Uno sabe que está enamorado cuando no puede dejar de pensar en esa persona,
cuando la extraña con todas sus fuerzas aún sabiendo que la tiene a su lado.

Uno sabe que está enamorado cuando cada que esa persona está frente a ti
te revolotea el estómago cual mariposas en plena primavera;
cuando incluso ves su rostro en cada astro,
y su cuerpo en cada constelación.

Y es que yo cada noche, sin falta alguna, asomaba mi rostro por la ventana, mirando la belleza del cielo nocturno, con esperanza de mirar su rostro una vez más, pues el mirar las estrellas era lo más cercano a Venus que yo tenía en éste momento.

Era lo más parecido a él, lo más precioso posible.