

—Menos Sexo.

—No seas idiota, no quiero acostarme contigo.

Eric cruzó los brazos, esperando. La verdad es que no había pensado en nada, porque mi respuesta iba a ser que no, pero como Barbie Harley fue grosera y Eric me llamó débil, entonces esas fueron variantes que me ayudaron a cambiar de opinión.

—Parece que aún no has pensado en nada, pero yo sí. Este va a ser un secreto entre los dos, ni tus amigas pueden saber que es mentira. No saldrás con otros chicos, tienes que ser fiel aunque no estemos saliendo de verdad. No te portes rebelde conmigo cuando hay más gente, podrían sospechar que esto —nos señaló —que esto es una farsa. Además, esto no se acaba hasta que Harley deje de acosarme tanto. ¿Entendiste?.

—Si... ya que estás poniendo tantas reglas absurdas entonces pondré la mía. Nada de besos espontáneos y... bueno, por ahora solo será eso.

—Acepto—dijo divertido —Nuestra primera salida como novios va a ser el viernes ya que en el partido de bienvenida van a estar todos y será creíble. ¿Alguna duda?

—No.

Pues esto parece un trabajo de tiempo completo. Aunque si mi madre cree que tengo novio y ve que salgo mucho, se olvidará de la tonta idea de ir al psicólogo y también Harley alias "te tiro mi batido de chocolate", aprenderá la lección de su vida.

—Esto será pan comido —dijo con suficiencia.

—Pan comido —repetí.

El plan era fácil y práctico. Nada iba a salir mal. Nada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro