Capitulo XIV

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❀𝐷𝑜𝑠 𝐷𝑖𝑎𝑠❀

Las mazmorras eran frías, oscuras y terroríficas. Era lo que te imaginabas al pensar en una mansión de cientos de años. Los barrotes, las ratas, los ladrillos humedecidos y deteriorados, la pequeña lámpara que pasaba solo un poco de luz al lugar.

Aiden no estaba encadenado, pero si encerrado. Su piel estaba sucia, al igual que su siempre pulcro uniforme del colegio, y su cabello, siempre peinado perfectamente, sin un mechón fuera, estaba revoltoso y sucio.

Su cuerpo temblaba levemente por el frio, y su mente estaba constantemente contando. 1, 2, 3, 4, 5, 6... 60. 1, 2, 3, 4. Todo en un intento de saber cuánto tiempo llevaba en ese lugar. Había pasado 40 horas allí adentro, sin comida ni agua, y su estómago rugía por algo que lo llenase. Su lengua remojaba sus labios constantemente con un intento de calmar su sed y su boca reseca.

Y merlín, no podía para de pensar en Harry, era lo único que lo distraía de los números. No sabía cómo estaba, si estaba bien o estaba mal, si Voldemort le había hecho daño. También pensaba constantemente en porque se había unido a aquel hombre maquiavélico, aquel hombre que asesino y torturo. Que mato a sus padres, pero no podía encontrar otra respuesta que no sea Tom ¿Quién carajo era Tom? ¿Quién era para influenciar tanto a Harry hasta el punto de hacerlo unirse a aquel hombre?

Los pasos sonaron en las mazmorras, haciendo eco por todo el lugar, espantando a las ratas que se reunían en un punto todas juntas, para luego correr.

Por la puerta que daba al pasillo entro alguien, alguien que no veía correctamente, no hasta que prendió una luz de su varita.

El rostro blanco como la tiza, los ojos rojos como las sangres, su cara tan parecida a la de una serpiente.

Voldemort estaba allí, mirándolo como si fuera nada, un simple punto que no afecta la existencia de nadie.

–Aiden McMahon –saludo como si fuera un lord de sangre pura que saluda a otro futuro lord, como si le estuviera dando falso respeto.

–Voldemort –contesto mientras se paraba y se acercaba a los barrotes, agarrándolos con ambas manos.

Voldemort sonrió al escuchar al chico decir su nombre, con un ligero temblor. Y sintió una pizca de respeto por el, que a pesar de que estaba aterrado, a pesar de que sus músculos se tensaban de miedo y su voz quería entrecortarse, había dicho su nombre mientras levantaba la barbilla con desafío en su mirada.

– ¿Le puedo preguntar cuál es el placer de que usted, alguien tan importante, venga a visitarme a mis aposentos privados? –cuestiono con burla en su voz.

La sonrisa de Voldemort se ensancho.

–Claro que puedes hacerlo –bajo su varita, pero la luz en la habitación seguía –Vengo para ver cómo se encuentra, espero le esté gustando su estadía.

–Oh, claro que me está gustando, más que nada la comida, creo que es lo mejor que he probado en mi vida... Aunque debería decirle a los elfos domésticos que le quiten ese... ese sabor a nada que tiene –gruño, y sus dedos se apretaron con más fuerza en los barrotes.

El señor oscuro sonrió peligrosamente divertido.

–Que osadía la suya, señor McMahon... Hablarme así a mi... ¿Qué diría Harry si se enterara que tú, su... Novio... le habla así a su señor? –pregunto haciendo una mueca falsa de tristeza.

A Aiden le recordó a Dumbledore en cierto sentido.

El no respondió, solo apretó la mandíbula con fuerza.

–Yo no... No soy el novio de Harry –luego dijo, esforzándose mucho con sus dientes apretados.

La sonrisa de Voldemort se hizo aterradora, divertida... Se estaba burlando de él.

–No... No, tienes razón, no eres su novio, Harry ya le pertenece a alguien... No estaría contigo... Un simple don nadie.

–Si... Tienes razón... Harry no estaría conmigo, porque ya está con alguien más –y sus palabras sonaron con un dolor profundo en su corazón.

– ¿Oh? –Hizo una falsa cara de sorpresa – ¿Así que ya sabes de nuestra relación? –cuestiono mientras le daba una mirada de disculpa, que Aiden no se creyó en ningún momento.

– ¿Su relación? –Se burló el adolecente, y esta vez fue el turno del señor oscuro para fruncir el ceño –Harry jamás te amaría –hizo una mueca arrogante.

– ¿Cómo lo sabes? –le entrecerró los ojos.

–Oh, claro que lo se... Recuerdo correctamente, esa vez que estábamos acostados en su cama, y el susurro el nombre de alguien más... Recuerdo como me dijo que no podía amarme, pero podía intentarlo... Pero lo que no recuerdo, es que el mencionara, en ninguna ocasión, tu nombre, ni siquiera entre sueños –y su voz estaba cargada de burla, burla que hizo al señor oscuro enojar.

– ¿Cuál fue el nombre? –pregunto con dureza.

– ¿Por qué te lo diría? –frunció el ceño.

–Porque si no lo haces, te torturare hasta que quedes babeando en el piso –susurro amenazadoramente.

–No diré el nombre de esta persona, pero si te diré... que Harry no tiene corazón por nadie más que por el... Que lo ama con todo lo que tiene de si... Y aunque lo intente con todas sus fuerzas, no podrá querer a nadie más de la misma manera –dijo, estando ya preparado por el hechizo de tortura que voló hacia él desde la varita del señor oscuro.

Los gritos sonaron por todas las mazmorras.

***LV//HP***

–Tengo una duda –dijo Harry, que había despertado esa mañana por fin, y ahora se encontraba con Bellatrix comiendo unos dulces en la sala de estar.

–Pregúntame –alentó la mujer.

–Si ahora Dumbledore sabe de mi traición... ¿No podré continuar con mi educación en Hogwarts? ¿O no poder salir al callejón Diagon? O... o ver a mis amigos, a Sirius, y bueno... a ellos –pregunto con el ceño fruncido.

Bellatrix también arrugo el entrecejo, pensando profundamente en una respuesta.

–Supongo que encontraremos una manera, el señor oscuro lo hará, estoy segura –dijo mientras le acariciaba el cabello y le sonreía con amor.

Harry también le sonrió, sintiéndose mejor de lo que se sintió en semanas, a pesar del dolor en sus nervios, y el leve temblor involuntario de sus manos.

***TMR//HJP***

(Un día y medio antes)

Hermione corrió por los pasillos, su respiración agitada. Sus pies descalzos tocaban el duro y frio suelo de piedra del castillo, tratando de llegar con rapidez.

"Debí haber seguido mi instinto" se recrimino mentalmente mientras corría con rapidez.

Habían sido encerrados en la sala común de Gryffindor esa mañana, y el único capaz de romper el encanto era Ronald, según decían las reglas, pero aquellas tenían una fractura, un pequeño hueco que después de mucho tiempo ella se dio cuenta, así que escribió en un papel palabras fáciles que Ronald adivinaría de inmediato, y que haría que la entrada se abriera.

Pero por mala suerte, no fue lo suficientemente rápido como para llegar a tiempo.

Cuando llego a uno de los pasillos, cerca del gran comedor y a unos otros de la puerta de salida, encontró a muchos estudiantes de las diferentes casas reunidos hablando entre sí, los profesores, apenas estaban llegando al igual que ella, e intentaban calmar el disturbio de los estudiantes.

– ¡Profesora MgGonagall! –llamo mientras se acercaba rápidamente.

–Señorita Granger –respondió después de hablar con un niño de segundo año.

Snape estaba a su lado.

– ¿Qué sucedió? –cuestiono con nerviosismo.

Los labios de la profesora se apretaron en una fina línea, y apretó sus puños sobre su vestido.

–Temo que no lo sé, señorita –dijo –No se que paso para que los estudiantes estén de esta forma, solamente fue una broma de probablemente los gemelos Weasley –frunció el entrecejo.

– ¿¡Una broma!? –Jadeo un niño de Ravenclaw, probablemente primer año. – ¡Fue Harry Potter! –Grito, y todos quedaron en silencio – ¡El venia corriendo, comenzó a luchar con el profesor Dumbledore! ¡Se lanzaron muchísimos hechizos de los cuales no se cuales son ni la mitad! ¡Y luego Potter uso a un niño de Hufflepuff para distraer al director y huir! –exclamo con desespero.

– ¡Pero la pelea fue épica! –Salto otro niño de Gryffindor, y muchos le secundaron – ¡Usted hubiera visto! ¡Los hechizos iban y venían! ¡Volaban entre ellos, y Potter se defendió como un mago profesional, como el mejor de los aurores! ¡Sus ojos Brillaban con fiereza! –grito extasiado.

– ¡Es cierto! –le secundo una niña de Slytherin mientras se paraba al lado del león.

Todos comenzaron a hablar y gritar sobre lo genial que fue la pelea, y desde ese momento, se definieron quienes confiaban totalmente en Harry, y quienes confiaban totalmente en Dumbledore.

Era un 50/50.

– ¡Estudiantes! –llamo el director nombrado con un amplificador de voz. –Vayan todos al gran comedor a Desayunar. Las clases quedan suspendidas por este día –fue lo último que dijo, antes de mirar a MgGonagall y Snape, y comenzar a caminar, con los profesores siguiéndolo.

Hermione comenzó a correr tras ellos luego de que estuvieron a unos pocos pasillos a la distancia, sin importarle que aún seguía en pijama.

– ¡Profesor! –Llamo – ¡Profesor Dumbledore! –grito casi alcanzándolo.

El viejo hombre paro y se giró para mirarla. Los maestros siguieron su ejemplo.

– ¿Qué paso con Harry? –pregunto con desesperación en su mirada, tratando de darle la confianza a Dumbledore para que crea que ella iba a estar de su lado si él decía la verdad.

Una mirada de falsa lastima paso por el rostro del viejo director.

–Me temo... Señorita Granger... Que el señor Potter se ha ido al lado oscuro –susurro.

Los ojos de Hermione se abrieron tan grandes que parecía que sus ojos se iban a salir de su lugar.

– ¿Qué? –Pregunto MgGonagall estupefacta – ¿Cómo puede ser posible? –cuestiono.

–No lo sé –se lamentó el hombre –Sera mejor que sigamos esta conversación en mi oficina... –miro a Granger de arriba abajo –y usted que se vaya a cambiar, señorita Granger –sonrió levemente, antes de mirar a sus dos profesores y darse vuelta para continuar con su camino.

Hermione apretó fuertemente el puño con ira. El hombre no le había dicho prácticamente nada, solo que Harry se fue al lado oscuro.

Era como si... como si esperara que ella lo odiara.

***LV//HP***

– ¿Qué sucedió? –cuestiono Moody.

Dumbledore apretó los puños con ira, pero sus ojos estaban apacibles, mostrando una pizca de tristeza.

–Me temo... Mi querida orden... –comenzó –Que Harry nos ha traicionado –susurro haciendo una mueca de dolor.

– ¿¡Que!? –Exclamo mientras se paraba de su lugar la matriarca pelirroja – ¡Eso es imposible! –Grito –Harry no... Él no se atrevería –siseo furioso.

Sirius apretó fuertemente su mano bajo en escritorio, guardándose su ira contra la mujer para otro momento.

Snape soltó una risa burlona y sarcástica.

–Deberían haberlo supuesto, es un mocoso irritante, y se cree el centro del mundo –miro a Albus fijamente, sin temer a que el entrara a su mente, pues sabía que no se atrevería, más aun con sus fuertes barreras.

Hasta a él le dolieron las palabras que dijo sobre el niño que consideraba un hijo ahora.

–Severus –comenzó con cansancio el anciano.

– ¿Qué haremos ahora? –interrumpió Moody.

El silencio recayó en la habitación, todos tensos, tratando de pensar en algo que decir.

Finalmente el viejo suspiro, y dijo algo.

–Severus... ¿Tu no sabias nada? ¿No escuchaste a Tom hablar sobre algo de un seguidor nuevo y valioso, o de otros mortifagos hablando de él? –pregunto, mirándolo con tristeza para que seda a la respuestas correctas a sus preguntas.

–No –dijo sin caer –El señor oscuro parece que se lo tenia bien guardado. Nunca dijo nada, ni siquiera lo menciono o lo dijo de forma no directa –contesto.

El anciano asintió con pesar.

–Albus –chillo Molly.

Dumbledore la miro, pero no respondió a su demanda.

–Moody a preguntado que haremos al respecto –apretó los puños en su vestido.

–Molly, querida –comenzó lentamente –No se que hacer... No puedo crear soluciones de la nada... Solo... Solo déjame pensarlo –junto sus manos por encima del escritorio –Mientras tanto, deseo que nadie mas que nosotros sepa de la traición de Harry, no sean imprudentes –pidió.

–No lo seremos –aseguro Sirius, actuando lo mejor que podía, aunque por suerte parecía más un padrino furioso por lo que hizo su ahijado, que un hombre a punto de cometer traición.

La puerta de la oficina sonó.

–Adelante –dijo el anciano.

Filius Flitwick abrió para quedarse solamente en la puerta.

–Madame McMahon ha llegado director –aviso, y por dentro odio sonar como un secretario.

–Dile que entre –sonrió afable, antes de mirar a los miembros de la orden –Ustedes pueden retirarse.

Todos comenzaron a saludarse, para luego ir a tomar flu e ir a sus hogares.

Minerva y Severus salieron por la puerta para ir a sus oficinas caminando. Y luego de ellos, la madre de Aiden entro por la puerta, con un rostro preocupado.

–Profesor Dumbledore –saludo.

–Madame McMahon –respondió con una sonrisa amable.

Esperaba que la conversación no se alargara tanto. Tendría que ver cómo decirle las cosas a la mujer sin exponer a Harry, el cual él creía, aún tenía esperanzas, y más aún que ahora estaba al lado de Tom. Tal vez podría hacerlo volver, y hacerlo traicionar a Tom matándolo.

***TMR//HJP***

(Presente)

–Quiero que hagas algo para mi Severus –dijo el señor oscuro mientras le daba la espalda al hombre y miraba por la ventana.

– ¿Qué es, mi señor? –cuestiono mientras miraba la espalda del hombre.

–Quiero que realices la poción que está en mi escritorio –Severus miro las hojas allí arriba –La necesito si o si para esta luna llena –giro levemente la cabeza y lo miro de reojo.

Severus tomo los papeles y leyó los ingredientes.

–Si puedo preguntar, mi señor... ¿Para qué es? –cuestiono dudoso, aun mirando los pergaminos.

Voldemort quedo en silencio unos momentos, mirando hacia su patio delantero, hasta que finalmente dijo.

–No importa para que es... La quiero aquí el miércoles siguiente –ordeno.

El porcionista asintió con la cabeza, olvidando que el señor oscuro no lo podía ver.

–La tendrá para el miércoles, este seguro de ello –bajo la cabeza.

–Me alegra escuchar eso... Ahora puedes retirarte, no olvides pasar a ver como se encuentra Harry –saludo con aburrimiento.

–Lo hare, mi señor. Que tenga un buen día –hizo una reverencia, antes de darse la vuelta y caminar hacia la puerta, su capa ondeando detrás de él como siempre.

Tomo el pomo y abrió, a punto de irse.

–Ah... y Severus –Voldemort se dio vuelta y lo llamo.

El profesor paro sus pasos y se giró para mirarlo.

– ¿Si, milord? –pregunto con curiosidad.

–No quiero que nadie más que tu sepa de esta poción ¿Esta claro? –demando.

–Sí, Mi señor –se inclinó nuevamente.

–Ahora vete, Severus, Harry te espera –miro fijamente la puerta que se cerraba detrás del profesor.

Cuando finalmente estuvo solo, soltó un suspiro de cansancio. Estos días, después de lo que paso con Harry, había decidido pensar más en sus acciones, y no dejarse llevar por esa chispa de locura que solía aparecer y que no podía apagar.

Sus ojos se dirigieron hacia el cajón, lo miro unos momentos antes de abrirlo. Allí estaba el relicario y el anillo. Tomo la cadena del collar y lo levanto con lentitud, para dejarlo frente a sus ojos y mirarlo fijamente.

Sentía esa corriente que intentaba conectar de vuelta ese trozo de alma con el alma principal. Sentía lo tirante y desesperado por volver a su lugar. Froto con el pulgar el frente, antes de finalmente susurrar.

–Volverás a donde perteneces –luego cerro su puño, y se giró para mirar hacia la ventana. En el patio delantero estaba Harry con Bella, hablando y comiendo algunos dulces, pero ahora se dirigían hacia adentro, probablemente a ver a Severus.

Miro fijamente al niño, que se veía tan deslumbrante con su mortifaga más leal, tan alegre. Apretó los puños fuertemente, sin apartar la mirada de él.

No se había acercado al muchacho después de lo sucedido, no sabía cómo reaccionaría a su presencia, ni que diría, y honestamente, aun no quería saber.

Pero aun así, mirándolo desde lejos, noto que Harry estaba comiendo más de lo habitual ¿Tal vez su alimentación mejoro en todo este tiempo? Sin duda se notaba más rellenito. Tal vez, si comía lo suficiente, engordara un poco más, y tendría rollitos... Tal vez sería más tierno así, y se vería sin duda más saludable.

Sonrió levemente unos momentos, antes de fruncir el ceño ante el camino de sus pensamientos.

¿Debería decirle a los elfos domésticos que le prepararan una tarta de melaza? Si, tal vez si, a él le gustaría.

***LV//HP***

–Padre –saludo alegre el menor mientras abrazaba al sorprendido porcionista, que aún no se acostumbraba a ser tratado de esa forma por el menor.

–Harry –lo abrazo lentamente, apoyando su cara en los cabellos revoltosos. – ¿Cómo te sientes? –interrogo mientras se separaba y sentaba al niño en el sofá, no sin antes saludar a Bella.

–Me siento bien, supongo –formula con algo de duda.

– ¿Supones? –Enarco una ceja –El señor oscuro me ha dicho que te revise para ver cómo te encuentras y te de unas pociones por la maldición cruciatus –informa mientras saca los frascos del interior de su túnica.

–Es... El a... ¿El a dicho eso?– balbucea avergonzado mientras aparta la mirada hacia la ventana.

–Lo ha hecho, si –asiente –Así que por favor, dime ¿Qué es lo que anda mal? –cuestiona.

–Bueno... Mmh... Las manos me tiemblan constantemente... Y... y bueno... a veces me ocurren escalofríos por todo el cuerpo... como si... Como si tocaran un nervio –explica avergonzado ¿desde cuándo se avergüenza tanto?

–Bien, entonces tomate esta poción... Una ahora, otra mañana a la misma hora, y otra al día siguiente –indica mientras deja los tres mismos frascos encima de la mesa ratonera. Luego mira a Bella que hasta el momento se había quedado en silencio –Tú asegúrate que lo haga, si no el daño de sus nervios puede ser permanente –ordeno.

–Lo hare –asintió mientras rodaba los ojos.

Severus solo soltó un suspiro.

–Ahora te hare un hechizo de diagnóstico para saber si tienes alguna herida interna. Me dirá desde dos semanas atrás hasta ahora –explico antes de levantar su varita y apuntarlo.

Harry se quedó quieto en su lugar, después de todo, siempre había confiado en Severus.

Luego de murmurar el hechizo, un pergamino apareció frente al profesor, que lo tomo y leyó lo que decía. Eran más que nada heridas superficiales a causa del duelo con Dumbledore, y unas muy leves internas a causa del cruciatus, pero nada más allá de eso.

O bueno, eso creía hasta que Severus frunció el ceño.

– ¿Padre? –Pregunto con preocupación – ¿Sucede algo?

El profesor levanto la vista del pergamino para poder mirar al adolecente.

–No lo sé –murmuro –Aparece un diagnostico inconcluso, pero es interno, así que no creo que sea nada bueno –dijo mientras le pasaba el pergamino a la mujer.

–No te precipites, Snape –siseo la Black –Un diagnostico inconcluso puede ser muchas cosas, más que nada uno interno –fulmino con la mirada al pocionista –espera unas cuantas semanas hasta que esté definido. Así que no alarmes a Harry, además, no parece ser nada raro, si no te abría avisado, poniéndote una alerta de daño –con un movimiento de mano desapareció el papel.

El hombre soltó un suspiro cansado, pero asintió con la cabeza, estando de acuerdo con ella en ese tema. De todas formas, era imposible llevarle la contra a un Black, más aun si no querías fuertes represarías. El único capaz de hacerlo era el señor oscuro.

***TMR//HJP***

Sirius revotaba su pierna de arriba abajo con frustración.

Sus pensamientos iban de un lado a otro, casi formando un remolino. La oclumancia nunca fue lo suyo a pesar de sus genes, así que no pudo ordenarlos.

Había estado pensando en muchas cosas en estos dos días, tanto así que no podía dormir sin dar vueltas en su cama.

Severus había intentado hacerlo beber una poción para calmar sus nervios, y darle otra para hacerlo dormir sin sueños molestos así descansaba correctamente. Las acepto, pero no ayudaron mucho, a pesar de dormir bien, al levantarse, ese torrente de pensamientos volvía, y sus nervios solo se calmaban para darle paso a la frustración.

– ¡Sirius! –regaño Remus mientras dejaba de lado el profeta y lo miraba con los ojos entrecerrados.

–Lo siento –susurro frenando su tren de pensamientos y su pierna que revotaba.

El lobo soltó un suspiro.

– ¿En qué tanto piensas? –cuestiono.

El silencio volvió a la sala de estar. Sirius no sabía si responder o no hacerlo, no estaba seguro de lo que había pensado, así que no estaba seguro de expresar su idea, y menos con Remus, que es el más sensato y probablemente la descarte de inmediato.

Lupin soltó otro suspiro de cansancio, antes de tomar el periódico y abrirlo para leer, pero fue interrumpido por la voz dudosa del Black.

–Yo... Qué tal si... –se calló, sin saber cómo expresar lo que sentía.

– ¿Qué tal si? –insistió Remus con desesperación.

– ¿Qué tal si vamos con Harry? –ofreció por fin luego de tomar una bocanada de aire.

– ¿Ir con Harry? –pregunto con confusión.

–Si... Yo... Deseo estar con el Remus –susurro mientras miraba por la ventana que daba al parque frente a la casa.

– ¿Cómo planeas hacer eso? –cuestiono enarcando una ceja.

–Los Malfoy podrán llevarnos –contesto –Simplemente vamos hacia ellos, le pedimos hablar con el señor oscuro, y al señor oscuro le pedimos hablar con Harry –explico con bastante simpleza.

–Claro –dijo con ironía –Y el señor oscuro nos dejara hablar con Harry así no más –puso los ojos en blanco.

–Lo hará si le ofrecemos algo –la seriedad con la que dijo aquello sorprendió a Remus muchísimo, tanto así que se puso recto en su lugar y lo miro con desconfianza.

– ¿Qué le ofrecerías, Sirius? –pregunto lentamente.

El Black simplemente lo miro fijamente, tanto así que el licántropo se estremeció, y rogo mentalmente a merlín que lo que haya pensado su amigo no haya sido nada estúpido.

***LV//HP***

Madame McMahon miraba por la ventana, con la mirada perdida en su patio trasero, en los pocos animales inofensivos que corrían y jugaban por allí.

Estaba sumamente preocupada, hace dos días su hijo había desaparecido, y no importaba cuanto exigiera a los aurores, ellos no podían hallarlo. Dumbledore no cooperaba con ninguna información sobre a donde podría haber ido con Harry, y eso le molestaba aún más, ese viejo hipócrita. Deseaba poder dejar su lugar a escondidas, y poder abrazar al niño y a su hijo, protegerlos de ese director maldito.

–Modesty –llamo una voz en el retrato de atrás.

La nombrada bajo la cabeza, soltando un suspiro, antes de darse la vuelta y mirar a la mujer que la miraba con pena y comprensión.

– ¿Qué sucede, Euphemia? –pregunto a su tía

–No te preocupes –susurro la amable mujer –Sabes que estarán bien, mi sobrino y mi nieto. Ambos son chicos fuertes, saben defenderse de las dificultades, y salir de los problemas con rapidez –dijo tratando de calmar a su sobrina

–Sí, sí, yo lo se... Solo que... –cayo de repente, sin saber cómo expresar lo que sentía –Estoy preocupada, tía... No sabemos cómo actuara Dumbledore, ni cómo está la locura de Voldemort en este momento... Él podría fácilmente torturar a Harry... Y hacerle daño al bebe –soltó otro suspiro de cansancio melancólico.

–Modesty –susurro de nuevo Euphemia –Estarán bien... Si no fuera así ya lo habrías visto –sonrió suavemente –Niki –llamo y al instante un pequeño elfo bien vestido apareció ante ellas.

– ¿La ama Euphemia me ha llamado? –pregunto con su voz chillona, haciendo una reverencia.

–Si ¿Podrías traerle un té a Modesty? Ponle una poción relajante –ordeno con dulzura, típico de la mujer mayor.

–Lo hare de inmediato, mi ama Euphemia –hizo otra reverencia, para desaparecer de inmediato.

Modesty sonrió divertida.

–Ese viejo elfo te es leal incluso muerta –comento graciosa.

–Oh, cállate Desty –soltó una risita –ahora ve a tomar asiento en el sofá, debes tranquilizarte –le sonrió con amor.

La mujer puso los ojos en blanco, pero no pudo evitar mirarla con cariño. Y sin decir nada más, obedeció a su tía, la mujer que la crio como si fuera su propia hija.

***LV//HP***

Harry subió a su habitación y se recostó en la cama con cansancio.

Estos dos días su cuerpo había estado inusualmente agotado, él lo debía al crucio del señor oscuro.

Había estado tantos años sin sentir ese hechizo sobre su cuerpo, que volver a tenerlo fue increíblemente doloroso, sus nervios no solo no estaban preparados para eso, si no que también nada de él lo estaba, pero al menos sirvió de algo.

Gracias a eso pudo pensar. Mientras dormía había caído a un mundo completamente en negro, donde sus pensamientos eran su único entretenimiento, y de esa forma pudo pensar en lo estúpido que estaba actuando.

¿Qué sucedía con él?

¿Llorar contra una almohada? ¿Buscar consuelo en otro chico que no se merece el sufrimiento que Harry podía causarle? ¿Actuar como un tonto Gryffindor? Actuaba como... Como un obsesionado.

Estaba tan obsesionado con Tom que no vio lo que era Voldemort, no pudo verlo. Actuó como un niño dolido, como un niño que no tenía nada en esta vida y quería matarse. Se arrodillo ante un hombre, un hombre que juro jamás obedecer.

Su relación con Tom era 50/50 ¿Cómo pudo rebajarse tanto como para darle a Voldemort el poder de sobreponerse sobre él? ¿Cómo pudo dejar ser maltratado, ser torturado y tratado como un sirviente?

Él era Harry Evans, Ya no Harry Potter, hace años no era Harry potter, entonces ¿Por qué actuar como él?

Era tonto.

Él fue un Slytherin. No uno en toda regla, no era sumamente astuto, no era vicioso, ni tampoco tan buen mentiroso, pero era un Slytherin, que sobre todo, buscaba su propio poder, buscaba las opciones que eran buenas para sí mismo. Era un líder nato, él lo sabía, podría hacer que miles de personas lo siguieran con solo sus palabras. Un verdadero Slytherin no se arrodillaba en serio, no juraba lealtad en serio... un verdadero Slytherin juega pero no se rebaja.

Él lo hizo, y ahora lo veía.

Estaba ciego, ciego por la obsesión de un amor que no obtendría del señor oscuro, estaba dolido, dolido por lo que había perdido, y enojado con todas las personas que lo habían dañado.

Él no era un niño que buscaba un abrazo amoroso y ser protegido. El no era un niño que temía mirarle a la cara al señor oscuro. Él era un niño que fue obligado a crecer antes de tiempo, enfrentándose a situaciones que los adultos debían enfrentar. Y ahora lo veía.

Voldemort no volvería a tocarle un pelo.

***TMR//HJP***

Voldemort tomo asiento en su escritorio, tomo un pequeño papel, una pluma auto entintada, y escribió una pequeña y simple palabra. Antes de llamar a su pequeña elfa.

–Flopy –llamo con calma.

–El amo ha llamado a Flopy ¿En que puede Flopy servirle al amo? –dijo la elfina mientras se inclinaba profundamente.

–Deseo que le hagas un pedazo de tarta de melaza a Harry y se lo entregues con esta nota –tomo el pergamino y se lo tendió a las manos flacuchas de su sirviente.

–Se hará de inmediato, amo Slytherin –se inclinó profundamente, antes de desaparecer con un 'pop'

Voldemort realmente esperaba que Potter estuviera bien y aunque no lo admitiría, se sentía culpable por haberlo lastimado de ese modo.

Pero en ese momento, tenía otras cosas que pensar, tales como cuál sería su movimiento ahora, que haría al respecto.

Dumbledore no había dicho nada en contra de Potter, simplemente le había dicho a los medios que había sido una fuga de dos adolescentes enamorados {No apretó los puños al pensar en eso}

Autora: sisisi, aja, estas más enojado que yo cuando se comen todo el helado y no me dejan unu.

Al parecer el viejo no quería ver las repercusiones que causaría la huida de Harry hacia el si se filtraba la verdad. Y aunque sería divertido ver aquello, no sería prudente, así que prefería que nadie más supiera sobre la verdad, solamente la orden y su círculo interno.

Dos golpes sonaron en la puerta.

–Adelante –suspiro mientras se frotaba su nariz inexistente.

Lucius entro en la oficina, se paró en el medio e hizo una reverencia.

–Mi señor –saludo

– ¿Qué sucede, Lucius? –pregunto al hombre.

–Sirius Black y Remus Lupin me han contactado –contesto.

– ¿Oh? –murmuro interesado el hombre. – ¿Qué te han dicho?

–Me... Me pidieron hablar con usted... Creo que se trata sobre el señor potter.

–Sí, lo más probable –asintió con la cabeza –Quiero que les digas que vengan mañana... a las nueve en punto –ordeno.

La cabeza gacha de Lucius se levantó de inmediato.

–Pero mi señor... –replico, pero bajo de nuevo la cabeza y se cayó al ver la mirada fulminante de Voldemort –Mi señor... Puede ser una trampa –susurro.

–No lo es –aseguro y Lucius se guardó las palabras que quería decir, como "¿Cómo esta tan seguro de eso?" porque claramente no le caerían bien al lord. Aunque Riddle ya sabía que había una pregunta silenciosa allí, así que la respondió –Black y Lupin son de la luz, sí. Pero le son leales a Harry. Si Harry se pasa al lado oscuro, ellos se volverán neutrales. Ellos siguen a Harry, y Harry me sigue a mí, no intentaran nada si quieren ver a su ahijado –sonrió levemente.

Lucius abrió la boca para decir algo, pero en ese momento la puerta sonó nuevamente.

***LV//HP***

Harry se levanto de la cama, dispuesto a ir a hablar con el señor oscuro.

En cuento puso un pie fuera de la litera, esta se tendió nuevamente de inmediato.

Con pasos normales se acercó a la puerta, ignorando aquello, pero cuando tomo el pomo, un elfo apareció ante él.

Bueno, en realidad no cualquier elfo, Flopy.

–El amo Slytherin le a pedido a Flopy que le trajera esto al amo Harry, así que Flopy se lo deja, espero lo disfrute –hablo con una profunda reverencia, antes de desaparecer de inmediato.

El menor frunció el ceño, antes de sentir algo aparecer en su escritorio. Al girarse vio un pedazo de tarta de melaza, junto con una nota doblada al lado.

Entrecerró los ojos, pero se acerco y la tomo.

Con una pulcra letra estaba escrito "Mejórate" y a pesar de que su estomago revolotea como si tuviera cientos de mariposas, rápidamente las detuvo, dejo la nota a un lado e ignoro la tarta de melaza.

Iba a hablar con el señor oscuro, y una estúpida torta no lo detendría.

***TMR//HJP***

–Adelante –hablo el lord mirando curioso la puerta, que al abrirse mostro a un muy serio Harry potter. Voldemort volvió su vista hacia el rubio –Puedes retirarte, Lucius. Trasmite el mensaje –ordeno.

–Lo hare, mi señor. Que tenga una buena tarde –se inclinó hacia él, antes de caminar hacia la puerta, deteniéndose frente a Harry unos momentos.

Se miraron fijamente, antes de asentirse el uno al otro. El Malfoy finalmente se fue y cerró la puerta detrás de él.

–Harry –saludo Voldemort, curioso por saber que quería el niño allí.

Potter desvió su mirada seria de la puerta, antes de girarse y mirar fijamente al señor oscuro. Y este no pudo evitar notar que no se estremeció ante su apariencia, ni tampoco se arrodillo.

No le importo.

Tomo la pluma nuevamente y comenzó a escribir en el pergamino que había dejado antes, esperando a que el niño hablase.

El silencio perduro unos momentos, ninguno queriendo ser el primero en hablar, pero la paciencia de Voldemort se estaba agotando.

–Quiero ver a Aiden –dijo con voz firme y seria, haciendo que detenga el movimiento de su pluma.

–No puedes –sentencio sin más, y continuo escribiendo.

–No era una pregunta –y eso si hizo mirar al señor oscuro para arriba.

– ¿Cómo? –susurro, dejando de lado la péñola.

–Quiero ver a Aiden y no es una pregunta.

Una pequeña sonrisa se formo en el rostro del hombre, que lo examino de arriba abajo.

– ¿Qué hay de la reverencia y el mi señor? –pregunto con un cierto toque de burla.

–Enterrados como la tumba de mis padres –contesto sonriendo con un cierto toque... Sádico.

–Oh –hizo una mueca como de lastima –Es una pena... –murmuro por lo bajo.

–Lo es.

–Pero te olvidas... Mí querido Harry... Que tú me juraste lealtad –junto sus manos sobre el escritorio, y miro fijamente al adolecente, que en otro momento, se abría estremecido ante su apariencia.

–Si, y no me retracto. Te voy a seguir, te voy a dar información y lealtad... Pero no volveré a arrodillarme –dio unos pasos más cerca del escritorio.

Voldemort sintió una llama prenderse en su interior al ver el fuego en los ojos del muchacho. Sintió que por fin las cosas se ponían mas interesantes, y que por fin... Por fin tenía al verdadero Harry Potter ante él, no al niño asustado de esos meses.

– ¿No lo harás? –pregunto fingiendo confusión.

–No –sentencio.

Una enorme sonrisa apareció en el rostro de Voldemort. Apoyo las manos en el escritorio, se inclinó hacia adelante acercando su rostro hacia el valiente Gryffindor, y susurro.

–Vayamos a ver al señor McMahon –y se levantó de su asiento.

Harry sintió que lo tenso de sus hombros se aflojaba levemente, para luego sonreír gigante, y seguir a Voldemort hacia las mazmorras. Pero esta vez, a comparación de otras veces, el no camino detrás de él, el camino a su lado.

✿✿✿✿

Queridos y estimados amados lectores:

Espero, realmente espero que les haya gustado el capítulo, por mi parte, me encanto.

También me encantaría que comenten muchas cosas sobre este nuevo descubrimiento que probablemente ninguno noto y estaba frente a sus narices (A mi honestamente me costó mucho guardarlo xd). ¿Quién se imaginaria que Aiden McMahon seria Primo Segundo de Harry? Probablemente absolutamente nadie. Y si, respondiendo a sus preguntas (Que no hicieron pero bueno xd) Euphemia tenía una hermana, hermana de la que casi nadie sabía, y de la que se hablara más adelante, junto con la historia de Modesty y el hecho de que ni Dumbledore ni nadie más que no sean unos pocos cercanos sabían sobre ella y su nacimiento. Hablará sobre como ella termino casada con el padre de Aiden, y porque nunca buscaron a Harry si sabían de su existencia. Y AAAAAH merlín, estoy súper mega emocionada, espero que tu también idjfejnier.

Por cierto, perdón por la tardanza de la publicación del capítulo, pero literal no podía escribir, sabía que quería pero no podía expresarlo, y además no tenía muchas ganas, pero acá esta, mejor tarde que nunca xd.

Si tienen alguna duda sobre el capítulo, o sobre la historia en general, no duden en comentarlo, les responderé (Probablemente a veces me olvide, pero lo voy a hacer) si tienen alguna idea sobre una nueva historia o sobre algo que te gustaría que pasara no dudes en comentarla, prometo tenerla en cuenta. Y si ven algún error ya sea gramatical, ortográfico, o algún nombre que este mal escrito, háganmelo saber porfis ;3

5585 palabras

Atte. y con mucho cariño: Alaisha Grindelwald.

MarLove.

Pd: me hice una cuenta de Ao3, donde estaré publicando algunas de mis historias, entre ellas Hadrian Morte, que estará corregida de arriba abajo los primeros tres capítulos (Aun no se publica)

Pd 2: En mi perfil hay una nueva historia Tomarry llamada "Ella es un el ahora". Esta editada y aún se está escribiendo, pero va a ser corta. En breve publicare en nuevo capítulo.

Ao3: MarLove

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