05.- Severus Snape

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Severus Snape no era lo que se dice "un buen hombre". Tampoco era malo. Él se definía a sí mismo como gris sólido. No creía que las personas debieran ser tan confiadas o siempre hacer "lo correcto". Consideraba que romper las reglas y hacer cosas "malas", a veces estaba justificado, como matar a un tipo que te quería matar a ti o a alguien más.

Matar por matar si era malo, ser crédulo y confiar en todos sin pruebas también lo era. Severus no creía en los extremos sino en los matices de gris. Es algo con lo que nunca pudo estar de acuerdo con su mejor amiga Lily.

Cuando era un adolescente, Severus creyó que Lily era "la elegida", pero conforme él profundizo en las artes oscuras, Lily se negó a considerar que su visión sobre ellas quizás era sesgada. Era como decir que las armas muggles matan. Lo hacen en las manos incorrectas como los tiradores locos, las personas violentas, pero el objeto en si no es malo.

Las artes oscuras eran eso, un arma y podían ayudar o destruir dependiendo de quién las usara. Incluso los hechizos y pociones de la luz podían matar con el mismo impacto y dolor que cualquier arte oscura.

Pero Lily solo creyó que lo oscuro era malo y se negó a cambiar de parecer. No ayudaba que Severus no podía rechazar a sus compañeros cuando estos lo invitaban a "hacer una broma". Si se negaba, él sería el receptor de la broma pero multiplicado, ya que lo verían como un traidor. Los Gryffindor no tenían sentido de la autoconservación y por eso Lily no entendía que Severus estaba protegiéndose.

Su relación nunca se recuperó luego de aquella fatídica palabra, pero en retrospectiva, Severus sabía que Lily podía haberlo perdonado, simplemente no quiso. Seguía queriéndola y extrañándola, pero luego de pensarlo durante estos años, se dio cuenta de que ella no era perfecta y si bien le debía cuidar a su hijo, ese amor absoluto se desvaneció en el tiempo. Siempre sería su primer amor, pero cuando creció, se dio cuenta de que estaba más interesado en follarse a Lucius que a Narcissa.

Y había hecho eso justamente, follar con Lucius alrededor de 7 veces. Al parecer, Narcissa y él solo eran un matrimonio por contrato y ambos aprovecharon la guerra para separarse con un buen pretexto que les salvaría de los chismes de sociedad y Narcissa huyó al continente junto con su hijo.

Lucius podía ser un bastardo, pero amaba a su hijo, su ex-esposa era su mejor amiga y no quería verlos en peligro. Además, ahora Lucius se dedicaba a ser todo lo libre que no pudo ser con Abraxas y con lo que la sociedad pedía de él. Si alguien preguntaba por su comportamiento atípico a futuro, siempre podía decir que eran secuelas de algún hechizo que le dio durante alguna batalla.

Sin embargo, Severus se preguntaba qué había pasado anoche con Lucius, ya que había amanecido inusualmente alegre, al grado de que su mascara perfecta de sangrepura se había roto y estaba silbando mientras se sentaba en el comedor del castillo.

Luego, estaba platicando con Potter, de todas las personas, sobre las diferencias entre las maldiciones rituales, las de sangre, las transitorias y las permanentes. Harry aportaba algunos buenos puntos sobre si la intención del lanzador era algo suficiente para activarlas o requerían algún tipo de sacrifico como parte de la magia o energía vital del lanzador.

Lucius sostenía que un sacrificio no necesariamente debía provenir del lanzador mismo sino que podían ser objetos mágicos imbuidos de energía poderosa o animales mágicos de gran poder. Incluso algo como polvo de cuerno de unicornio serviría como sacrificio ritual, dependiendo de los efectos. Si era una maldición hecha en represalia de un mal sufrido, quizás el polvo de cuerno sería suficiente. Algo como destruir una línea familiar requería mucho poder u odio del lanzador y probablemente exigiría la energía vital del lanzador.

—Me pregunto, ¿Por qué el señor Potter y tu Lucius, están discutiendo maldiciones y maleficios en el comedor mientras desayunamos? —Además de Severus, nadie se había dado cuenta de que los dos hombres habían estado conversando.

—Ah, Severus, ayer el joven Potter pidió mi consejo sobre las diferencias entre maldiciones. Al parecer, cree que podríamos hacer una maldición contra el Señor Oscuro y si no acabamos con él, al menos podríamos dañarlo severamente y aumentar las posibilidades de destruirlo—.

—Pero ¿Eso no sería magia oscura? —Ron nunca había confiado en el cambio de bando de Malfoy, pero no había tenido motivos para decir que era oscuro, hasta ahora. Todos sabían que las maldiciones de tipo ritual eran magia oscura.

—Ron, ¿Sabías que el maleficio de piernas de gelatina fue creado para matar a alguien? —Contestó Harry, claramente molesto por el rumbo que quería llevar Ron la conversación.

—¿Qué? Eso no es cierto, es solo un hechizo de broma—Dijo Ron, enojado de que dijeran algo así, ya que desconocía si la información era cierta o no, aunque él no lo creía.

—De hecho, señor Weasley, por una vez Potter tiene razón. El maleficio de piernas de gelatina fue originalmente creado para matar a un miembro de una familia sangrepura, el heredero por el segundo hijo. Al parecer, el hermano no quería ser el segundo y creía que debía heredar la propiedad familiar. Creo el maleficio para que su hermano cayera por las escaleras y hacerlo parecer un accidente, pero el heredero no murió, el mayordomo vio todo y el segundo hijo fue confinado en Azkaban. Luego el maleficio se consideró útil por algún motivo y su historia de origen fue ocultada durante varias décadas—Luego de lo dicho por Severus, todos ahora estaban atentos a la conversación, incluyendo a Remus y Sirius.

Ciertamente una maldición personalizada contra el Señor Oscuro podría funcionar si encontraban un buen catalizador. El asunto era darle definición a los efectos, ¿Sería mejor la destrucción total, la falta de salud, el drenado de magia? Particularmente, Severus se inclinaba por la destrucción total, pero una maldición de ese tipo requeriría un catalizador enorme de magia o la energía vital completa del lanzador.

Dudaba que Albus quisiera que siguieran este plan, pero Severus notó con placer que las conversaciones ahora giraban sobre el tipo de maldición y los agentes catalizadores en vez del viejo discurso de magia de luz contra magia de oscuridad.

Sin embargo, lo que saco de balance a Severus fue observar cómo su amigo deslizaba una mano debajo de la mesa y parecía estar haciéndole algo a Potter, algo que estaba sonrojando al muchacho e hizo que este se levantara abruptamente, diciendo que iría a investigar a la biblioteca hasta que fuera hora del entrenamiento.

Si Severus no fuera un espía tan experto, no se habría dado cuenta de que el muchacho corría con una erección mientras sus piernas parecían... Severus entonces volteó a ver a su amigo con otros ojos. ¡Lucius se había follado a Potter! Potter estaba cojeando ligeramente, justo como si lo hubieran follado varias veces.

Severus le lanzó una mirada patentada a Lucius de que hablaran en privado y ambos hombres anunciaron que también se retiraban a investigar, ya que la idea de Harry había sido una buena y esperaban encontrar algo que pudiera ayudar en el esfuerzo de guerra. Los dos caminaron hacia los aposentos de Lucius y una vez dentro, Severus interrogó a Lucius.

—No sé qué estes tramando pero deja a Potter fuera de esto—Lucius enarco una ceja mientras sacaba de detrás de unos libros, una botella de Brandy y un par de copas. Le sirvió una a Severus y otra para él. Bebió un sorbo y lo tragó antes de contestar.

—No estoy planeando nada, ¿O a que te refieres Severus? —Severus se sentó en la silla que estaba frente al escritorio.

—Sabes a que me refiero, Lucius. ¡Te follaste a Potter! Si era por comezón, podrías haberme llamado. Si era por experimentar, sabes que Kingsley no te diría que no, al parecer tiene algo con el cabello rubio—Lucius sonrió ladinamente. Era bueno saber lo de Kingsley.

—Si, me lo folle—Dijo el rubio sonriendo ampliamente, pero fue de mutuo acuerdo. El pobre estaba tan seguro de sufrir una maldición que no pude aguantarme a reírme—El recuerdo de lo absurdo que fue, aun le daba algo de risa.

—Entonces ¿Qué? ¿Le hiciste creer que si no se dejaba follar, la maldición no se levantaría? —.

—Severus, me conoces mejor que eso. Soy un bastardo pero nunca he forzado a nadie a compartir mi cama. No, el joven operaba bajo la creencia de que tener sueños eróticos, tener emisiones nocturnas y querer arrancarse el pito a jalones era cosa de una maldición—.

Severus quería aguantar, pero no pudo y empezó a carcajearse tal y como había hecho Lucius. Severus había olvidado que Petunia no le habría dado la charla y los perros que tenía por padrinos no sabrían por dónde empezar a explicar los cambios hormonales. Explicar estas cosas siempre era algo que los padres y tutores evitaban explicar, pero Lucius y él eran de la idea de que los jóvenes debían estar informados de que todos iban a pasar por eso, tarde o temprano y que era completamente normal querer meter tu pene en una vagina o ano, dependiendo de las preferencias de cada persona.

Cuando Severus había recuperado el habla, estaba rojo y tardo en recuperar su ritmo de respiración normal. Ya más tranquilo, Severus reanudo la conversación—Entonces ¿Me estás diciendo que le dijiste "Hey, ¿quieres follar?" y él dijo que sí? —.

—En realidad fue al revés. Él fue quién me dijo "¿Quieres follarme?" y no soy una buena persona. Si carne tan deliciosa viene a mi cama, ¿Por qué debería negarme a comérmela? —Lucius rememoraba su noche con Harry, ciertamente el Gryffindor era una deliciosa comida que no le importaría repetir.

—¿Le diste la charla y se excito? —Pregunto Severus, confundido.

—No, si le di la charla, luego de que estuvimos hablando sobre maldiciones. Eso no es mentira, hablamos un buen rato y no es tan bruto como crees, solo se le dificulta separar sus prejuicios, yo le di la idea de la maldición, porque pensé que por eso preguntaba. En fin, en cuanto me dijo sus sospechas reales, me reí, le di la charla que debió tener hace años y luego de que lo tranquilicé sobre que sus deseos son normales, me soltó un ¿Quieres follarme? Y yo acepte—Lucius sabía que su juramento le impedía decirle a Severus sobre quién se llevó la virginidad del Gryffindor pero dudaba que a Severus le importara esa información. Además, el juramento no cubría lo de las sospechas de la maldición, solo el hecho de que se había acostado con Sirius Black y Remus Lupin.

—¿Cómo estuvo? —Severus ahora estaba intrigado. Al parecer el Gryffindor tenía otro talento además de la Defensa y el Quidditch.

Lucius sonrió con sinceridad—Fue muy bueno. Para ser un novato, es muy receptivo. Lo hicimos varias veces en la noche y cada vez fue mejor que la anterior—Lucius no estaba mintiendo. Se había sentido joven la noche anterior y cada encuentro fue intenso y mejor cada vez.

Ambos hombres apuraron sus bebidas e hicieron lo que dijeron que harían, buscaron en cada libro que tenían sobre posibles maldiciones, pero al parecer, debía ser creada desde cero. Quizás consultar con Potter sobre qué efectos esperaba obtener.

Después de la comida, Severus se encontró pensando en que follarse a Potter sonaba... muy bien.

El chico había crecido bastante. Ya no estaba el flacucho niño de 11 años y en su lugar había aparecido un joven de 18 años, estilizado y sin esos horribles lentes, era poco lo que podía ver de James Potter en él. No era Lily en lo absoluto, ni siquiera en sus ojos. Los ojos de Potter eran de un verde distinto, probablemente de alguna abuela del lado de Lily.

Y si bien no odiaba per se al joven, tampoco era amable con él. Eran demasiados años de animosidad para cambiar sus maneras ahora. Sin embargo, esa pequeña voz que lo instaba a tomar decisiones estupidas, estaba gritándole que Potter probablemente tenía un culito delicioso si Lucius Malfoy lo había profanado varias veces. Lucius solo tenía un par de rondas antes de rendirse, así que Potter debía ser excepcional si Lucius duro más que eso.

Mientras cenaban, Severus notó que Potter estaba mirando a Lucius de forma torpemente seductora. Lucius le sonrió en respuesta y era raro que el hombre hubiera bajado a comer, cuando el solía preferir sus comidas en sus habitaciones. Era evidente que solo quería presumirle que se había follado a Potter y quizás lo haría de nuevo.

Estaba teniendo el pensamiento infantil de que él también debería poder follarse a Potter, pero ¿Cómo atraerlo? Lucius le llevaba ventaja en ese rubro, hasta que alguien menciono que esa noche Remus estaba ausente por la luna llena. Y Severus tuvo una idea.

Lupin solía irse a otra locación para transformarse, de forma que Severus usaba ese día para cosechar algunos ingredientes lunares. Algunos de ellos debían cosecharse bajo la luz de luna y dado que uno de los ingredientes del Wolfsbane debía cosecharse esa noche, podía atraer al Gryffindor solicitándole ayuda.

Potter hace tiempo que le había ofrecido ayuda, pero Severus lo rechazaba siempre con una excusa muy transparente. Pero esta noche él mismo pediría esa ayuda.

—Potter, ¿Tienes planeado hacer algo después de la cena? —Harry parpadeo como un búho.

—Ehrm, no, no exactamente—No pensaba decirle a nadie que quería irse a follar con Lucius. Lucius suspiró un poco, notando que Severus no le iba a dejar comerse de nueva cuenta este precioso bocatto di cardinale. Al parecer, saber que él se había follado al Gryffindor, había despertado el interés de Severus.

Los Slytherins eran muy competitivos, así que era obvio que Severus quería demostrarle al Gryffindor que él era mejor en la cama que Lucius. Bueno, dos podían jugar este juego y Lucius sabía que la noche siguiente, él tendría en su cama al Gryffindor y le haría cosas deliciosas y pecaminosas que borrarían de su mente cualquier cosa que le hiciera Severus.

—Bien, entonces aceptare la ayuda que me ha estado ofreciendo para cosechar. Nos vamos en media hora—Con eso dicho, Severus se levantó y salió.

Harry bufó. Esperaba follar esa noche, pero era evidente que no pasaría... hasta donde Harry sabía.

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Harry iba vestido sencillamente con sus jeans favoritos y una camisa. El bosque alrededor del castillo estaba fuertemente protegido por barreras a prueba de criaturas oscuras y magos con malas intenciones. Podían cosechar libremente los ingredientes y dado que Remus se iba a otro lugar, el único hombre lobo permitido en el castillo, no era un peligro para los habitantes.

Severus se había dejado las túnicas en sus habitaciones e iba vestido muy a la manera muggle pero en negro. Instaba al Gryffindor a cosechar algunas flores que florecían solo con luz lunar y ahora buscaban un tipo de hongo que brillaba azul cuando le daba la luz de la luna.

Encontraron varios en un círculo de hadas y Severus dio por terminada la recolección. Buscaron un par de tocones o piedras donde pudieran sentarse y una vez sentados, Severus convoco una especie de termo hecho de porcelana y dos tazas. Sirvió un líquido caliente desde el termo y le paso una de las tazas a Harry.

—¡Chocolate! Gracias, profesor—Harry sorbió un poco y descubrió que era excelente, estaba caliente pero no hirviendo. Perfecto para una noche fresca de verano como esta.

—¿Sabes Potter? Ya no soy tu profesor. Solo podrías decirme señor—Severus lanzó el anzuelo.

—No me atrevería profesor. Aún recuerdo cuando intente llamarle solo señor y usted me gruño—.

Severus se rió un poco—Si, pero estamos en guerra ahora. He estado pensando que debería relajarme un poco. Me inspire un poco en Lucius, ¿sabes? Ahora que podríamos morir en cualquier momento, él se comporta más como él mismo y menos como su padre lo educó—.

—Espero que el cara de hurón, es decir, Draco, imite eso de su padre. Aún recuerdo su frase de siempre "Espera a que mi padre se entere de esto"—Dijo Harry con una perfecta imitación. Severus se rio.

—Cierto, cierto. Ese es Draco—.

Luego, ambos hombres estuvieron bebiendo el chocolate en un cómodo silencio. Cuando terminaron, Severus organizo la recolección en frascos, los selló y coloco en las canastas. Una vez cosechados los ingredientes, podía usarse magia para el transporte y la conservación, así que lanzó sus hechizos estándar y los desvaneció hacía su laboratorio.

Emprendiendo el camino de regreso, todo parecía normal pero Severus fue convocando sin varita y sin palabras algunos guijarros en el camino del Gryffindor. Este no tardo en tropezar y Severus le "salvo" de una caída, haciendo que sus cuerpos se tocaran naturalmente.

Harry estaba rojo de la cara cuando sintió el calor del cuerpo de su otrora profesor. Al parecer, a su cuerpo le gustaban los Slytherins porque ya estaba erecto solo de oler aquel aroma a almizcle que desprendía el oscuro hombre.

O quizás sería esa voz grave y sensual, o sus músculos desarrollados por todo ese ejercicio al que los habían sometido. Harry no era ciego y había notado que la ropa de entrenamiento le quedaba un poco justa al profesor y tenía un buen cuerpo. A veces se lo había imaginado desnudo pero nunca más allá de eso.

Ser un adolescente tardío apestaba, ya que todas estas cosas podrían haberse considerado normales cuando tenía 14 o 15. Ahora que era un adulto simplemente era horrible. Imaginarse con Sirius le había excitado, acostarse con él lo había hecho peor. Ahora se excitaba acordándose. Lo mismo pasó con Remus y los toques de Lucius ahora lo encendían y quería solo arrastrarlo algún lado y que lo follara hasta la garganta. Había fantaseado todo el día con darle una mamada a Lucius y ahora no podía.

Harry entonces notó que el profesor no lo había soltado. Estaban en medio del círculo de hadas y la luz de luna iluminaba todo el pequeño claro. Había algo hermoso en esa luz argenta y el pasto crecido, salpicado de flores que solo abrían sus pétalos con la luna. Severus Snape lo tenía sostenido contra él y antes de que Harry pudiera decir algo, Severus arrimó su entrepierna contra su trasero y Harry sintió el bulto, tragando en seco.

¡Severus Snape estaba duro! No, Harry necesitaba calmarse. Quizás no era por él. A lo mejor el profesor tuvo alguna reacción a una planta que toco. Si, eso debía ser pero lo que siguió disipo todas sus teorías.

—Mira como me tienes. Deberías hacerte responsable de lo que provocas—Gruño Severus en voz baja, justo en un punto sensible de la oreja de Harry. ¡Esa voz debería ser considerada ilegal!. Si en condiciones normales ya era un deleite, en estas condiciones, ese tono grave y sensual era devastador.

Su polla estos días tenía mente propia y escuchar esa voz había hecho que se pusiera dura como roca. Era increíble este despertar sexual y Harry, quién primero había estado receloso y asustado de su propio cuerpo, ahora estaba decidido a disfrutar del sexo al máximo. Lucius tenía razón, mañana cualquiera podría morir, incluyéndolo, ¿Por qué debería negarse el placer?

Harry se volteó y quedó frente a Severus, quién no oculto el bulto en sus pantalones. Se veía bastante grande pero Harry ya había tenido la polla de Sirius en la boca, sabía lo que debía hacer. Beso suavemente a Severus, quién aceptó la caricia de buena gana y luego se deslizo hacía abajo, poniéndose de rodillas y procedió a bajar el cierre del pantalón, hizo hacia abajo el bóxer y la polla de Severus se vio libre.

Ciertamente tenía un buen tamaño pero Harry estaba seguro de poder llevarla dentro de su boca. Empezó a lamer el tallo antes de poner la bulbosa cabeza en su boca y empezó a chupar. Harry se imaginaba lamiendo una paleta de hielo, de esas largas y sorbia, haciendo sisear a Severus.

Lucius tenía razón, el chico era muy receptivo. Tenía tanto talento que era increíble creer que no había tenido mucha experiencia antes. Por lo que dedujo de lo poco que dijo Lucius, el muchacho no tenía mucho de haber perdido su virginidad, así que era alguien del castillo pero habiendo tantos jóvenes y adultos entrando y saliendo, incluso pudo haber sido uno de los Weasley. Como fuera, el chico entró en pánico por su aumento de libido y fue como llegó a la cama de Lucius.

Dos experiencias no era mucha experiencia y este chico estaba chupando su polla como si hubiera nacido para hacer esto. Descartó que hubiera sido algo que le obligaron a hacer con los Dursley, Harry no mostraba aversión o disgusto y además, la morsa que tenía Petunia por esposo y su gordo hijo, jamás hubieran dejado ir a un chupador de pollas tan bueno como lo estaba siendo Harry.

No, este chico había nacido con un talento inusual para comerse su verga y como si hubiera sido algo conjurado por los dioses, Harry llevó el resto de su miembro hasta el fondo de su garganta. ¡Oh por todos los dioses! ¡Harry Potter le estaba haciendo una garganta profunda! Los sonidos ahogados eran tan eróticos y la vista vidriada de lujuria en Potter era simplemente demasiado.

Severus se corrió dentro de aquella lujuriosa boca y esperaba que el muchacho no se ahogara por que nunca antes se había corrido con tanta cantidad de semen. Al parecer, los dioses escucharon su plegaria, ya que Harry fue sacando su miembro de su boca con cuidado y cuando su miembro ahora flácido abandono la cavidad, Harry se relamió el semen que todavía escurría y le había caído en los labios.

—Sabes muy bien—Fue todo lo que dijo el chico y Severus no pudo contenerse. Con un rápido movimiento hizo caer al joven sobre su espalda, mientras su cuerpo lo cubría. Luego procedió a saquear aquella boca rebelde que ahora solo quería besar.

Harry estaba siendo besado de tal forma que sus neuronas parecían estar muriendo. El cuerpo del hombre sobre él lo estaba excitando demasiado. Su miembro ya estaba duro desde antes y Harry casi podría apostar que ahora estaba de color morado por contenerse.

Sin embargo, Severus notó el tensó bulto debajo suyo y con habilidad, logro sacar el miembro del chico, dejando que se frotara con el suyo que estaba de nueva cuenta duro. Sus miembros se rozaban al tiempo que sus bocas luchaban por el control.

Harry apenas aguanto unos minutos de esta fricción deliciosa de piel contra piel y tela alrededor antes de correrse y gritar de placer. Severus también se corrió pero ahogo sus gemidos. Ambos colapsaron, Severus aun encima de Harry y respiraban con dificultad.

Severus se tumbó al lado y aspiro el frío aire de la noche. Fue cosa de impulso y por alguna razón, Severus no sospecho de lo fácil que estaba siendo todo esto—Puedes llamarse Severus, solo por esta ocasión—.

Harry, aun jadeando un poco, sonrió—Y... tu puedes llamarme... Harry. Solo por esta... ocasión—Dijo entrecortadamente el joven.

Estuvieron tendidos uno al lado del otro por lo que parecieron horas pero tan solo habían sido unos minutos. Ya más recuperado, Severus empezó a besar a Harry, mientras intentaba quitarle la ropa de encima. A la mierda, ¿Qué más daba si el Gryffindor se enteraba de uno de sus secretos? No es como si fuera a irlo contando.

Con un simple movimiento de mano, la ropa de ambos desapareció de sus cuerpos y apareció fuera del círculo de hadas. Harry estaba impactado, ¡Eso era magia muy poderosa! Pero las sorpresas no acabaron ahí, ya que el ahora familiar hechizo de lubricación fue ocupado en él. Harry se preguntó brevemente por que nunca intentó ser el de arriba, pero cuando Severus le preguntó si quería esto, abriéndole las piernas, colocándose entre ellas y mirándolo de forma tan lasciva... Harry solo atinó a asentir antes de que su culo fuera invadido por aquella polla que recién había chupado.

Si bien Lucius había sido extraordinario, Severus estaba en un nivel distinto. Sus manos tocaban todos sus puntos correctos mientras su polla tocaba todas sus paredes, incluyendo su punto dulce. Harry se retorcía y gemía, jadeaba a ratos mientras aquel pene estaba quitándole la cordura y él solo atinaba a arrancar el pasto con sus manos. Sumando todo esto a aquellas manos diestras, Harry estaba seguro de que su cerebro estaba siendo freído.

Severus no estaba mejor. Lucius no había sido muy hábil en definir a Harry. Receptivo era quedarse corto. Su pene siempre había necesitado cierta estimulación para pararse, pero basto solo el aroma de este joven para que estuviera listo y ya había tenido dos orgasmos previos en la mejor puta mamada de su vida y un delicioso frottage que no hacía desde sus días como estudiante.

Ahora estaba jodiendo al chico como si la vida se le fuera en ello y estaba gozándolo como nunca. Aquel interior era cálido y estrecho, se amoldaba perfecto a su pene y no quería salir de ahí nunca. Luego estaba el cuerpo del chico, tan suave y hermoso, sus manos se deleitaban recorriéndolo y acariciándolo. Aquella cintura parecía haber sido hecha para sus manos y sus pezones... eran rosados y lindos. Daban ganas de morderlos... de hecho...

Severus acercó su cuerpo y tomó uno de aquellos pezones y lo mordió con cuidado. Harry gimió de placer y más cuando Severus paso de mordisquear su pezón a chuparlo. Su pene seguía taladrándolo y estaba seguro de que pronto iba a correrse.

Severus se separo de su nuevo dulce favorito, ya que sentía como se acercaba el punto de no retorno y así fue, inundo aquel estrecho canal con bastante semen. Harry gritó mientras se vaciaba también.

Sin embargo, esta vez Severus no se separo de Harry, simplemente se tumbo boca arriba y dejó al muchacho arriba de él, con su pene clavado en sus entrañas y dejo que reposara un rato encima suyo.

Harry se acostó encima del hombre y jugó un poco con el vello en su pecho. Era menos que con Remus y mucho menos que el que tenía Lucius, pero ese poco era sexy. Todo Severus era sexy, desde su voz que debía ser la del diablo hasta esa nariz aguileña que lo hacía verse distinguido. Su cuerpo tenía músculos pero no pronunciados como los de Charlie pero eran suficientes.

Harry besó de nueva cuenta al hombre y mientras Severus respondía a la caricia, su miembro estaba listo de nuevo. Harry sintió el cambio en su interior y empezó a moverse rítmicamente, separándose del hombre y empezando a cabalgarlo, moviéndose hacia arriba y hacia abajo para luego moler sus caderas contra el hombre y de nueva cuenta hacia arriba.

Severus cooperaba también con el movimiento y movía sus caderas hacia arriba y en círculos a veces. Cuando encontraron su ritmo, no tardaron en correrse de nueva cuenta. Una vez saciados, ambos hombres se acurrucaron juntos y durmieron un rato.

Como había sucedido esas tres noches, su amante de ocasión, que esta vez era Severus, luego de esa siesta estaba listo para volver a complacerlo y Harry fue follado en varias posiciones. Severus lo puso en cuatro, luego lo folló con el por detrás mientras Harry tenía sus manos atadas a una rama. Tambien lo folló contra un tronco, con su cuerpo siendo cargado contra el tronco y Severus cargándolo en vilo mientras su pene lo penetraba deliciosamente.

De costado, misionero, montándolo al revés... Severus ya había perdido la cuenta de cuantas veces se había follado a Harry. Incluso habían hecho un 69 y Harry aun quería más. Su propia polla quería más.

No durmieron más esa noche y se dedicaron a ver cuantas veces podían correrse antes del amanecer. La cuenta quedo en 13 ocasiones. 13 veces en que Severus hizo correrse a Harry y su polla finalmente no pudo levantarse más.

La última follada fue justo cuando la luz del día empezó a estirar sus rayos, disipando la noche y encontrando a los dos hombres bastante entretenidos, con Severus aun enterrándose en el trasero de Harry y teniendo este tierno intercambio de miradas.

Severus no sabía lo que estaba pasando, y cuando estos pensamientos sobre lo anormal de la situación lo asaltaban, se iban rápidamente, como si alguien le estuviera hechizando. Y alguien muy poderoso ya que Severus era un oclumante consumado.

Cuando terminaron de coger, ambos hombres se limpiaron con sus varitas y se vistieron. Llegaron al desayuno antes que todos, de forma que no tenían que dar explicaciones. Aun así, Lucius llegó después de ellos y supo que Severus se había follado también a Harry. Oh bueno, nada que no se arregle con volver a follárselo de nuevo.

Pero las cosas no salieron así. Esa noche Albus dijo que se quedaría en el castillo un rato y Harry gimió. ¡Ahora no iba a poder follar con nadie! Con Dumbledore en el castillo, iba a estar vigilado todo el tiempo y Harry no quería que Dumbledore supiera lo que había pasado estos 4 días.

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