CHAPTER EIGHTEEN

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng










𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐄𝐈𝐆𝐇𝐓𝐓𝐄𝐄𝐍

( say hi to the new berk!)

¤◎¤────────¤◎¤











EL VIENTO CHOCABA CONTRA EL ROSTRO DE HILDA mientras dirigía a su pueblo sobre Camaleón, no había sido difícil elegir hacia dónde escaparían de Grimmel. El norte no era una opción, Chimuelo no soportaba el frío; En el este y el sur tenían enemigos, y varios de sus dragones no podían hacer tramos largos, por lo que debían descansar. Por lo que el oeste, con su variedad de islas, era la opción más viable. 

Aunque claro, Hilda sabía que era la opción más obvia. Pero era la única que tenían. 

Así que, empacando todo lo necesario y disfrazando a las ovejas, tomaron rumbo hacia lo desconocido. La pelirroja sólo deseaba no haberse equivocado al apoyar a su hermano.

— Siento que todo el tiempo les hago esta pregunta, pero ¿tienen en mente algún plan?— se acercó a Bocón a los hermanos.

— Seguir volando hasta que lleguemos al borde del mundo— contestó Hipo con una sonrisa emocionada.

Eret no pudo evitar ver a Hilda. Ésta no se había girado hacia Bocón, ni siquiera había dejado de ver hacia adelante o hecho alguna mueca. Ella estaba preocupada.

A diferencia de su hermano, quién se encontraba sumamente extasiado con la aventura y feliz de buscar el Mundo Oculto; la muchacha estaba preocupada. Su pueblo se encontraba en el peligro, el pueblo que su padre le confió y sus dragones estaban a un paso de Grimmel de ser extintos.

Ella amaba a su hermano, pero sentía que no estaba preocupándose lo suficiente. Era como si él creyera que era otra de sus aventuras, y eso le molestaba enormemente. Sus vidas no eran un juego.

— ¡Es la Furia Luminosa!— exclamó Astrid señalando a su derecha, y llamando la atención de la pelirroja.

— Nos está siguiendo— sonrió su madre.

Chimuelo no dudó en seguirla, desapareciendo entre las nubes. A los pocos segundos, el cuerpo de Hipo comenzó a caer luego de ser arrojado por la dragona. Nadie movió un músculo, mientras estallaban de la risa, sabiendo que el Furia Nocturna lo rescataría.

Hilda negó con su cabeza, antes de que una gran isla apareció frente a ellos. Elevó su mano, deteniendo a todos, quienes no entendían por qué había frenado su vuelo. 

— Esperen aquí— ordenó, antes de indicarle a Camaleón que comenzara a acercarse. Hipo amagó a seguirla—. Tú también— lo frenó con una mirada, antes de avanzar con más velocidad.

Con ojos críticos, sobrevoló la isla por su cuenta buscando cualquier indicio de peligro en ella. El sonido de las alas de otro dragón acercándose no hizo que detuviera su investigación, sabiendo que no se trataba de Chimuelo. Este dragón era más pesado.

— No estás bien, jefa— escuchó la voz de Eret cerca de ella.

— Estoy perfecta— mintió, acariciando a un nervioso Camaleón. Hasta su dragón sentía sus emociones.

— ¿Segura?— insistió viendo como sus uñas ya eran prácticamente inexistentes.

— ¡Sí, estoy perfecta!— exclamó con una risa sarcástica— ¿Por qué no lo estaría, Eret?

El hombre tuvo que admitir, que Hilda lo asustaba cuando se ponía así. 

»No tienes que preocuparte por mi«, finalizó.

— Soy tu...— el morocho dudó unos segundos, provocando que el corazón de Hilda diera un salto—...amigo, por supuesto que me preocupo por ti.

Todo quedó en silencio por unos segundos, con Eret esperando algún tipo de respuesta por su parte.

— La isla se ve bien, tenemos que avisarle a los demás— Hilda finalizó su charla, antes de alejarse con velocidad.



¤◎¤────────¤◎¤



— Parece que esta noche podemos acampar aquí— afirmó Hippo, cuando todos habían aterrizado.

— ¡Gracias a Thor y a Odin!— exclamó Bocón.

— Planeo construir una cabaña solo para barbones— dijo Brutacio sobre una piedra—. Brutilda, obvio tu no entras, los que tengan barba de chivo no cuentan.

La pelirroja suspiró antes de ayudar a Bocón a desempacar, ya no aguantaba a los gemelos, en el viaje habían estado insoportables. 

— ¡Fuera de mi casa!— el grito de Patán llamó su atención, viendo como empujaba a Eret.

— ¿Hay algún problema?— le preguntó el aludido.

— ¡Sí, hay un problema!— contestó subiéndose a un barril para estar a la misma altura—. Desde que apareciste solo intentas opacarme, estás muy celoso es una locura.

— Sí, locura es la palabra correcta— dijo el hombre.

— A ver, tú hijo de Eret. Cuando Hilda busque a alguien para casarse, yo seré el elegido, porque obvio soy el favorito de Valka.

Primero Brutacio y ahora Patán, ¿qué está mal con estos niños?; pensó Hilda.

— ¿Cuando yo qué, Patán?— preguntó Hilda con un tono de voz elevado, provocando que este se cayera del miedo, antes de escapar.

— Que cosita tan rara— murmuró Eret, trayendo uno de los barriles.

— No le hagas caso— le dijo Bocón, cuando el morocho llegó a dónde estaban—. No es tu culpa tener el cuerpo de un dios nórdico, por lo que tampoco culpo a Hilda por mirarte todo el día.

El morocho se detuvo en su lugar, mientras los ojos de la pelirroja se agrandaron a más no poder. Ella iba a matarlo.

»Ustedes harían una muy buena pareja«

Eso fue lo último que dijo, antes de que Hilda le arrojara un Hobglotón en la cara, haciéndolo correr con desesperación.

Un incómodo silencio los rodeo a ambos, antes de que la muchacha usara la voz de su hermano para escapar. Eret dejó salir una pequeña sonrisa, antes de seguirla.

— Les dije que acamparan, no que construyeran una villa— habló Hippo, al escuchar cómo todos planeaban sus hogares—. Reconozco que este lugar está muy bien, pero no es el Mundo Oculto.

— Ni siquiera sabemos si ese Mundo Oculto existe— le respondió uno de los vikingos.

— Sí, este lugar es real— continuó otro.

— No hay nada más testarudo que un grupo de cansados y hambrientos vikingos— intentó tranquilizarlo su madre, viendo como su hija dudaba de sus decisiones. 

— Puede funcionar como base mientras tanto, ¿verdad, Hilda?— le preguntó Hippo, haciéndola salir de su ensoñación.

¿Eh? Oh, sí, sí— suspiró con lentitud, aún aturdida—. Es defendible, está oculta. Nos quedaremos.

— ¡Saluden al nuevo Berk!— gritó Bocón— ¡A construir!

Las exclamaciones de felicidad del pueblo, hicieron que la jefa sonriera, volviéndose a sentir en casa.

— Pero hasta que Chimuelo y yo encontremos el Mundo Oculto— lo detuvo Hippo.

La quejas se escucharon por parte de todos. Valka se acercó a su hija.

— Si van a seguir hacia el oeste, volveré para asegurarme de que no nos hayan seguido.

— Ten cuidado— contestó Hilda, notando en la mirada de su madre la preocupación.

— Este plan, de escondernos del resto del mundo, aunque deseo que sea posible, temo que no durará— le informó, sabiendo que Hippo la seguía escuchando—. Sabes que traté de hacer lo mismo por años, pero los humanos codiciosos siempre encuentran la forma— la mujer miró al castaño—. Solo les ruego que lo piensen bien.

Ambos hermanos compartieron una mirada, sin saber que los dos tenían opiniones diferentes.







HOLA A TODOSSS!!!

les traigo un nuevo capítulo de valhalla después de tanto tiempo. como algunos sabrán, estoy trabajando, estoy de novia y la situación con la enfermedad de mi mamá no es buena. por lo que prácticamente mi tiempo libre es nulo, y si lo tengo, lo dedico a mis seres queridos.

por lo que cuando tuve un tiempo libre en el trabajo, no dudé en escribir.

espero que les haya gustado el capítulo, no olviden de votar y comentar si les gustó♥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro