Capítulo 15

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Ya habían anclado el submarino. Acababan de entrar a la isla vestidos con ropas veraniegas que no llevaban el Jolly Roger de la tripulación. Bepo lo estaba pasando mal, no sabría si podía resistir ese calor por mucho tiempo.

—Lo mejor será que vayamos al hotel. Hay una piscina gigante y Bepo puede estar todo el rato a remojo —propuso Shachi. Al oso se le iluminaron los ojos.

—Bien. Que vayan dos personas a informarse del precio —ordenó el capitán. Fueron Penguin y Shachi, mientras el resto esperaron sentados en la hierba. Veinte minutos después llegaron los dos y les comunicaron la información.

—Nos tendremos que gastar una bolsa entera de las que cogimos —se quejó Law, frunciendo el ceño—, pero bueno... Está bien.

Todos dieron saltos de alegría. Fueron caminando hasta el hotel. Los recepcionistas se habían reído de Penguin y Shachi porque pensaban que no tendrían el dinero. No eran el tipo de clientela que solía ir al hotel, así que se sorprendieron cuando vinieron con el resto del grupo y el dinero. Ya empezaron a tratarlos con más educación.

Primero les llevaron a sus habitaciones. La distribución fue la siguiente: Law y Bepo, Zoe e Ikkaku, Clione y Uni, Shachi y Penguin. Todos estaban en la misma planta y el mismo pasillo. Antes de entrar en sus habitaciones quedaron que se verían directamente en la piscina. Zoe e Ikkaku investigaron cada rincón de la habitación. En el armario había varios bañadores y bikinis que las chicas podían usar. Cortesía del hotel.

—¡Ese bikini verde te queda genial! —exclamó Zoe, mientras la otra chica se miraba en el espejo—. Yo me pondré este negro.

—¿No te quitas las vendas esas para bañarte? —preguntó Ikkaku.

—No, da igual. Me he traído varias de repuesto. Me las cambiaré después —contestó Zoe, un poco nerviosa.

—Tranquila. Con el cuerpazo que tienes nadie se va a fijar en las vendas —dijo Ikkaku, dándole un codazo en el brazo y guiñando un ojo.

Cuando las chicas bajaron los demás ya estaban allí. Bepo estaba nadando feliz en la piscina. Shachi, Clione y Uni estaban jugando cerca de Bepo con una pelota hinchable. Law y Penguin estaban tumbados en unas hamacas, bebiendo un mojito. Las chicas se acercaron a las hamacas que había libres. Ikkaku al lado de Penguin y Zoe al lado de Law. Ikkaku se fue a buscar dos zumos para ellas.

—Zoe-ya, ¿no te quitas las vendas? —preguntó Law, mientras le miraba, dado un sorbo a su bebida. Zoe puso los ojos en blanco.

—No. Ya me las cambiaré —contestó seria, girando la cara hacia otro lado.

—Tsk... —Law chasqueó la lengua y también giró la cara hacia otro lado.

Cuando las chicas acabaron su bebida se acercaron al agua. Ikkaku se lanzó de golpe y se unió a jugar con los demás. Zoe se sentó en el borde de la piscina y metió las piernas en el agua. Law era el único que no se había metido en la piscina y seguía donde antes. Zoe estaba salpicando agua con los pies tranquilamente cuando alguien se acercó nadando.

—Hola preciosa. ¿Quieres darte un baño conmigo? —preguntó un chico. Tendría la edad de su capitán, así que era unos seis años mayor que ella. Debía tener éxito entre las chicas porque todas miraban hacia allí enfadadas.

—No —contestó Zoe, mirándole extrañada.

—Vamos, estás aquí sola. Yo puedo hacerte compañía —dijo el chico, mientras salía de la piscina para sentarse a su lado.

—¡He dicho que no! —exclamó Zoe enfadada, levantándose y alejándose un poco. Se disponía a pegarle cuando notó la mano de Law encima de su hombro.

—¿Qué pasa? —preguntó el capitán, mientras lanzaba una mirada asesina al chico.

—Vaya. Perdona, no sabía que tenías novio... Lo siento —se disculpó el chico. Zoe estaba a punto de decirle que no era su novio, pero Law le apretó disimuladamente el brazo.

—¿Por qué no me has dejado contestar? —se quejó Zoe, apartando el brazo para soltarse de Law.

—Así te deja tranquila —contestó Law seriamente.

—Si le hubiera partido la boca también me hubiera dejado tranquila —replicó la chica, enfadada.

—Quiero unas vacaciones tranquilas. No quiero líos ni peleas —ordenó Law, frunciendo el ceño. Zoe también frunció el ceño, mirándole fijamente. De repente cambió su expresión y sonrió divertida. Law le miró, extrañado. Zoe le cogió de la mano y él se puso tenso—. Bueno, ahora... Tiene que parecer que somos novios. Si no sabrá que es mentira.

—¿Qué? —susurró el capitán, serio y tenso. Los demás, que estaban escuchando la conversación no pudieron aguantarse la risa. Law los asesinó con la mirada. «Bien, Law. Una fantástica forma de poner distancia entre los dos, fingir que eres su novio. Eres idiota». Pensó para sí mismo—. Ya vale de tonterías, Zoe-ya.

—Vale. Si vuelve le partiré la cara —dijo sonriendo, mientras la soltaba la mano para irse a la piscina.

—¡Espera! —dijo, alzando la voz, mientras la cogía de la mano. Suspiró fuerte—. ¿Qué hacemos?

—Mmm... —La chica se encogió de hombros mientras pensaba—. Vamos a sentarnos juntos dónde yo estaba antes.

—Bien —respondió Law, seco y cortante. No era imbécil. Sabía que las parejas se besaban y se daban cariño. Pero no le iba a besar y no sabía muy bien como mostrar cariño.

—No vamos a hacer eso... —comentó Zoe, mientras miraba fijamente a una pareja que no paraba de besarse apasionadamente enfrente de ellos.

Law negó con la cabeza. Zoe siguió observando por todas partes. Una chica cogía a su novio de la mano. Le estaba acariciando y le dio un beso en el cuello. Zoe pensó que eso no era para tanto así que decidió hacer lo mismo con Law. Solo con un poco de demostración bastaría. Puso su mano encima de la del chico y le acarició suavemente. Law se puso tenso pero no apartó la mano. Se acercó rápidamente a su cuello y le dio un pequeño y corto beso. Law notó como si una corriente eléctrica recorriera su cuerpo.

—Ahora tienes que hacer tú lo mismo... —le susurró Zoe en el oído, dándole unos golpecitos en el brazo, para que se diera prisa.

Law movió su mano, la puso encima de la de Zoe y la acarició suavemente, imitando lo que había hecho ella antes. Con la otra mano Zoe golpeaba los dedos contra el suelo, impaciente. Notó como Law se acercaba su cara a la de ella. De pronto sintió sus labios sobre su cuello, durante unos breves segundos. Un intenso calor comenzó a recorrer su cuerpo.

—Vale ya está —comentó Zoe, alejándose unos centímetros de su capitán. Miró de reojo donde estaba aquel chico, que miraba hacia ella decepcionado—. Creo que lo hemos hecho bien.

Law no dijo nada, solo frunció el ceño. Los demás habían parado de jugar para observar la escena y se estaban volviendo a reír. El capitán casi los fulmina de nuevo con los ojos. Fueron sumergiéndose en el agua poco a poco para escapar de esa mirada asesina.

—¿Has visto como me miran casi todas las chicas? —susurró Zoe riéndose—. Creo que has perdido tus oportunidades de ligar.

—Sabes que no me interesan esas cosas —contestó Law, serio. Llevaba varios minutos seguidos con el ceño fruncido.

—Es genial tener el novio más guapo del hotel —le dijo Zoe, guiñando un ojo y sacando la lengua. Law no entendía nada, estaba muy confundido.

—No te burles de mí, Zoe-ya... —se quejó el capitán seriamente, sin dejar de fruncir el ceño.

—No me estoy burlando —dijo ella. Y era verdad, lo decía en serio. Miró de arriba abajo al capitán. Sin el gorro. Su pelo negro alborotado. Su cara de malo. Solo con el bañador... Dejando ver su trabajado cuerpo y los tatuajes. Law notó que Zoe se había sonrojado mientras le miraba fijamente. Era su turno de incomodarla.

—¿Pasa algo, Zoe-ya? Estás un poco roja —comentó Law, sonriendo de lado, mientras la miraba a los ojos.

Cuando Zoe reaccionó se encontró de golpe con los ojos grises de su capitán. Esto la hizo ponerse todavía más nerviosa. Zoe era lanzada, sincera, y bromista, pero cuando estaba así... Tímida e indefensa a causa de él... Eso excitaba mucho al capitán, y él no sabía por qué.

—No pasa nada. Solo es que... Hace un poco de calor- contestó Zoe, apartando la mirada e intentando disimular los nervios. Se levantó para ir a la piscina y unirse a los demás, que estaban jugando un "partido" de waterpolo. Pero antes se giró otra vez hacia Law- Ah, y he dicho el más guapo de este hotel. Pero el mundo es grande, así que tampoco te lo creas mucho.

Le sacó la lengua antes de tirarse a la piscina. Law puso los ojos en blanco y volvió a tumbarse en la hamaca. Quería estar un rato solo y relajarse. «¿A qué tonterías estás jugando? Se te va a ir de las manos y tiene pinta de que no acabará bien. Concéntrate en tu objetivo». Se regañó a sí mismo.

Ya era de noche. Estaban todos juntos cenando en el restaurante del hotel. El ambiente estaba bastante animado. Shachi, Penguin, Clione y Uni ya estaban medio borrachos. Zoe, Bepo e Ikkaku charlaban entretenidos y Law comía su cena en silencio. Cerca de su mesa pasaron el chico de la piscina con sus... ¿amigos? Saludo disimuladamente a Zoe con la mano y ella contestó frunciendo el ceño. Se fijó en el bolsillo de detrás del pantalón. Llevaba un Eternal Pose de Arabasta. La chica se lo comentó rápida mente a sus compañeros.

—¿Qué hacías mirándole el culo? —preguntó Ikkaku guiñándole un ojo. Todos se rieron, menos Law, que chasqueó la lengua.

—Hemos de conseguirlo. Vamos a pensar un plan —ordenó Law.

—Fácil. Le seduzco y se lo robo —propuso Zoe decidida. Todos afirmaron con la cabeza.

—No. Tiene que haber otra forma —dijo Law. Se quedó pensando unos segundos. A nadie se le ocurría nada más disimulado que eso—. Bueno... Vale. Pero hemos de planearlo bien.

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