Primeros dos meses

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Ya había cumplido el primer mes de embarazo y ahora estaba entrando en el segundo. Los síntomas eran muy notorios pero manejables.

La mayoría del tiempo Bruce la pasaba dormido, a veces iba a trabajar cuando era algo muy importante, pero siempre se dormía en su oficina. Los mareos eran los peores, ni siquiera podía trotar cuando ya le faltaba el aire y sentía su cabeza explotar; pero tenía una solución: Clark.

El lo transportaba para todos lados en la mansión, si tenía algo urgente iba su esposo y no el, eso le ayudaba a estar más tranquilo, aunque se sentía un poco inútil. Lo paseaba por los cielos si tenía ganas de salir e ir a un restaurante. Pero solo era una exageración por parte del kriptoniano, ya que el era capaz de hacer todas esas cosas por su cuenta, aún.

Pero una de las cosas que más odiaba, eran sus ganas de ir al baño todo el tiempo. Sabía que era a causa del embarazo, pero era el colmo.
Comía, y después iba al baño, caminaba un rato y tenía ganas de ir al baño, dormía y se despertaba para ir al baño. Eso lo estaba frustrando.

—Otra vez no...— se quejó, recostándose en su silla.

—¿Que pasa, señor?— preguntó su secretaria. Ella estaba ahí por asuntos de papeles que requerían la atención del jefe.

—Nada. Ya te puedes retirar— la despidió.

—Como desee, señor— acepto coqueta.

—Agh...— se repudio el hombre —Ahora si no aguantó— se levantó y se fue al baño, esa era como la décima vez en el día.

Al terminar su trabajo se fue a su hogar, quería quitarse esa ropa por una más cómoda. Primero se deshizo del saco, pero al momento de querer quitarse la camisa, el rose ella en sus pezones le dolió un poco.

—¿Que mierda?— se preguntó. Al estar desnudó del pecho, se vio en el espejo, y noto que estos habían crecido levemente —¿Que..?— al momento de querer tocarlo se estremeció.

—Ni siquiera tengo el vientre abultado, cuando ya tengo sensibles los pechos— se dijo a si mismo —Y todo es por ti, dulzura— le hablo a su hijo.

Siguió viéndose en el espejo, tocándose los pezones, no de mala intención. Solo estaba intrigado por lo hinchados que estaban.

—¿Donde estará Bruce?— se preguntaba el alienígena caminando por los pasillos de la mansión. Se fue a su habitación con la esperanza que allí estuviera su esposo —¿Amor?— abrio la puerta lentamente, sin tocar antes.

Tan distraído estaba que no escuchó el rechinar de la puerta, dejando ver a un hombre de gran estatura entrando a la habitación.

—¿Que haces, cielo?— preguntó al ver la escena.

—¡N-Nada!— se sorprendió. Por rápida acción, tapó su pecho con lo primero que vio enfrente —¿Que haces aquí?— trato de cambiar tema.

—Ocurrió una fuga en el trabajo y nos despacharon a todos— explicó —¿Que estabas haciendo?— volvió a preguntar, acercándose poco a poco.

—¡Ya te dije que nada!— volvió a negar —Que necio eres.

—Dime.

—No.

—Por favor, dimeee— rogó, alargando la última letra.

—Que no.

—Con que no me vas a decir...— dijo divertido. Tomó a Bruce de la cintura y lo elevó, lo dejó caer sobre su cama y comenzó a llenarlo de besos y caricias.

—Dime...— le pedía entre besos.

—Mhm..no— se negaba.

Siguieron con sus apasionados besos, Clark bajando poco a poco por el cuello de su esposo hasta llegar a su pecho descubierto, pero al momento de tocar uno de sus pezones, un quejido ronco lo detuvo.

—Auh... duele— susurro.

—Lo siento— se disculpó con una sonrisa —Tendré cuidado.

Se limitó a masajear el pecho de su amante suavemente, no quería lastimarlo. Bajo poco a poco hasta llegar a la entrepierna, frotó su mano en el notable bulto del pantalón ajeno,
queriendo hacerlo más y más grande. Bajo la cremallera y sacó el miembro erecto de su esposo, que tenía un buen tamaño por cierto.
Sin esperar más, lo metió en su boca, comenzando enseguida el vaivén de arriba para abajo. Lamia la punta en círculos, lamia y a la vez chupaba haciendo sonidos eroticos. Lo metía lo más profundo que pudiese, hasta llegar a la garganta.

—Mhm... creo que... Ah....— trataba de hablar el millonario —M-Me voy...¡me vengo!

Clark trago toda la esencia de su esposo, hasta la última gota.

—¿Te lo volviste a tragar?— preguntó —¿Que voy a hacer contigo?— preguntó con ternura, mientras limpiaba su rostro.

Bajo un poco más hasta llegar a la entrada, daba besos alrededor mientras masajeaba la caderas de su esposo. Bruce daba leves suspiros de excitacion y tenía escalofríos por los suaves toques de su esposo, ya que este trataba de ser cuidadoso por su hijo.

Tomó lubricante y lo embarró en sus dedos, también agregó un poco en el botón de su amante, introdujo un dedo con sumo cuidado, dejándolo completamente dentro por un rato para que se vaya acostumbrando a tener algo dentro de él. Siguió con el siguiente, manteniéndolos unidos, sacándolos y metiéndolos a la misma vez. Cómo una pistola.

Al sentir que estaba lo suficientemente abierto y lubricado, se puso un condon para que fuera más fácil meterla. Metió la punta, y al hacerlo, sintió una calidez fantástica que le hizo perder la cordura y paciencia. Quería sentir más, tanto que la metió de una sola estocada, llegando al fondo inmediatamente.

—¡Muy profundo! ¡AH!— gimió al sentirlo prácticamente en su estómago —¡AGH!

—L-Lo siento...— hablo ronco —Pero se siente demasiado bien...Mhm.

Otra estocada, esta vez mucho más profunda que la otra. Clark tomó las caderas de su esposo, mientras que este se aferraba a las costosas sábanas de su cama, estaban realmente perdidos en la excitación.

—¡UGH! !Ah! Si...— murmuró al final —Sigue así... ¡Ah!

—..¿Que?— se detuvo al escuchar murmullos de parte de su pareja.

—¡¿Por qué paras?!— reclamó, ya que estaba a punto de venirse otra vez —¡Sigue!

Y como una máquina, la ordenes fueron acatadas en menos de un segundo, continuando con la penetraciones, pero esta vez más fuertes y profundas.

—¡Si! ¡Así! ¡Si!— gritaba de placer el murciélago —¡Ya casi! ¡AAAHH!

—Ah...— gruñó al venirse dentro.

Salió lentamente y limpió a su esposo con cuidado, le dio un último beso en los labios y después bajo a besar su vientre; se recostó en uno de los hombros del mayor, mientras que este paseaba su mano por su cabello.

—Sabes...— hablo el kriptoniano.

—¿Que?

—Sabes que te vi, ¿no?— dijo —No sabía que te dolía cuando rozaban con tu camisa.

Los tonos de rojo en el rostro de Bruce eran increíbles, no sabía si eran las hormonas, pero su corazón latía a mil. Tal vez era por el flujo constante de sangre, ya que en esa etapa el cuerpo produce sangre adicional debido al embarazo, así que eso hacía que su corazón se acelerara por cualquier cosa. Y tenía que tener cuidado en eso, ya que como les dijo el médico, es muy probable que Bruce tenga el doble de síntomas que una mujer.

—Tu corazón late muy rápido— dijo el kriptoniano —¿Estas bien, amor?

—S-Si, es solo que es algo culpa del
embarazo— bueno, esta vez no era por el embarazo, estaba realmente avergonzado.

—Wow, late más rápido— se sorprendió.

—¡Y-Ya basta!— lo callo —Quítate de encima.

—No te enojes~— rogó cantadito.

—¡Que te quites!— volvió a ordenar al sentir como Clark de aferraba más a él.

—Dame un besito— pedía, tratando de acercarse a su rostro.

—¡No!

—Por favor~

—¡Que no!

Y así siguieron jugando todo lo que quedaba del día, olvidando que Bruce estaba en cinta ya que hicieron el amor como salvajes.




Continuará...

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Q bonetos.

Primero que nada..

Porque vi varios comentarios de que si era hombre...

¡Si soy un hombre!, bueno no un hombre, más
bien un muchacho.

Y si, soy un muchacho al que le gusta el yaoi, me encanta.

¿Porque? No se, y apuesto que nadie sabe de donde chingaos sale la obsesión de ver a dos hombres besándose, pero es hermoso. ;v

¿Si soy gay? Pues eso ni yo se.

Solo se que nadie me quiere :")

Si tienen alguna otra pregunta con gusto se las respondo.

Ya todo aclarado

Voten y comenten pls.

Sha me voy..

Bye~

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