32. Felices? Un Poco

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Y llegó ese día, ese día que muchos esperaban.

No, no el día de mi boda, ese día estaba muy lejano, estaba hablando de la graduación.

Si, ese día que nos costó desde el principio, iniciando con Agapito y sus tantos problemas matemáticos, y terminando con exámenes de admisión para la universidad.

La universidad, otro tema que me hacía doler hasta la médula osea.

-Astrid, apurate. - gritó mi madre, desde su habitación, ella estaba más nerviosa que yo.

Habían pasado dos meses, desde el dia en el que, el loco y desquiciado de mi asqueroso vecino, había llegado a nuestro campamento, el único que era para, estrictamente, estudiantes del último año, que serviría como una última experiencia escolar.

Una que no terminó muy bien.

-Ya, voy, puedes tranquilizarte. - dije, mientras me ponía el blazer oscuro.

Llegar hasta aquí, me costó, mucho, en todos los aspectos.

Alisha, ella terminó de estudiar por una escuela virtual, la muerte de Alex, la lastimó mucho, después de todo, era el padre del niño que esperaba. Sí, porque, era un niño, nos los dijo, el día que salí de la clínica.
Lluvia, ella era una de las más afectadas, no hablaba mucho, apenas decía lo necesario, según el papá de Harley, a ella le estaba afectando, el hecho de que su madre, repetía muchas veces en su cara, que hubiera preferido que muriera ella y no, Harley, estaba más delgada y pálida.
Madison, pues ella estaba bien, ella era un poco más ruda y fuerte, le ayudó el hecho, que no vio nada esa noche, no hasta que todo acabó, no habían traumas en ella, hace unas semanas había empezado a salir con un chico, todo fue misterioso, hasta que un día llegó a mi casa, no demoró en contarme que el chico con el que se estaba conociendo era mi antiguo enfermero, el que conoció el día que me daban de alta, el día que me quitaron los puntos, el día que grité tanto, hasta decirle estupideces a los enfermeros. La verdad esque no sabía mucho del enfermero, sólo que vivía muy cerca de la clínica y con su abuela, tal vez si sabía un poco de su vida, tras haber pasado varias semanas en la clínica, sabía casi todo, de todos, aún me escribía con la hija del psicólogo, que al parecer se sentía muy identificada conmigo.

-Astrid. - volvió a gritar mi madre.

Esta vez, salí de mi habitación, más rápido.
Baje las escaleras, encontrándome con mi madre y mi padre.
Mi padre, ese tema era muy privado y sensible, pues todo lo que San decía era verdad, Alice lo confirmó, me dolió? Si, demasiado, saber que el hombre que creías que era tu padre, no lo era, dolía bastante, más cuando tu madre lo sabia, y no quería decirte nada.
Era una cicatriz que se estaba cerrando, poco a poco, con terapia familiar, si, jamás pensé que me gustarían esas terapias, no hasta que yo tenía la razón, pues de verdad la tenía.
Le decía papá? No, claro que no, le decía San, apenas lo conocía. Aunque en todo este tiempo, se había mostrado amable, cariñoso y me daba espacio.
Que hay de Sebastian? Cuando se entero, de todo, cuando me refiero a todo, en serio digo a todo, como el hecho de que mi padre muerto no era mi padre biológico y que el biológico estaba vivo y muy cerca de nosotras, todo eso le cayó encima como un valde de agua fría, él solo se fue, no dijo nada, habla con mi madre, solo por la bebé, si, porque, es una niña, tendré una hermanita, que nacería en tres meses, se llamaría Eilish, porque me gustaba, era poco común y su significado era mucho.

-Estas hermosa. - dijo mi madre, en su vestido amarillo, que le quedaba hermosa con su panza.

-Ya lo sabía. - dije.

Aunque sólo llevaba mi uniforme de la escuela y el blazer, con unos zapatos altos, no habrían vestidos, hasta la fiesta, que seria en la noche, solo estudiantes y nada de padres, algo que a muchas nos ponía nerviosas, después de la noche iríamos al viaje a Brasil, solo por dos semanas, luego iríamos al Caribe por otras dos semanas, cuando volveríamos, arreglariamos las maletas e iríamos a la universidad.

Quienes irían al viaje? Alisha, Lluvia, Madison y yo, había invitado a Eric, pero él rechazó mi invitación, por el hecho de que sus padres se están preparando en los trámites del divorcio, algo que no me sorprendió para nada, aunque él, él si la estaba pasando mal y me sentía mal, por el hecho de que viajaría y lo dejaría solo, por mucho tiempo.

-Puedo darte un abrazo?. - dijo San, ocultando sus nervios.

Sonó mi celular que me ayudó a evitar el abrazo.

10:58 am.
Número desconocido.

-See you in hell, honey.
J.

Eliminé el mensaje, pero no podía evitar el temblor de mis dedos.

-Quién es?. - preguntó mi madre.

-Un mensaje de la línea, ya sabes, promociones y eso.

Apagué mi celular y salí de mi casa, con mi madre y San, detrás de mi.

Aún vivíamos al frente de la casa de Julián, en aquella casa ya no vivía nadie, en cuanto le dieron la condena, sus padres se fueron del país, tal vez la vergüenza de tener un hijo asesino, o el simple hecho de que muchas personas llegaban en la madrugada a tirar piedras a la ventana de Julián, a pesar de que ya no la habitaba, después de que se fueron, los grafitis y carteles de odio, abundaban en sus ventanas, puertas y hasta en el mismo techo.

Subimos al carro de mamá, mientras ojeaba la casa de al frente.

-Ya, tienes las maletas hechas?. - preguntó mi madre.

-No, aún.

La verdad esque sólo me faltaban guardar las pijamas y mi ropa interior, el resto ya estaba guardado.
Ese era mi regalo, el viaje era mi regalo, por salir de la escuela, no esperaba un auto nuevo, no cuando iba a ir a la U, lejos de aquí.

Después de unos minutos, llegamos a la escuela, pude observar a muchos alumnos, compañeros, todos felices, con una enorme  sonrisa de felicidad, ah y ahí estaba Madison.

-Astrid, hasta que al fin llegas, ya estaba harta de ver tanta felicidad.

Salí de carro.

-Ya me duele la cabeza de ver tanta gente. - dije, caminando con Madison.

-Chicas. - dijo Lluvia, acercándose. - listas para ir a Salle?. - había emoción y felicidad.

-Si?. - dijo Madison dudando. - pero eso sería después de el viaje.

Alisha, Lluvia, Madison, Eric y yo, estábamos inscritos en la misma universidad, a cuatro horas de aquí, según los folletos, era una universidad tranquila, respetuosa, con alumnos calificados, cuando la visitamos, parecía ser normal, era clásica y demasiada grande, pues Lluvia se perdió en ella, no la encontramos hasta después de una hora.

Era una universidad que estaba muy lejos de casa, pero todos lo necesitábamos, necesitábamos alejarnos de todo este caoz, que mejor, que hacerlos juntos.

Cuando me aceptaron en Salle, mi madre casi se infarta, solo por el hecho de que tendría que mudarme a las instalaciones del campus, algo que es normal, solo que Alice, esperaba que no fuera tan lejos, la universidad es costosa, si, pero de eso ya se había encargado mi madre y San.

-No puedo evitar, emocionarme, siento que ya conozco toda la universidad. - volvió a decir, Lluvia.

-En serio? Te perdiste el día que fuimos. - dijo Madison ceñuda.

-YouTube me enseñó los aposentos de Salle, así, cuando entremos, evitare perderme. - respondió Lluvia.

Llegamos al campo de Fútbol. Donde era el evento.

Nos sentamos, junto con nuestros compañeros, en cuanto empezó el discurso de la directora, todos hicieron silencio, ese que da sueño.

Despues de tantas menciones, reconocimientos, empezaron a llamar a los graduados para entregarle, sus diplomas.

Primero fue Madison, ella no quería ir, odiaba tantos discursos y dramas, según ella eran "innecesarios". Luego fue Lluvia, quien hoy, parecía muy feliz, lo que no había sido en estos últimos días.

-Astrid Lee. - me nombró Agapito, quien daba los honores.

Me levanté y camine, hasta el escenario, subí y recibí mi diploma, también un abrazo por su parte.

-Felicitaciones, Astrid. - dijo amable, lo que no había sido, en todo el año, bueno eso fue culpa de ambos, Agapito no era un mal profesor que enseñaba Matemáticas, al contrario, entendía muy bien su materia, creo que la pequeña riña de "Maestro y estudiante" fue, cuando nos castigó, o cuando me burlé de su nombre, pero al parecer eso había cambiado, y ya no me odiaba. - Espero, en la universidad te encuentres con un maestro peor que yo.

Corté el abrazo y me aleje.

-Pensé que ya no habían rencores, Agapito. - me reí y volví a mi asiento, junto a las chicas.

-Tambien te deseó-preguntó Lluvia.

-A un mal profesor?. - dije. - si.

Reímos.

***

Me encontraba en mi habitación, cambiando mi ropa, por un vestido.
Era negro, largo, con un descote en los pechos, luego en la cintura era ajustado, y en la mitad de mis piernas estaba suelto y  abierto de un lado, de mis piernas.

Mi madre y San, salieron a cenar, dejándome sola en casa.

Recibí un mensaje de Eric, que ya venía por mi.

Me puse los zapatos altos, bajé a la cocina, por unas gomitas, pero una lata de Atún me cayó en la cara, e inmediatamente mi nariz empezó a sangrar.

-AY! CARAJO, papel necesito papel.

Busque en toda la cocina, pañuelos. Pero no había, por ningún lugar. Subir ya no podía, el vestido estaba muy ajustado, no me lo permitía. Bajé al sótano, encendí la luz y bajé las pequeñas escaleras.
El lugar no estaba ordenado, más que mi habitación, encontré unas toallas limpias, no dudé en limpiarme, me senté y espere unos minutos, hasta que paró de sangrar.

Observe mi vestido, que por suerte era negro, no se notaba nada fuera de lo normal. Observe el lugar, hasta que llegue al peluche de la esquina, precisamente un pingüino, uno que conocía bien.

-Pequeña, tu pingüino.-dijo intentando de hablar.
-No te mueras, no por favor. - lloraba en el suelo.
-El pingüino. - dijo, por última vez, antes de cerrar sus ojos, para siempre.

Recordé sus últimas palabras, cuando pensé que había muerto, abrió sus ojos para decir esas últimas palabras, que creaban confusión en mi cabeza.

Con curiosidad avance hasta recoger el pesado peluche del suelo, pensé que lo habían mandado a la basura, pero aquí estaba.
Lo tiré al suelo, e inmediatamente sonó, cargando dentro de él, algo, aparte de relleno.

Subí las pequeñas escaleras, entre a la cocina, tomé un cuchillo y volví a bajar.

-Vamos a ver que hay adentro. - agarre de nuevo al peluche, y con el cuchillo lo rajé, abriendo al peluche, metí las manos, buscando en el relleno, esperaba que no encontrara nada interesante, pero cuando saque ese objeto extraño, me arrepentí totalmente de haberlo abierto.

Porque lo que había adentro de ese peluche, ese peluche que me regalo mi padre para mí cumpleaños, no era nada agradable, era perturbador, pero eso, eso cambiaba todo en este pequeño juego de la vida.

Y oficialmente odiaba al hombre que fue mi padre, odiaba todo lo que tenía de él.
Porque sin querer, entré a este enfermizo juego de crueldad.

El sonido del carro de Eric, me decía que ya tenía tiempo, esperando, escuché mi celular sonar en tono de llamadas, pero apenas podía moverme.

Hasta que entendí.

Agarre una funda de tela y metí lo que tenía en mi mano, en ella.

Salí de mi casa, tan rápido como pude.

-Tenemos menos tiempo, del que esperaba, será mejor que enciendas el carro, muy rápido. RÁPIDO!

-Que hiciste?. - Eric parecía nervioso, pero no pude evitar verlo, él era hermoso, todo de él me encantaba, no podía evitar de decirlo siempre.

-La bolsa. - dije antes de que mi casa explotara, justo en frente de nosotros.

Las llamas eran altas y rojas.

Saltamos aterrados, los dos, mientras que el carro se ponía en movimiento, dejando atrás mi casa que se encontraba en llamas.

Oficialmente, esta mierda había comenzado.

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Oaigashhhhhhhhhhhhhhhh!
Esta mierda empezó, aunque en realidad terminó.
Xoxo.
S.

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