Narradora P.O.V.

Madara Uchiha corría rápidamente entre las calles destruidas de Konoha, había huido de su pelea con el cuarto Hokage, no estaba en condiciones de pelear tanto. Cuando al fin estaba a punto de salir de la aldea, se encontro con una pequeña niña de 3 años que lloraba entre los cuerpos muertos de los que deberían ser sus padres.

Madara observó asombrado su peculiar color de cabello, pues era un Rosa Cerezo. Madara negó con la cabeza rápidamente, no debía distraerse, volvió a correr pero a los pocos segundos se arrepintió y regreso.

Se paró frente a la niña, quien abrió sus ojos llenos de lágrimas revelando un lindo color Jade que encantó a Madara.

-¿Cómo te llamas? -Pregunto

-S-Sakura-Dijo con temor

-¿Ellos son tus padres?-Pregunto señalando los cuerpos a lado de ella

-No señor- Negó rápidamente con la cabeza

-¿Donde están ellos?-Pregunto

-Murieron hoy en la mañana en una misión, venía de pelear con mi amiga Ino cuando comenzó el desastre y estos ninjas murieron frente a mis ojos.-Dijo con un nudo en la garganta en su voz.

-Debería estar huyendo ¿Por que carajo sigo preguntándole cosas a esta niña? -Pensó molesto

-¿Eres feliz aquí?-Pregunto el

-No, mi amiga ya no lo es, así que no tengo a nadie-Dijo comenzando a llorar nuevamente

Madara la cargo haciendo que los ojos Jade de la niña chocaron con los negros de el.

-¿Quieres venir conmigo? Pero te seré sincero, este desastre lo cause yo. -Dijo rápidamente

La niña, con un poco de duda asintió. Eso fue suficiente para Madara.

La sujeto con fuerza y volvió a correr, corrió y corrió toda la noche, después todo el dia y en la noche siguiente, se refugiaron en una cabaña muy bien escondida en el Valle del fin.

-¿Cómo se llama, señor?-Pregunto la niña tímidamente

-Soy Madara. ¿Cuál es tu apellido?-Pregunto

-Haruno- Respondió tímida

Madara la observó fijamente. La niña era una preciosidad, pelo rosa Cerezo liso y sedoso, ojos Jade brillantes y piel blanca nivea.

-¿Te puedo llamar papá?-Pregunto ella tímidamente

Madara la observó y sonrió cariñosamente para después asentir.

-Ahora Sakura, es hora de dormir- Dijo cargandola en brazos

-Si papá-Dijo con una sonrisa la pequeña

Madara la llevo a un cuarto y la acostó en la cama, donde la niña rápidamente se quedo dormida. La observó detenidamente y sonrió.

-Es una niña, débil obviamente pero la entrenare para que no lo sea. Será tan o más fuerte que yo. Ella me ayudará con mi objetivo, destruir Konoha y luego adueñarme del mundo como su nuevo Rey y ella mi linda princesa. -Pensó con una sonrisa malévola en el rostro para después salir de la habitación dejando sola a una pequeña niña pelirosa, que no sabía el dolor que pasaría de ahora en adelante

Sakura P.O.V.

Han pasado los años, ya tengo 11, papá dice que pronto tendré que irme a vivir sola a Konoha para entrar a la academia ninja.

Tengo cabello rosa Cerezo, largo hasta los tobillos y sujetado por una coleta alta, lo tengo así de largo porque papá dijo que Mi cabello fue una de las razones por las que regreso por mi, dijo que le había encantado. Mi piel es blanca nivea. Mi busto está muy desarrollado para mi edad, tengo vientre plano, piernas torneadas, cintura estrecha y caderas anchas.

Mi padre es muy poderoso, aprendí todo de el.

Debería odiarlo y tenerlo por todo lo que me ha hecho, pero no puedo, es la única persona a la que le guardo cariño, pues el se encargó de que perdiera la habilidad de dar cariño.

Soy una persona fría, sería, indiferente y reservada. Jamás he convivido con nadie que no sea mi padre.

Papá me hizo matar a muchas personas para probarle que lo quería y que siempre le seria leal.

Papá me hizo contarle todo mi pasado, aunque era poco pues lo conozco desde los 3 años.

Le conté sobre quien era mi ex mejor amigo, Naruto Uzumaki, mi ex mejor amiga, Ino Yamanaka, y mi antigüo y estúpido amor, Sasuke Uchiha.

Papá me golpeaba brutalmente si no hacia correctamente los ejercicios. Papá me torturaba con genjutsus si no aprendía a la primera.

Tengo muchas marcas de papá en mi cuerpo, tengo una enorme cicatriz a lo largo de mi hombro derecho hasta mi cadera por el lado izquierdo. Me la hizo con un látigo negro cuando a los 5 años no pude hacer bien el jutsu clones de sombras.

Tengo otra pequeña cicatriz en mi tobillo que me la hizo con un kunai cuando me lo encajó y retorcio por no poder caminar bien sobre el agua. Tenía 4 años.

Mis antebrazos tienen pequeña marcas de pelea, tuvimos un duelo con Katanas recientemente. No recibí ningún castigo, incluso papá me abrazó. Dijo que era una prodigio.

Papá quiere destruir Konoha, por eso desea que vaya a su Academia ninja para convertirme en jounin o Anbu para que sepa secretos de esta y contárselo.

Se que estaré bien, pues papá me enseñó lo inservibles que son los sentimientos y también me enseñó a sobrevivir en misiones.

Aveces me dejaba sin comer una semana entera para que aprendiera la lección si yo me atrevia a contradecirlo o no hacia bien un entrenamiento.

A decir verdad, amaba esos castigos, pues eran los menos dolorosos.

Estoy lista para todo lo que se me venga encima en Konoha, haré todo s mi para que mi papá sea feliz.

Soy Sakura Haruno y esta es mi historia.