Aún se podía escuchar el eco de los gritos provenientes de la joven de blancos cabellos  resonando por todos los rincones del Castillo de las rosas. Una ventisca  provocada por las alas del pelirrojo atravesó la habitación golpeándome contra los fríos estantes… pero ¡si los estantes no pueden estar fríos! Me gire probando que tenia razón, no choque con los estantes de madera eran una puertas de metal, como las de los elevadores en los edificios de los adultos ¿Para que querría Aiden un elevador siendo perfectamente capaz de volar? “será mejor que vayamos cerca de la cúpula” resonó el susurro del pelirrojo en mi cabeza, mirando hacia arriba se veía una esfera dorada ¿Esa era la cúpula que decía Aiden? ¿Para que será? Salí de la habitación dejando las preguntas al aire, apresurado por saber a que se debía el grito de Lilith. Buscando entre los pasillos encontré a los hermanos Valentine en plena riña, para evitar mas problemas me escondí detrás de una pared.

-¡tienes que ir!-soltó la joven.

-Eso no es cierto, solo son humanos, un par menos del cual ocuparme – menciono Aiden en
respuesta.

-TÚ  los enamoraste, ¡es tu culpa! –dijo Lilith en defensa.

-No es mi culpa si ellos deciden tomar esas medidas por su supuesto “amor eterno”-señalo en pelirrojo haciendo énfasis en su sarcasmo.

-Son adolecentes, es solo un arrebato… debes proteger al pueblo, ¡es tu LABOR! – demostró Lilith ya irritada del berrinche de su hermano.

-Tengo mejores cosas que hacer-dijo Aiden con desdén.

-Y te haces llamar dios del amor-contraatacó Lilith  en un susurro.

-¡SI TE CREES TAN SABIA PORQUE NO TU TE CONVIERTES EN CUPIDO?  -bramo Aiden cansado de su hermana.

BIEN! ¡Yo me largo! mientras arreglo tu desastre, TU CUIDARAS DE ELLOS  -Lilith señalo en invernadero, mientras se alejaba tomaba provisiones del salón de armas-¡Y TE QUEDARAS ENCERRADO AL IGUAL QUE YO ESTOS 500 AÑOS!- escupió la mayor de los Valentine irradiando furia mientras en un suspiro se marcho dejando un estela de brillo típico en ellos dos.

-¡QUE!!- soltó Aiden antes de de percatarse que su hermana había desaparecido.
Antes de que halla más problemas me puse en marcha para regresar a la habitación, pero Aiden ya me tenia sujeto por los hombros.

-¿Me estabas buscando?-soltó Aiden mientras colocaba su brazo sobre mi hombro causándome un escalofrió por la espalda, si  el lo noto o no, no podría descifrar aquella mirada suya.

-¿Qué paso entre...- deje la pregunta al aire sin poder decir mas.

-Oh! Eso, solo fue una pequeña pelea entre hermanos, nada importante –mascullo relajado mostrando una cegadora sonrisa ladeada y un brillo extraño en sus ojos. Aiden seguía rodeándome con su brazo mientras nos dirigíamos a la habitación de Aiden. Ese brillo extraño en su mirada, su brazo acercándome a él, entonces incluso la atmosfera cambio volviéndose abrazadora y extraña en vez de tranquila como había estado mientras…. Lilith estuvo aquí… vi una pequeña aunque bizarra posibilidad, ¿No será  esto todo una consecuencia de que estamos completamente SOLOS? Escuche un sonido proveniente del menor de los Valentine sacándome de mis pensamientos.

-Eh?-solte tratando de recordar lo que había dicho. Después de una melódica risa proveniente del pelirrojo musitó.

-No había algo que querías preguntarme antes de que nos interrumpieran –menciono Aiden con esa sonrisa, ya no era la amigable  que me mostraba desde que nos conocimos esta sonrisa ocultaba algo, pero no sabia que.