Capítulo Extra

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— ¿Querías verme?

— Si.

— Pues pasa.

Me adentro en su oficina para ocupar el asiento frente a su escritorio. Todo es tan pulcro y sencillo como su propio estilo, nada ha cambiado.

— ¿A qué debo el honor?

Se sienta en su silla y se acomoda la corbata de puntos blancos.

— Tengo algo que decirte y quería que lo supieras por mi.

— ¿Y que es?

— Me voy a casar.

Puedo ver cómo intenta disimular la sorpresa, pero son sus ojos los que lo delatan. Su mirada cae sobre los papeles que tiene en el escritorio aunque dudo que los esté leyendo en este preciso momento.

— Entonces van en serio...

— Si.

— ¿Es un hecho?

— Si, tengo una invitación para ti, si deseas asistir.

— ¿Por qué? — Pregunta de nuevo, pero levanta la vista para mirarme.

— ¿Por qué, qué?

— ¿Por qué vienes a decírmelo? ¿Por qué quieres que vaya a tu boda?

— Quise decírtelo antes de que lo supieras por Prescott, porque creo que es lo correcto. Lamento si pensaste que había esperanza para nosotros, pero nunca fue así y necesito que lo entiendas.

Presiona dos dedos sobre sus labios, pero sus ojos azules no dejan de mirarme fijamente. Es una mezcla de enojo y decepción la que su rostro refleja.

— Aunque las cosas no terminaron bien para nosotros, aún así fuiste importante para mí. ¿Lo recuerdas? Fuimos mejores amigos por un par de años.

— Antes de que todo se fuera al carajo... — Gruñe cuando golpea su escritorio.

— No vine a hablar sobre los errores, Luke. Lo hecho, hecho está y ambos tenemos que asumir nuestra responsabilidad.

— ¿Te arrepientes de... Nosotros?

— No — Sujeto con fuerza mi bolso — Porque a pesar de todo tuvimos nuestros buenos días. Y los malos días me llevaron a esto, aquí, con él.

— Entonces prácticamente yo te lancé a sus brazos.

— Si esa es la forma en la que quieres verlo, adelante.

Me pongo de pie y dejo el sobre blanco sobre la mesa. Hago esto por mi, por tener mi conciencia tranquila, aunque Christian no entienda mi postura.

— ¿Qué tiene él que no tenga yo?

— Todo y nada... Ni siquiera sé cómo explicarlo, pero soy feliz con él y es lo único que me importa. Y realmente espero que algún día seas tan feliz como yo, porque lo mereces.

Me cuelgo el bolso al hombro para ir hacia la puerta. Luke se pone en pie y rodea el escritorio para acercarse, con una pequeña sonrisa en sus labios.

— ¿En donde está? — Gira la perilla para abrir la puerta.

— ¿Christian? Él y Teddy están... — Cuando salgo de la oficina, miro por el pasillo hacia la entrada — En el auto...

Balbuceo lo último, confundida. Ojos grises está junto al mostrador de la entrada con el ceño fruncido y mi pequeño hijo en brazos. No se mueve, solo nos mira.

— Supongo que si fueras mía, yo tampoco te quitaría la vista de encima — Se ríe Luke.

— Es el sol, seguro les dió calor en la camioneta — Intento justificar.

— Voy a pensarlo, ¿Está bien? Lo de ir a tu boda.

— Oh, si. Claro.

Luke apoya su mano en mi codo para detener mis pasos, luego se inclina hasta dejar un beso en mi mejilla.

— ¡Hey Lukie! ¡Te estoy vigilando! — Lo amenaza mi prometido mientras lo señala.

— Adiós.

Susurro rápidamente y camino de nuevo hacia mis chicos. Teddy extiende sus manos hacia mi para que lo tome en brazos, mientras su padre le lanza una mirada amenazadora hacia Sawyer.

— ¿Ya podemos irnos? — Gruñe impaciente.

— Si.

— ¡Por fin! — Viene detrás de mí mientras llevo a Teddy a la sillita — ¿Y ya quedó todo claro con Lukie? ¿Intentará robarte el día de nuestra boda?

— No. No lo creo.

— Aún pienso que debiste traerle una invitación falsa.

— ¿Y citarlo en otro lugar? — Me río — Sabes que Prescott le dirá si él pregunta.

— Tienes razón, mejor déjalo que vaya y vea lo felices que somos.

— Me parece la mejor idea — giro hacia él para abrazarlo por la cintura — Incluso podríamos intentar emparejarlo con alguna de las solteras en la fiesta.

— Mierda, no. No lo quiero en mi familia, suficiente tengo con que sea tu ex esposo.

— ¿Y qué quieres que haga? ¿Que lo mate?

— ¡Shh, nena! ¿Quieres dejar de gritar nuestro plan a todo mundo?

— ¡Christian! ¡No vamos a matar a Luke!

— Pues no ahora, ya pusiste sobre aviso a todos ahí dentro.

Señala con la cabeza hacia las oficinas de Luke, y ahí junto a la ventana se encuentra observándonos su asistente.

— ¡Era una broma! ¡Sube al auto!

Hace un puchero con los labios antes de caminar hacia el lugar del conductor. Voy hacia el otro extremo y subo de copiloto, lista para regresar a casa a terminar los preparativos.

— ¿Le dijiste que la boda es este fin de semana?

— No.

— ¿Solo le aventaste la invitación en la cara? ¡Eso es genial, Ana!

— No — Ruedo los ojos para no reír — Dejé el sobre en el escritorio. Si él aún recuerda como leer, se enterará.

— Aún creo que no debiste invitarlo.

— Y yo creo que deberías preocuparte por mi mamá y Bob que se quedarán con nosotros.

— Oh, no. Hablé con mamá y tú y ellos estarán en Bellevue.

— ¿Por qué?

— Alguna mierda sobre las tradiciones, no sé. Yo le dije que ya teníamos un hijo, que no debería preocuparse tanto por las tradiciones.

— ¿Qué tiene que ver Teddy en esto? — Cruzo los brazos sobre mi pecho.

— Pues que ya estamos juntos, ya sabes, nuestro hijo es la prueba de ello — Arquea las cejas en un gesto seductor — ¿Qué más da si te veo con el vestido? ¿O si dormimos en la misma cama el día anterior? Igual nos vamos a casar.

— Va a ver a su hijo pequeño casarse, creo que es un día especial para ella también.

— Y yo estaría profundamente agradecido si en lugar de llevarte con ella, se ofrece a cuidar a Ted por una noche.

— Dios mío... — No puedo contener la risa — ¿Estás pensando en sexo?

— Todo el tiempo, nena — Palmea mi muslo cuando se detiene en el semáforo en rojo — Todo el tiempo.

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