Capítulo 10

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Camila O'kelli

Al llegar a casa, estacioné el auto en el garaje donde iba mi auto, bueno el auto que me prestaron para mis niños, me quedé por un largo rato pensando ¿Qué hacer con los niños? Por lo menos Julieta está bien, pero Ema, tiene problemas por donde lo vea.

Yo estaré aquí para los niños. Y pase lo que pase, todo estará bien. No los dejaré solos.

Abrí mi gaveta y metí los resultados de ambos niños en esta, por ahora diré que todo fue bien en todos los sentidos. Pero con Ema debo hablar por aparte, aunque...

Mentir está mal y solo te trae más problemas, pero...

No soy capaz de ver que no pueda disfrutar de sus vacaciones o que no le den la oportunidad de poder enmendar sus errores.

Baje del auto y me encamine a casa, al ingresar, escucho fuertes discusiones, reí nerviosa, si por allá llueve. Por acá no ha de escapar. Suspiré con pesadez e ingrese a la sala, mire de reojo a todos lados, los primos del señor Paul estaban cómodamente sentados en los muebles. Y las hermanas discutían a un costado con su hermano, quien sabe por qué.

-Buenas tardes -todo se queda en silencio, trague grueso, mire hacia dónde estaban los primos de Paul y me miraron cómo muy deseosos de pies a cabeza, bufé con fastidio, sonreí y hacerles una medio inclinación de saludo por decencia, sea como sea, son de la familia y yo soy solo su empleada.

La niñera de sus hijos.

-¡Camila! -salen los niños de sus escondites, pero se esconden detrás mío, gemí por inercia al sentir sus manos frías. Los mire y me arrodillé para esperar a que me dijeran que pasaba.

-¡Camila! -repitió Juli, se acerca a mí y pone una manito en mi oreja para contarme lo que está pasando -Papá llegó loco, Ema iba muy distraído y sin cumpla le regó todo el jugo de naranja en su super traje, por que tiene una fiesta a la que acudir -me levanto de mala gana del piso, ¡¿solo por eso hasta gritaba a sus hermanas e hijo?!. Mire como una loca a punto de matar a ese idiota, él solo se esconde detrás de su hermana, esta se hace un lado.

-¡Señor Paul! -lo llame tranquilamente, pero mi mirada refleja otra cosa...

.....

Dylan Paul

No se por que, pero un horrible presentimiento pasó por mi cabeza al momento de ver a esa mujer ingresar, un mal presentimiento, por cierto el color de su vestido no le sienta tan mal, ese tipo de vestidos se me ven... Bien.

Ella no es una chica normal, de eso no cabe duda. Jamás saldrá ese pensamiento de mi cabeza.

No se por que, mis pies se movieron solos para esconderme detrás de mi hermana, jamás he tenido miedo, ¿por que temerle a esa mujer?.

Mire a Kristel esperando a que me ayude, pero ella se fue a sentar al lado de mis primos, Karlel se hizo a un lado y se sentó en la mesa, me miró con picardía, y me hizo una seña como...

"Por qué no sigues alegando" sabe que esa mujer no se quedará callada y pues yo tampoco, no le tengo miedo.

Me gire para mirarla, pero ella ya estaba cerca de mí

-¿El señor no tiene más ropa?. ¡No tiene con que cambiarse para su dichosa fiesta! En vez de descargarse con sus hermana y los niños... - ella suspira para después sonreír -¡Vamos! -me tomo de la mano, se siente bien, pero...

-¡Espera! Me estás tratando como un...

Me toma con fuerza de la mano, gruñó, ¿aquel cuerpo tiene esa fuerza oculta? -¡Un mocoso es como te comportas! -llegamos al cuarto piso, ella ingresó a mi armario y me sacó varios trajes, bastante elegantes y muy lindos, no sabía que tenía eso allí.

-Según la ocasión. Escoja uno. Le puse cinco que serían para cinco ocasiones distintas pero para lo mismo, elegante y bastante como decirlo... Guapo para las mujeres de su clase. -ella comienza a caminar hacia la salida -Otra cosa, usted vuelve a hacer ese tipo de shows allá abajo, y sabrá de que soy capaz -que miedo esa mujer. - ¡No voy a tolerar más pataletas!. -abrí mis ojos bastante asombrado.

Esta mocosa si da miedo

.....

Salí ya arreglado, escogí uno de los cinco atuendos que ella me puso sobre mi cama. Hasta sabe vestir a un hombre, ya tengo quien me pueda ayudar en estas ocasiones.

Ella es perfecta en este sentido y en lo regañona también, y eso que es joven.

Baje las escaleras y ahí los vi. Mis primos están muy sonrientes mirando el cuerpo de la niñera de mis hijos. Fruncí mi ceño.

¡Qué no comprenden que es una niña!. Ni eso respetan.

-¡Se te caen los lentes cuatro ojos! - llamó su atención, él ríe.

-Hasta que la princesa berrinchuda decide salir -gire mi cabeza para otro lado, O'kelli me estaba mirando bastante triunfante.

Por ahora ganas tú, no habrá tercera vez.

>Bueno la verdad ella viene ganando desde hace rato, no es la primera vez< siempre la voz de mi conciencia sale a relucir.

Mire hacia el frente, O'kelli se había parado de la silla que compartía con mis hijos, se acerca bastante amenazante hacia a mi, medio retrocedí.

>Vez, volvió a ganar < shh estúpida consiencia.

Me sonríe, no se pero sentí un fastidioso escalofríos pasar por mi espina dorsal.

-Tiene mal puesta la corbata -comienza a organizarla, inhale su aroma. Siempre es el mismo ¿Qué no tiene más perfumes?

-¡Dylan, ya es un niño domesticado! -se burlan los imbéciles. Les hago una mueca de disgusto

-Señor Paul -ella me habla bajo, mientras mis primos seguían en su burla - Desde ya se lo pido, así como tiene tiempo de salir a sus fiestas, saque tiempo para los niños. No se haga odiar a futuro por ellos. - ella suspira y limpia mi chaleco -Usted ahora lo ve todo normal. Pero ellos más adelante te van a reclamar y va haber un momento en qué usted no les podrá decir nada. Por qué jamás estuvo allí para ellos -ella me sonríe -Escuche mi consejo. Ya se puede ir.

Me da la espalda - Niños. Vamos a sus cuartos. - pestañear varias veces, más que un regaño, sonó más a dolor.

¿Por qué se comporta así ella?

.....

Todo el camino hasta llegar al lugar donde me invitaron mis primos; mis pensamientos me consumieron, no deje de pensar a esa mujer-niña, me ha dejado asombrado con su valentía, madurez, su forma de expresarse, y la manera en cómo soluciona las cosas con tanta facilidad.

Aunque me encabrona como me trata, soy su jefe, ¡merezco respeto!

>No te lo has ganado< gracias conciencia, siempre tu activa en ello.

¿Mis padres cuando volverán?

-Dylan, Dylan -desperté de mi burbuja y los mire - Sí, lo dejaron mal - me perdí tanto en mis pensamientos que no me di cuenta como se burlaban de mí en mi cara. Role mis ojos -Ya se dio cuenta que disfrutaremos de este nuevo Dylan -ríen los dos -No enserio, que te hizo la super niñera. Te pego tremendo regaño.

-Callate - se lo pedí tranquilo.

-No, y no solo eso, lo viste, le acomoda la corbata, que sigue, la comida en la boca. -le sigue el juego Frank

-¡Callate! - la primera vena aparece en mi frente, cerré los ojos

-Donta bebe, aqui ta - imita la voz juguetona de bebes -Apapacho

-¡¡Callesen!! - me sacaron de quicio.

-Mirale el sonrojo, si, ahora si es un niño -ambos revientan en carcajadas, me cruzó de manos.

-Niños se parecen a ustedes. Le diré más bien a Cami... - ambos abren los ojos. Me di muchos golpes en la cabeza. Maldición. ¿Que he dicho?, ¿por qué quejarme con ella?, y casi mencionó su nombre sin permiso. Ya me parezco a mis hijos.

-Waaaaaaa -ambos aplauden y gritan. Me bajo del auto, me voy a enloquecer, tome un taxi y me fui a mi bar favorito, lejos de esos imbéciles sin neuronas.

¡Que carajos pasa, Dylan!.

......

Camila O'kelli

Iniciamos nuevo día, nueva semana y con toda, la verdad ya estoy más tranquila. Descargue mi mal humor con el señor Paul, de alguna manera él debía darse cuenta de lo mal que se está comportando, así sea a golpes de mi parte, pero le haré entrar en razón que no se está comportando como un hombre de 50 años...

Mmm, no se cuantos años tiene. Bueno da igual, es un hombre de edad, aunque no los aparenta, o tal vez tenga 35 años, bueno lo dejaré al beneficio de la duda. Es un hombre y debe madurar ya, es padre.

-Niños, ya es hora de irnos - al recogerlos del colegio, almorzaron y ahora estaban con sus atuendos para cabalgar en sus caballos, tenían entrenó de ello. Lo bueno es que, todo es en casa, la parte de atrás de la mansión tiene casi todos los deportes que ellos deben entrenar, con sus respectivos quioscos, estadio, arena, plataformas y demás.

Tiro al blanco esta cerca de los caballos. Así que, mientras ellos estaban en su entrenamiento fui a practicar un rato, es mi deporte favorito.

Ambos niños se despiden de mí con una sonrisa en sus labios, en una hora debía venir por ellos. Ambos tienen un tutor diferente, tenían una competencia dentro de tres meses así que, estarán entrenando más en este deporte que en los otros.

Su última carrera del año. Justamente para navidad.

Tomé un arco y las flechas. Me hice en una esquina, así me queda más fácil salir de aquí, por si tomo mucho tiempo lanzando estas bellas flechas

Me recogí el cabello; siento que ya esta muy largo, debía cortarlo, aunque Sussy insiste en que lo deje crecer, que me veo más linda.

Sonreí con cariño, esos niños me han subido mucho el ánimo, nos ayudamos mutuamente

-No sabía que la señorita O'kelli le gustara este deporte, le ha dado en el blanco a todos -hace una señal a uno de los trabajadores para que retire las flechas -Me preguntó si pidió permiso. No tienes quien te ayude con eso.

-No lo necesito, puedo hacerlo sola, tengo dos manos y dos pies. Nada me impide caminar y tomarlas.

-Toma más tiempo, ¿no crees? -él tomó uno de sus arcos y apunta con firmeza, y con mucha agilidad le da a todos del mismo modo que yo. - ¿Desde que edad entrenas tiro al blanco?

Tomé nuevamente las flechas -Desde... Mis cinco años -baje el arco y mire el suelo, tenía ganas de llorar, a las malas es mi deporte favorito a decir verdad. Me golpearon con fuerza en las manos, cada vez que tomaba mal el arco y las flechas, fueron días bastante duro

-Ca..

-DEJA A MI HERMANO ANIMAL, ASÍ NO SE TRATAN A LOS NIÑOS -escuche los gritos de Julieta. Tire el arco y salí corriendo hasta donde estaban los niños. Emanuel estaba en el piso abrazando sus piernas, corrí donde estaba él, me arrodillé, no me importaba ensuciarme. Lo abrace con fuerza.

-¿Dime que paso? -él temblaba

-Solo hago mi trabajo, señorita -un recuerdo se atraviesa por mi cabeza "Sólo hago mi trabajo Camila, debes aprender a que siempre habrán reglas y tu no eres una niña normal, eres nuestra heredera universal más importarte, tu sangre es pura. En cambio tus primas, no tienen de pura ni sus edades" fruncí el ceño al recordar aquel entonces. "Sus padres son unos don nadie y tu no lo eres"

-¡QUIEN TE CREES!, SOLO SON NIÑOS. NO TOLERARÉ ESTO, ÉL ES UN NIÑO, ELLA ES UNA NIÑA. NO SE LES OLVIDE LA EDAD. -lo cargue mientras él lloraba. No me importaba sí era el más grande entre los dos, o que tuviera sus 10 años.

-Vuelvo y le repito que es mi trabajo -él se había enojado, me iba a tomar de los brazos hasta que llegó el señor Paul

-¿Qué está pasando aquí? -aquel tutor le hace una reverencia

-Estoy entrenando a los niños, pero la señorita no permite que haga mi trabajo -él suspira.

-Vayan a casa, y no es necesario que mientas, yo escuche todo. Además... -el señor Paul me mira - Está haciendo su trabajo Camila, así que respeta - abrí mis ojos. ¿Cómo puede pensar así?

Lo mire mal -¡ Cómo puede usted decir eso! - le doy la espalda, este señor cada vez me cae peor, que él día anterior - Vamos niños -ambos niños lo miran con un deje de tristeza, están solos, la autoridad que es su padre, no hace nada por defenderlos.

Creo que debió ser mejor cuando la señora madre de los niños estuvo con vida.

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Continuará
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