⚜️40⚜️"Preludio"

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Una fuerte caída seguida de un sonoro quejido por parte del joven rubio, se escucha desde la inmensidad de las sombras.

Y los malhechores, luego de encender una pequeña farola para poder ver bien su exagerada y repugnante actuación. Le otorgan al rubio, una fuerte golpiza a base de palos y certeras patadas, quedando momentáneamente sordo de todo a su alrededor... Solo escuchando a lo lejos la algarabía del disfrute de su aparente humillación. 

Se encuentran en la habitación, el hermano mayor de la que era su prometida y otro que debe ser alguna especie de amigo o cómplice en toda esta cuestión. Dos tipos enormes en contextura y sin un ápice de cordura al momento de tomar venganza en nombre de otros.

Seres humanos listos para hacer daño sin que se les mueva un condenado pelo de ser necesario.

Y así, retumban por varios segundos, las sonoras risotadas y burlas que hacen eco por toda la habitación. Llegando directo hacia el pabellón auditivo del alicaído rubio, que tras varios segundos, muta estremecimiento por innato terror.

Activando su sistema de defensa ante cualquier nueva agresión e incrementando sus ganas de rojo festín durante la cena. Ya que el aroma que lo rodea se incrementa de tal manera, que puede percibir en sus papilas gustativas el deguste del posible sabor de la fresca linfa.

No sabe bien en qué momento pasó de ser un joven caído ante una fuerte golpiza como cualquiera, a querer tragarse a todo aquel que se anime a levantarle la mano siquiera. Pero poseído por una fuerza descomunal, aunque no se reconozca en este momento, se incorpora con una profunda mirada roja y letal.

—¿¡Pero qué carajos!?

Se escucha como el eco de un suplicio de uno de esos, que cobardes, se atrevieron a atacar. Sin imaginarse siquiera el destino sangriento o la mala suerte con la que correrán.

Y poseído por sus exacerbados instintos y al acecho como un aguerrido animal, el rubio los observa uno a uno sin siquiera respirar. Y la tensión es tal, que no llega a darse cuenta que la puerta de su habitación fue abierta de par en par. Dejando al descubierto a un imponente morocho con sus ojos al rojo fuego que verían aquellos rastreros si pudieran sacar la mirada de sus largas garras y del asome de sus afilados colmillos.

Entonces, el mutado rubio reacciona ante el inconfundible sonido del gruñido del no muerto menor. Y certero en sus memorias, ahonda en la mente del mismo para decirle que por ahora, no se le ocurra actuar.

Riendo luego de una manera malsana que puso los cuerpos ajenos, finalmente, a temblar.

Y en cuanto los vuelve a mirar, el golpeado rubio comienza moviendo partes de su cuerpo como descontracturando para luego batallar. Sin esperarse aquellos, que una sombra como un tormento, ataque a uno de ellos sin poder escapar.

El conmocionado y desgraciado hermano de aquella que fue su pareja, lo observa sin dar crédito a lo que ven sus asustados ocelos: un ex cuñado endiablado, que se prende del cuello del malandra que lo acompaña mientras no le pierde resguardo con sus diabólicos ojos.

Y cuando éste quiere moverse para huir, preso de un terror extremo, se topa con el sediento morocho que haciendo movimientos negativos con su cabeza le indica: —No, no, no, indefensa presa. Mira y observa la magnificencia de su esencia. —Ubicando su gélido cuerpo por detrás del tembleque humano y continuando su temerario relato mientras le acaricia lentamente sus cortos cabellos, a medida que le suelta: —Si te portas bien, en una de esas... te salvas. Ahora, suplica porque no te toque una incipiente bestia que se despierta sedienta de tu plasma. Eso es lo que ves allí... Un monstruo capaz de sacarte cada una de tus malditas entrañas.

El humano, llorando y suplicando porque no le hagan nada, se arrodilla pidiendo al de arriba que se acuerde de su alma y larga sin siquiera pensarlo: —L-les j-juro que yo n-no diré n-nada, Arthur... p-por favor... t-te lo suplico... n-no me hagan d-daño.

Y el rubio, ensangrentado por todo su rostro, luego de haberse servido a complacencia de su presa mientras recordaba cada una de las patadas y escupitajos, finalmente lo observa.

Lo mira de una manera que el humano quisiera que no lo observara nunca, o ¿tal vez? Haber tenido la dicha de, simplemente, no haber nacido nunca.

—¡Tú! —suelta la sanguinaria bestia rubia haciendo que el humano se estremezca —. ¿Pides piedad? ¿Acaso te crees que no veía de lo que eras capaz, maldita escoria humana? Más de una vez me insultaste por ser inferior para tu hermana y su perfecta sociedad... ¿Pero sabes qué? Yo soy la maldita perfección, solo que no para los vividores de tu clan... Ahora, suplica porque no te mate, él o yo. 

El menor de los vampiros, observa a su compañero completamente anonadado y sin poder creer que "solo" haya actuado y casi dar por difunto, al humano que apenas respira tirado en su piso. Pero luego lo saca de sus pensamientos, su bizarro cuestionamiento.

—Alimaña ¿Prefieres alimento fresco o ya saboreado?

Escuchándose de inmediato, los suplicios del agónico humano tirado en el piso.

Sonidos a lo que el no muerto responde de inmediato: —Me alimentaré del pedazo de idiota tirado, a éste, lo dejo en tus manos... Pero piensa bien lo que quieres, y el peso que traerá la consecuencia de tus actos.

Haciendo recapacitar al instante, al casi extinto humano, sobre su acción a llevar a cabo.

Así que acercándose omnipotente hasta su ex cuñado le dicta: —Saldrás por esa puerta y te olvidarás de cada mierda que viste, excepto del miedo de saberte que puedes ser en cualquier momento una presa. No sabes porqué, o de quién... Solo debes vivir aterrado de que no te suceda nada extraño, experimentando un continuo miedo paralizante que ni tú mismo te puedes explicar... Y te olvidarás de vengarte de mí o de alguna otra mierda que se le ocurra a tí o a tú hermana...

El humano, drogado en las palabras del joven rubio, se retira sin siquiera acomodarse la ropa o secar el sudor o sus lágrimas. Cerrando el acceso que separa el mundo del afuera con el de adentro.

—Desistir de matar... ¿Una cuestión de ética o de moral? De éste no puedo beber más sino, no contará más el cuento... Demasiado tardará en recuperarse luego. —Suelta ofuscado el no muerto menor ante la incipiente hambruna que se carga pero sin dejar de hurgar en la mente del letárgico para que cuando recupere conciencia (si es que se salva) no se acuerde de nada.

Pero es sorprendido, cuando delante de sus ya negros ocelos, aparece la fina muñeca del ensangrentado rubio.

—Degusta William, tómalo como una manera de agradecer que volviste por mí, aunque no lo necesitara...







Gracias por leer, comentar y votar.🥰

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro