92

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Jimin miraba con atención como Yoongi le explicaba sobre cómo manejar el auto que le había regalado, luego de unas cuantas lecciones Jimin ya se encontraba dormido, Yoongi miraba los papeles que su padre le había dado para ver lo de la empresa, él los leía de manera calmada, pues no se iba a precipitar a firmar sin analizar bien todo. El pálido vio el sobre de la solicitud de inscripción de Jimin, él lo tomó y lo abrió leyendo que iba para administración de empresas, el alfa sonrió y dejó los papeles para acostarse al lado de su omega para abrazarlo.

—Yoongi. —dijo Jimin.

—Si cariño. —le dio un corto beso en la mejilla.

—Prometes nunca dejarme. —se giró para verlo a los ojos.

—Nunca lo haría mi hermoso pollito de color. —le sonrió. —hasta que la muerte nos separe ¿Lo recuerdas?

—Sí. —asintió. —lo recuerdo.

—Entonces no debes preocuparte. —le sonrió.

—Es solo que muchas cosas buenas me han pasado. —le dijo de manera calmada.  —y temo que todo cambie.

—¿Aún dudas de mí? —le preguntó.

—De ti nunca. —respondió. —dudo del mundo.

—Mientras yo Min Yoongi esté a tu lado, nada malo te va a pasar. —le beso la mano donde está el anillo de bodas.

[...]

—Según el informante, Yoongi compró un Lamborghini azul y se lo regaló a su pareja. —dijo una mujer.

—Un accidente de auto sería lo mejor. —sonrió una persona. —pero eso sucederá hasta que se unan las empresas.

—Como ordene. —le hizo reverencia.

—Quiero que estés al tanto de todo lo que hagan. —vio a la mujer. —que comen, que hacen y a dónde van.

—Como mande, señor Min. —le dijo la mujer. —ahora ve y llama a Sakura tengo asuntos que resolver con ella.

La mujer se fue y el hombre vio la fotografía de la boda de su hijo con el omega, sonrió de lado eliminar a ese pollo, iba a ser tan sencillo y luego buscaría a alguien que sea digno de su hijo. Miró al omega en la fotografía, tal vez podría divertirse un rato con él y luego desaparecerlo de la faz de la tierra, como ha hecho con Adam. Unas horas pasaron y la puerta se abrió dejando ver a una pálida mujer, la cual arqueo una ceja al ver al hombre él cuál le sonreía de manera amable.

—Sakura querida toma asiento. —le dijo.

—Déjate de juegos Agust y dime para qué me llamaste. —se cruzó de brazos. —porque tu amabilidad no es más que un asqueroso veneno.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro