—¡Comes como si no hubiera un mañana! —Taehyung estaba muy enojado.

Para su mala fortuna, su madre había dicho que tendría que irse más temprano al trabajo, pero que le dejaría algo de comida y dinero por si quería ordenar una pizza, aunque estando Jungkook presente en su casa, evitaría a toda costa la pizza.

—¿Qué? No te entiendo, me lo dices cuando tú —lo señaló— seguramente te hubieras comido dos pizzas enteras, ¿cómo le haces? Deberías meterte a un concurso de comer comida.

—¡Aquí el tragón eres tú! Mira, te acabas de terminar mi maldita porción del postre, idiota.

Jungkook por fin pasó su lengua por sus labios al fin había terminado, debía admitir que aquella tarta de durazno había sido lo más delicioso que había probado, ni siquiera su tía cocinaba tan bien como la madre de Taehyung.

—¿La quieres de vuelta? Puedo vomitarla si gustas.

—Eres un maldito asqueroso, Jeon —dijo aquello mientras apretaba los dientes, ¿acaso su tarde podría empeorar?

—No te quejes tanto, ¿quieres qué te compre algo de postre? ¿O prefieres un poco de mi...?

—Te atreves a decir semen y te parto la cara, Jeon Jungkook.

El mencionado de inmediato comenzó a reírse, hacer enojar a Kim Taehyung le parecía el mejor hobbie del mundo, y es que Taehyung se enojaba con tan sólo mencionar cualquier cosa, inclusive seguramente se enojaría sólo por respirar su propio aire.

—¿A qué hora piensas largarte? —preguntó Taehyung. No sentía que podría soportarlo un minuto más.

—Cuando quiera. —Esa había sido su respuesta—. Mientras, ¿qué te parece si nos divertimos un poco, Taehyung? —Jungkook levantó sus cejas varias veces mientras le sonreía burlesco.

—Vete al infierno.

—Te llevaré al cielo cuando gustes, Taehyung.

De inmediato, Taehyung le mostró el dedo corazón haciendo que Jungkook soltará una carcajada, Taehyung no podía seguir soportando tan compañía, y pensar que el que ahora se está insinuando demasiado es quien le gana en las calificaciones sólo por una décima, definitivamente lo detesta.