Capítulo 38

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Zoe se giró rápidamente al escuchar el estruendo, al igual que sus nakamas. Excepto Law, que seguía mirando hacia delante sin perder la calma. ¡Era Mugiwara no Luffy y su banda! El chico empezó a correr hacia la sirena. Pero alguien le detuvo. Era... Una especie de pulpo. La gente empezó a gritar cuando descubrieron que era un gyojin. Luffy se soltó y siguió corriendo mientras la gente intentaba detenerle. Todo fue muy rápido. Se escuchó el sonido de un disparo. Zoe miró horrorizada al pulpo. El idiota que había comprado a la sirena le había disparado y además se reía por haberlo hecho.Era un tipo odioso... Si se pudiera tocar a los nobles ya le hubiera dado un buen puñetazo, pero Law había sido claro respecto a ese tema.

El tal Luffy se acercó al pulpo para consolarlo. Alzó la mirada hacia el estúpido que le había disparado, que seguía sin cerrar la boca. Se acercó lentamente hacia él. ¿Lo iba a hacer? ¿Realmente iba a tocar a un noble? Todos miraban expectantes. ¡Lo hizo! Le dio un puñetazo en la cara y salió disparado. Zoe suspiró y sonrió. Había sido tan gratificante ver esa escena... Law sonreía de lado mientras observaba.

De pronto comenzó una pelea. Los nakamas de Luffy empezarón a pelear contra varios nobles. Uno de ellos propuso llamar a la Marina. La gente empezó a salir corriendo de la casa de subastas. Los piratas de Heart esperaron sentados hasta recibir órdenes de su capitán. Más mugiwaras caían por el techo. Una con la nariz larga de acercó a Luffy, que estaba bastante cerca de donde estaban sentados.

—¿Dónde está Camie? —preguntó el de la nariz larga.

—¡Allí! ¡Tenemos que quitarle esa cosa del cuello! ¡Hay que darse prisa! Vienen varios marines y un almirante —exclamó Luffy, señalando hacia la pecera donde estaba la sirena.

—Los marines ya están aquí, Mugiwara-ya —intervino Law. Luffy se giró extrañado hacia ellos. Los miró a todos pero se fijó especialmente en Bepo.

—¿Quién demonios eres? Y... ¿Quién es ese oso? —preguntó, extrañado

—Los marines han estado aquí desde el principio. Tienen la casa de subastas rodeada —explicó tranquilamente Law.

—¿Qué? ¿En serio? —preguntó Luffy sorprendido.

—Claro. La marina tiene un grupo aquí en el archipiélago. ¿Es que no lo sabíais? —preguntó Zoe frunciendo el ceño. ¿Acaso el capitán de esta banda no se informaba sobre las islas que visitaban?

—Seguro que no se esperaban que alguien atacara a un noble... Habéis liado una buena —comentó Law, sonriendo de lado.

—Es Trafalgar Law y su tripulación, son piratas —le explicó una chica morena a Luffy. Zoe estaba repasando los carteles en su mente. Debía ser Nico Robin. La niña demonio.

—¿El oso también es un pirata? —preguntó Luffy, extrañado.¿Qué? ¿Eso era lo que más le extrañaba de todo lo que estaba pasando?

La conversación se vio interrumpida, ya que una noble estaba a punto de disparar a la sirena. La sirena al parecer era amiga de los mugiwaras. Todos estaban preparados para atacar cuando, de pronto, apareció un hombre viejo, que tumbó a los nobles sin ni siquiera atacarles. Al parecer conocía al pulpo, porque lo saludó muy amistosamente.

El abuelo miró hacia en frente y de repente se sintió una especie de energía extraña. La mayor parte de las personas que estaban en el suelo se desmayaron. Todos sus nakamas estaban bien, pero Shachi también se mareó un poco así que Zoe le cogió del brazo para ayudarle.

—Vaya, lo siento chicos... —empezó a decir el hombre del pelo blanco, mientras miraba a todos los que habían aguantado de pie—. Vosotros sois los piratas que se han quedado a mirar. Habéis aguantado el impacto sin problemas, así que... Supongo que no sois ningunos debiluchos.

—Quien iba a pensar que nos encontraríamos a alguien como él aquí... —murmuró Law.

De pronto se escuchó a alguien hablar por un altavoz. Era la marina. Les sugería que liberaran a la familia de nobles y que se rindieran voluntariamente. También dijeron que un almirante estaba a punto de llegar. Zoe miró a Law esperando órdenes. Estaba dispuesta a darlo todo si tenía que luchar.

—Bueno, parece que estamos todos involucrados... Nos tratan como cómplices —dijo Law, mirando a sus nakamas.

—En fin. Cuanto más tardemos en salir más vendrán. Iremos delante, si no os importa. Os hacemos un favor —comentó Kidd, mientras se dirigía a la puerta. Zoe puso los ojos en blanco. Ese tipo era un creído. Law lo miró con odio y se levantó.

—¡Capitán! ¿Vamos también? —preguntó Zoe. Los otros tres también se levantaron. Tenían ganas de pelear.

—Tranquilos, iré con ellos. Pero estad alerta y preparados para cuando os avise —contestó Law, mientras salía con Luffy y Kidd.

Zoe hinchó los mofletes, enfadada. Law se quería quedar toda la diversión para él. Se quedaron en las escaleras, cerca de la entrada, mirando la pelea. Zoe estaba interesada en observar las habilidades de los otros dos capitanes, aunque ya había oído sobre ellas. Law dividió los cuerpos de varios marines. Luffy tumbó a varios con su brazo gigante. Kid empezó a atraer todo tipo de objetos metálicos hacia su cuerpo y se hizo un brazo de metal. La verdad es que hacían un buen equipo.

Después de unos minutos peleando, la marina empezó a atacar al resto de los piratas. Un marine se lanzó sobre Law.

—¡Trafalgar Law, como te atreves a hacer eso a mis compañeros! —gritó, mientras se abalanzaba sobre él con la espada. Zoe saltó por detrás de su capitán y, de una patada en la cara, dejó inconsciente al marine.

—Adelante chicos —dijo Law sonriendo de lado, indicándoles que ya podían atacar.

—¡Enseguida! —exclamó Bepo, mientras empezaba a repartir patadas a varios marines. Zoe le siguió—. Enseguida, enseguida!

—Derrotados por un oso y una chica... —murmuró uno desde el suelo. Zoe le pisó la cara enfadada.

Mientras peleaban, Law volvió a acercarse a la entrada. Zoe miró de reojo, mientras seguía peleando. Su capitán estaba hablando con un hombre muy grande. Por su expresión estaba segura de que le estaba proponiendo unirse a la tripulación.

—¿Pero qué pasa con estos dos? Son demasiado rápidos... La chica ni nos mira mientras pelea y ese oso... Habla —comentó uno de los marines.

—Lo siento... —murmuró Bepo, al escuchar ese comentario sobre él.

—Bepo, Zoe-ya. Rápido —les ordenó Law, mientras el hombre gigante rompía el puente.

Los piratas de Heart saltaron antes de que se rompiera. Zoe iba la última. Notó que algo pequeño explotaba delante de su cara. Empezó a salir una especie de humo y poco a poco se le fueron cerrando los ojos.

El resto de nakamas seguía corriendo y no se dieron cuenta de que Zoe no les seguía. Delante de ellos había algo que captaba completamente su atención. El shichibukai Bartholomew Kuma. Los piratas de Heart, junto con los de Kid, intentaron enfrentarse a Kuma y al resto de marines que les había seguido. Unos minutos después, el shichibukai los dejó. Penguin fue el primero en darse cuenta de que Zoe había desaparecido, ya que les estaba llevando bastante tiempo derrotar a los marines.

—¿Dónde está Zoe? —preguntó, alzando la voz. Bepo miró hacia los lados, mientras se deshacía de tres marines rápidamente.

—¿Qué? ¿Qué? ¿Dónde está? —preguntó Bepo preocupado, cogiéndose la cabeza y mirando hacia los lados.

—¡Capitán, Zoe ha desaparecido! —exclamó Penguin. Law se deshizo rápidamente de los marines que quedaban y se acercó a sus namakas.

—¿Cómo que ha desaparecido? ¿No iba detrás? ¿Ha cruzado el puente? —preguntó Law, frunciendo el ceño. Maldita sea... Si alguien le había hecho algo le mataría.

—Sí, la chica ha cruzado antes de que lo destrozara —confirmó el nuevo miembro, Jean Bart.

—Está bien. Hay que mantener la calma, de lo contrario no podremos pensar con claridad —dijo Law. Todos se quedaron en silencio para escucharlo atentamente—. Rastrearemos la zona y recaudaremos toda la información posible. Estoy seguro de que los marines saben algo. Si alguno está despierto torturadle si es necesario para que os de información.

—S-sí, capitán —dijeron Sachi, Penguin y Bepo haciendo el saludo militar. La expresión de Law les aterrorizaba. Bart asintió con la cabeza.

(Unos días después, en algún lugar en medio del océano...)

Zoe fue abriendo poco a poco los ojos. Le dolía mucho la cabeza y sentía que no tenía fuerzas. Intentó mover los brazos pero tenía las muñecas atadas. Los tobillos también. Mierda. ¿Qué había pasado? Estaba peleando con sus nakamas y de repente... Se desmayó.

—Vaya, preciosa... ¿Ya te has despertado? —preguntó una voz masculina.

Zoe miró hacia delante y vio a dos marines. Suspiró. Era idiota. Se había dejado capturar. ¡Qué rabia! No era propio de ella dejarse capturar tan fácilmente.

—No le llames preciosa. Es una pirata —dijo su compañero, mientras le daba un golpe en la cabeza.

—¿Sois unos malditos cobardes que no os atrevéis a luchar para capturarme? —preguntó Zoe, mirándoles con odio.

—No somos estúpidos. Sabíamos que era la única forma de capturarte —dijo uno de los dos. El otro asintió con la cabeza mirando a su compañero. Zoe intentó hacer fuerza para romper las cuerdas pero no podía. ¿Qué estaba pasando?—. Ah, te hemos introducido un líquido que anula los efectos de la droga que te inyectaste.

—Yo no me inyecté nada. Idiotas... —murmuró Zoe, mientras fruncía el ceño. Maldición. Había varias jeringuillas en el suelo. No les habría funcionado la primera y habrían probado con varias a la vez.

—Bueno. Prepárate para pudrirte en Impel Down. Acabamos de llegar —dijo uno de los marines, mientras los dos la levantaban y la llevaban a la cubierta del barco. ¿Impel Down? ¿Cuánto tiempo había estado dormida?

Nada más llegar a cubierta miró hacia en frente. Allí estaba. Impel Down. La prisión de máxima seguridad... Ya podía apañárselas para volver con sus nakamas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro