Capítulo 13

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Dylan Paul

Había acabado de firmar todos los documentos que tenia por solicitud, por hoy acabe con mis deberes. Después de salir de una reunión con los asociados de la empresa, no conté que Morgan vendría con su hija, y ambos andan muy intensos

Al irse el señor Morgan,  Ana se había quedado con nosotros, se la pasó bostezando y molestando a Alex, ya nos tenía aburridos.

Mi primo muchas veces le decía, por qué no te fuiste con tu papá, y cosas así,  en mi mente respondía, era algo que debió hacer hace mucho, pero no, ella quería estar aquí jodiendo la vida, claro, como la princesa de casa no puede mover un solo dedo.

Algunas veces mi querida amiga me cae mal.

—¡Ya basta! —les dije a todos, ya estaba irritado con su berrinche, con su joda, si no es Alex era Frank, pero sea como sea quiere llamar la atención.

—Salgamos un rato para despejar nuestra mentes un poco, Dylan —propone Frank,  ya un poco irritado, acepte, quería tomar aire.

Salimos todos de la empresa, Frank condujo en su auto y nos dirigimos a comer al centro comercial moderno, está recién construido por nuestra empresa, así que, aquí me conocen, bueno, nos conocen.

Al bajar todos comienzan a hacernos reverencia, si, aquí saben quienes somos.

—Me siento famosa —y ella camina frente a nosotros como si fuera una estrella mas famosa del mundo.

Los tres nos dimos un golpe en la frente, ¡como no hace pasar pena!, ¿por que has cambiado Ana?, ella antes no se comportaba así, ahora parece una muñeca frágil sin serlo.

Ingresamos al restaurante y comimos hamburguesas, Ana comió una ensalada toda rara, en fin, es su estómago, hambre le dará más tarde.

Salimos de este con un helado en las manos cada uno, al menos Ana come helado, pensé que no lo aceptaría, no desea "engordar" hasta en eso cambió.

Se hace coger fastidio.

Pasamos por un hermoso jardín. Ha cambiado mucho el centro comercial, le siguen metiendo más dinero a este. Las aspiradoras hacen que las hojas se acumulen en un solo lugar para ser recogidas.

Mire al frente y pensé ver una chica igual a O'kelli, pestañee varias veces, si era ella y uno de los hombres se le acerca con otro tipo sin motivo y sin razón alguna a aspirar su falda, corrí quitándome el chaleco.

A lo lejos escuche varias veces mi nombre, aunque ante mis oídos eso desapareció, había alcanzo a ver sus cacheteros de encaje del mismo tono del vestido, pero a tiempo la había tapado.

Aquel hombre lo había hecho a propósito. Él quería ver más allá de lo que estaba mostrando Camila. Eso me enfurecio mucho, lo miré amenazante.

—¡¡Date por despedido!! — el hombre tiró la aspiradora al piso bastante nervioso. Los chicos llegan donde estoy yo — Lo que has hecho no tiene perdón.

—Se.. Señor.. Paul —habla el empleado, los demás trabajadores hacen una reverencia de perdón. Mire hacia abajo, Camila algunas veces se vuelve pequeña y frágil, pero su fragilidad es muy de ella, ella es sencilla y no necesita de nada para lucir bien.

Ella mira hacia arriba, su mirada estaba vidriosa e iba a llorar, apreté un poco su hombro, mi chaqueta la tenía sobre estos, cubriendo su cuerpo.

—Señor Paul —susurro —¿Usted por qué…?

—Dylan ¿Qué pasó? —llega Alex y mira la escena al igual que Frank —¡Oh ya entiendo! — me hace ojos, Ana venía atrás de ellos. Los ignoré, me importaba poco ella.

Camila me necesita ahora.

—Camila ¿Estás bien? —ella abre sus ojos. Me di muchos golpes en la cabeza.

—Dylan ¿Cómo la llamaste? ¿Quién es ella? —suspiré con cansancio. — Eres hermosa, pero ¿Quién es ella? —tenia su ceño fruncido

Camila se quitó el chaleco, se lo vuelvo a colocar y la miró mal.

—¡Ella es mi novia! ¿Algún problema? —Ana abría y cerraba sus labios, no saben cómo disfruto de este momento, mis primos tenían sus ojos muy abiertos y yo iba a morir, pero...

Ya te puedes ir Ana

—¡No te creo! —ella le da un golpeó al piso —No te... — sus palabras quedaron en el aire. Tenía los labios de Camila en los míos. Fue un beso suave aunque ella se quedara quieta y con los ojos muy abiertos y bastante sonrojada. —Esto no es justo, Dylan The Paul.

Y se va. Bote todo el aire de mis pulmones.

—¡SE PUEDE SABER QUÉ CARAJOS ACABA DE PASR CAMILA O'KELLI! Y USTED... USTED ES EL SEÑOR DE LA OTRA... —Alex le tapa su boca y le sonríe, ella se suelta de mala gana de él.

—Yo.. —O'kelli seguía confundida.

—Lo siento O'kelli, ya me tenia harto y yo...

—Esas cosas no se hacen y menos en público, y para fines propios, no contó conmigo, usted es una persona muy atrevida y egoísta.

—Me debías una, te salve de ser aspirada —ella infla sus mejillas —Lo siento por lo otro, en verdad.

—¿Lo siento por lo otro?, ¿novia? y... Aaagg. ¡Viejo pervertido! —y toma a su amiga del brazo, se va bastante molesta con aquella chica.

-JAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJ —los mire, se me había olvidado este par, ya estaban llorando, él uno se sostenía del otro. — VIEJO PERVERTIDO JAJA JAJAJA — repetían ambos una y otra vez, puse mis ojos en blanco.

—Viejo depravado le faltó decirle, yo le ayudo —decía Frank —Viejo depravado — les hago varias muecas y bufo

—¡Ya basta los dos! —les ordene.

Alex se limpia las lágrimas —Me duele mi hermoso estómago, jamás pensé que una mujer se pusiera así ante el todo poderoso Dylan Paul, ¿cómo se siente ser rechazado?

Verdad, abrí mis ojos, era la primera vez.

—Normal — encogí mis hombros, nadie le está pidiendo algo a esa mocosa.

—Ahora falta que no vuelva a tu mansión. —me di un golpe en la frente, mamá me va a matar y de paso mis hijos.

—¡Maldición! — dije, tomé mi chaleco que estaba en el piso y les di la espalda a ellos, camine hacia dónde se había ido Camila, Alex me tomó y niega.

—Ve mañana por ella y hablas bien sobre la situación, pervertido. —me sugiere Alex con tranquilidad.

—Cállate —respiro ondo, si es mejor en estos instantes ella tiene su cabeza bastante caliente. Debía calmarse,  me debo calmar, ni yo sé por que me atreví a tanto con ella, y a luz pública.

.....

Al siguiente día, espere con ansias este momento, parecía un niño pequeño. La impaciencia no me dejó dormir.

Saber el error que cometí ayer me deja un poco mal. Me halo el cabello con desespero. Me tiró de espaldas sobre la cama.

—¡Papá, papá!, vamos a la piscina — mire el clima, el sol estaba en su explendor, cerré mis ojos con fuerza, quería que estuviera oscuro pero hoy no fue mi día.

Me levante animado de la cama, mejor voy con los niños, así quemó un poco de tiempo y así poder ir a la hora que ella dijo para enviar el chófer, pero lo que ella no sabe es que soy yo su chófer.

Me puse mi traje de baño, y salí con mis hijos, ellos estaban muy emocionados, la verdad pensé que estarían peor este fin de semana, debo suponer que se han comportado por que mis padres están en casa..

—Hola hijo, ¿cómo estás? —mi madre me saluda, mire a los niños que corrían alrededor de ella, mi madre les sonríe con cariño —¿Están felices por que Camila ya viene?.

—Siiii —gritaron muy emocionados, mire el techo, aquella chica se los ganó muy rápido, temo el momento que ella deba irse de casa, mis hijos se sentirán...

Bueno ya estarán más grandes, supongo.

—Iremos un rato a la piscina, ¿vendrás? —le pregunté a mi madre, ella asienta

—Le diré a tus hermanas, hoy almorzamos en familia en la piscina, recuerda que Camila nos dijo que debíamos compartir un día en familia más que sea

Mire a mi madre, hasta ella cambió mucho desde que llegó aquella niña, ¿que tendrá esa chica?

Negué varias veces, me tiré con mis hijos en la piscina grande. Ambos estaban muy felices, la mañana, medio día y parte de la tarde la pasamos muy contentos. Por un instante olvidé mi vida laboral y mi trágica vida pasada.

Por un instante me sentí mejor sin pensar en mi difunta esposa.

......

La tarde pasó muy rápido, ya eran las 5 pm, se supone que ya es hora de recogerla.

—Papá, ¿a dónde vas? —una idea maravillosa se me atravesó en mi mente.

—¿Me acompañan a recoger a su niñera? —ambos me miran de pies a cabeza, Julieta se me acerca. Su mirada me pone un poco nervioso.

—¿Por qué tan arreglado, papá? —comienzo a sudar frío, ni yo se por que me acomode tanto, aunque me siento normal, ni con mis primos.

Negué varias veces — Siempre me arreglo así, Julieta

—Vamos, vamos, dejen de hablar, Camila nos debe estar esperando.

Todos salimos directo al auto, los niños por primera vez no pelean por la silla de adelante, ambos se sentaron atrás.

Arqueé una ceja, me subí en mi puesto, me puse el cinturón y conduje directo a su residencia, al pasar, los niños estaban muy emocionados de ver este lugar. Ni yo me emocionaria tanto.

—Papá, mira es Camila. Esta con un chico —mire hacia donde estaba señalando Julieta, tome el manubrio con fuerza

—¡Sé ríe con él! —mire a Emanuel por el espejo, estaba enojado y optó por mirar hacia otro lado, tenía el ceño fruncido, jamás se lo conoció enojado, debe quererla mucho para celarla

Baje la ventana donde esta mi hija, Julieta saca su cabeza por esta. —¡Camila! —ella la mira y sonríe con much emoción, se acerca a mi hija y la llena de muchos besos —Te vinimos a recoger — ella abre sus ojos, baje la otra ventana

—Señorita O'kelli, suba —ella me mira se sonrojada y voltea su cara. Una línea muy fina se forma en sus labios, sonreí de medio lado, debe seguir molesta —Entiendo su enojo, discúlpeme, solo necesitaba ayuda. Te la brinde primero y después... Bueno, solo me la quería quitar de encima, disculpa si te tomé demasiado atrevimiento — ella me mira a los ojos y después sonríe.

—Lo disculpo, si aceptan una salida al cine, ¡papá paga! — abrí mis ojos —Por su error. —reí divertido, asentí

—Qué sea una de miedo — los tres me miran aterrados —Bueno, lo que ustedes digan, menos esas malas que les gusta mirar — los tres me sacan la lengua y ríen.

Que agradable risas, son muy sinceras. Jamás en mi vida, me había sentido tan bien, tranquilo, jamás en tantos años, había sentido un verdadero calor familiar.

.......

Camila O'kelli

Veníamos a cine pero...

Saliendo del centro comercial, Julieta compró demasiadas cosas, y Emanuel seguía enojado, no comprendo el por qué.

Aunque algunas veces el señor Paul lo miraba y es como si recordará algo. Por qué se ponen de acuerdo y ambos fruncen el ceño.

Tomé a Julieta de la mano, ella iba muy contenta hablando de miles de cosas, algunas no las entiendo, pero otras se las trato de explicar.

Una me la dijo en el oído, y era que un niño le había enviado muchas cartas, que es un niño lindo, pero que ella todavía sentía que no tenía edad para corresponder su cariño.

Tan solo le di un consejo, que le pidiera  un tiempo al niño, que aprendiera a esperar. Que cuando ella se sienta preparada, salga con aquel él, pero eso sí, papá, la abuela debían saber.

—De verdad, lo siento. —me asusté por un momento, escuché su risita burlona, él se está  más confiado de lo normal.

—Le luce una sonrisa, debería usarla más —le sonreí —, y no se preocupe, todo olvidado y si acepto, acepto el trato, no por ustedes, sino por ellos, por que se que esto los lastima y se que si alguien viene que no sea de su agrado, será peor, se desquitara con ellos, asi que por favor señor Paul... —lo miró a los ojos —Escoja bien y con calma a la persona que te va acompaña el resto de  su vida.

Él abre sus ojos, pestañea un poco — No pensé que me dirias eso, pero gracias. Lo tendré en cuenta, además, no tengo tiempo para pensar en relaciones,  por eso te pedimos el favor.

—No creo que aguante… —susurre e ignore su mirada; el hecho que ya esté un poco mejor, no quiere decir que lo dejare de molestar

—Camila— Julieta se acerca a mi —Te luce estar con papá, pero no tanto, porque papá es ¡Mío! — abrí mis ojos, mire hacia el frente, el calor sube a mis mejillas y orejas, mire de medio lado, el señor Paul me estaba mirando.

—¿Tienes fiebre? — preguntó, negué.

—No papi, lo que pasa es que...

—¡Ya llegamos! —menos mal, llegamos a la mansión —Vamos niños, a descansar, mañana hay escuela.

—¡Sii! — ellos se bajan rápido y corren a la mansión, aproveché para bajarme rápido del auto, pero el señor Paul fue mas rapido y me detuvo tomando mi brazo, mire este bastante asombrada.

—¿Todo está bien? —asentí —A Emanuel  no le gustó lo que vio, por eso estuvo así.

—¿Qué vio?. — él frunce el ceño.

—No sabía que usted tuviera una pareja. — abrí mis ojos, reí divertida y negué.

—No lo tengo, ¿por que piensan que es así?.

—Sólo quiero que sepa que esa relación no perjudique el trabajo, no quiero problemas con los niños —ahora él sale del auto azotando la puerta, pestañee varias veces.

¿Y ahora que le pico a este hombre?.

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Continuará
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