Valiosos somos, ya que Dios nos rescató de la vida sin sentido que llevábamos antes; como aprendimos a vivir durante nuestra vida. El precio de nuestra libertad no fue pagado con algo pasajero como el oro o la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, quien es como un cordero perfecto y sin mancha.

1 Pedro 1:18-19

A todos los que han deseado desaparecer, cambiar de vida, no existir o no seguir viviendo la vida que están viviendo. A todos los que se despiertan temprano, cansados por la realidad que les ha tocado continuar luchando. A todos los que les ha tocado una vida tranquila, pero aun así tienen dificultades todos los días que a veces les hace querer dimitir.

A tí, que te quedaste leyendo esta historia porque te gustó, te identificaste, te sentiste atraído por algún personaje o la odiaste desde el principio y querías saber cómo terminaba. A tí que sabes que esta historia tiene que ver contigo también y que en algún punto te identificaste con algo que te hizo sentir menos valioso. Lo que quiero decirte es simple:

Tu valor es incalculable.

Dirás que no te conozco y que no lo sé. Pero es que no necesito conocerte para saber que eres único en el mundo y que fuiste hecho con un nivel increíble de detalles. Fuiste puesto en una realidad específica para complementarla, para mejorarla, para crear, para cambiar. Estás viviendo exactamente lo que debes vivir para convertirte en lo mejor que puedes ser cada día, y aunque esto parezca difícil, o poco probable, es lo que todos intentamos todos los días, cada uno con su propio valor.

La cuestión es que tienes varias opciones, y puedes vivir tu vida eligiendo siempre conformarte como Alice con Justin. O puedes enfocarte y encontrar una mejor realidad, que no necesariamente tiene que ser otra persona, pero que SIEMPRE debe ser tener un concepto de ti mismo adaptado a la realidad. Es así como lograrás reconocer tu valor incontable.

Como buenos Nadie de Ninguna Parte, nos hemos acostumbrado a ser las víctimas de las circunstancias, y a creer que no hay nada que pueda variar nuestra trágica realidad. Pero lo cierto es que no hay nada que te obligue a seguir viviendo de esta manera, y que, aunque quizás tu entorno no cambie nunca, tus circunstancias sigan siendo las mismas, tú puedes elegir ser diferente hoy.

Ser diferente y lograr reconocer a pesar de todo lo que pasa que tu valor sigue siendo incalculable. Reconocer cuánto vales para los que te aman, a pesar de que ellos también estén luchando para probar lo que valen. Darte cuenta de que es tanto inútil como agotador demostrarle a alguien que no quiere notarlo cuánto vales realmente y siempre, pero siempre aprovechar al máximo cada segundo con alguien que decide derrochar su valor delante de ti.

Si no me crees, te lo repito. Lo sé con convencimiento:

Tu valor es total y absolutamente incalculable.

No tienes por qué ser Nadie de Ninguna Parte. No tienes por qué desaparecer. No hay mejor personalidad en el mundo para ti que la tuya. No hay un lugar más propicio para ti que el lugar en el que estás. Eres total y completamente invaluable.

Muchas gracias por leerme.

Espero haberte ayudado a ver diferente algunas cosas y que desde ahora puedas comenzar a apreciar tu propio valor. Aún sin conocerte, yo ya lo hago.