02.- All Hail The Lord

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿Por qué debemos hacer una fiesta? —Pregunto Severus por enésima vez, mientras Harry y Draco (quien empezó a visitar la mansión asiduamente para "entrenar" a Severus en su nuevo rol) rodaban sus ojos.

—Porque, "Lord Prince", ya no es más un simple profesor de pociones—Severus fulmino con la mirada a Draco—Perdón... Maestro de Pociones. Ahora es un Lord de cuatro familias sangrepura añejas. Los Dumbledore, Potter, Black y Prince, además de Maestro de Pociones—Severus volvió a fulminar con la mirada a Draco—Ok, ok, el Maestro de Pociones más joven en la historia reciente de los últimos 100 años, además de ganador de una Orden de Merlín Primera Clase, espía mejor que James Bond y experto en las artes mentales y oscuras ¿Satisfecho? —.

—Apenas, solo me sorprende que conozca sobre James Bond—Draco bufó.

—He sido amigo de este cuatro ojos suficiente tiempo—.

—¡Hey!, te he dado de mis cupcakes y galletas y así me pagas—Dijo Harry llevándose las manos "dramáticamente" al pecho—Traición, eso es lo que es ¡Traición! Solo por esto, le retó a un duelo mi "Lord Hurón"—.

Draco bufó y sus mejillas se sonrojaron—Tú y la comadreja jamás me van a dejar olvidar ese incidente ¿Verdad? —.

—Nop, pero sabes que se te aprecia peliteñido—.

Severus estaba contrariado por toda esta situación. Paso de ser un Maestro de Pociones exiliados y viviendo en relativa paz entre sus calderos y sus publicaciones en el extranjero, a ser el Jefe de cuatro de las familias sangrepura más importantes de Inglaterra, padrastro de quizás la bruja más poderosa de la nación y esposo del Niño-Qué-Vivió-Y-Derrotó-A-Voldemort. Tenía tanto poder, influencia y dinero en uno solo de sus dedos, que podría marearse.

E irónicamente, nada de esto le parecía demasiado. Su madre solía hablarle de los "viejos tiempos" de la familia Prince y le había contado historias de caballeros de la época del rey Arturo y como los Prince habían siempre salido a salvar a magos de peligros inimaginables. Su madre la había pintado un panorama donde ser de la familia Prince era el equivalente a un caballero de brillante armadura... y él fue y se unió a los mortífagos y ese error significó la muerte de su primer amiga y amor platónico.

Con la guerra acabada, Harry a salvo y todo el mundo feliz, en ese momento, Severus pidió un solo favor... que lo dejaran ir. Inglaterra no tenía nada para él y quería ver el mundo, un sueño anhelado durante mucho tiempo. Todos sus conocidos (que ellos se consideraban a sí mismos sus amigos, y Severus, en el fondo, también) juraron no buscarle a menos que no hubiera otra opción.

Severus no podía saber que su idílica vida tranquila iba a terminar 6 años después, con Albus muriendo, el Ministerio aún más corrupto que antes y una guerra en ciernes, y aquí estaba él, organizando con Draco Malfoy y Harry Potter una fiesta para anunciar su regreso a Inglaterra, sus nupcias, presentarse como el nuevo Lord de las familias Dumbledore Potter y Prince... la prensa iba a darse un festín. Apenas habían pasado 3 días del entierro de Albus y Severus insistía en que era demasiado apresurada esta celebración.

Pero Harry, quién fue entrenado por Draco e irónicamente, Lucius Malfoy, en esto de los protocolos de la nobleza, insistía en que la idea de Draco era la correcta. el mundo mágico, y sobre todo, sus enemigos, debían saber que Harry no estaría peleando solo y tenía a su lado a un campeón a la altura de las circunstancias, Severus Snape.

Evidentemente, "Madame" Culpepper estaba entre la lista de invitados, los amigos de Harry, los miembros de la Orden del Fénix y aquellos que formaron parte del Ejército de Dumbledore. Draco sugirió algunas familias específicas como los Diggory, quienes tratando de reponerse de la pérdida de Cedric, habían adoptado a uno de los muchos huérfanos de guerra y terminaron con dos chicos: Cassandra y Lothian. Madame Diggory había tomado el hábito de escribirle carta a Harry y de a poco, habían ido construyendo una relación amistosa. Amos aún no estaba muy a gusto con Harry, pero sus nuevos hijos le habían hecho mucho bien.

Las otras familias que Draco sugirió, habían estado en el otro lado de la guerra, Los Nott, Bulstrode, Zabini, Greengrass... Harry no vio ningún problema y eso asombró a Severus. Harry se encogió de hombros—Tenemos un enemigo común profesor—Draco asintió en reconocimiento y continuó con la minuta de la fiesta.

La última actividad del día era una cita con la modista enviada por Twilfitt y Tatting. Draco insistió en que tenía túnicas de mejor calidad que Madame Malkin y Harry estuvo de acuerdo, ya que Ariana prefería las túnicas de Twilfitt y Tatting.

Ariana Dumbledore-Potter era un misterio para Severus. Él no sabía mucho de niños, pero le parecía que Ariana no era... normal. Era demasiado bien portada, atenta, casi no hablaba, comía todas sus verduras, no exigía más postre que la ración que le servían y era cortes, como una damita propia de la época victoriana. Incluso daba una ligera reverencia al saludar y despedirse de ellos. Severus veía que a Harry también le preocupaba pero no veía cómo podía ayudar a la niña.

Aun así, las pocas semanas que llevaba viviendo en New Hope habían sido tranquilas y como su laboratorio de pociones casi estaba terminado (Harry solo contrataba elfos domésticos quienes podían jurar guardar el secreto de clientela con verdadero celo), estaba relativamente feliz. Incluso Ariana le parecía una niña agradable, o quizás era por su carácter tan poco infantil. No lo sabía y ahora, tenía que concentrarse en esta batalla disfrazada de evento banal.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Severus estaba dándose los últimos toques antes de "presentarse en sociedad". Una vez más, se preguntó cómo es que Lucius Malfoy había hecho esto tanto tiempo ¡Como lo había hecho Harry todo este tiempo! También era curioso que en su mente, ya no lo llamara Potter, sino Harry, o quizás se debía al hecho de que en estos días, su convivencia estaba lejos de la escolar, o de que ahora se parecía menos a sus padres y era más su propio hombre. Como fuera, Potter no eran tan intolerable como fue durante su adolescencia.

En estos días antes de la fiesta, había aprendido que los activos que Albus le había legado, sin incluir a Harry y Ariana, eran más que millonarios, la lista de artefactos era una serie de libros tan gruesos como la distancia entre su pie y rodilla y eran tantos que se requería una biblioteca para contenerlos, tardaría mucho tiempo en leer todo lo que poseía de artefactos. Luego estaban los elfos, Dobby solo era el elfo principal. Las cuatro familias de las que ahora era el Jefe, tenían alrededor de dos mil elfos domésticos, y Harry les había ofrecido liberarlos en su momento, pero todos ellos se negaron, diciendo que servirían a su familia ahora, y lo más que pudo lograr fue darles clases de dicción con Hermione Granger y uniformes acordes a sus labores, así como algunos derechos laborales como sueldo y días de descanso.

Harry le contó esto diciendo que ese día había tenido que cambiarse dos veces la túnica entre tanto moqueo de elfos.

Ya ni siquiera había que preocuparse por el dinero, Gringotts le envió una sola cifra y Severus casi se va de espaldas. Era el presupuesto de la Inglaterra muggle multiplicado por 70 veces y quizás más si contaban las inversiones diversas de las cuatro familias.

Básicamente, Severus Snape, Lord Prince, Jefe de facto de las familias Dumbledore, Potter, Black y Prince, era el mago más poderoso económica y políticamente en este momento. No era sorpresa que se esperara que cayera del pedestal y por eso la fiesta. Conforme leyó lo que significaba ser el actual Lord, entendió la necesidad de la presentación y decidió sacar de su memoria, las lecciones de su madre acerca de la nobleza mágica.

Dobby toco a la puerta—¿Lord Prince? El amo Harry solicita su presencia en el recibidor, los invitados han llegado—.

Severus salió—Estoy listo, Dobby—El elfo le dio una pequeña reverencia y empezó a caminar frente a Severus, guiándolo como un mayordomo con propiedad. Severus se sentía cada vez más y más profundo en el agujero del conejo y casi esperaba ver si habían retrocedido en el tiempo y vería a todos los "invitados" vestidos con trajes antiguos y a las mujeres con vestidos recatados y corsés.

Afortunadamente, cuando llegó al recibidor, todos se veían normales, elegantes, pero muy normales. Excepto Harry. Harry se veía radiante y su hijastra adorable.

Harry estaba vestido con una túnica negra con hilo de color esmeralda y plata, para honrar su luto y la Casa de su nuevo marido, haciendo que sus ojos resaltaron, incluso había usado lentes de contacto y sus ojos se veían esplendorosos. La pequeña Ariana iba de azul, con un vestido tan femenino que parecía una muñequita y con sus cabellos rubios acomodados en rizos sueltos era sencillamente una princesa.

—Mi Lord—Dijo Harry haciendo una ligero reverencia a su marido mientras Ariana copiaba el movimiento de su padre—Severus actuó como lo indicaba sus modales y alcanzo la mano de Harry dándole un ligero beso en el dorso y luego procedió a hacer lo mismo con su hijastra, dando a entender que se veían como familia. Luego fue el turno de anunciar su llegada a los invitados.

Dobby habló con toda claridad—Amables invitados, la Casa Dumbledore y la mansión New Hope, placen en presentarles al Nuevo Lord, Severus Snape, actual Lord Prince y nuevo Jefe de las casas Dumbledore, Potter, Black y Prince—.

La comitiva aplaudió con cortesía, y algunos con alegría velada, y otros tantos, con odio velado... entre esos, la principal era la Ministra de Magia, quién veía que Severus estaba interpretando su nuevo rol a la perfección.

La pequeña Ariana terminó siendo cargada por Draco mientras Teddy Lupin pedía permiso para jugar con la pequeña a su abuela Andrómeda, mientras los padres de este estaban hablando con los Weasley mayores.

Harry y Severus tenían que abrir el baile y esta vez, Harry sabía perfectamente que hacer. Albus era un mejor maestro de baile que su antigua Jefa de Casa, aunque McGonagall tenía más ritmo. Severus guió al Gryffindor por la pista con soltura mientras todos alrededor empezaban a bailar. Dando vueltas por la pista, Severus aprovechó para hablar con su ahora esposo, y Harry le iba diciendo los datos relevantes de cada invitado, excepto Daria Culpepper, de ella ya sabía todo lo que Draco y Harry le habían dicho, que no era mucho.

Finalmente, el baile terminó y la pareja pudo ir a presentarse y "socializar", Severus entendió rápidamente que este tipo de guerra era mucho más psicológica y él tenía una mente privilegiada y decidió usar sus "otros" conocimientos.

Hubo mujeres que le pidieron un baile y no pudo rehusarse, Harry también e incluso la pequeña Ariana había sido pedida para un par de bailes por Teddy y Lesath, afortunadamente, la pequeñita sabía ser graciosa y adorable al bailar, así que todo mundo parecía encantado con la niña.

Severus bailo una vez con la Ministra y fue tan encantador como era posible y la mujer no habló ni una vez con él, pero la tensión entre ellos decía todo: la mujer estaba furiosa con ellos. Severus sencillamente sonrió y continuó guiando a la mujer durante el baile. Harry ahora estaba cargando a Ariana mientras platicaba con Hermione y Rosaline, quién ya estaba bostezando.

Harry le hizo una seña a Severus, indicando que iba a despedir a Hermione al flu mientras Severus estaba bailando con Amelia Bones, quién estaba diciéndole que contaban con su apoyo. Al parecer, no solo Harry y los Malfoy sospechaban sobre una guerra en ciernes.

La fiesta acabó con un conteo a favor de Severus, donde esté observó que Draco y Harry tenían razón, incluso las familias "oscuras" estaban de acuerdo en que tenían un enemigo en común: el Ministerio.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

La prensa era un arma maravillosa para confundir o informar, y esa lección Harry la conocía bien, así que no se sorprendió cuando aparecieron dos distintos artículos sobre la fiesta de la noche anterior.

Harry y Severus estaban desayunando con Ariana mientras ambos leían el periódico y Ariana daba cuenta de un par de hotcakes con miel y fresas frescas y un vaso de leche. Severus estaba leyendo el articulo lisonjero mientras Harry leía uno donde se hablaba sobre la "poca moral" de él contrayendo nupcias justo un momento después de que Albus Dumbledore pereció. Harry bufó.

—¿No te ha gustado el artículo de ese periódico? —Preguntó Severus.

—La misma basura propagandista. Desde que El Profeta está bajo el control de magos verdaderamente éticos, el Ministerio "fundó" otro periódico que se dedica exclusivamente a promocionar lo que ellos dicen, pero no es tan popular como lo fue El Profeta en su momento—.

—Uhmm—Severus no sabía qué pensar. Habían leído cerca de 10 periódicos y solo dos de ellos parecían acordes a las ideas del Ministerio, la mitad estaban alabando la fiesta y el acierto de Dumbledore de elegir a Severus Snape como el sucesor de su legado, los otros tres periódicos habían sido corteses y políticamente correctos, simplemente dando los hechos sin comprometer opiniones propias.

Eso daba a entender que al menos, por ahora, la opinión pública estaba a su favor, pero ambos sabían lo veleidosas que eran las masas y aunque en ese momento casi todos estuvieran de acuerdo en que el ministerio era el enemigo a vencer, esa situación podía cambiar en un instante. Debían tener cuidado en sus pasos.

—Papi, ya acabé ¿Puedo ir a mi cuarto? —Ariana, ajena a los dramas a su alrededor, solo quería ir a su habitación con sus muñecos.

—Si tesoro, pero recuerda lavarte los dientes—.

—Si papi, adiós—La niña se bajó y caminó hacia la salida y antes de irse, volteo, como una ocurrencia tardía—Adiós, Severus—Y se fue de ahí.

Severus parpadeo confundido. En el tiempo que llevaba, las interacciones con su hijastra habían sido mínimas y sin ningún tipo de palabras. Era como si se ignoraran mutuamente, aunque ni por asomo era lo que pretendía, simplemente, Severus no sabía cómo debía tratar a una niña, habiendo tratado siempre con adolescentes cabezas de chorlito. Harry sonreía misteriosamente luego de esa atípica despedida, pero Severus no dijo nada.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Habían pasado ya tres meses desde la fiesta y la opinión pública aún no se había tambaleado en su contra, pero había otras noticias perturbadoras. El Wizengamot, inspirados en las leyes muggles, querían instituir una especie de senado y eliminar el Wizengamot en su rol tradicional, pasando a ser más un jurado que la fuerza política detrás de las leyes.

En teoría, sonaba como algo magnífico, ya que habría representantes elegidos por los magos para cada región del mundo mágico inglés, pero por el otro, podía ser una trampa elaborada para ceder el control a personas alineadas a una sola persona: la Ministra de Magia.

Lo difícil sobre esa noticia, era que había dos sectores de la población en discordia, aquellos que habían abrazado parte de la cultura muggle y pensaban que sería una mejor organización que la actual; y los puristas que pensaban que no había necesidad de cambiar el sistema actual de leyes, donde solo los Lores y algunos magos excepcionales, podían acceder a un asiento en el Wizengamot.

Harry pensaba que el sistema de dos cámaras de los muggles, funcionaria mejor que el sistema actual, pero daba más problemas al ser tan fácilmente comprables las elecciones de los futuros representantes, cosa que sucedía con frecuencia en el mundo muggle. Así que se encontraba con su propia opinión dividida. Severus creía que por el momento y hasta haber limpiado el Ministerio, no debería cambiarse el sistema.

Al final, Harry asintió en reconocimiento. Mientras el ministerio no estuviera libre de la influencia de esa mujer y de otros alineados a intereses propios en vez del bienestar de la gente, ningún sistema funcionaria bien.

Mientras tanto, ellos habían estado conociendo a sus partidarios y Severus se sorprendió de que fueran muchos, pero aun así, no tantos como para hacerle frente al ministerio. Lo que había demasiado, era indecisión. Muchas familias habían perdido casi todo con la última guerra y deseaban conservar el escaso patrimonio que aún tenían. Hacer una guerra abierta contra el ministerio sería un suicidio económico y político.

Severus entendía esto y como muchas familias alcanzaron a conservar su patrimonio gracias a que sus hijos seguían "sin mancha" y era por eso por lo que, aunque muchas familias de la luz no perdieron su patrimonio por la guerra, si porque alguno de sus hijos se había aliado a las fuerzas de la oscuridad, y al contrario, familias oscuras, habían conservado sus fortunas gracias a que sus hijos no participaron activamente en la guerra.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Ariana Dumbledore-Potter era un misterio enorme para Harry, incluso para Albus cuando este vivía. Contrario a su hermana fallecida, su hija era un sol radiante, pero templado. Mientras su hermana tenía explosiones de magia y las emociones a flor de piel, la pequeña tenía su magia bajo control, un logro extraordinario para alguien tan pequeño.

Era callada, calmada, recatada y educada. Harry sabía que no era normal, pero no sabía cómo llegar a su propia hija. ¿Qué debería decirle? ¿Qué debía hacer travesuras? ¿Y si eso hacía que se volviera demasiado revoltosa? Cierto que Fred y George se habían calmado mucho desde la guerra, pero si veían que Ariana empezaba a hacer travesuras, por pequeñas que fueran, podrían verla como una posible heredera.

No, no, no, mejor no alentar un comportamiento de ese tipo. Quizás si empezaba a invitar a más niños a la mansión, sí, eso era, invitaría a Hermione y Ron a visitar la mansión y si Ariana jugaba bien con Rossie, entonces luego invitaría a Lesath o a Teddy o ambos.

Harry estaba pensando en esto cuando pasaba por el cuarto de su hija y encontró a la pequeña haciendo una fiesta de té con sus muñecos. Albus había traído el viejo juego de mesa y porcelana de su hermana fallecida, ya que Aberforth insistió en que debía pasar a la única mujer de su familia, por su tradición. El juego consistía en cuatro sillitas de caoba con tapicería muy antigua, pero que con los hechizos parecía nueva, una mesa de caoba y una plancha de mármol pulido de color aguamarina y un juego de té clásico con todos los accesorios, de porcelana hechizada para ser irrompible.

La pequeña tenía a tres de sus peluches tomando el té con ella y les contaba sobre su nuevo papá Severus, que era algo serio pero se veía buena persona. Harry sonrió ante la inocencia de su pequeña, que podía ver a las personas por lo que eran por dentro y no por lo que mostraban en el exterior.

Dejo el cuarto de su hija mientras esta le servía galletas a un conejito esponjoso con sombrero y se propuso que la primera interacción de su pequeña con Rosaline Weasley-Granger fuera una fiesta de té en el jardín. Seguro que Dobby estaría encantado de organizarla.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro