⚜️34⚜️"Descuido"

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Segundos se suceden, en dónde el joven rubio levita el cuerpo del sexi vampiro entre duras estocadas, sintiéndose preso del ardoroso momento y de lo que su desordenada cabeza le ordena como máquina. 

Porque a medida que presto arremete dentro del cuerpo del no muerto, una retorcida voz le suelta que lo marque como sea, mordiendo o manchando cada porción blanquecina al alcance de su cuerpo.

Y al verlo al morocho, jadear tan ensimismado con el pleno asome de sus colmillos y sus ojos inyectados en rojo fuego; se siente un demonio aliciente de su todo. Capaz de ser la maldita bestia que debería ser el que jadea bajo su mando.

En tanto, el desaforado no muerto, no puede dejar de gozar sin culpas de la arremetida profunda que le profesa el que lo trae de cabeza. Sin pensar en nada más que el sentimiento que le quema por dentro, como una llama flamante de deseo, y en el exceso de libido que le provoca verlo al rubio tan poseso.

Entonces, el joven rubio arremete profundamente, buscando los ribetes del contrario. Un toque duro y áspero con escasa ternura o casi nula, solo excesiva calentura y unas inmensas ganas de probar nuevamente de su deliciosa linfa.

Y cuánto más se inclina hacia el no muerto, la fuerza descomunal de la sometida bestia lo alimenta, sacando su insano lado a rebrote de lo que le dicta su maldecida consciencia y tratando de imprimirse en la libidinosa criatura que succiona su falo con extremada premura.

Mientras el morocho, vidriados su ojos en el éxtasis de tenerlo al rubio tan ardiente, solo puede jadear descontrolado cuando el que somete se le acerca hacia su dañada muñeca.

—N-no t-tientes...a...l-la bestia —. Suelta entre sonoros gemidos, el codicioso vampiro. A medida que es aspirado desde su muñeca con extrema fuerza mientras lo acosa una brutal arremetida que le remueve hasta las tripas.

—Chupa...—. Ordena el joven rubio, perdido en el magnífico sabor del plasma que sale desde el fortuito agujero de la bestia, mientras le acerca su propia muñeca. —Pruébate y detenme —. Arriesga.

Y el vampiro, poseído y entregado desde sus más bajos instintos, chupa de su propio plasma sin perder el resguardo de los oscurecidos ojos del contrario. Mientras éste, sale suave para meterse raudo dentro de la caliente cavidad de su entregado cuerpo.

El aire es insuficiente para un joven rubio que no tiene manera de rellenar sus pulmones ante semejante esfuerzo, ya que su tomo es inferior en dimensiones al de su compañero sexual.

Pero aún así, una fuerza sobrenatural hace que sostenga el cuerpo de aquel que lo toma sin miramientos. Olvidándose de que tiene una supuesta novia que lo espera, de que es un espécimen del mismo sexo en el cual se está hundiendo y sobre todo, de que es verdadera sangre lo que está bebiendo.

Y en este momento, no está desorientado o perdido en sus cabales. Está lo suficientemente lúcido para darse cuenta de que está acometiendo las acciones de una bestia.

Sin darle más vueltas al asunto y aunque no le guste una mierda, está siendo lo que tanto dijo que no sería nunca. Y haciendo todo lo contrario a lo que su consciencia le dicta.

Poseído en el caluroso momento, en donde observa los ribetes del no muerto manchados en rojo, se lanza hacia sus labios para enredar la sin hueso y barrer todo rastro del deseo de embeber de esa linfa. Jadeando ante el contacto de sus bocas y gimiendo ante el oxidado sabor que lo trastoca.

En tanto, una de las manos del joven rubio, pasea sin duda sobre la fría y a la vez caliente musculatura de la bestia, logrando que lo imposible se convierta en maravilla.

Ya que Arthur se encuentra idiotizado con todo lo que tiene que ver con el lado oscuro de la bestia, proyecto de humanidad para otros y pecado en demasía para su gusto propio. 

Entonces, un par más de bestiales arremetidas y el joven rubio lo desborda, llenando su cavidad por completo y provocando que la bestia lo muerda ante tamaña impresión que le provoca.

Jadeante fusión ardorosa se sucede, dejándose llevar mientras se implican dolor al otro y se prueban desde sus manchados ribetes. Mientras la enardecida simbiosis, que posiblemente no tenga final, los absorbe sin dejar espabilar sus mentes.

Uno, con los ocelos envueltos en rojo pasión y el otro, con su visión apesadumbrada dada a semejante esfuerzo. Ambos con ropas bajas y perlados en sudor... Y envueltos en la enajenación que supone el íntimo momento.

Pero no se les permite ser ellos, cuando son interrumpidos por los gritos de la fémina que tuvo el coraje de acercarse, pese a las insistentes advertencias de los otros.

Un silencio aterrador, sucede a continuación...

Preciso momento, en donde el no muerto espabila y a una velocidad superior y con ruda voz; solicita a la fémina que se aparte veloz del lugar del encuentro.

Y ésta, que se encuentra gritando y maldiciendo a su supuesto amor, al ver la acción sobrenatural del emisor; grita injurias con sonidos guturales de terror a los antepasados de ambos actuantes del ilícito en cuestión.

Alertando al resto de los familiares, que de inmediato hacen su aparición, quedándose a observar a lo lejos. La idea es dejarlos actuar e intervenir solo de ser necesario.

—¿Qué haces aquí? — Cuestiona el joven rubio enojado y acercándose a la fémina. Poseído en el frenesí del vívido momento, con sus orbes más oscurecidas de lo normal y con sus ribetes tiznados en un intenso rojo.

Y ésta, sobrepasada de impresiones, le grita llorando al manchado prometido: —¿Qué demonios eres?" —Haciendo que el joven rubio retroceda al verse reflejado en el terror de sus ojos.

"Debes decidir..." Percibe el pseudo novio en los confines de su mente. "O muere, o le borro su mente..." Suena claro como el agua a medida que la fémina grita desesperada pidiendo ayuda sobre una ventana, diciendo que la mansión está colmada de monstruos caníbales y asesinos.

Y cuando todo parece ponerse peor, haciendo que el mayor de los no muertos haga acto de presencia en cuanto escapa de las manos de su amor; la fémina enmudece repentinamente.

Entonces el vampiro menor, asombrado y aturdido, lo observa al mayor que lo mira igual o aún más sorprendido.

Ya que los entretejes de la mente de la femenina, fueron invadidos por los pensamientos intrusivos del supuesto prometido. Haciendo de ella, un mudo recipiente de supuestos, en donde nada de lo que vió o sintió es cierto.

Al instante, el vampiro menor y sus familiares, son conscientes del extremo poder que manifiesta el rubio haciendo esto. Pero, lo que lo pone en alerta al menor de los no muertos, es de que si pasa mucho tiempo en la mente de la fémina, puede desencadenar un terrible caos, tanto para si mismo como para ella.














A la miér... se nos puso bravo el casi transformado. 😬

Gracias por leer, votar y comentar 😍

Los amito mucho ♥️

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