Capítulo 28

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Capítulo 28: La historia de Jungkook


El domingo es el día que finalmente tanto Jimin como Hoseok conocen la casa de Jungkook. Ambos se encuentran desde el momento en que pisan la puerta de entrada y tocan el timbre, bastante nerviosos. Hoseok le mira de reojo con una sonrisa.

—De verdad... Me intriga muchísimo... —exclama, mientras se muerde las uñas a la espera de que Jungkook les abra la puerta—. ¿Dices que será gigante? Así como... ¿Una mansión?

—Bueno, de afuera ya parece bastante enorme... —comenta, observando la arquitectura de la casa y notando que tranquilamente puede tener unos tres pisos. El terreno, de por sí, es muy extenso, pero hay un detalle que le llama la atención—. ¡Mira, rociadores!

—¡Oh! ¡De verdad! Wow, así se debe sentir la gente de la realeza... 

—Sólo son rociadores... —murmura agotado la persona que acaba de abrir la puerta. Los dos se exaltan en el lugar por su sutileza al aparecer en la escena y repentinamente, casi al unísono, como si estuviera planeado, le hacen una reverencia a Jungkook, como si tuvieran frente a sí al mismísimo presidente de Corea del Sur—. ¿¡Qué les pasa!? —se altera, sonrojado.

—Oh, gran Jeon... ¿Podemos ingresar a tu palacio?

—¡Déjense de bromas! Tenemos muchas cosas que hacer. Síganme.

El dúo burlón estalla en risas y Jimin no puede evitar sentirse aliviado. Después del encuentro con Yoongi ayer, lo que más necesita en este momento es reírse junto a alguien, y Hoseok, particularmente, siempre le hace reír. Es como el alivio de un café caliente en un día frío de invierno.

Finalmente ingresan a los que ellos denominan "palacio", una escalera gigante se encuentra en el medio del salón, el lugar es muy, muy amplio. Decorado con detalles dorados y blancos, con cuadros de quienes probablemente sean pintores reconocidos que reflejan a la perfección que aquel lugar es un hogar de artistas. No sabe bien cómo explicarlo, pero hasta el sonido ambiental le genera ganas de hacer justamente eso: arte. 

—¿Alguien está tocando el violín? —inquiere Hoseok. Jungkook le observa y asiente con la cabeza.

—Sí, debe ser mi hermana. En la semana tendrá el examen mensual.

—¿Mensual?

—Mis padres suelen tomarnos exámenes para ver que no perdamos el nivel. Tanto de danza, como el tocar instrumentos.

—¿Eso todos los meses?

—Bueno, sí. Es una especie de preparación para el evento de mitad de año. Es un gran evento en mi familia. Suelen invitar tanto a familiares lejanos como a reconocidos del arte para que les demos una especie de "show". 

—¡Eso suena divertido!

—No lo es. 

—Ah...

—Se usa para hacernos lucir frente a "verdaderos" artistas y ver si alguno nos llama para sus agencias. Pero cuando nadie te llama, incluso siendo que los eventos pasan, pasan y pasan... Es agotador. De verdad, quisiera no tener que participar más.

—¿Nadie te ha llamado nunca?

—No.

—Oh... —murmuran ambos sin saber qué más decir. Es por ese motivo que sólo observan el lugar a su alrededor en la larga caminata hacia lo que parece ser una sala bastante amplia para ensayar. Está recubierto de espejos, tiene parlantes en los costados y un piano en una de las esquinas. Jimin, al ver ese instrumento, siente una punzada en el pecho. 

—Hemos llegado —comunica, quitándose las medias y dejándolas a un costado. Se encamina rápidamente hacia otra de las esquinas en donde una mini heladera tiene botellas de agua preparadas y les tiende una a cada uno de ellos—. Las necesitaremos.

—De verdad... Tienes de todo aquí... Ensayar aquí debe ser un sueño.

—Sí. El problema es que no puedo ensayar cada vez que se me antoje.

—¿Ah?

—Es como un "premio" si paso el examen mensual. Yo lo he tenido la semana pasada y lo he pasado, así que como premio me dejan ensayar aquí toda la semana.

—Wow... ¿Y estás usando uno de tus días para ensayar con nosotros?

—El último, siendo más exacto.

—¡Jungkook-ah! ¡Sabía que tenías un lado dulce dentro de toda esa faceta de seriedad! —exclama Hoseok, alegre. Jungkook no tarda en sonrojarse y darles la espalda, mientras coloca música.

—Deberíamos entrar en calor.

Los dos rápidamente acceden y proceden a mover sus músculos sutilmente con la música de fondo. En unos minutos, se ven comenzando la práctica. En un principio las cosas no salen demasiado bien, pero no es en este caso ni por Hoseok ni por Jimin, sino que Jungkook no parece estar lo suficientemente concentrado. Es por ese motivo que se ven sentándose en el suelo por unos segundos para descansar. Hoseok se moja el cabello con agua mientras observa al menor de reojo, pero no le dice nada. 

Tienen que pasar algunos minutos hasta que es Jungkook quien finalmente decide hablar.

—Lo lamento. No estoy dando lo mejor de mí.

—¿Algo en tu cabeza?

—Sí. No. No sé. Es demasiado extenso para hablarlo en este momento. Debería simplemente olvidarme del asunto y continuar con el ensayo.

—¿De verdad no quieres hablarlo ahora?

—No tendremos el salón por demasiado tiempo. Mi hermano mayor también debe ensayar.

—Ah...

—Les propongo algo —comenta Jimin—. Mira, Jungkook. Yo también podría tener muchas cosas en la cabeza en este momento, pero estoy tratando de mantenerlas lejos de mí para poder concentrarme en el baile. Intenta hacer lo mismo. Luego del ensayo, vayamos a comer algo juntos. Así podremos hablar tanto de las cosas que cada uno debería mejorar individualmente para la presentación, como de, bueno, si queremos, nuestros problemas.

Hoseok asiente con la cabeza y se para en un instante. —Bien. Así lo haremos. Ahora, manos al aire y piernas al baile —le extiende su mano al menor para ayudarlo a levantarse. Éste la toma con cierta timidez y sacude su cabeza, como si quisiera despejar sus sentimientos—. ¿Eso realmente te funciona? —inquiere burlón—. Eres como un niño.

Jungkook le mira mal y sin decir nada más, vuelve a poner la música y prosiguen con su ensayo. Esta vez sí, las cosas salen mejor de lo que se esperaban. Aún hay algunas cosas que pulir, pero nada que no pudieran pulir individualmente en sus hogares. Con un sentimiento bastante confiado de que mañana les irá bien, se encaminan hacia una cafetería cercana. 

Los tres se piden algo fresco para tomar luego de aquel duro ensayo y es Hoseok quien se tira en la silla totalmente agotado. Jimin se recuesta en la mesa tratando de recobrar al menos un poco de energía mientras esperan que sus pedidos lleguen. Jungkook, por su parte, se queda inmóvil observando un punto fijo de la mesa. Hoseok le observa y no sabe bien qué decir. Es por ese motivo que cuando llegan sus pedidos, se medio-esconde detrás del sorbete de su bebida y sólo observa el interior de ésta sin animarse a decirle nada. 

Jungkook tarda en darle el primer sorbo a su bebida. En realidad, tarda muchísimo, demasiado. Pasan varios minutos en silencio que son incómodos para los tres, pero aún más, para el menor de ellos, que internamente, se está armando de valor para comenzar a hablar. Hoseok y Jimin no son conscientes de la lucha interna que está teniendo la persona frente a ellos, pero parecen darse cuenta cuando, después de minutos y minutos de un silencio totalmente incómodo, éste finalmente suelta la bomba:

—Estuve pensando en dejar la carrera.

Hoseok al escuchar esas palabras escupe su bebida y le mira tratando de decir algo pero de su boca no salen más que balbuceos sin sentido. —¿Qué? ¿T-Tú? ¿Ah? P-Pero... ¿Jeon? ¿J-Jungkook? ¿Ah? ¿Qué?

—¿Por qué motivo dejarías la carrera? —le pregunta Jimin, quien parece más calmado ante la confesión. No es que no le sorprenda, en realidad, sino que cree que tampoco es algo por lo que alterarse demasiado. Jungkook tiene dieciocho años y toda su vida para decidir qué hará con ella. Dejar una carrera al primer mes de haberla comenzado no le parece un suceso realmente relevante.

—No lo sé. Simplemente... Es como si hubiera algo más fuerte que yo que quiere que tome otro camino en mi vida. Aún no sé qué puede llegar a ser. No estoy seguro. Tampoco sé si lo estaré de aquí a un año. Pero algo no me sienta bien en esta carrera y específicamente, en el baile.

—P-Pero... Si lo haces... Increíble...

—Gracias. Pero nunca será suficiente para mis padres y menos para mí. Siempre he sido demasiado auto-exigente respecto a mi manera de bailar y eso me ha dejado no disfrutándolo en absoluto. Creo que ustedes tienen razón. Soy demasiado serio con las cosas... 

—Bueno, en eso tienes razón. Jungkook, sólo tienes dieciocho años después de todo... Tienes demasiada presión encima para alguien de esa edad.

—Exactamente. ¿No debería acaso estar disfrutando de la vida? ¿No debería estar bailando, pero en discotecas? Teniendo citas... Conociendo gente que en dos años será completamente irrelevante para mi vida... ¿Qué hago perdiendo cabello por estrés?

—¿Has perdido cabello por estrés?

Jungkook de pronto evita la mirada de los dos y no responde. 

—Jungkook-ah —lo llama Hoseok, tomándole la mano. Aquel gesto hace que el menor le mire con unos ojos que están un poco llorosos—. Me encantaría que pudieras verte bailar con mis ojos, o con los de cualquiera que no seas tú o tus padres. Eres increíble bailando. Pero si realmente no estás disfrutando ni un sólo segundo mientras lo haces, entonces sí creo que deberías tomarte un descanso. Lo más importante del baile es que lo disfrutes. Si quieres estresarte, métete a un trabajo de oficina.

El menor esconde una risa y asiente con la cabeza, deshaciéndose del agarre de Hoseok y tomando un sorbo de su bebida, intentando calmarse. Sin embargo, un pensamiento llega a su cabeza y vuelve a impacientarlo.

—Mis padres se tomarán la noticia de la peor forma. No sé ni cómo se los diré.

—Tus padres deben aprender que tienen hijos, no robots. No pueden esperar de ti lo mejor siempre. No pueden esperar que sólo sigas órdenes de ellos. ¿Siquiera alguno de ellos se sentó contigo a preguntarte si estabas disfrutando bailar?

Jungkook agacha la cabeza y niega sutilmente. 

—La única que en algún momento me escuchó fue mi abuela... Y ella falleció en septiembre del año pasado. Desde entonces, sólo he podido continuar siguiendo las órdenes de mis padres por miedo a lo que podrían decir.

—¿Y tu abuela te apoyaba...?

—Mi abuela también fue bastante criticada por la familia. Por eso en ella podía encontrar cierta compañía y entendimiento que no pude encontrar en nadie más de mi familia. Ni siquiera en mis propios hermanos que pasan por exactamente lo mismo que yo. Es como si fuera un eslabón aparte de mi familia.

—¿Y por qué motivo fue tan criticada?

—Ella cantaba. Y cantaba como los dioses. Como los ángeles. Como lo más hermoso que habrías podido escuchar en tu vida entera. Sin embargo, mi familia quería que se hiciera una cantante de opera, que cantara en los teatros más lujosos del país y ella siempre se sintió excesivamente lejana a ello. ¿Saben qué era lo que ella disfrutaba? —Hoseok y Jimin le miran con interés—. Cantar en plazas, ni siquiera es que ponía para que le dejaran limosna, no. Sólo disfrutaba ambientar lugares cotidianos con su canto. Muchísima gente le tenía aprecio y eso es lo que ella disfrutaba. Pero mi familia jamás estuvo de acuerdo. Lo consideraron un "talento desperdiciado".

—Me hubiese encantado conocerla... —suspira Jimin. Jungkook sonríe mirando el cielo y asiente con la cabeza.

—Sí. Ella era una persona maravillosa. Y no he podido evitar sentirme reflejado con ella, porque recuerdo cuando en el instituto, en uno de los tantos actos escolares, me ofrecí para cantar... Wow, se sintió mágico. Transmitir sentimientos con la voz es algo realmente de otro planeta. Sin embargo, nunca me he animado a cantar en público luego de esa vez. Sólo mi ducha conoce mi voz. Y en algún punto, me alivia que así sea, porque me aterraría que mis padres se enteraran de que también canto y me dijeran que soy malo en otra cosa además del baile.

—Sé que es difícil, pero deberías intentar olvidarte de lo que puedan llegar a decirte tus padres. Ellos, como te comenté aquella vez, están cegados por el éxito. Eso es todo lo que les importa. Hacerse reconocidos. Tú quieres ser feliz y hacer feliz al resto. Has algo con eso. Y si tus padres no lo entienden, que se jodan. Jungkook, en este poco tiempo en el que te he conocido, creo que eres capaz de hacer cualquier cosa que te propongas. No necesitas de tus padres en lo absoluto. De cualquier forma, no es como si hubiesen estado en todo este tiempo, ¿o sí?

—Es cierto...

—Y legalmente aún deben hacerse cargo de ti, así que si fuera tú me sentaría con ellos y les diría: "Papá, mamá, me iré de casa. Cómprenme un departamento. Quiero vivir solo". De cualquier forma, no creo que les falte el dinero para hacer algo así.

—¿Tú crees que aceptarán algo así? —inquiere Jimin, observando a Hoseok tras su propuesta. Éste titubea un poco.

—Bueno, quizá fantaseé un poco. Pero no pierdes nada intentándolo, ¿a que no? 

Jungkook se ríe agarrándose las orejas con cierta vergüenza. —Gracias. Intentaré hablar con ellos. Y sé que dije que dejaría la carrera, pero prometo que asistiré mañana para el examen, no pienso dejarlos solos.

—Más te valía, niño. Si llego a reprobar el examen por tu culpa... —advierte Hoseok en tono de burla, levantándose de su asiento e invitando al resto a que lo haga también. Es de esa forma, con esa charla que les ha calmado un poco los corazones, que acaban despidiéndose. Escuchar a Jungkook hablar de disfrutar la vida le ha removido un poco el cuerpo a Jimin. Pues él también quiere volver a disfrutar el existir. Y es por ese motivo, que en el camino a su casa, bajo la oscuridad de la noche que ya ha caído, comienza a preguntarse en qué momento fue que todo se había vuelto tan triste en su vida y el cómo podría hacer para regresar, lentamente, a ser nuevamente feliz.


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Hasta acá el capítulo de hoy! Les quería dar un capítulo más para conocer la historia de Jungkook que me parece un personaje súper interesante, de a poco nos acercamos al final y me pareció que no podía terminar la historia sin que lo conocieran un poco más jeje

Espero que les haya gustado y que hayan entendido mejor la forma en que se comporta, nos vemos en el próximo capítulo! Que estén bien y cuídense mucho <3

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