Quisiera mencionar algo personal que me dejó esta historia, y que se hace mucho énfasis en la recta final, sobre los sueños y las metas. 

Poder terminar esta historia siempre fue algo así como un sueño porque sabía que me costaría mucho trabajo y la veía como una meta lejana, de años (por supuesto que pasaron años), pero de a poco, lo necesario para completarla y enriquecerla fue llegando, casualmente, por esfuerzo, o por personas oportunas, y el empuje final para poder verme a mí ahora emocionadx por haber logrado mi meta.

Así que sí, no solo mi meta era terminarla, sino dejar una historia muy bonita que me hiciera sentir orgullosx, y darme cuenta de que tenía algunos fieles lectores me convenció de que valía la pena.

No sé bien qué me depare después de haber terminado con Una de mil, porque hasta ahora, con una depresión que vengo controlando con terapia y medicamento, esta historia me estuvo salvando, sabiendo que yo no podía dejarme caer porque "tenía que terminarla".

Como le sugirió Rafael a David, habría que buscar una nueva chispa. Quizá ahora yo tengo que buscar otro sueño, otra motivación que me haga seguir. Quizá ahora yo me sienta como David, a veces como Rafael, pero sé que han dejado valiosos mensajes para mí, porque cuando los personajes toman vida terminan sorprendiendo al escritor.

Me siento bastante agradecidx con Rafael y con David por ser mis compañeros estos últimos años y ser tan pacientes para terminar su propia historia, por regalarme una canción tan sentida que, gracias a un estimadísimo amigo, aun si nos quedó bien rústica con la guitarra vieja que pedimos prestada y mi nada profesional voz cantora, logramos componer para que se pueda oír en el capítulo final.

Estoy llorando de emoción y alegría mientras escribo esto, cosa que no me pasaba en mucho tiempo. Y deseo con mi corazón seguir escribiendo. Pero sé que me alejaré un poco de la plataforma hasta que pueda hallar un nuevo sueño y tener otra razón de seguir. Por ahora, tengo pensado volver a mis primeros amores: los fanfics, jaja.

Lo que más quisiera es que esta historia llegue a más. Pero mi agradecimiento es eterno para quienes no me soltaron la mano todos estos años.

Gracias infinitas por leer y por escuchar. 

Gracias a mis lectores, fueron una sorpresa muy grata para mí en el tiempo que creía que esta historia no llegaba a ninguna parte. Espero que ahora les quede en algún lugarcito de su corazón.

Dandelion (agosto de 2023)