VII: Omar (II)

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Eso fue injusto —me dijo Kevin. Hizo un puchero como niño chiquito y sonreí. Permanecíamos desnudos, frente a frente en la cama luego de bañarnos—. Una doble injusticia porque tampoco era tu boca lo que quería.

—Demándame.

—Pierdo el caso ante uno de los mejores abogados del país. Además, ¿cómo me quejo de una mamada de otro planeta?

Sus palabras me hicieron reír, sin embargo, sentí un terrible ardor en el rostro.

—No digas eso —le pedí apenado y lo vi sonreír burlesco.

—¿Seguro que no lo hiciste antes?

—Segurísimo —afirmé, sonrojado, e intenté ocultar el rostro con un brazo, su risa burlona creció.

Sí, el sexo con él se sentía genial, como nunca, porque podía ser yo. No obstante, eran los momentos posteriores aquellos de mayor disfrute; bromeamos, reímos y hablábamos tonterías, apartados del mundo real.

El 505 del hotel Mónica, aquella habitación se convirtió en una representación misma de ese armario del cual no me atrevía a salir. Sin embargo, en su compañía, resultó más divertida y llevadera la espera del momento que pudiera atravesar las puertas.

Me gustaba escucharlo hablar y contar anécdotas alocadas de su día en el hospital, como aquella acerca de un sujeto que llegó con un jarrón atorado en el recto y cuando consiguieron "extirparlo", el hombre preguntó por esa cosa antes de marcharse.

—¿Sabes qué fue lo peor? —preguntó risueño y lo contemplé, atento, con el mismo gesto— ¡Regresó hoy, Omar, exactamente una semana después de su alta, con una botella de vino en el culo!

Sin duda, me provocó una enorme carcajada. Era divertido pasar el rato con él, quizás mi parte favorita luego de un largo día de trabajo.

También contaba cosas sobre la universidad y su jocoso mejor amigo quien parecía demasiado importante en su vida.

—Hablas mucho de Ricky —le dije en un momento y él me observó, extrañado.

—¿Celoso, Potter?

Negué en silencio con una sonrisa porque para nada, en realidad me gustaba escucharlo. Quería conocer todo de él.

—Es linda la relación que tienen. —Él sonrió y yo proseguí—: Solo me preguntaba, ¿qué hay de tu familia? O bueno, como dijiste, "las personas que se encargaron de ti", jamás los mencionas.

El chico guardó silencio por largo rato con la mirada perdida, después se sentó para observarme, completamente inexpresivo, parecía meditar qué decir o hacer. De la gracia y jolgorio previo no quedó ni rastro; en cuestión de segundos, todo se tornó mutismo, pareció no agradarle el tema.

—Kevin, yo... —intenté decir algo, él me interrumpió con un beso y trató de subir a horcajadas sobre mí, pero lo detuve—. Espera, Kevin, para. Por favor —le exigí en un tono condescendiente.

Lo vi liberar un lánguido suspiro y luego intentar erguirse.

—Kevin, espera. —Sostuve su muñeca para impedirle marcharse y su inexpresivo rostro volvió a clavarse en mí—. ¿Por qué lo haces? ¿Crees que no lo he notado? Siempre que algo te resulta incómodo o quieres evadirlo, tratas de resolverlo con sexo...

—Lo siento...

—No, yo lamento mover alguna fibra sensible. —Me apresuré a interrumpirlo.

Quería dejarle claro que podía confiar en mí, no buscaba lastimarlo. Deseaba conocerlo y que fuese capaz de abrirse para mí, no solo en el plano sexual.

—Kevin, yo no te forzaré a hablar si no quieres hacerlo, pero tampoco intentes evadirme de esa manera, no soy idiota.

El silencio volvió a sembrarse. Él se giró en cuanto liberé su muñeca y solo esperaba escuchar, al menos, una excusa antes de marcharse.

—Omar, no suelo hablar de esto, pero haré una mínima excepción por hoy. —Tomó una profunda bocanada de aire y luego de un larguísimo suspiro continuó de espaldas a mí—: no tengo una familia. El dieciséis de septiembre no es mi cumpleaños, sino de Ricky. Él decidió compartirlo conmigo desde que nos conocimos y supo mi historia, no hablaré de ella ahora... —Su tono tembló, incluso sus ojos lo hicieron, al mirarme—. Te-te pido que no-no inten, intentes indagar, ¿puedes?

No dije nada, pero el golpe que sentí dentro de mí me obligó a incorporarme y halarle con fuerza, lo envolví en un abrazo al cual respondió enseguida; lucía muy afectado por lo que quiera que fuese. A pesar de no emitir ni un sonido, las lágrimas de Kevin empaparon mi hombro. En mí nació entonces, el irrefrenable deseo de protegerlo; aunque ni sabía de qué.

♡⁀➷♡⁀➷♡⁀➷♡⁀➷♡

El tiempo siguió su curso y conforme pasó, me sentí más ligado a Kevin, a pesar de eso, no me atreví a indagar nuevamente después de sus palabras en el hotel aquella vez. Pensé que sería mejor darle el tiempo necesario para atreverse a contarme. Por otro lado, comencé a estar más cómodo con ese yo real y tuve la esperanza de que pronto pudiese dar la cara sin tapujos, aunque de momento, intentar salir del armario era un reto que no me atreví a tomar.

Con la llegada próxima de las vacaciones de invierno, se me ocurrió invitarlo al viaje familiar que haríamos a España para encontrarnos con mi nenita y él me contempló, extrañado. Su rostro se contorsionó, me vio como si le hubiese crecido una segunda cabeza a mi cuello.

—Omar, ¿si escuchas lo que me pides?

—¿Te parece mala idea?

—Bueno, pasarán las fiestas en familia, ellos no saben que eres homosexual, mucho menos que sales conmigo. ¿Qué quieres? ¿Aventarles la verdad en la cara y luego huir tomados de la mano por las calles de Madrid...?

—Barcelona... —corregí, enseguida realizó ademanes con sus manos para restarle importancia y continuar:

—¡Lo que sea! La cosa es, ir como duendes de la felicidad, mientras cantamos «La vie in rose». ¿Eso es lo que quieres?

Fue imposible no reír ante el tono irónico que empleó y toda la tontería expresada. Tomé su mano sobre la mesa, cenábamos en Il Girasole aquella noche, el restaurante italiano rotador, y no dejó de contemplarme con una silenciosa negación.

—Omar, no me mal entiendas —dijo en un tono más condescendiente—, me gustas y mucho, la verdad, pero creo que antes de realizar una locura como esa, debes ser capaz de enfrentar tus miedos, aceptar quién eres y mostrarte ante tu familia. No puedes escudarte en mi presencia para hacerlo.

—Lo sé.

—Si haces las cosas así, lograrás justo lo que no deseas, alejar a tu familia. Piensa: voy contigo, ¿qué les dirás? ¿Qué soy tu asistente? ¿Y luego soltarles la verdad, sin anestesia, una vez allá?

Un lánguido suspiro emergió desde lo más profundo de mi garganta porque él tenía razón, no era la forma correcta de tratar el tema. No obstante, verlo frente a mí, a sabiendas de que en cuestión de horas tendríamos que despedirnos, me provocó una sensación de vacío.

Tal vez interpretó mi pesar o pudo notarlo en mis ojos; lo que fuese, llevó a Kevin a cambiar la posición de nuestras manos para apretar con fuerza la mía.

—Voy a extrañarte.

—Yo, mucho más a ti, Kevin.

La noche de partir llegó, reí mientras cargaba a mi nieta, nos hicimos fotos familiares a la espera del vuelo, conocí a mi nueva nuera en cuanto Mike apareció con su novia, una chica bastante dulce y quizás ella resultara la indicada, al menos quería pensarlo, ya que la invitó al viaje.

A pesar de todo el jolgorio, deseé siquiera despedirme de Kevin en ese aeropuerto, pero tampoco fue posible, mi miedo a ser descubiertos lo impidió. Tocó conformarme con abrazar el recuerdo de sus profundos besos y la esencia que su piel dejó en mi cuerpo hasta mi regreso.






♡⁀➷♡⁀➷♡⁀➷♡⁀➷♡
Y aquí tenemos la segunda actualización del día, nos leemos lueguito😘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro