...si estuvo bien cuando no queda nada.

El año nuevo llegó y tan acelerada fueron esas semanas que JiMin se encontró ya a mitad de febrero disfrutando al fin de sus vacaciones en Busan. Lo cierto es que, académicamente hablando, su final de cursado fue prolijo y pudo sortear los dos exámenes a los que se presentó obteniendo la calificación necesaria para postular otro año más para una beca.

Sus amigos concluyeron el año de igual modo. A excepción de YoonGi que por su trabajo de medio tiempo como enfermero se retrasó en una clase que debe preparar para rendir examen la última semana de febrero. Por esa razón fue que TaeHyung había decidido quedarse en Seúl, antes que volver a Daegu, para hacerle compañía durante ese tiempo. JungKook y HoSeok, novios recién declarados, planearon un viaje y prometieron regresar con regalos por lo que fueron exentos de hacerle apoyo moral a YoonGi.

JiMin, por su parte, fue perdonado por lo que ocurrió durante la última presentación. Sobra decir que, incluso si no hubiera sido alentado por los chicos a irse y despejar su cabeza, JiMin igualmente hubiera escapado de Seúl a un sitio donde el nombre SeokJin fuera prohibido.

—Hyung, mamá quiere que vayas con papá a recoger los muebles de la tienda. —informó su hermano menor, JiHyun, mientras entraba al cuarto donde JiMin está recostado en su cama sin hacer nada—. ¿Qué ocurre?

—Nada, ¿por qué debería ocurrir algo? —repregunta para esquivar la incomodidad del tema—; dile a mamá que enseguida bajo.

—¡MÁ, JIMIN DICE QUE YA BAJA! — grita JiHyun haciendo que el bailarín se sobresalte—. Ahora sí, no mientas y dime qué ocurre. No es normal que te hayas pasado todos estos días siendo un fantasma en la casa sin salir. Que, antes que pienses mal, no me molesta, solo que es raro cuando siempre fuiste inquieto.

—He estado tanto tiempo fuera que extrañaba la casa y mis espacios. —Se alza de hombros a la vez que se sienta—. No te preocupes, si ocurriera algo sabes que..

JiHyun lo interrumpe:

—Lo ocultarías, apagarías tu teléfono, como has hecho y por eso TaeHyung me ha escrito preguntando por ti, y te limitarías a ser una sombra. —describe su hermano a su espalda—. ¿Entiendes que no puedes mentirme cuando convivimos media vida?

JiMin se enternece y antes que el otro pueda reaccionar lo envuelve en un abrazo apretado. En parte para molestarlo y otra porque le parece dulce que su hermano se fije tanto en su ánimo.

—Con que ahora sabes análisis de conducta, yo creí que estabas aspirando a estudiante de turismo y mercado.

—Yah, no seas así... —Se queja JiHyun empujando a Jimin para quitárselo de encima—. Si no quieres contarme entiendo, pero no te pongas en plan hermano meloso.

—¿De sombra a hermano meloso? Aigoo~ ¿Así quieres a tu hyung? —actúa ofendido. Pronto se torna pensativo—: ¿Crees que nuestros padres se preocupen de mi actitud? De verdad, no ocurre nada malo. Lo prometo.

—Si sospechan de que tienes el corazón roto, al menos no me dijeron nada. —El rostro de JiMin palidece.

—¿Eh? No me rompió el corazón, ni siquiera me gustaba tanto... —Su hermanito se carcaje y allí sabe lo astuto que ha sido. Le sonríe resignado—: ¿En qué momento creciste tanto, mocoso?

—Tuve que hacerlo, de otro modo no podría partirle la cara a quien te haya hecho sentir triste, hyung. —Poniéndose de pie, JiHyun llega hasta él y lo abraza ahora por voluntad propia—. Ve con papá, luego hablemos de él sin interrupciones.

—Es que no hay nada que decir... ya pasó.

Pero si ya pasó, ¿cómo es que no podía dejarlo estar?