En mi casa la tranquilidad siempre está. Pero la musica de mi madre se quedaba los domingos (que es cuando lava la ropa o limpia la casa). Mi padre en la computadora trabajando y mis hermanas mayores saliendo con sus novios, mientras yo me quedaba en mi cuarto con mi laptop o ayudando a mamá a lo que necesite en la cocina.

  Un día mis padres conversaban en la sala, Felicia y Fernanda me dijeron que nos mudaremos a una nueva casa (ellas siempre escuchaban todo desde la cocina abriendo sus orejas de punta).

- Cuando lleguemos me iré directico a mi nuevo cuarto-decía Feli brillándoles los ojos.

- Yo animare la casa con musica romantica y llamar a mi novio para mostrarle la casa- dijo Fernanda fingiendo que estaria a punto de desmayarse- ¿y que harás tu, Flora?

- Pasearé alrededor de la casa y conoceré a los nuevos vecinos- dije no tan emocionada.

- asi que ya se enteraron ¿eh?- preguntó papa lanzando una sonrisa sobre mi madre.

  Felicia y yo nos atacabamos de la risa al ver a Fernanda sonrojada de la vergüenza y mis padres seguían sonriendo.

  Al día siguiente ya preparábamos la mundanza a esa nueva casa, en el carro, nosotras cargabamos las maletas en las entrepiernas y mis hermana no paraban de quejarse del peso, me reía todo el tiempo.

-hasta que al fin llegamos, no aguantaba mas con ella- dijo Felicia emocionada y enojada a la vez por el maletín.

- no es mi culpa que lleves tantas cosas en esa maleta- dije riendome de sus piernas coloradas.

- eres la menor pero la que mas aguanta- se queja Fernanda levantando la bolsa.

   Cuando vimos la casa era un paraíso para mis hermanas, la veía grande con mucha vegetación alrededor, pero muy bonita. Al llegar a mi habitación había una ventana con una vista presiosa con árboles, flores y casas de diferentes tamaños y colores.

   Despues los vecinos nos dieron la bienvenida, muchos eran de nuestra edad y los demas eran ancianos, eran tan cariñosos que hicieron un gran banquete. La comida había quedado muy rica, me llené el estómago y regresé a mi cuarto viendo la hermosa vista que había através de ella, mientras escuchaba música de mi audiculares.

   Ya amaneció, primer día en aquella casa, aproveché que mis hermanas habían salido a explorar el pueblo y las acompañé, no pensaba estar en casa aburrida.

- Llamaron los primos esta mañana- decía Fernanda mirando el celular- dicen que hablaron con nuestros padres para cenar en familia.

- No me convence mucho esta cena, porque lo único que hacen es molestarnos.

- Relajate, Flor. Además, son nuestros primos, sólo lo hacían jugando- dijo Felicia- bueno, cambiando de tema: ¿estás lista para ir al nuevo colegio Jonwer, Flora?

-¿Colegio- pregunté medio confundida.

- Si, Flora, recuerda que es tu último curso y nosotras vamos a la universidad- dijo Fernanda- ya mamá y papá se estan encargando de las inscripciones.

Como siempre, mis hermanas se enteran primero y yo de última, clásico. Cuando regresamos a la casa, me dirijo al patio trasero donde este tenía dos bancos y me siento en ellos con un libro.

Estabamos cenando silenciosamente y dijo mi padre:

- Quiero decirte algo, Flora, mañana tendrás una entrevista con la directora de tu nuevo colegio.

- ¿Y nosotras, papi?- dijo Felicia con su voz de niña.

- Pues ustedes tambien tendrán una entrevista con el director de la universidad- le responde mi madre y mis hermanas se alegraron mucho.

Al día siguiente

  Estaba con mi madre caminando y habíamos llegado a un colegio bastante grande para un pueblo pequeño. Entramos a la oficina del director,corrijo, directora y le da la mano a mi madre con una sonrisa.

- Wendy, un placer de verte- dijo la directora.

- El mío también- dijo mi madre y le recibe la mano- esta es mi hija menor Flora.

- Un placer, Flora- me dijo la directora mirandome fijamente haciendo que me sienta incómoda.