La Cena

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En otra casa lejos de allí, una pequeña familia terminaba de preparar la cena. Estaba compuesta por los padres y una única hija. Los padres eran ya de mediana edad mientras que la hija en cambio era una joven ya de poco más de veinte años pero curiosamente tenía ya el pelo blanco, como su padre.
Si se examinaba la escena detalladamente, uno se daría cuenta de que la familia estaba esperando visitas. Mientras la joven preparaba la mesa mientras  la mascota de la familia, un pastor alemán llamado Chuck, la seguía continuamente, sus padres conversaban entre susurros a sus espaldas.
-Mirala, tan resplandeciente como está. Está claro que no es por nosotros - comento ella en tono divertido.
-Si, nuestra hija se hace cada vez más mayor - respondió el suspirando.
Su esposa se percató enseguida de su melancolía y se dispuso a levantarle el ánimo:
-Eso no significa que deje de ser nuestra pequeña, ¿lo sabes verdad?
Él la miró agradecido.
-Si, eso espero.
Ella sonrío de vuelta.
-Venga, terminemos con la comida.

-Chuck, tesoro, lo siento pero ahora no puedo jugar contigo, tal vez después.... - decía la joven mientras terminaba con los últimos preparativos en la mesa, entonces el timbre sonó.
-!! Ya abro yo¡¡-se apresuró a gritar mientras corría hacia la puerta.
Cuando abrió otra joven de cabello rubio, ojos verdes y ataviada con un vestido azul la esperaba sonriente.
-Ay, Christine Xavier, mira que abrir la puerta sin averiguar antes quien era - le saludo irónica. ¿O es que no logre enseñarte nada?
-Bah, exagerada.
-Puede pero se de buena gana que adoras esa cualidad mía - replico la rubia antes de plantarle un beso en los labios, un beso que la otra correspondió con efusividad .
-¿Están ya tus padres preparados?
-Desde hace rato.
-¿Seguro que no sospechan nada?
-Tranquila, de ser así no hubieran podido disimular. Y ahora mejor vayamos junto a ellos antes de que decidan ir a buscarnos.

-!! Sarah¡¡- saludo conjuntamente el matrimonio al ver a la rubia.
-Lee, Michael - No dudo en darles un abrazo a sus suegros.
-Chuck - le dijo por último al pastor alemán quien la saludaba con genuina alegría.
-¿No trabajarías hoy? Porque si estas cansada, no nos importa acortar la escena.
-Oh no, por favor. Tuve la tarde libre así que no sé preocupen.
"Y además esta ocasión es demasiado especial para nosotras como para acortar nada"pensó.

La cena transcurrió entre risas y confidencias, como era usual cada vez que se reunían.
-.... Y el tipo seguía negándose cual mula a rendirse así que acabe fingiendo qu accedía a sus peticiones, y el fue y se lo trago.
-¿Y que pasó?
-Pues, básicamente.... Que aproveche su guardia baja para noquearle.
-Auch.
-Si, lo sé, es bastante anti climático. Ah, y un pequeño remate final, es que su esposa, después de esto, se ve que se hartó y le abandono .
-Eso parece un buen castigo poético - comentó Michael con voz queda.
Hubo un breve silencio ante ese comentario.
-Bueno, ese siempre es el riesgo de las relaciones. Por fortuna ese no parece ser nuestro caso - dijo Christine mientras cogía la mano de Sarah.
-Si, especialmente ahora - prosiguió Sarah- Que vamos a pasar por el altar.
-¿Qué..? - Exclamó Michael anodado mientras Lee permanecía completamente callada a causa de la sorpresa.
-Pues cómo lo habéis oído ;vamos a casarnos.
Esta vez ambos progenitores se quedaron callados y se miraron el uno al otro como para asegurarse de que eso realmente estuviera pasando y no fuera un sueño. Sin embargo al cabo de muy poco sus rostros de sorpresa mutua se metamorfosearon en otros de alegría suprema.
-Ay, hija mía, pero que bien callado te lo tenías.
-Mil Felicidades a las dos aunque concuerdo con mi esposa en que nos teníais completamente engañados.
La pareja de prometidas rieron y Chuck ladro como acompañándolas.


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