Capitulo 1

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El muchacho llegaba a su casa, dejando el paquete de galletas en la mesa, esa seria su comida en dos días pero lo tenia que racionar, fue a lo que era su cocina o bueno remedo de cocina, estaba un poco vieja y el con gusto las repararía si supiera como y si tuviera el dinero, pero ser abandonado no era nada buen...

Uno de los focos reventó, mas especifico el que estaba en el comedor, esto hizo que diera un suspiro pesado, sin duda otra cosa que tenia que reparar y con falta de dinero no lo haría, esperaba otra cosa, esperaba que se cayera el maldito techo en su cara para que mínimo lo terminara esto si que estaba de mal en peor, ya se acababa su dinero, no le querían dar un trabajo en otros lugares por quien era.

La casa se caía a pedazos, tenia tantos defectos que le costaba creer que siguiera en pie, ya no tenia agua, la luz estaba a punto de ser cortada y lo peor de todo era que ya no podía ir a la escuela ya que no estaba inscripto no tenia dinero para la reinscripción, si que estaba jodido, aunque el se lo busco por creer en las personas equivocadas, era tan estúpido.

Un pequeño rugido se escucho en la sala de aquella vieja residencia el chico se sujetaba el estomago con cierta fuerza creía que si lo hacia tal vez su hambre desaparecería mágicamente aunque eso fuera estúpido el chico quería ahorrar esas galletas, pero después de cierto tiempo su necesidad fue superior agarrando el paquete de galletas este lo abrió sin mas agarrando la primera galleta de chipas de chocolate comiéndola aunque se le hizo extraño, no tenia ningún sabor.

No importo agarrando la segunda galleta, tal vez por comerla muy rápido no había experimentado sabor, sin embargo la segunda fue igual sin nada de sabor, parecía que solo mordía algo crujiente y nada mas, esto hizo que terminara de comer, la verdad era que el apetito se le había ido, no tenia sabor absoluto y eso era extraño, creía que las galletas estaban podridas aunque eso era imposible las galletas se veian en buen estado y no le causaron ningún malestar solo no tenían sabor, era una tonteria pensaba que tal vez era porque no había tomado agua aunque nunca antes la comida no parecía que no tuviera sabor todo empezó cuando...

Había sido abandonado, ahora no sabia si era parte de un jodido experimento, pero ahora no tenia sabor en ningún alimento y eso le daba un verdadero asco, el chico sin mas dejo el paquete de galletas en la mesa, estaba exhausto y no ayudaba nada que aun tuviera un poco de sed, el chico no sabia que podía hacer, nadie le quería dar trabajo, aunque tenia la oferta de flipps pero solo era una forma que se burlaran de el, aunque si aceptaba el trabajo podría comprar comida cosa que de verdad seria algo bueno, pero verle la cara al anciano que siempre se burlaba de el.

El chico fue a su cocina lavando los platos que había utilizado en su ultimo desayuno normal, tenia que lavar los platos, después de todo aunque no tuviera comida tenia que lavar las cosas que se ensuciaban de su casa, las personas empezaron a verlo feo, pero el que podía hacer, solo era un maldito niño y nunca de los jamases las cosas cambiarían para bien....

En el presente...

El muchacho estaba lavando las cazuelas de la cena que había preparado "a la fuerza" mientras que sus invitadas disfrutaban el espagueti con albóndigas, el muchacho solo le sorprendía como las cosas habían cambiado en estos momentos podía mínimo comer de manera normal, y no preocuparse por los gastos de la luz y el agua, aunque a veces el dinero no le era suficiente, después de todo solo logro estudiar hasta la preparatoria gracias a el gobierno, aunque tenia que pagar la deuda de estudios.

-Lemy es en serio me encanta tu espagueti- El chico salió de la cocina observando a las dos mujeres que disfrutaban de la cena, una de ellas agarro una taza de café para empezarla a beber.

-Deja mi café Rinn, que me tengo que ir a dormir-

-Lemy ¿Por qué dices que no sabes cocinar?, esto de verdad esta muy bueno-

-Mi comida da asco Lary, no tiene ningún sabor-

-Prueba esta albóndiga-

La mujer agarro su tenedor mientras agarraba una de sus albóndigas para darle de comer en la boca del castaño, este sin mas se la comio, sin embargo era igual no había ningún sabor, no importaba la sal o picante que le había puesto no tenia nada de sabor y eso le daba asco al castaño.

-No sabe a nada-

El muchacho le dio un ultimo sorbo a su café antes de subir a la segunda planta.

-Por cierto, cuando se vayan de mi casa cierren con seguro y laven sus platos, mañana tengo que trabajar hasta muy tarde y no podre lavar o recoger lo que hagan, asi que por el amor a quien sea que este arriba, no me hagan un desorden-

El chico fue lo ultimo que dijo antes de ir a su cama, la verdad estaba un poco cansado y mas al recordar que mañana que ir a quebrarse la espalda con sus trabajos, solo fue visto por las chicas que estas suspiraron ante la manera de actuar de Lemuel.

Este llego de nueva cuenta a su cama, lanzándose sin mas a lo que era una cama que había tenido desde hace tiempo y la verdad que para el castaño era muy comoda a comparación de otros colchones, este por fin logro su objetivo de quedar en los brazos de Morfeo.

En el pasado...

Habia empezado a nevar, después de todo eran vísperas navideñas era obvio que nevaría, pero lo peor de todo era que la chimenea no servia y este no tenia ropas para el invierno, en si la situación era verdaderamente jodida, sin embargo tenia una pala para la tierra, esto le ayudaría a liberar la nieve que estaba en su entrada.

sin duda seria un trabajo pesado pero lo tenia que hacer para tener un lugar por el cual pasar, el chico empezó a hacer ese trabajo, la verdad era que tenia demasiado frio, pero aun asi sabia que tenia sus obligaciones, este estuvo al rededor de 2 horas enteras limpiando la entrada de su casa, cosa que logro con éxito.

-Soy el mejor de todos-El chico se lleno de orgullo por haber limpiado toda la zona delantera de la casa, podría meterse a su casa y estar en un lugar mas calido.

O bueno minimo lo pensó ya que cuando intento entrar a la casa esta estaba cerrada como si alguien le hubiera puesto llave, intento forcejear la puerta varias veces sin embargo nada pasaba, esto hizo que el chico lanzara la pala al suelo, esto era el maldito colmo, estaba frustrado, nada servía en esta casa, la electricidad era un asco, la fontanería también, la alfombra estaba tan jodida que le sorprendía que no tuviera ningún hongo, las paredes estaban algunas jodidas y fácilmente podía romperse con un pequeño golpe, y ahora esta mierda, estaba solo, no tenia familia a la cual podía llamar para que lo ayudaran, era una fecha que para su corta edad debería de ser la mejor de todas, era noche buena, se supone que debería de estar con su familia esperando por alguna especie de cena o algo por el estilo, pero estaba aquí el 24 de diciembre titiritando por frio y solo en este asqueroso mundo.

Sin mas decidio irse a otro lado, cualquier lugar seria mejor que estar aquí agarrando una hipotermia, no sabia a donde podría ir pero sin duda alguna seria un lugar mas agradable y posiblemente dejaría de tener frio, el chico camino por las calles blanquesinas de la rural royal Woods, para otras personas la vista seria bonita, sin embargo para el chico era una vista de los mil demonios, tenia frio y hambre.

Era una maldita estupidez no sabia que estaba pagando para tener que tener estas estupideces, pero ya que podía hacer, llego a una especie de callejón donde veía un bote de basura en llamas o bueno se estaba a punto de apagar, eso era mejor que nada, este decidió acercarse para ganar un poco de calor, sin embargo con tristeza vio como la llama empezaba a apaciguarse cosa que haría que de nuevo tendría frio, pensaba en algo que pudiera quemar, pero no encontraba nada, sin embargo sintió algo que pudiera quemar, un objeto que desde ese día lo odio.

Su bandana, su maldita bandana que fue regalada por una de esas malditas, este con una enorme herida se quito la prenda de su frente tarándola al fuego, esta poco a poco se consumió la verdad era que ya no la quería ver nunca mas, tenia tanta ira acumulada.

Sin embargo poco a poco el fuego se apago por completo dejándolo de nuevo en el frio del callejón, esto era el colmo, ¿Por qué diablos tenia que vivir esta mierda?, ¿Qué diablos había hecho para merecer esto?, era una maldita porquería, si de verdad esto se lo merecía pues el quería morir de una vez por todas para dejar de estar en esta mierda, ya le daba igual.

El frio sin duda era insoportable si se tenia que morir de una hipotermia sin duda lo haría prefería mil veces eso antes de tener la mierda de vida que tenia, tal vez tenia una casa pero de que servía si esa porquería se caía a pedazos, ya no tenia dinero todos sus ahorros se habían ido al caño y para el colmo la comida que probaba siempre era lo mismo no tenia sabor alguno esto daba asco, por primera vez el chico le habían salido unas pequeñas lágrimas.

Sintió como alguien se había puesto enfrente suya este pudo observar a un hombre barbón muy alto y afroamericano, su cabello negro sin duda era demasiado largo.

-Si vas a hacerme algo, solo hazlo la verdad que este día creo que no puede ser peor-

El niño ya resignado decidió cerrar sus ojos la verdad que se esperaba lo peor de todo, pero mínimo pensaba que por fin se acabaría todo este maldito problema ya quería estar en una completa tranquilidad.

Sin embargo el chico sintió algo un poco cálido, al verlo se dio cuenta que el hombre lo había tapado con un cobertor bastante grueso, este hombre se había sentado a su lado ayudándolo un poco en el frio.

-Un niño no debería de estar en un callejón y mucho menos a estas horas tan lejos de su casa, ¿Dónde están tus padres?-

-Y-yo no tengo, no tengo a nadie-

-Pues ya somos dos, yo tampoco tengo a nadie o mínimo ya no lo tengo, ellos me abandonaron-

Lemy al escuchar eso pudo sentirse un poco familiarizado con ese señor, los dos parecían tener el mismo enojo por unos bastardos que solo los utilizaron para su conveniencia.

-Deberias de taparte mas esta noche será una muy fría, después de todo tenemos que ayudarnos-

- ¿Por qué me ayudas?, fácilmente pudieras dejarme en el frio-

-Porque tenemos que ayudar a las personas, aunque estemos en una condición similar, es como la típica frase hoy por ti mañana por mi, aparte parecías que necesitabas platicar con alguien, así que dime ¿Qué te sucede?-

-Bueno, la verdad es que...- Un pequeño gruñido que proveniente del niño lo hizo callar, este se sujeto el estomago aun seguía hambriento.

-¿Has comido algo?- El niño solo negó a esa pregunta. -Toma se que no es mucho pero creo que podrá quitarte algo de hambre- El hombre le dio una barra energética un poco extraña nunca la había visto, bueno no era como si pudiera entrar al centro comercial, asi que lo mas probable era que estuvieran ahí.

- ¿Por qué me ayudas?, estas dándome la poca comida que tienes, esto deberías de tenerlo tu-

-Te lo dije, siempre tenemos que ayudar a las personas aunque tengamos poco, y creo que necesitas ayuda, cuando ayudas a alguien sientes como si las cosas fueran a mejorar, un una pequeña sensación indescriptible, así que adelante come- El niño sin decir nada mas abrió la barra nutritiva para empezar a probarlo.

Era algo raro sentía el sabor dulce aunque después de un tiempo el sabor desapareció, de nuevo dejaba de tener sabor alguno y eso de verdad que lo hacia sentir mal.

El hombre y el niño siguieron platicando aunque este poco a poco le gano el sueño, después de todo había apaleado casi todo el dia y de verdad se sentía cansado, y mas por la falta de comida.

-Dime Lemuel ¿Cómo lo llevas después de que tu familia se haya ido?-

-¿Como sabes que soy un loud?-

-Yo los conoci, aunque no es que me llevara bien con ellos-

-Entiendo, si no le molesta dormiré un rato-

-De acuerdo, descanza y por cierto feliz navidad-

-Feliz navidad señor clyde-

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El hombre fue despertado por la alarma de su celular, este se levanto de nueva cuenta tenia que irse a trabajar, tenia que prepararse, una vez que se aseo por completo bajo a su cocina para desayunar, sin embargo se sorprendio al encontrarse con su típico desayuno ya preparado, era extraño pues había algo diferente de todo esto en vez de solo un pan tostado con mermelada había un huevo frito con tocino y pan para acompañar.

Este observo un pequeño pedazo de papel que estaba debajo del plato, en este tenia un pequeño mensaje.

Rinn y yo te preparamos el desayuno tonto, disfrutalo y por cierto mas te vale que no llegues tarde a la comida pues me espera un pesado dia de trabajo y ni se diga de Rinn.

Este solo arrugo la nota dejándola en la mesa, este tendría que apresurarse, una vez que termino de desayunar fue cuando se apresuro, no podía usar su vehiculo ya que la ultima vez la grua se lo había llevado, era mejor ir sin el vehiculo además que sus trabajos quedaban cercas asi que lo mejor era el transporte publico.

Al estar sentado una anciano con la cara seria también subió, aunque todos los asientos estaban ocupados, el señor tuvo que ir de pie, nadie de los demás pasajeros quería dar su asiento, esto hizo que el castaño pusiera una mueca de fastidio.

-Señor toma mi asiento-El castaño con una sonrisa se levanto dejando que el adulto mayor se sentara, este solo le dio un pequeño agradecimiento que hizo que Lemuel solo asintiera.

Después del recorrido bastante tranquilo llego a lo que parecía un taller mecánico, al llegar se pudieron observar a varios señores mayores trabajando en diferentes automóviles, unos lo saludaron y otros simplemente lo ignoraron, no era como si de verdad le importara ser popular en su trabajo.

Fue al vestidor a ponerse su overol y poder trabajar pero al terminar de salir fue detenido por un hombre de mediana, vestia una camisa blanca y sujetaba una llave inglesa.

-Lemuel ocupo que vayas a la sección 2 y cambies las llantas del Sr Gruñón, no solo eso quiero que limpies el motor y cheques que todo este bien-

-De acuerdo, pero ¿Tendré que cobrarle por todos los servicios?-

-No, ya pago por adelantado, apúrate que este dia tenemos demasiado trabajo-

-De acuerdo jefe-

El muchacho esperaba que su dia no fuera tan pesado pero parecía que no podría pedir demasiado, sin rechistar fue con el Sr Gruñon un tipo que a sus 70 años no hacia nada de honor a su apellido, este era bastante relajado, lo que el chico pedia eran mas clientes así.

Una vez que termino de trabajar en la maquinaria del señor, este le dio una no tan pequeña propina, y eso de verdad lo hizo sonreir, no creía que su dia podía empeorar, sin embargo su dia si podía empeorar, apareció una mujer que lastimosamente lo odiaba, mejor dicho una chica que lo odiaba.

Esta era una chica castaña de pelo corto, y que la acompañaba un muchacho de descendencia latina los dos al ver a Lemuel solo empezaron a sonreir de una manera extraña, el chico ya sabia la mierda que tendría que pasar, sin embargo un angel lo salvo o mas bien su jefe lo salvo de algo.

-Lemuel necesito tu ayuda, ve a la sección 18 ocupan una revisión del motor y cambio de algunas partes o y un lavado con vapor, Jacob se encargara de estos clientes, ocupamos que ayudes a Josh- Si los angeles existieran sin duda su jefe seria uno de ellos, acepto con gusto viendo de reojo a la pareja que estos lo veían con disgusto.

Una vez que llego este inicio con el cambio y lavado a vapor, cambio algunas partes del motor, y aunque parecía que también ocupaba un cambio de batería, pero no dijo nada para no meterse en problemas, una vez que termino el trabajo fue a la sala de descanso, no es que fuera su hora de descanso, sin embargo estaba un poco cansado de la misma rutina de siempre aunque no podía hacer mucho, si no trabajaba en este lugar no podía comer y hacer las reparaciones que ocupaba en su casa.

Aparte que últimamente no dormia lo suficiente, era extraño muchas temores llegaban a su mente, miedos que le habían ocurrido en el pasado, cosas sin sentido, y en general un miedo acerca sobre unas chicas que no quería pensar sobre ellas, pero los recuerdos le llegaban y si era sincero este se sentía dolido, una vez que dejo sus pensamientos nuevamente fue a la sección donde había terminado el trabajo.

Horas después...

Una vez que su turno se acabo, por fin podría irse a su segundo empleo, ya solo le quedaban 5 horas mas y podría ir a su hogar a descansar algunos momentos, y repetir la misma acción varias veces al día, aunque cansado eso tenia que hacer para comer, antes de salir fue detenido por su jefe.

-Lemuel ¿No recuerdas que dia es hoy?-

-Lunes-

-Si, y es dia de paga, solo tu faltas de que te entregue tu paga-El hombre mayor le entrego un pequeño sobre blanco, este automáticamente lo metio a su bolsillo mientras se despedia del hombre.

El muchacho salio de su lugar de trabajo con cierta emoción, se le había olvidado por completo que hoy le pagaban, este podía comprar algunas cosas que le debía a Lary, pero ahora podía hacerlo y no solo eso también podría comer algo cosa que nunca hacía.

Aun tenia como una hora para comer algo, y lo mejor de todo era que se podría gastar su dinero en algo que no fueran frituras por eso mismo había ido a la plaza de royal Woods en el lugar donde habían distintos comercios, a lo mejor iria a comparar algo de comida china o pizza lo que fuera con tal de no sentir hambre en su otro trabaj-

-¿Quién esta cantando?-El muchacho observo a lo lejos a una niña rubia, esta sostenia un cartel, no podía ver con exactitud lo que decía, la niña se veía muy descuidada, sus ropas eran harapos, y con una venda cubria sus ojos, esto sin duda era extraño para el muchacho, una vez que se acerco fue cuando algo dentro de el se estrujo.-Oye pequeña ¿Qué haces?-La niña paro de cantar dirigiendo con lentitud su cabeza a la dirección del castaño.

-Buenos días señor, solo consigo dinero para algo de comer, hoy la gente esta siendo muy buena, me ha dado demasiado dinero-La niña sin duda se escuchaba feliz, aunque el muchacho al ver el recipiente que la niña usaba para pedir limosna fue lo que hizo que de verdad se pusiera irritado, en este no había ningún tipo de dinero, solo tenia tapas de corcholatas y anillas de cerveza y refresco, eso sin duda hizo que el castaño se pusiera mas que furioso.

-¿Qué paso con tus ojos?-

-Bueno los del orfanato me decían que a mi mami le gustaron tanto mis ojos que ella se los quedo, pero no importa si le gustan estoy mas que feliz el habérselos compartido-La niña se quito un poco el vendaje mostrando que si tenia ojos cosa que hizo que el castaño sin duda se tranquilizara un poco, aunque se enfurecio al pensar a los bastardos que le mintieron y a los que engañaron con su inocencia.

-Escuchame pequeña no quiero que vuelvas a este lugar, esas personas no te dieron dinero, solo se burlan de ti-

-Pe-pero no puedo hacer eso-Los dos escucharon que como el sonido de algo metalico había sido lanzado, un viejo lanzo una anilla al caso de la joven rubia.-Muchas gracias señor-El hombre solo veía con burla a la niña, seguía observándola con cierta sonrisa de superioridad aunque se detuvo en cuanto vio al muchacho, este tenia una mirada que de verdad lo hizo asustarse, su cara de verdad que estaba tan llena de ira que hizo que este se fuera casi corriendo.

-No tienes que volver aquí lo mejor para ti es buscar otro lugar donde pedir dinero-

-Pero no puedo hacer eso- El muchacho busco en su bolsillo encontrando el sobre de su paga, este lo abrió dándole la mitad de su paga.-La niña instintivamente empezó tentar el billete sorprendiéndose por lo que el muchacho le acababa de dar.-Mis hermanas y yo no podemos hacer eso no hemos comido en algunos días- El chico agarro su sobre blanco, este dio un pesado suspiro antes de sonreir, el muchacho le dejo en manos a la niña todo el dinero que le habían pagado.

-Toma esto es para ti, por favor no vuelvas a este lugar-La niña volvió a tentar el dinero sorprendiéndose aun mas.

-Es mucho dinero, yo no puedo aceptar esto-

-Adelante es todo tuyo pero por favor no vuelvas aquí o minimo ven con alguien mas, y guarda el dinero ten cuidado con los extraños, espero que tu y tus hermanas disfruten de su comida, se que no es mucho pero es todo lo que tengo-Los labios de la niña empezaron a temblar mientras unas pequeñas lagrimas aparecían en sus mejillas.

-S-si, muchas gracias-

-Te prometo que te invitare a ti y a tus hermanas a comer otro día pero por favor prométeme que no vendrás aquí de nuevo es peligroso para ti- La niña asintió débilmente sin mas camino con lentitud a la salida aunque con una evidente felicidad, el muchacho solo vio el caso donde la niña pedia dinero, este tiro todo el contenido que solo era pura basura, esto sin duda era asqueroso como la gente podía llegar a ser tales actos.

Bueno el conocía como las personas eran, la mayoría solo decidiría ignorarla pero otros les gustaría engañar a una niña con tan solo burlarse de ella.

-Bueno creo que me quede sin comer- Un pequeño rugido se escucho en donde estaba el muchacho, sin duda tenia hambre pero no le importaba, aunque actuo como un idiota apresurado no le agradaba como las personas se burlaban de los indigentes y eso lo odiaba el castaño, esperaba que la niña y su hermana pudieran comer y que nada les pasara.

Ahora ya no tenia dinero aunque no era mucho solo eran 200 dólares, después de todo aun le debía dinero a su jefe así que el se lo descontaba de su pago, ¿Por qué diablos actuó de esa manera?, ojala pudiera darle mas a la niña pero simplemente era un inútil con una paga miserable, con 2 trabajos no recibía lo suficiente, sabia que su casa se caería a pedazos si no fuera porque algunas personas le ayudaron en el pasado.

Una vez que salió de la plaza fue directo a Flipps su segundo lugar de trabajo, aun tenia en mente a la niña indigente, creía que la había visto en algún lado o mas bien que se parecía a alguien, pero no podía ser posible, solo seria una tontearía.

Después de unos minutos por fin había llegado, al entrar se encontró con el anciano hombre que contaba un fajo de billetes, solo se vieron a los ojos por unos segundos antes de que el castaño bajara para cambiarse, una vez cambiado con un overol rojo y gorra azul por fin se fue a su puesto de trabajo, aunque su estomago rugia hacia que el anciano lo observara por unos segundos antes de volver a contar su fajo de billetes.

-Oye pecado- El llamado de Flipps hizo que el castaño lo viera con una mirada bastante cansada.

-Sabes algunos emparedados no se venden bien, y están próximos a echarse a perder, si quieres puedes comértelos, después de todo tu hora de salida esta por llegar-

-Espera ¿Regalar algo?, sobre todo ¿Tú?, ¿Cuál es el truco?-

-El truco es que si no te apresuras a calentarlos y comértelos te los cobrare solo eso, si me permites me ire a dar un masaje con el queso para nachos- El castaño camino al refrigerador donde los emparedados lo esperaban, este agarro 4 en total poniéndolos en el microondas.

Una vez que se calentaron fue cuando el castaño pudo probar un bocado, pero rápidamente hizo una mueca de disgusto, desde hace tiempo la comida le había dejado de saber a algo, en cierto modo sentía un asco cada vez que comía algún alimento.

Una vez que termino de comer se preparo para retirarse, se despediría de Flipps pero el estaba muy ocupado en su relajación, simplemente cerro la tienda no sin antes volverse a poner sus vestimentas habituales, ya cansado de todo su trabajo camino hasta su casa, después de todo no tenia dinero suficiente para el transporte público.

Seguia pensando en la niña rubia ojala hubiera actuado de una mejor manera, le entrego todo el dinero que tenia a esa niña, esperaba que no la hayan asaltado, pero su parentesco con alguien no lo dejaba tranquilo, una muchacha rubia sonriente apareció en sus recuerdos, esa mujer hizo que una ira apareciera en el castaño, esa zorra, era imposible, podría ser que esa niña se pareciera pero no fuera nada.

-¿En qué diablos estas pensando Lemuel?, mejor regresa a tu maldita casa antes de que se haga mas tarde- con eso ultimo en mente el chico se fue a su casa.

Minutos después...

El castaño por fin había llegado a su hogar, y no era sorpresa que las luces estuvieran encendidas, lo mas seguro era que Rinn y Lary las dejaran encendidas, sin duda el gasto de la luz le llegaría de verdad alto, al entrar fue atrapado por Lary que la rubia buscaba por los bolsillos del castaño.

-¿Donde están mis frituras?-

-¿Qué cosa?-

-Las papas fritas que me prometiste hace un mes-

-Me olvide de comprarlas-

-No importa, solo tomare un poco de dinero de tu pago del mes- La mujer dijo esto antes de sacar el sobre donde antes estaba el pago de Lemuel, sin embargo al abrirlo se dio cuenta que estaba completamente vacío-Lemy ¿Por qué no hay dinero en el sobre?-

-No lo se-

-No me digas que te asaltaron de nuevo-

-No Rinn solo se me cayo en algún lugar-

-Esto no es justo, se supone que ahora comería papas fritas, estuve todo el mes contando los días y señalándolos-

-Espera ¿Señalándolos?-

-Si, tengo un calendario para contar todos los días de paga tuyos-

-Ok, eso no quería saberlo, ¿Por qué están aquí?-

-Queremos comer, te dijimos en la nota que no llegaras tarde y o sorpresa llegaste tarde-

-Yo ya comí, así que lo siento-

-¿Por qué no nos esperaste? y aun mas ¿Qué le hiciste al dinero-

-Lary no había comido nada ahora ya que comí me pondré a hacer varias cosas que la casa ocupa, y sobre todo el auto, si quieren pueden comer la pasta que ayer prepare aun quedo mucha- El muchacho sin mas que decir dejo sus cosas en el sillón individual para después salir al garaje siendo visto con molestia por las dos chicas.

*No puedo decir que me agrada la idea de que esas dos entren a mi casa, y aun mas que me usen como su chef personal* Mientras pensaba esto el castaño observo como las dos se daban un apasionado beso francés haciendo que este instintivamente apartara la mirada.

El castaño al entrar al garaje vio sus herramientas, sin embargo había algo que centro por completo su atención, un viejo estuche de guitarra que los años ya le habían pasado factura, tuvo un impulso se ir por ella, pero se detuvo nunca mas volveria a hacer alguna de esas estupideces, nunca mas tendría esos sueños estúpidos, el tenia que sobrevivir con la poca confianza que aun le quedaba.

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