CAPITULO 38.

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NOTITA PORQUE SI:

Holaaa, me les perdí por toda una semana, pero fue por buena causa, acontinuación empieza la semana que todos esperaron ¡¡el cierre de Valentina!!

Estaré durante esta semana completa subiendo un capitulo diario para darle toda la conclusión a esta gran historia, esa fue la razón de mi desaparición, espero les guste la actualización de hoy, nos vemos mañana <3

Día: 1.... Días restantes: 6




Alexander.

—...Y las cosas se salieron de control con todo el asunto. Se suponía que solo pretenderían un noviazgo, no que la ibas a embarazar, ¿Me estás escuchando chico?

—Señora Massiari, le estoy escuchando perfectamente —hablé con la poca paciencia que me quedaba— Le puedo asegurar que no se como pasó, porque siempre usamos preservativos y Bianca me aseguró que estaba en la pastilla.

—Pero esas cosas pueden fallar —exclamó con furia— Mi hija a penas acaba de firmar con la disquera que promete solucionar nuestros problemas, pero no, tu tenias que venir y dañar todo.

—Mire señora Massiari —me coloqué de pie— En primer lugar, yo fui el responsable de que aceptaran a Bianca en esa disquera. Fue un trabajo muy arduo del último año y lo conseguí yo solo. Además, si Bianca en serio está embarazada puede jurar que me haré cargo de mi hijo.

—Eres un irrespetuoso.

—Y usted una mala agradecida —respondí en el mismo tono— Estoy ayudando a Bianca no a usted y lo que pase entre nosotros ahí se queda. Le aseguro que su hija no es ninguna idiota a la cual tenga que venir a defender —la miré de mala gana— Si pudiera marcharse de mi habitación, se lo agradecería.

—Más te vale encargarte de ella —dijo con furia— Non accetteremo una gravidanza che non provenga da o con un matrimonio.

(No aceptaremos un embarazo que no provenga de o con un matrimonio)

—Bene, questo non è più un problema mio, ma suo, signora Massiari.

(Bueno, esto ya no es mi problema, sino el suyo, señora Massiari.)

Cuando la vieja bruja al fin se marchó pude derrumbarme sobre mi cama y pensar sobre los últimos sucesos. Bianca estaba embarazada, según ella lo descubrió al llegar a Los Ángeles para empezar la filmación del soundtrack de una película; vuelve a Roma dentro de dos días, por lo que yo tendré que partir para allá también. Ahora mismo me encuentro en España, y sí, la señora Massiari viajó hasta aquí solo para insultarme.

Los rumores del embarazo se esparcieron hace dos semanas. Bianca me llamó asustada para decírmelo y yo siento que algo muy raro se oculta detrás de todo esto. Soy demasiado desconfiado y la familia de Bianca es muy manipuladora, sobre todo con ella.

«Hermano, supe del embarazo de Bianca, ¿Me puedes decir qué demonios está pasando?» Bruno.

«Es lo que trato de averiguar» Alexander.

...

Sentí el vuelo de vuelta a Roma como una eternidad.

Sebastián me había escrito para preguntarme que si lo del embarazo de Bianca era cierto, tuve que decirle que no lo sé, porque en serio empiezo a creer que ella me está mintiendo. Bruno me recogió en el aeropuerto y nos dirigimos a la casa vacacional de la familia de Bianca; ella me dijo que estaría allí con sus padres y sus hermanas.

—¿Qué harás? —preguntó Bruno mientras conducía.

—Si todo esto es cierto —respiré hondo— No me quedará de otra que casarme con Bianca.

—Hermano, no permitas que te hagan adoptar el apellido Massiari, eso sería horrible.

—No cambiaría el apellido Bennett por ningún otro, Bruno —me acomodé en el asiento— No cambiaría quien soy por ella.

Llegamos a la gran casa y Bianca estaba de pie en la puerta principal. Su pelo negro estaba recogido en un moño muy desordenado, sus ojos desprendían tristeza y angustia, movía las manos nerviosa, pero aun así se lanzó a mis brazos en cuanto me vio.

Todos entramos al salón principal, incluso Bruno. El padre de Bianca empezó dándonos una charla sobre el porque es importante un matrimonio ya que el bebé no podía crecer con una familia separada. Bianca nos mostró los exámenes médicos que le realizaron el Estados Unidos, y efectivamente estaba embarazada, dos meses para ser exactos. Mi mundo se derrumbó rápidamente al darme cuenta de que las cosas se estaban tornando en algo que acabaría con la felicidad de los dos, porque a ella tampoco la veía muy alegre con la noticia.

—Puntuaremos esta boda para finales de año —concluyó el padre de Bianca— Aunque en ese momento ya se note más de lo deseado. El caso es que tienen que casarse antes de que nazca.

—Perfecto —hablé sin ganas— Cumpliré como padre... y futuro esposo —la miré y ella bajó la mirada— Lo que menos deseo es que mi hijo este lejos de mí.

—Así se habla, chico —me dio una pequeña palmada en el hombro— Al final, mi niña estará en buenas manos.

Las hermanas mayores de Bianca me observaron con mucho detenimiento, sobre todo la de nombre Belle, siento que nunca le caí muy bien a esa mujer. La madre de Bianca, Lenna, volvió a darme otra de sus charlas fuera de lugar y luego procedió a dejarnos a solas en una de las habitaciones. Bruno se marchó y prometió volver a recogerme mañana.

—Lo siento —masculló Bianca al borde de las lágrimas— No planeaba esto...

—Está bien —mentí sentándome en la cama— Las cosas pasan ¿No?

—No quiero tenerlo —dijo por fin— Es que mi familia me mataría si no lo tengo.

—Lo sé —levanté la mirada y ella se limpió una lágrima.

—Si quieres no tienes que aceptar el matrimonio...

—No digas eso —la interrumpí— No permitiré que te hagan lo que hicieron con mi madre una vez.

—¿Sabes que te amo mucho, cierto? —yo asentí y ella se recostó del otro lado de la cama lejos de mí.

Han pasado 4 largos meses que ante mis ojos se sintieron como un año completo.

El embarazo de Bianca ha ido bastante bien, ambos decidimos quedarnos a vivir Roma, ya que allí ella estaría cuidada por Bruno mientras yo andaba de gira. Hace ocho semanas supimos que tendríamos a una niña, y Bianca quería que yo la nombrara, en el fondo deseaba llamarla como mi madre, Rea, pero luego descarté la idea.

En tanto a mi vida profesional, no puedo pedir más; mi álbum se mantuvo en el numero uno por casi seis meses en treinta países, me preguntó si Valentina ha escuchado las canciones que escribí para ella. He estado trabajando en el próximo álbum y todas las letras son sobre nuestro tiempo juntos, también sobre los sentimientos que tengo hacia ella y sobre todo, las cartas que llegué a escribir con la idea de enviárselas directamente a Nueva York.

Hablo casi todos los días con mi padre, pero no he tenido la valentía de admitirle que voy a tener una hija, todo en esto se siente demasiado irreal todavía. Bianca tuvo que grabar todo desde Roma y enviarlo para la película, yo detuve la gira para cuidarla, ya tenia seis meses y un vientre demasiado grande. Por las noches siempre estaba en el estudio con Bruno, de día estaba con Bianca intentando obviar el hecho de que tendría que pasar el resto de mi vida a su lado y me voy dando cuenta de que todo eso será un grave error.

—¿Estás bien? —preguntó Bruno mientras yo estaba tirado en el suelo de la cabina.

—Llevas cuatro meses haciéndome la misma pregunta —dije con poco ánimo y él rio— ¿Qué es tan gracioso?

—Que llevas cuatro meses contestándome con la misma mentira —respondió cerrando el micrófono y entrando en la cabina de grabación— No me digas que intentaste comunicarte con Valentina otra vez.

—No, no lo he intentado desde enero —dije aun tirado en el suelo— Sé que ya sabe que tendré un bebé.

—O quizá no lo sabe.

—Es demasiada esperanza como para yo resguardarla —me incorporé— Mejor terminemos de grabar esto.

—Bien —volvió a salir de la cabina y enmarcó la grabación— Intento número tres. Canción: Being Honest, track principal del album Letters To Send.

La guitarra y el piano de fondo empezaron a entonar y yo poco a poco comencé a leer la letra que había escrito hacía una semana.

I lost the best part of me, I know how hard it could be, I saw our love getting cold, your own soul broken at all... and we tried, we tried so hard to keep it close, and I know I know we couldn't resist it all, but we wanted all...

Break my heart to patch yours, take my soul to keep yours warm, blind at all I walked in the world till your light bring me back to home, being honest I just want you to love me, being honest I know don't I don't deserve it, but being honest I just miss your love...

Mis días se volvieron una rutina. Me levantaba, desayunaba con Bianca, ella por últimamente por el día se marchaba con una de sus hermanas y yo me iba al estudio con Bruno, salía del estudio, me quedaba en el aparcamiento del edificio fumando algo, subía, cenaba con Bianca y nos acostábamos a dormir. Esto estaba acabando con ambos, ella se veía triste y cansada, yo me sentía cansado y abrumado por todo, pero nos empeñamos en seguir con esta supuesta relación perfecta.

Hoy era el último día de grabación hasta noviembre. Me iría a principios de octubre para Nueva York, asistiría como padrino a la boda de mi hermano, por lo menos me alegra saber que uno de los dos sí es feliz.

—¿No que traerías a Bianca? —preguntó Bruno ajustando las notas que agregamos hace dos días— Creí que nos ayudaría con las voces de fondo.

—Dijo que tenía cosas que solucionar con Briana —respondí— Supongo que no la veré hasta el anochecer.

—Quiero opinar tantas cosas, pero mejor no lo hago —dijo sin mirarme— Trabajemos entonces.

La última canción que grabamos llevaba por nombre Promise, la escribí la noche en que rompí con Val por teléfono. Ella me hizo recordar todas las promesas que hice y terminé destruyendo yo solo; todavía podía escuchar su llanto desesperando mientras repetía una y otra vez lo que yo dije en su momento. Me siento un monstruo.

Mientras Bruno colocaba todo en su orden recibí un mensaje de Bianca, me pedía que la encontrara en el café al que solemos ir, dos calles antes del coliseo, dijo que tenia algo importante que decirme y yo sentí una punzada de extrañez en mi estómago. Me despedí de Bruno, tomé mi auto y me dirigí al café. Desde lejos la visualicé sentada con un hombre que me doblaba la edad y ella lucia ansiosa. Me acerqué con cuidado y cuando ambos dieron con mi rostro ella arrugó el rostro y empezó a llorar silenciosamente.

—Lo siento —susurró según me iba acercando a la mesa.

Logré identificar al hombre y lo conocía muy bien, su nombre era Leonard Vector, el dueño de la disquera donde ella había recién firmado.

—¿Leonard? —pregunté extrañado— ¿Pasa algo?

—Creo que Bianca tiene algo que decir, ¿No, Bianca? —la miró con cuidado y yo no tuve el valor de sentarme en la mesa.

—Alec, amore mio —continuó llorando— Mi dispiace tanto, so che non avrei dovuto mentirti e mi ha fatto male farlo ma... ma avevo paura, non sapevo cosa fare... mia madre... mi ha costretto a mentirti, Alec amore mio.

(Lo siento mucho, sé que no debí mentirte y me dolió hacerlo pero... pero tenía miedo, no sabía qué hacer... mi madre... me obligó a mentirte, Alec mi amor.)

—Bianca —susurré— ¿De qué demonios me estás hablando?

—La bebé —masculló entre llanto— No es tu bebé, es de Leonard —dijo al fin y mi pecho en vez de contraerse se sintió más libre— Mamá me dijo que debía decir que era tuyo, que me convenias más, pero ya no te amo —auch, eso sí dolió y no sé por qué— Con Leonard... con él me siento mejor. Él me ama y me corresponde, pero tú, tu estas enamorado de Valentina no de mí. Estar conmigo ha sido la tortura más grande de tu vida y no digas que no.

—¿Por qué no lo dijiste antes? —pregunté respirando pesado— ¿Por qué me ataste a esto?

—Tenía miedo —y efectivamente así lo reflejaban sus ojos— Papá me odiará cuando le diga que me he enamorado de un hombre que es exactamente de su edad —tomó la mano de Leonard— Yo siento mucho haberte engañado, pero no lo pensé en el momento solo lo sentí.

—Alexander, ambos lo sentimos —está vez habló Leonard.

—Bien —dije sin saber que sentir exactamente— Está bien, si ambos son felices. Sé que a mi lado no lo serias, Bianca —me acerqué y le di un pequeño beso en la mejilla— Es mejor que tu rompas mi corazón a que yo tenga que hacerlo con el tuyo. Ya me había cansado de ese juego.

Me alejé de ambos sin decir otra palabra más, no volvería al estudio porque en serio sentía el cuerpo hecho una mierda, aunque cansado no estoy.

Me derrumbé sobre la cama y esperé a que Bianca viniera a recoger sus cosas, lo hizo en eso de las seis de la tarde y ahí fue cuando noté la soledad del departamento. Las paredes de un blanco abrumador, dos habitaciones desocupadas, una sala a oscuras con música reproduciéndose para nadie excepto yo. El frio aire que anunciaba la próxima llegada del otoño, mi soledad estaba más que completa.

Me quedé dormido, o quizá solo me desmayé, a mitad de un ataque de pánico, ya se me había vuelto tan común eso. Eran las siete y treinta de la mañana, el sol no entraba por la ventana porque afuera estaba cayendo el diluvio del año. El clima era tétrico y por segunda vez este año decidí marcarle a Valentina, la primera vez no la tomó, la segunda tampoco, pero a la tercera vez que quise tratar escuché su voz y eso derrumbó todas mis barreras emocionales.

—¿Quién es? —preguntó con duda en su tono.

—Val, hola —logré articular— Val... —hice un silencio para respirar y liberar la presión de mi pecho— Te extraño tanto —mi voz se quebró un poco y su respiración se escuchó más agitada— En serio, te extraño tanto —repetí.

—No puedes hacerme esto ahora, Alexander —dijo y pude notar dolor en su voz.

—Val, te necesito —lloré libremente porque ya no soportaba el hecho de que todo a mi alrededor se estuviese derrumbando.

—Lo siento. Yo... yo no quiero hacer esto ahora —la escuche decir y su voz se apaciguó con si hubiese tapado el micrófono del celular.

—¿Todo bien, amor? —escuché una voz masculina. Edward.

Ella hizo un pequeño silencio y yo continué con lágrimas en mis ojos.

—Todo bien, amor —le respondió y yo corté la llamada.

Muy pocas veces me dejo caer de esta manera, son pocas las veces que he llorado como lo estoy haciendo ahora y todo porque me he dado cuenta de que la perdí. Ahora se sentía más real, ahora podía sentir el ardor en mi pecho, las lágrimas calientes en mis mejillas, podía sentir mi corazón romperse en millones de pedazos al mismo tiempo.

Val, aun te quiero recuperar.








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