Capítulo 65

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Siguieron al elefante hasta que llegaron a escasos metros. Divisaron el Sunny, que estaba atado a una de las patas del elefante. Eso significaba que los nakamas de Luffy estaban allí.

—¡Así que este es el gran barco que transporta a los mugiwara! —exclamó Bartolomeo, agitado.

—¡Calla ya! —exclamó Zoro.

—¡Nami, Sanji, Brook, Chopper, Momo! —exclamó Luffy—. Ah, y el tipo del gas...

Los mugiwaras, Law, Zoe y los samuráis saltaron hasta la cubierta del Thousand Sunny. Al parecer, el resto de los nakamas de Luffy no estaban allí. Seguramente ya estarían en la isla desde hacía unos días. Ahora la cuestión era cómo subir hasta la espalda del elefante. Las propuestas no eran muy buenas.

—¡Esperad! —se escuchó gritar a Bartolomeo. Os girasteis hacia él, extrañados. Su voz había sonado algo seria—. Esta noticia ha salido en el periódico de hoy... Es sobre Zoe.

—¿Sobre mí? —preguntó la chica, algo extrañada—. A ver, lee lo que pone.

El peliverde se aclaró la garganta y comenzó a leer. Todos escuchaban atentos.

"Se ha recibido información nueva y relevante sobre los orígenes de Zoe, de los piratas de Heart. Una de los doce supernovas. Al parecer, el famoso Gold D. Roger tenía una joven hermana, de la cual desconocíamos la existencia.

Debió nacer en Loguetown como él, pero en algún momento decidió irse a vivir a otra isla. Cuando el pirata se hizo famoso, otros piratas buscaron a su hermana, con la intención de chantajear y amenazar a Gold Roger. La mujer sufrió durante varios años agresiones por parte de varios piratas. Llegó a odiarlos hasta el punto de perder la cordura, según nos han informado habitantes de la isla.

Cuando se enteró de que estaba embarazada, pensó varias veces en quitarse la vida. No quería que que su hijo naciera con el apellido de su hermano y pudiera llegar a convertirse en un pirata. Cuando la niña nació, una pareja del pueblo atrapó a la madre intentando deshacerse de ella ahogándole en el mar. Llevaron a la mujer junto al médico y decidieron quedarse con la niña. Se la llevaron lejos de allí y empezaron una nueva vida los tres juntos.

En definitiva, ya conocemos el apellido de la pirata. Gold D. Zoe. Sobrina de Gold D. Roger". 

—¡¿Qué?! —exclamó Ussop, llevándose las manos a la cabeza—. Te subirán la recompensa seguro. Vendrán a buscarnos.

—¡No se van a llevar a Zoi! Si vienen los marines les patearemos el trasero como siempre —comentó Luffy, despreocupado.

—¿Seguirá viva la hermana de ese tipo? —se preguntó Ussop.

—No quiero hablar nunca más de este tema —les interrumpió Zoe, con la mirada perdida en el suelo. Todos se quedaron en silencio—. Mi única familia son las dos personas que me criaron hasta que el bastardo de Doflamingo les mató.

—Oye, ¿y si Kanjuro dibuja algo que nos lleve hasta la isla? —propuso Robin, sonriendo amablemente, mientras cambiaba de tema.

—¡Eh, sí! —exclamó Luffy, emocionado—. ¡Algo grande y fuerte!

—¿No hace falta que vayamos todos, verdad? —preguntó el narizón, mientras le temblaban las piernas—. Es necesario que alguien como yo, el Dios Ussop, se quede vigilando el barco.

—¡Cállate, tú vienes con todos! —exclamó Zoro, agarrándole del brazo para que no huyera.

—¡Está bien! ¡Dejadlo en mis manos! —exclamó el samurái, mientras se agachaba para empezar a dibujar.

Zoe notaba como sus ojos se empezaban a poner llorosos. Estos tipos eran increíbles. Law siempre repetía que una alianza no implica amistad, pero... Ella no lo veía del todo así. Habían dejado el tema por ella y estaba segura de que no lo sacarían nunca más.

Ahora mismo tenía sentimientos contradictorios. Sentía pena por esa mujer. Por todas las cosas malas que debía haber sufrido por partes de esos malditos piratas. ¿Qué debieron hacerle hasta el punto de que llegara a enloquecer? Pero no le quería. Ella nunca había querido a su hija. Ni antes ni después de nacer. Casi acaba con su vida...

Zoe tenía otro concepto de su familia. Le daba igual lo que dijera en ese periódico. Eso no cambiaba nada para ella. Sentimentalmente hablando, claro. No sabía cómo había afectado esa noticia al Gobierno Mundial. Ella nunca sería tan fuerte como su tío. No tenían de qué preocuparse.

—Oye, Zoe-ya. ¿Piensas venir a la isla o te vas a quedar en el barco? —preguntó Law, sacando a la chica de sus pensamientos. Alzó la vista. ¡Había un dragón gigante! Todos se estaban montando encima de él.

—¡Qué mono! —exclamó, mientras miraba a la criatura.

Law sonrió de lado. Tendió la mano para ayudar a Zoe a subir a los lomos de aquel peculiar medio de transporte. Ella le miró, sonrió y cogió su mano. El capitán se sentó detrás de ella. Esa cosa no parecía muy ágil. Al parecer, no podía volar, así que subirían escalando la pata del elefante. Una vez se despidieron de Bartolomeo y del resto, la criatura comenzó a escalar. Ya llevaban unos cuantos minutos cuando los nervios comenzaron a crisparse.

—Se me están cansando los brazos —se quejó Ussop—. ¿Cómo de alto esta esto?

—Vamos, no seas así. El dragón se está esforzando —comentó Luffy.

Zoe también se estaba cansando. Se inclinó ligeramente hacia atrás para poder apoyarse un poco en Law. Este separó un poco los brazos para que ella pudiera ponerse entre ellos y apoyarse en su pecho.

—Todavía no se ve la cima —comentó Kanjuro—. No sé cómo habrán subido los demás. ¿Estáis seguros de que están ahí arriba?

—Oye, por cierto. Vosotros teníais asuntos en Zou. ¿Me equivoco? —preguntó Law, dirigiéndose a los samuráis.

Como, según ellos, estaban en deuda con todos por haberles ayudado, decidieron explicar cuáles eran sus intenciones en aquella isla. Al parecer era su destino original. Sus objetivos eran poner a salvo a Momonosuke y confirmar que otro de sus compañeros había llegado sano y salvo a la isla. ¿El ninja Raizou?

—¿Qué? ¿Un ninja? —preguntaron emocionados a la vez todos los chicos y Zoe. Robin los miraba extrañada. No entendía a qué venía tanta emoción.

Zoe estaba realmente ilusionada. ¡Siempre le habían gustado los ninjas! Cuando estaba con la familia Donquixote se disfrazaba de ninja y jugaba a esconderse y a aparecer de repente. Nunca había conocido a un ninja de verdad. Solo había escuchado y leído historias. Sería realmente emocionante conocer a uno.

—¡Algo está cayendo! —exclamó Ussop, sacando a la chica de sus pensamientos. Todos miraron hacia arriba, pero no podían distinguir lo que era.

—¡Ahhhh! ¿Qué demonios es eso? —exclamó Luffy. Todavía no habían llegado a la cima y ya estaban teniendo problemas.

A medida que se acercaba empezaban a identificar lo que era. ¡Era un mono con sombrero! Todo se apartaron para esquivarlo, ya que iba a caer sobre ellos. Law se inclinó hacia a un lado y arrastró a Zoe con él. Kinemon y Kanjuro estaban haciendo tonterías y no se percataron de la situación. El mono chocó contra ellos y cayeron del dragón. Todos comenzaron a gritar como locos.

—¡Maldición! ¿Alguien ha logrado ver qué era esa cosa? —preguntó Ussop, alarmado.

—A primera vista me ha parecido un hombre cubierto de sangre con incontables cuchillos clavados en su cuerpo —comentó Zoro, mientras miraba hacia abajo.

—Era un mono... —murmuró Zoe. ¡Qué imaginación tenían algunos!

—¡Kinemon, Kanjuro! —gritó el narizón.

—¡Chicos, estamos a salvo! Más o menos —se les escuchó decir, desde abajo. Todos suspiraron aliviados—. Continuad sin nosotros, os alcanzaremos enseguida.

—¿Qué? ¡No! ¡Bajaremos a por vosotros! —dijo Luffy, decidido.

Todos querían bajar a rescatarles, pero al parecer el pobre dragón estaba agotado. No podía dar la vuelta, tenía que continuar subiendo. En pocos minutos ya se podía ver la cima. Entre todos comenzaron a a animar a la criatura. No tardaron mucho más en llegar a la espalda del elefante.

—¡Sí, lo conseguimos! —exclamaron emocionados Luffy, Ussop y Franky.

La alegría se acabó cuando se dieron cuenta de que el dragón estaba volviendo a convertirse en un dibujo. Zoe se fijó que incluso a Robin le caían unas lágrimas. Al parecer se había encariñado del dragón. ¡Pobrecito! Se había esforzado tanto... Era solo un dibujo pero, ¿era capaz de sentir algo? Todos estaban alrededor del dibujo dándole las gracias.

—¡Vaya estupidez! —exclamó Law, mientras empezaba a caminar.

—Es solo un estúpido dibujo... —murmuró Zoro, mientras caminaba también.

—¡Oye, idiotas! ¡Se ha esforzado para traernos hasta aquí! —exclamó Ussop, corriendo detrás de ellos. Zoe también se acercó a Law.

—¡Eres un insensible! —le gritó, frunciendo el ceño. Él chasqueó la lengua y siguió caminando.

Zoe se acercó corriendo a Robin y las dos cogieron unas flores para ponerlas sobre el dibujo del dragón. Una vez acabaron fueron rápidamente con el resto del grupo. Estaban en frente de las puertas de la isla. Al parecer estaban abiertas y ni si quiera había nadie vigilándolas.

—¡Eh, mirad esto! ¡Es impresionante! —se escuchó gritar a Luffy. Zoe alzó la vista. Se había subido a una de las torres que había en la puerta—. Hay todo un país aquí. Hay bosques, ríos, ciudades...

Mientras Luffy describía las vistas Ussop también subió a la torre. Después de observar comentó que había algo raro, pero el otro ya había dado un salto y se había metido dentro. Zoro empezó a moverse primero y los demás empezaron a caminar detrás de él.

Zoe estaba emocionada. ¡Una isla encima de un elefante! ¡Era genial! Además, allí estaban sus nakamas. Cuando se separaron temió no volver a verles, pero pronto iban a encontrarse.

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