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Kanae se despertó temprano el día siguiente, y lo primero que hizo apenas abrió sus ojos, fué levantarse de la cama e ir directamente al espejo que tenía dentro de su dormitorio.

Observó su rostro, miró su figura, todo su cuerpo, sus muslos, sus pechos, su cintura, etc. El cumplido que el pelirrojo le había dicho la noche anterior en verdad le había subido los ánimos, porque lo dijo con tanta sinceridad, una sinceridad que ni siquiera su novio empleaba para decirle algo meramente bonito.

Se devolvió a su cama, se dió cuenta que aún era muy pronto para iniciar el día. Tomó su celular, y apenas encendió el mismo se dió cuenta que le había llegado una solicitud de amistad. No tardó mucho en intuir de quién era dicha solicitud y, dicho y hecho, cuando la abrió, vió que se trataba de aquel chico pelirrojo quien, con solo unas pocas palabras, la hizo sentirse muy feliz.

Le aceptó la solicitud sin pensarlo, aunque tuvo un pequeño dilema en ese momento si mandarle o no un mensaje, pensó que tal vez era muy pronto, pero también pensó que no saludarlo al menos era algo grosero. Mientras seguía en ese dilema, le llegó un mensaje, era Tanjiro.

"Buenos días"

Vale, el chico fué el primero en saludarla, estaba conectado lo que explicaba el mensaje tan repentino. No tardó mucho en responderle el mensaje al pelirrojo.

"Buenos días, Tanjiro"

Luego de mandar ese mensaje, ella revisó la foto del pelirrojo, una sonrisa gentil y una expresión amigable, Tanjiro tenía un..., ¿Cómo decirlo? ¿Un no se qué? Qué hacía a Kanae mirar detenidamente su foto. Le echó una que otra ojeada al perfil de él, a simple vista parecía ser un chico con quién definitivamente valía la pena entablar una amistad (aunque para estos casos, algo más que eso)

"Espero que hayas dormido bien anoche, Kanae"

Le extrañó un poco ese mensaje del chico...

"Supongo que sí pero, ¿Por qué lo mencionas?

Le preguntó ella, intrigada en saber el motivo de ese mensaje.

"Dicen por ahí que dormir bien mantiene la belleza natural, y tú eres prueba de ello"

Y ahí va otra vez, le sacó una sonrisa a la mayor de las hermanas Kocho, pero no se explicaba el por qué, no eran cumplidos fuera de lo común, incluso hasta su novio se los había dicho..., hacía mucho tiempo. Así que no entendía el por qué le hacía sentirse feliz con esos cumplidos.

"Jaja ¿Sabes algo, Tanjiro? Estoy empezando a creer que verdaderamente necesitas usar lentes"

"Cómo te lo mencioné anoche, no necesito usar lentes"

"¿Vas a venir de nuevo esta noche?

Preguntó Kanae, a lo que el chico respondió rápido...

"Por supuesto, Shinobu y yo necesitamos continuar con ese trabajo. ¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso me extrañas?

"Curiosidad, eso es todo"

Mandó ese mensaje Kanae, pero claro, después de borrar la otra parte que decía "porque extraño tus cumplidos". Habló con el chico unos momentos más, y en cada ocasión, el pelirrojo aprovechaba para sacarle una sonrisa a la jóven mujer. ¿Quizás la estrategia del pelirrojo era hacerlas sonreír y hacerlas sentir bien? No sabría decirles para ser sincero.

Ambos se despidieron, puesto que el pelirrojo debía alistarse para ir a la universidad, y obviamente Shinobu también debía hacer lo mismo. Kanae se levantó ahora sí definitivamente de la cama, y procedió a hacer su respectivo aseo personal en el baño de su dormitorio.

Desayunó junto con su hermana menor, y mientras tomaban desayuno, Kanae aprovechó para tratar de sacarle la mayor información posible a Shinobu sobre el pelirrojo, pero obvio, al mismo tiempo tratando de no verse interesada en ese chico.

No obstante, Shinobu se percató que su hermana le estaba sacando información sobre el chico...

—¿Kanae, acaso te interesa Tanjiro? —esa pregunta repentina tomó por sorpresa a Kanae, sin embargo, la mayor trató de escudarse en una de las respuestas más clásicas que puedan existir.

—Ah..., no, solo me interesa saber con qué clase de persona te estás juntando, eso es todo —respondió Kanae. Cabe mencionar que esa respuesta no convenció para nada a la menor de las Kocho.

—Ajá, claro —dijo Shinobu, sonriendo con ironía.

—Es en serio, eres mi hermana y mi deber es cuidarte, y una de mis obligaciones es saber con quién te juntas y quienes son tus amigos —comentó Kanae, luchando por no mostrarse interesada en el chico.

—Seguro, seguro. Supongo que esas "miraditas" que ustedes se dieron anoche entonces no significan nada, ¿Verdad?

Kanae guardó silencio luego de escuchar esa pregunta. Shinobu se rió de ello, y decidió no molestar más a su hermana con eso, tenía que irse a la universidad y, además, su hermana ya era una persona adulta que podía hacerse responsable de sus acciones y de sus sentimientos, y con eso me refiero también a la relación que tenía con su novio, quien dicho sea de paso, ni siquiera había tenido la "molestia" de mandarle un mensaje.

Kanae se quedó sola el resto del día en el departamento, en tanto que Shinobu iba a la universidad.

Kanae encendió su computadora y comenzó con su trabajo, siendo maestra de idiomas por internet, y aunque le iba bien, algún día trabajaría en algo más que eso.

Sin embargo, en ocasiones no podía dejar de pensar en ese muchacho, le había agradado, incluso más de lo necesario por decirlo de algún modo.

El día pasó, Kanae preparó temprano la cena, y se apresuró en tomar una ducha. Estaba sola en aquel departamento, por lo que no tenía que preocuparse si alguien la espiaba o miraba, así que, tal y como vino al mundo, se encerró en su dormitorio y se alistó, poniéndose un lindo vestido y usando un perfume con un aroma sutil pero agradable; no deseaba verse muy arreglada por decirlo de ese modo.

La tarde fué historia y la noche fué un hecho. Tanjiro y Shinobu llegaron nuevamente al departamento de las hermanas Kocho. Kanae los recibió con una gran sonrisa, invitandolos a pasar adentro, a lo que ambos ingresaron sin perder tiempo.

—Te ves linda, Kanae —mencionó el pelirrojo, dejando que Shinobu pase de largo y quedándose él a solas con Kanae.

—¿Tú crees? Hacia tiempo que no ponía este vestido, ¿Aún me queda bien? —preguntó Kanae, colocando una mano en su cintura y mirando al chico.

—Te queda de maravilla, creo que tendré problemas para concentrarme en el trabajo si estás cerca —dijo el chico, volviendo a sonar tan natural, tan sincero con lo que respondió.

—Jaja..., suerte con eso —le respondió, con una pequeña sonrisa.

Kanae cerró la puerta luego de eso, al parecer lo que planeó dió muy buenos resultados, y enserio se sentía bien que el pelirrojo haya notado lo linda que se veía esa noche.

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