• Parte 3

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En los primeros días de agosto, la casa que había enviado a construir Nate para Susan y Archibald se estaba terminando de decorar. Ellos habían aceptado tener un hogar cada vez que querían ir a visitarlos y su yerno les había cultivado flores, sembrado calabazas y tomates.

Solo faltaba que los padres de Orquídea llegaran al día siguiente para que pudieran verla terminada y quedarse unos días para descansar y así brindar por un nuevo comienzo en un lugar cerca de su hija y sus nuevos familiares.

El sol se había ocultado y la joven colocó un lindo florero en el centro de la mesa para darles la bienvenida cuando apenas entraran.

—¿Qué flores has cultivado? No me lo dijiste —le preguntó su esposa.

—Girasoles por si quieren vender para arreglos florales o cosechar las semillas para producir aceite.

—Pensé que había más.

—Y orquídeas, las conseguí, me costaron su buen dinero, pero las pude traer para cultivarlas en una buena hectárea de campo de tus padres.

—¿Tendremos orquídeas? Qué lindo.

—Sí, son las clásicas orquídeas.

—Son preciosas también.

Ella se puso en puntas de pie y le dio un beso en los labios, los dos salieron de la casa para regresar a la finca en donde los esperaban su hija y los padres de Nathaniel.

El día en que llegaron los padres de Orquídea se sorprendieron y lloraron de felicidad por ver la hermosa casita que le habían construido y los muebles y la decoración que le hicieron también. Se abrazaron con su hija y luego de almorzar en la nueva casa, brindaron como quiso Nathaniel.

Los siguientes días el marido de la joven mujer y su padre comenzaron a planear cómo se irían a distribuir los gastos, las cosechas, los transportes y las ganancias, pero a pesar de que Nate no quería un porcentaje de lo recaudado, Archibald insistió para que su hija tuviera cosas que antes no podían darle, por lo que así, él lo aceptó.

En la temporada alta de verano, en Manitou Springs y en Colorado Springs había mucho turismo y gente que llegaba de otras ciudades y países para montar sets de rodajes para películas o series. Y en Colorado Springs llegó un grupo de personas para filmar varias escenas de una película que se estrenaría en cines en los próximos meses. Colleman estaba saliendo de una tienda de hombres cuando vio el anuncio de que los actores de la película que estaba en la boca de todo el que vivía en la ciudad y en Manitou Springs se encontraban hospedados en un hotel de allí.

La rabia lo embargó de tal forma que apretó los dientes y se encaminó hacia su camioneta para subirse y regresar a su finca. Al llegar y entrar se fui directo al despacho sin mirar a su hija y esposa, ambas se miraron y Felicity levantó las cejas sin entender su actitud tan seria a comparación de la que tenía antes de irse de la casa.

—Iré a hablar con él, ve con Ofe que quizás quiera que la ayudes, ¿sí?

—Sí, mamá —asintió con la cabeza.

Orquídea se dirigió a la oficina de Nathaniel y golpeó la puerta, esperó unos segundos, pero como no le había dicho algo, la abrió y entró.

—Has entrado tan rápido que Felicity ni tuvo tiempo para saludarte, ¿te sucede algo? —le preguntó, pero el hombre se encontraba absorto en sus pensamientos y ella se acercó para acariciarle la mejilla—, Nate —lo llamó y él sujetó la mano.

—Ha vuelto —frunció el ceño y levantó la cabeza para mirarla a los ojos.

—¿La has visto?

—No, pero vi el anuncio de su próxima película que la están rodando en Colorado Springs y se está hospedando en un hotel todo el elenco.

—¿Se lo dirás a la niña?

—Debería, ¿no?

—Te lo recomiendo, por si se encuentran y aunque ninguna de las dos se conozca por foto tú bien dijiste que ella es muy parecida a su madre.

—De acuerdo, se lo diré —dijo apretándose el puente de su nariz—, nunca imaginé que el guionista o director se le ocurriría filmar en Colorado Springs, habiendo tantos lugares más.

—Todo depende de la trama de la película y del tipo de escenario que tenga.

—Lo sé, pero después de tanto tiempo, era impensado que aparezca.

—Te entiendo, pero si bien sabemos que vino por la película, creo que es un buen momento para que los tres pongan un cierre y que sea Felicity quien decida. Si quiere mantener un contacto con ella o no, tú se lo respetarás, como buen padre que sé que eres para ella.

Orquídea lo sujetó de las mejillas y le dio un beso en la boca. Nathaniel se puso de pie frente a su esposa y la abrazó por la cintura para besarla de nuevo mientras que la mujer lo abrazaba por el cuello.

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