~22~

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Seok Jin había preparado la cena de esa noche tardía para su Omega. TaeHyung había intentado ayudarle, pero solo conseguía abrazos y besos, pero no había forma de que metiera sus narices en la cena de su alfa.

Era algo extraño, él había crecido viendo cómo su madre, pese a valerse por si misma laboralmente—refiriéndose a su casta de omega—en la casa, ella atendía a su Alfa. No es que su padre fuera un patán, era un hombre bastante compañero, pero considerando que habían crecido en otros tiempos, habían costumbres arraigadas en ellos. Cómo el Omega siendo el encargado de cuidar a su familia. Cocinar y tener todo limpio, mientras que el alfa se encargaba de la economía de su familia y era la cabeza única y exclusiva de esta.

Por lo tanto, jamás había visto a su padre cocinarle a su madre por mero interés amoroso o un poco de aventura romántica en su relación. Su madre había mencionado que cuando estaba en cinta de él, su padre la había atendido y estado allí para ella y sus caprichos, TaeHyung no podía creerlo, hasta que lo vió en el proceso en que YeonJun estaba en camino.

Su padre, como alfa responsable los había cuidado a sol y sombra, también cumpliendo algunos caprichos y antojos, confirmando las palabras que su madre le había mencionado en el pasado y que le había costado creer que fueran ciertas.

Ahora este Seok Jin, nuevamente, era algo único. Tenía las tres "I" en su frente. Increíble, incomparable e irremplazable. No quería nuevamente entristecerse y pensar en todo el tiempo perdido, porque si lo hacía, las inocentes palabras del pequeño YeonJun volvían a él y con ellas, la re apertura de heridas jamás sanadas del todo.

— ¿Estás bien? —preguntaba Seok Jin, poniendo el plato de comida frente a él.

TaeHyung alzaba la mirada, tenía esos ojos de cachorros entristecidos y más allá de eso, Seok Jin sentía la tristeza queriendo ir en aumento sobre su Omega. Instantáneamente acariciaba la mejilla de TaeHyung, su garganta se volvía un nudo difícil de tragar cuando sentía que este se ponía aún peor con esa caricia y sus ojos se volvían acuosos en segundos derramando silenciosas lágrimas, sin dejar de ver a Seok Jin con sus ojos casi azules.

El alfa podía sentir que TaeHyung tenía tanto que decirle. Tenían tanto de que hablar, pero no sabía cómo llegar ahí sin sentir que no estaba presionando al Omega. TaeHyung relamía sus labios y lo miraba, Seok Jin le sonreía, se inclinaba para quedar a su altura y besaba sus mejillas húmedas, cada acto de afecto destrozaba el corazón de TaeHyung en muchas partes y a la vez lo consolaban.

— ¿Dime como hacer para que dejes de sentir esta tristeza, cariño? —susurraba, mientras sus feromonas eran de un olor canela intenso que rodeaba a TaeHyung y lo hacían sonreír entre lágrimas y besos dulces en su rostro.

El consuelo lo envolvía.

—Juro que tu sola presencia es suficiente —decía con su garganta doliendo del grueso nudo que no quería pasar—. Es solo que-... —TaeHyung suspiraba dejando ir un gemido doloroso con el suspiro—, tengo tanto que decirte, Jin...

Seok Jin sentía el dolor en su pecho, era difícil concentrarse en consolar a TaeHyung cuando su tristeza era enorme que llegaba en oleadas potentes que lo arrastraban con él ¿Qué era tan difícil para TaeHyung que los hundía a ambos en un dolor agudo?

—Puedes decírmelo cuando estés listo, nadie te está presionando aquí —respondía con su mejilla pegada a la de TaeHyung, acariciándole allí mientras su mano lo sujetaba desde la parte posterior de su cabeza.

—Deberías presionarme, nadie más que tú tiene derecho a reclamarme —exclamaba.

Seok Jin suspiraba y se alejaba solo un poco—. No fue nuestra culpa estar lejos del otro, hubieron muchos factores que nos jugaron en contra y sí, realmente no entiendo que te retuvo tanto tiempo en Japón por encima de mí, pero entiendo que hayas querido quedarte con YeonJun. Se nota que tienen un vínculo especial para ser hermanos y yo entiendo eso.

TaeHyung sorbia su nariz—. Entiendes demasiado y no sé si lo merezca.

Seok Jin fruncia su ceño y suspiraba una vez más, dejando caer su cabeza.

—Sólo dime lo que sea que tengas que decir —exclamaba, levantando sus ojos y mirando fijamente a TaeHyung.

El Omega pasaba el nudo en su garganta.

—Me odiarías —susurraba sin fuerza—. Sé que te debo tantas explicaciones y sin embargo también tengo el tupe de ofenferme contigo —una risa seca le abandonaba—. Soy imposible.

Seok Jin suspiraba y dejaba de acariciar a TaeHyung para arrodillarse frente a este, el Omega lo observaba atento, con su garganta subiendo y bajando a causa de otro nudo tragado.

—Nada... Y quiero que lo entiendas y asimiles, —mencionaba Seok Jin—. nada que hayas hecho en el pasado podría hacer que yo llegara a odiarte —afirmaba, con sus ojos brillantes fijos en TaeHyung—. Eres mi Omega. Eres mi amigo. Mi amante. Mi compañero y mi todo —susurraba con dulzura, desprendiendo un intenso aroma.

La dulzura, el cuidado y el aroma del alfa abrazaban a TaeHyung y lo hacían sentirse cálido y en casa. Correspondido y seguro. Abalanzándose sobre su amante, TaeHyung lo rodeaba con sus brazos y metía su rostro en el hueco del largo cuello de su alfa, tanteando con sus labios la suave cicatriz de su marca, justo sobre la glándula de Seok Jin. Sonreía cuando notaba que aún estaba ahí.

No había sanado, no había sanado en absoluto y no podía evitar sentirse demasiado alto y satisfecho respecto a su posesiva hazaña. No era nada nuevo que hubiera omegas demasiados posesivos y TaeHyung siempre había sido así respecto a Seok Jin desde su niñez. Cuando los brazos fuertes del alfa tiraban de él hacia arriba en el proceso en que se ponía de pie, TaeHyung entendía y lo rodeaba con sus piernas largas mientras se aferraba como un koala al musculoso cuerpo de Seok Jin e inhalaba como un maldito adicto ese aroma intenso a canela que lo hacía sentirse demasiado drogado, olvidando completamente su pena y aquello que había puesto a su alfa de este modo tan protector y cariñoso.

TaeHyung sabía que era malditamente suertudo al tener a Seok Jin a su lado,cómo su amigo, su alfa, su destinado y pareja de por vida. Lo sabia, lo hacía sonreír mientras frotaba su nariz en la glándula de aroma de Seok Jin. Él sabía que esto no se le había dado a nadie porque en la actualidad nadie creía en tal locura. Simplemente conogeniaban y se vinculaban cómo cualquier ser humano común. Como un beta más, pero ellos eran diferentes, TaeHyung siempre lo supo, nunca se había podido alejar de Seok Jin una vez que habían congeniado y luego en su pre adolescencia simplemente no podía quitar sus ojos de él.

Distraído por sus pensamientos y con una actitud meramente cariñosa, TaeHyung se encontraba lamiendo la suave marca que había puesto sobre su alfa, pero de repente sentía la intensidad en el aroma de Seok Jin y como comenzaba a soltar sus feromonas mientras la habitación se llenaba por completo de su fuerte olor. Intenso y gravido. Marcando a TaeHyung con este mientras su nariz hacía cosquillas sobre la glándula del Omega . La actitud cariñosa del Omega se transformaba en algo hambriento y sediento por más de ese aroma que lo estaba drogando, obligando a aspirar fuertemente y sentir como su polla se ponía cada vez más dura y su agujero comenzaba a segregar esa sustancia resbaladiza que lo ponía más que listo para el hombre que lo estaba cargando.

TaeHyung no quería volver un momento puro en uno jodidamente caliente, pero no podía controlar la forma en que su cuerpo estaba reaccionando y respondiendo.

Alfa~... ¿Qué me haces? —susurraba, con sus labios pegados en su mordida.

Seok Jin gruñía y lo apretaba, podía sentir la erección del alfa creciendo en sus pantalones y golpeando su culo, ya más que humedecido y listo. También la suya propia chocando sobre el estómago de Seok Jin en aquella posición. No lograba entender como su cuerpo se ponía así cuando su celo estaba menguando. Jamás había experimentado eso... ¿Acaso Seok Jin...?

El rostro de TaeHyung buscaba el del alfa y lo miraba a los ojos. Rojos intensos lo contemplaban con pupilas dilatas que por poco y no dejaban ver dicho color, pero allí estaban, encendidos, atentos y brillantes.

— ¿Estás entrando en celo? —preguntaba TaeHyung con una sonrisa ladina.

Seok Jin aspiraba fuertemente por sus fosas nasales y apretaba sus dientes.

— No, mi celo se ha despertado los últimos años junto con el tuyo —susurraba—. Ahora lo que me está pasando, es el hecho de que comenzaste a lamer mi cuello y tu aroma es excesivamente dulce... Es solo mi cuerpo reaccionando a tus acciones

— Y mi cuerpo reaccionando a tu aroma —susurraba TaeHyung sin aliento. Seok Jin había inundado toda la jodida habitación con su intenso aroma a alfa y TaeHyung estaba más que volado y caliente al respecto.

Eso no sucedía al azar con alfas y omegas. Cada uno lograba encender al otro durante su celo, no solo por la mera compañía del otro. Tan fácilmente, tan natural, como ahora con ellos. Eran puras historias eróticas y de fantasías esas que narraban a los omegas completamente mojados solo por el intenso olor de un alfa que ni siquiera estaba en celo.

La polla de TaeHyung dolía, molida contra los abdominales del castaño, mientras apretaba sus fuertes piernas alrededor de este. Seok Jin se ponía más tenso cuando lo apretaba y le brindaba dicha fricción. Su propio miembro rompería su pantalón. Cuando sus manos ansiosas bajaban hacía los glúteos de TaeHyung y apretaban fuertemente, amasandolos para cerrarlos entre si, TaeHyung soltaba un gemido agudo del que no tenía tiempo de avergonzarse porque su boca atacaba la de su alfa y lo besaba con una pasión desaforada.

Obviamente era bien recibido.

Bocas abiertas de par en par intentando consumir al otro en un beso devastador lleno de todo. Seok Jin los llevaba a la pared más cercana, para ser honestos, TaeHyung no tenía idea dónde mierda lo había apoyado, pero sentía como su espalda golpeaba la misma y tanto sus manos como las del castaño comenzaban a tocar al otro y desvestirlo con desesperación para sentir la piel ajena.

Quizás el fuego en sus cuerpos se apacigue cuando finalmente esten piel con piel, pero contrario a eso, cuando Seok Jin lo desvestía de la parte superior y a sí mismo para sentirse finalmente, el fuego y el calor aumentaban. Todo el pecho de TaeHyung estaba hiper sensible con sus pezones duros, pegados al pecho del alfa que lo besaba como si no hubiera un mañana mientras amasaba su culo.

—Jin... Estoy todo mojado —soltaba ronco, con sorpresa y calor en su tono de voz —. No estás entrando en celo, pero estás drogándome con tus feromonas e intensificando tu olor y no tengo control —susurraba sobre los labios del alfa de ojos rojos. Había una fascinación indescriptible en esas orbes carmesí.

TaeHyung intentaba moverse causando fricción, su polla necesitada y su agujero húmedo, doloroso y vacío.

—Quiero lamerte completo —exclamaba Seok Jin con su voz ronca y un camino de besos suaves desde el mentón de TaeHyung hasta su lóbulo—. Quiero que te abras de piernas para mí y me dejes lamerte de adentro hacia afuera. Extraño tu sabor en mi lengua.

TaeHyung gemía o sollozaba, quizás ambas, pero se aferraba con fuerza a su alfa y asentía, probablemente también estaba balbuceando algo similar a: Hazlo ya. Te necesito. Ya no aguanto.

Y cuando menos lo esperaba, sentía como Seok Jin rasgaba sus pantalones y lo arrojaba a la cama, joder.

¿Cuándo los había llevado a ambos a la habitación? Hacia unos momentos estaba siendo molido contra una pared y ahora su cuerpo descansaba sobre la gran cama del alfa.

Se miraba un momento a sí mismo y recordaba que Seok Jin no había roto su ropa desde aquella primera vez en Japón. Tan salvaje e intimidante. TaeHyung lo encontraba justo frente a él en su campo visual y notaba que Seok Jin estaba totalmente desnudo ya, mientras lo veía a el sollozar, gemir y retorcerse en la cama ahora que no podía detener el deseo carnal y desesperante de ser tomado por ese hombre. Su alfa.

— ¿Jin? —llamaba con su voz rota, tocando su polla desesperado, entre medio de sus pantalones y boxer, completamente arruinados.

El alfa tenía sus ojos rojos y sus muñecas sentían un cosquilleo incesante que bajaba por sus palmas y se extendía hasta la punta de sus dedos. TaeHyung seguía bombeando su bonita polla mientras que abría sus piernas y Seok Jin notaba su esencia líquida saliendo de su agujero. De repente pensaban en cada alfa que estuvo con TaeHyung durante su separación y simplemente no podía contener la cólera en aumento.

Su aroma intenso. Su mandíbula apretada, sus encías extrañamente doliendo, TaeHyung totalmente drogado intentando quitarse la ropa rota de la parte inferior de su cuerpo y de repente, sin previo aviso sus sentidos se agudizaban cuando estaba a punto de tocar su agujero, pero toda la figura imponente de Seok Jin lo empotraba a la cama y sujetaba con fuerza su muñeca mientras su rostro fruncido y sus ojos carmesí lo miraban fijamente.

— ¿Cuántos? —gruñía el alfa.

TaeHyung intentaba entender—. ¿Cuánto qué? —susurraba sin aliento. Sus ojos celestes brillaban hermosamente.

TaeHyung se veía vulnerable, precioso, como el Omega perfecto que era. Su aroma apenas irradiaba confusión y mucha tensión, pero no sentía miedo de la forma en que el alfa puro lo miraba y apretaba su muñeca. No era un agarre doloroso, era soportable, pero Seok Jin estaba serio, tenso...

TaeHyung reía ladino—. ¿Estás preguntando con cuántos tuve sexo? —mencionaba sorprendido y con un ego que se sentía consentido.

—Dime quienes y me encargaré de arruinarlos —susurraba con su voz ronca. TaeHyung abría sus ojos sorprendido de este Seok Jin tan diplomático—. Nunca debieron de ponerte un dedo encima porque eres mío —exclamaba y cuando lo hacía, levantaba su mano para acariciar la mejilla de TaeHyung, pero cuando lo hacía, notaba esas garras luciendo orgullosas y presuntuosas. TaeHyung soltaba un jadeo ahogado.

¿Cuándo diablos habían salido?

Seok Jin se sentía tan primitivo y a flor de piel, sorprendido de sí mismo. Estaba fuera de sí como cuando el imbécil del alfa de aquel club había llamado a TaeHyung su puta la otra noche. Así se encontraba en este momento y parte de él gritaba que se calmara o podría dañar a TaeHyung o asustarlo.

Pero nuevamente, el omega parecía todo menos asustado cuando una de sus manos acariciaba la suave y sedosa mejilla de TaeHyung.

Veía al Omega levantar su barbilla en un gesto increíblemente sensual y desafiante, su polla más dura, volviendolo loco de deseo por estar tan cerca entre las piernas de TaeHyung y querer atornillarlo a la cama para saciar el doloroso deseo en ambos.

— Jamás, y que te quede claro —comenzaba TaeHyung—. Jamás dormí con otro alfa que no fueras tú —respondía—. Nadie más anudó dentro de mí ni mucho menos me impregnó de su aroma. No lo soportaba, solo quería una simple polla que hiciera un trabajo rápido.

TaeHyung luchaba contra el nudo en su garganta, la tristeza queriendo volver, porque solo sentía repulsión de sus acciones pasadas, pero Seok Jin intensificaba su aroma y el omega se sentía nuevamente en lo más alto, más cachondo que acongojado. Absorbiendo la imagen de Seok Jin quien dilataba sus fosas nasales y absorbía su dulce aroma. TaeHyung lo intensificaba también y recibía repentinamente el rostro del alfa en su glándula Omega, oliendo desesperado mientras su cuerpo caliente se frotaba al sensible cuerpo de TaeHyung.

Alfa~... —gemía el omega, enroscando sus piernas a la cintura de Seok Jin, sintiendo la punta de esa polla rozar su necesitada entrada, pero de repente se sentía abandonado cuando Seok Jin se arrancaba a la fuerza de su cuello y lo miraba fijamente mientras su mano con garras serpenteaba por el cuello de TaeHyung.

— ¿Jamás lo usaste, no? —cuestionaba con un gruñido bajo. Sus ojos fijos en su cuello, en su glándula palpitante.

TaeHyung estaba necesitando todo de sí para entenderle una vez más.

— ¿Tu collar? —preguntaba, Seok Jin entrecerraba sus ojos y asentía, una de sus garras dibujando líneas sobre la glándula de TaeHyung, el Omega temblaba, necesitando.

—Cualquier alfa arrogante podría haberte marcado y reclamado a la fuerza en ese estado... —soltaba con voz grave, luego soltaba un gruñido que dejaba ver cómo sus fauces filosas relucían orgullosos.

TaeHyung estaba tan encimismado admirando cómo se veía Seok Jin en ese momento. Sus ojos rojos, sus dientes filosos a la vista... Y sus garras que lo hacían tragar un nudo grueso en su garganta. Esas garras habían dejado la cicatriz en su pierna y una marca reciente cerca de su hombro y cuello. Pero no las había visto, no como ahora.

Tomando una de las manos de su alfa, contemplaba sus garras y toda la figura intimidante. Su polla dura y su agujero cerrándose sobre la nada misma, deseando...

—Nunca dormí con otros alfas —respondía, llevando con cuidado la mano de Seok Jin a sus labios, podía notar la tensión del alfa por no querer presionar demasiado fuerte y herirlo una tercera vez. TaeHyung pasaba sus labios por los dedos sin llegar a tocar con fuerza parte de las garras—. Eran simples betas —susurraba—. No toleraba el aroma de otros alfas, no los tolero. Nunca lo hice, un beta no fue suficiente, pero no huelen a nada y ninguno quería ni podía marcarme. Y mucho menos anudarme.

Seok Jin dilataba sus fosas nasales y luego suspiraba sonoramente, su mente se limpiaba de toda ira, rabia y posesividad. Bueno la posesividad seguía allí. Todo dentro de él gruñía que TaeHyung era suyo.

Mío —decía, sacando su mano de los labios de TaeHyung y tomándolo de la nuca para acercarlo a su boca y besarlo.

El Omega gemía en su boca, desorientado por el intenso olor, caliente por dentro y por fuera. Necesitando ser consumido por su alfa, abriendo sus piernas y atrayendolo hacia él con desesperación. Seok Jin se sentía igual.

—No me hagas esperar más, por favor te lo suplico —soltaba en un gemido, sobre los labios de su alfa.

Seok Jin obedecía a sus instintos y a los deseos de su hermoso Omega, y sin más tardanza, abría las piernas de este y se hundía en él. Profundo y con un gemido gutural arrancado de su propia garganta y uno agudo viniendo de TaeHyung. El aroma de ambos volviendose uno solo, entremezclandose.

Seok Jin golpeaba dentro de su Omega y este pedía por más, apretando sus piernas al fuerte cuerpo de Seok Jin. Estaba tan drogado por el aroma y absorto en el placer que alucinaba el cuerpo de su alfa más grande de lo que era. En todas y cada una de sus áreas. Seok Jin lo llenaba tan bien, tan perfecto. Sus uñas se clavaban en la espalda del alfa y este lo tenía abrazado con fuerza, evitando que sus garras lastimaran nuevamente el frágil cuerpo de su omega.

Pese a que estaba tan drogado como TaeHyung, tan necesitado y absorto, estaba por un lado, lo suficientemente consciente de sus peligrosas garras mostrándose orgullosas en pleno acto sexual y salvaje. Él solo quería marcar a TaeHyung de adentro hacia afuera, estaba cerca y lo sabía, su Omega finalmente se estremecía una última vez con esos golpes certeros de su polla dentro de él, en su punto dulce y simplemente TaeHyung se corría como un demente, apretando alrededor de esa gran circunferencia y logrando que su alfa gruñera con auténticas ganas y luego se corriera segundos después.

TaeHyung estaba temblando cuando sentía ese nudo crecer en su interior. Nuevamente Seok Jin anudaba dentro de él y lo hacía correrse una vez más. Sus ojos por poco giraban hacia atrás mientras su cuerpo estaba recibiendo la mejor de todas las sensaciones. Era un orgasmo intenso y largo, mientras su alfa temblaba encima de él y lo abrazaba con una delicadeza que no había tenido al inicio de esa travesía.

TaeHyung sentía tantos deseos de nuevamente ser reclamado que se sorprendía, una vez más, cuando Seok Jin lamía sin apuro la zona hinchada de su glándula Omega, sentía la ilusión crecer. Pero sabía que no sucedería.

No sabía que en el momento en que los retractiles de Seok Jin estaban a punto de punzar contra su piel y sobre su glándula, su voz lo detenía—. Por favor detente —susurraba con sus ojos apretados evitando llorar y su garganta hecha un nudo.

Seok Jin parpadeaba con letargo y se alejaba, le resultaba más difícil que en las anteriores ocasiones no querer morderlo y reclamarlo, pero TaeHyung lo había detenido. Podían sentir como sus ojos se apagaban, sus garras se retraían y sus fauces volvían a ocultarse.

—Te amo —susurraba Seok Jin en su oreja, besando su lóbulo y tirando se este con suavidad, bajando lentamente de su nuber de placer y euforia—. ¿Lo sabes, verdad?

TaeHyung sonreía con congoja—. Lo sé. Yo también te amo, mi alfa —susurraba antes de que su voz se quebrara del todo.

Pero por supuesto, con su alfa en su interior y rodeado por los brazos y cuerpo de este, las tristeza de TaeHyung era efímera en ese instante. Solo disfrutaba de como se sentía su amado y como se sentía él junto a Seok Jin. Le costaba creer que este jamás podría odiarlo, pero no estaba tan seguro. Realmente no sabría cómo reaccionaria Seok Jin, y lo que había visto esa noche, lo tenía aún caliente en cada rincón y sorprendido.

Él realmente desestabilizaba a Seok Jin, lo volvía tan poderoso como vulnerable y no sabía cómo sentirse con ese poder sobre este hombre. Lo último que quería era ser una especie de kriptonita para su alfa, le preocupaba por ambos, sabía muy bien lo que eso podría significar para el resto. Sabía que su amor ponía a ambos en peligro, pero él no renunciaría esta vez, y aunque su corazón doliera en cada encuentro salvaje y lleno de necesidad en la que sólo quería sentir las fauces de su alfa marcandolo y reclamándole, él sería fuerte.

Él sabría esperar.

Hola 🫰🏻🥺
Hasta luego 🫰🏻🥹

Perdón si ven errores de dedos locos
👁️👄👁️

Con amor niñita Nany 💜

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