Capítulo 42

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

(Cuatro años después...)

—Bienvenidos y bienvenidas a la graduación de Medicina —comenzó su discurso el director Shanks, cuando por fin hubo silencio en el auditorio.

Estabas sentada junto a Chopper y el resto de tus compañeros en unas butacas, encima del escenario. A parte del director, también estaban vuestros profesores de medicina, que os entregarían el diploma y os pondrían la banda.

Law no estaba entre ellos. Fue vuestro profesor durante el primer año, pero después vino un sustituto. Él estaba entre el público, sentado junto con los mugiwaras. Todos habían ido a veros en vuestro día tan especial. Chopper y tú estabais realmente contentos de que hubieran podido acudir todos ellos.

Llevabas un vestido negro, largo, de tela fina. Por primera vez en tu vida te habías puesto tacones de verdad. Incluso habías dejado que Nami y Robin te acompañaran a la maquilladora. Por supuesto, llevabas un maquillaje muy sencillo. Además te habían hecho un peinado muy bonito, medio recogido y medio suelto.

Te pusiste nerviosa cuando procedieron con la entrega de diplomas. Odiabas ser el centro de atención y, estabas a punto de serlo durante unos cuantos segundos. Chopper fue nombrado justo antes que tú. No tardaron mucho en llamarte.

—(TN) (TA) —escuchaste decir a Shanks. Te levantaste con cuidado e intentaste caminar lo más dignamente posible. Habías practicado a caminar desde esa altura, pero aun así, era complicado.

—Enhorabuena, (TN), has sido una alumna fantástica —te felicitó Kureha, mientras te entregaba el diploma.

El resto de profesores de medicina también te dedicó unas palabras. Te hicieron una foto con ellos y volviste a tu butaca para que llamaran al siguiente alumno. Por suerte, solo erais doce, así que la ceremonia no fue muy larga.

Una vez acabó todo el paripé, Chopper y tú os reunisteis con vuestros amigos en la sala contigua. Allí servían varios tentempiés y bebidas. Cuando entrasteis os saludaron desde lejos, algunos más emocionados que otros.

—¡Estáis guapísimos! Me siento tanto orgullosa de vosotros —comentó Nami, emocionada, mientras os abrazaba a la vez.

—Por favor, antes de que empecemos a beber, hablar o lo que sea... Tengo algo importante que decir —comentó Law, alzando la voz. Iba con traje. Estaba tan guapo...

—¡Silencio! —exclamó Nami, dando un golpe a Luffy y a Usopp, que no paraban de hablar.

—(TN)-ya... —murmuró Law, poniéndose de rodillas en frente de ti. No, no, no. ¿Era lo que estabas pensando? Toda la sala se quedó mirando hacia vosotros. Se sacó algo del bolsillo. ¡Oh!—. Quieres... ¿Casarte conmigo?

—¡Ya era hora! —exclamó Kureha, desde el fondo—. (TN) es joven, pero tú ya tienes unos cuantos añitos...

—Maldita vieja... —murmuró Law, frunciendo el ceño.

—Es verdad, ¿eh? Yo ya te veo varias arrugas —bromeaste. Era mentira, seguía perfecto.

—(TN)-ya, por favor... Contéstame —te pidió Law, mirándote fijamente, todavía arrodillado.

—¡Sí! ¡Claro que quiero! —exclamaste emocionada. Él suspiró aliviado mientras se incorporaba. Te lanzaste a abrazarle y os fundisteis en un cálido beso.

Todos tus amigos, los profesores, los directores, tus compañeros e incluso Samanta, aplaudieron emocionados. Un rato después, cuando la gente se acabó de acercar para felicitaros, empezasteis a beber un poco de vino y a charlar.

—Bueno, bueno. La segunda boda del grupo... —comentó Ussop—. Y algunos todavía seguimos solos.

—Es verdad. Los primeros fueron Zoro y Robin, algo que pensamos que nunca llegaría a pasar. Sobre todo si llega a ser por él... —comentó Nami—. Menos mal que Robin supo interpretar sus palabras.

—Robin, yo... Em, bueno, tú... Tú a mí... Mmm... —murmuró Sanji, imitando al peliverde, poniendo la cara malhumorada que Zoro puso cuando se declaró—. ¡Qué declaración tan estúpida! Digna de ti...

—¡Cállate, ceja rizada! Para salir con Nami tuviste que pasar un periodo de prueba sin fijarte en otras mujeres. Eso sí que es patético... —gruñó Zoro, cabreado.

—Todavía estamos de prueba, no estamos saliendo aún. De momento va por buen camino —recordó la pelinaranja.

—¡Oh, Nami-swan! Haré lo que haga falta por ti —exclamó Sanji, haciendo un baile extraño al lado de la chica. Esta suspiró mientras le daba golpecitos en la cabeza.

—Déjate de tonterías... —murmuró ella. Sanji enseguida se puso serio.

Les observabas riéndote. ¡Menudas parejas habían salido del grupo! Zoro y Robin, Nami y Sanji, Luffy y Hancock... Notaste que Law te agarraba del brazo y te apartaba un poco del esto para poder hablar a solas.

—(TN)-ya, siento haber tardado tanto en pedirlo, pero quería que ahorráramos lo suficiente y que acabaras los estudios —te explicó Law.

—Tranquilo, está bien —dijiste, sonriendo.

—Ahora que ya está decidido, quiero que nos casemos cuanto antes —comentó—. Este mismo año. Así que ya podemos empezar a elegir el sitio, hacer las invitaciones y todo lo que haga falta.

—¡Está bien! Mañana nos ponemos a organizar todo —dijiste, emocionada. Ibais a casaros. A convertiros en marido y mujer—. ¡Soy tan feliz!

(Unos meses después... El gran día)

—Estoy muy nerviosa, creo que me voy a desmayar en cualquier momento —comentabas, mientras movías las piernas sin parar, bajo el vestido de novia.

—(TN), relájate, estamos a punto de llegar y verás que todo pasa rápido —dijo, Nami, intentando tranquilizarte, mientras miraba por la ventanilla del coche negro que habíais alquilado para la boda.

—Disfruta del momento —dijo Robin, sonriéndote. Respiraste hondo. Tenían razón.

Pocos minutos después, el coche paró en frente de la iglesia. Tus dos amigas bajaron primero del coche. Te abrieron la puerta y te ayudaron a salir para que no se te enganchara el vestido. Cogiste bien el ramo. No sabías como no habías destrozado las flores de apretarlo tan fuerte.

—Venga, (TN). Nosotras te llevaremos al altar —comentó Nami, mientras te ofrecía el brazo para que te cogieras. Estaba hasta más emocionada ella que tú.

Robin se puso a tu otro lado y empezasteis a caminar hacia la puerta del edificio. Cuanto más os acercabais, más rápido latía tu corazón. Nada más entrasteis, la música empezó a sonar. Todos se levantaron y se giraron a mirarte. Tampoco es que hubiera muchos inivados. Estaban los mugiwaras, Kureha, Marco, Hiluluk, Hancock y tres amigos de Law. Te los presentó hace un tiempo. Eran Bepo, Shachi y Penguin. Bepo era el más llamativo, ya que tenía el pelo blanco y unos profundos ojos negros, pero sobre todo por el pelo.

Miraste hacia delante. Ahí estaba Law, mirándote fijamente mientras te acercabas cada vez más hacia el altar. No podías creer que semejante hombre estuviera a punto de convertiste en tu marido. Llevabais cuatro años juntos y todavía no te habías acostumbrado a lo perfecto que era.

Llegaste hasta el altar y te pusiste en frente de él. No pudiste evitar sonreír como una tonta mientras te perdías en sus preciosos ojos grises. De hecho, no escuchaste el principio del discurso del cura. Cuando quisiste darte cuenta ya os tocaba responder a la pregunta.

—Trafalgar Law, ¿aceptas a (TN) (TA) como tu legítima esposa? —preguntó el cura, mirándole a él.

—Sí, acepto —contestó, sin dudar, mientras te miraba fijamente.

—(TN) (TA), ¿aceptas a Trafalgar Law como tu legítimo esposo? —escuchaste preguntar al cura.

—Sí, acepto —contestaste, sin dejar de mirar a Law. Ahora debíais decir las palabras.

—Yo, Trafalgar Law, te recibo a ti (TN)-ya como esposa, y prometo serte fiel en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida —dijo él. Definitivamente, podrías desmayrte de la felicidad en cualquier momento. Era tu turno.

—Yo, (TN) (TA) , te recibo a ti Law como esposo, y prometo serte fiel en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida —dijiste, cómo pudiste.

—Yo os declaro marido y mujer. Podéis besaros —dijo el cura, finalmente.

Os disteis tierno beso, mientras los invitados aplaudían con emoción. Sentiste que se te escapaba una lágrima, pero Law te la limpió rápidamente pasando el pulgar por tu mejilla. Seguidamente, tuvo lugar la entrega de anillos.

Una vez finalizó el resto de la ceremonia, caminaste cogida del brazo de Law hasta la entrada de la iglesia. De camino al coche, los invitados os lanzaron montones y montones de arroz y pétalos de rosa. Cuando por fin te sentaste en el coche, suspiraste. Estabas agotada de los nervios y de la emoción. La te rodeó con uno de sus brazos y te atrajo a él para darte un beso en la frente.

—Eres la novia más guapa del mundo —murmuró, cerca de tu oreja.

—Y tú el novio más guapo del mundo —susurraste, mientras te acurrucabas junto a él.

Fuisteis los primeros en llegar al banquete. Habíais alquilado una gran casa en medio del campo. Cenaríais dentro, en el salón principal y, después del banquete, tendría lugar la fiesta. Música y bebida gratis. El lugar era precioso, sabías que habíais elegido la mejor opción.

Poco a poco fueron llegando los invitados y se iban sentando cada uno en su mesa y silla correspondiente. Todo estaba perfectamente organizado.

—¡Atención por favor! —dijo Nami, elevando la voz, mientras golpeaba la copa de vino con uno de los cubiertos. Poco a poco se fue quedando la sala en silencio—. Antes de empezar a comer, quería proponer un brindis por los novios.

—¡Por los novios! ¡Vivan los novios! —exclamaron, todos, mientras alzaban las copas. Bueno, todos menos Luffy, que ya estaba arrasando con los entrantes. Eso le hizo ganarse un golpe por parte de Ussop, que estaba a uno de sus lados.

Después de disfrutar de aquel gran banquete lleno de deliciosa comida, la fiesta no se hizo esperar. Un rato después de reposar y charlar en las mesas, mientras tomabais una copa, la música comenzó a sonar en la terraza. Todo el mundo aprovechaba la barra libre mientras bailaban al ritmo de la música.

—Eh, Ussop, hay una chica que no para de mirarte —dijo Franky, dándole un codazo.

Os girasteis hacia donde estaba señalando. ¡Oh! Era Kaya, la organizadora de vuestra boda. Era una chica, rubia de piel blanca, muy amable y simpática. Te acercaste a ella para decirle que tomar algo con vosotros un rato. Llevaba todo el día estresada con que todo saliera bien. Al final accedió a tomarse una copa y estuvo charlando bastante con el narizón.

Casi sin que os dierais cuenta llegó el final de la noche. Había sido una fiesta increíble. Incluso Law, que no le gustaban las fiestas, parecía haber disfrutado, tal vez porque era algo más íntimo, solo con gente que le caía bien. Os esperasteis en la puerta para despediros de los invitados mientras iban saliendo. Habíais contratado un autobús para que volvieran a la ciudad.

Esa noche, vuestra noche de bodas, teníais una habitación especial preparada para vosotros, allí, en aquella enorme mansión. Al día siguiente, pondríais rumbo a una isla paradisíaca y os quedaríais allí durante una semana. Los dos solos. Por supuesto, habías dejado a Onigiri en manos de Nami y su hermana, dándoles dinero para que puedan comprarle la comida que necesite. Por fin, casi media hora después, os despedíais de los últimos invitados.

—¡Estoy agotada! —exclamaste, justo antes de bostezar—. Tengo tantas ganas de irnos mañana a nuestra luna de miel...

—Bueno, primero toca aprovechar nuestra noche de bodas... —murmuró Law, mientras te abrazaba por detrás y empezabais a caminar hacia la habitación.

Sonreíste mientras te mordías el labio. Vuestra primera noche como marido y mujer. La primera de todas las que os quedaban el resto de vuestra vida.

NOTA 📌

Espero que os haya gustado la sobredosis de amor. Ha habido dos saltos de tiempo, pero quería acabar con lo más importante, la graduación y la boda. Ya solo queda el epílogo ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro