🌹XXXVII🌹

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El camino de regreso es ameno y divertido.

Escuchar a mi padre y a sus amigos contar chistes es para morirse de risa.

Al llegar, Yugyeom insiste en tomar algo con la excusa de que hay que celebrar el triunfo. Declino la invitación y, cuando llegamos a mi casa, sin cambiarme ni nada, bajo mi moto del remolque, agarro el trofeo y salgo disparado para la villa, donde
me espera Taehyung.

Cuando llego a la puerta, llamo y, dos segundos después, la enorme puerta
blanca se abre. Acelero mi moto y subo por el caminito rodeado de pinos.

A lo lejos, veo la casa y a Taehyung.
Parece hablar por teléfono. Acelero, hago una derrapada, un trompo y cuando el polvo me rodea, paro la moto, lo miro y levanto mi trofeo,
orgulloso.

-Te lo has perdido. Te has perdido mi triunfo.

Taehyung no sonríe, cierra el móvil, se da la vuelta y entra en el interior de la casa.

Sorprendido por su seca reacción, me bajo de la moto y lo sigo. Me enferma
cuando se pone tan hermético.

En mi camino me quito las gafas y el casco y lo dejo sobre una mesa.

Taehyung está en la cocina bebiendo agua. Espero que regrese antes de
atacar.

-¿Cómo puedes haberte ido sin decirme nada?

-Estabas muy ocupado.

-Pero, Tae... yo quería que estuvieras allí.

-Y yo quería que tú no hicieras esas locuras.

-Taehyung... escucha...

-No. Escucha tú. Si tienes que volver a ir a dar saltos con la moto a cualquier otro lugar, no cuentes conmigo, ¿entendido?

—Valeeeee... pero, venga, no te enfades. No seas un niño.

Mis palabras lo hieren y se enfurece aún más.

-Te dije que no quería que te pusieras en peligro y tú has continuado con tu
jueguecito sin pensar en cómo me podía sentir. Te podías haber matado delante de mis ojos y yo no podría haber hecho nada para impedirlo. Por Dios, ¿cómo puedes ser tan inconsciente?

Se aparta de mi lado. Su reacción me parece excesiva.

-No soy un inconsciente. Sé muy bien lo que hago.

-Sí, claro... no me cabe la menor duda.

— Y, por si fuera poco, encima tengo que soportar a ese tal Yugyeom.

-Ah, no... eso sí que no, guapito -replico enfurecido-. No me parece bien que me reproches lo del
motocross pero, fíjate, ¡hasta lo puedo entender! Pero que me reproches las palabras de Yugyeom, no, ¡eso sí que no!

-¡«Nuestro chico»!, dice el imbécil -farfulla furioso-. No ha parado de hacer comentarios incómodos todo el rato ante mí. Si no le he partido la cara ha sido por respeto a tu padre y al suyo, porque si por mí hubiera sido... -Y antes de que yo pueda replicar, me pregunta-: Dijiste que habías tenido algo con él, ¿Siguen
teniéndolo?

No respondo.

No quiero revelarle lo que Yugyeom me dijo que sabía de él, ni lo que hubo entre nosotros, pero Taehyung insiste:

-Respóndeme, ¿qué ha habido entre ese tipo y tú?

-Algo. Pero fue sin importancia y...

-¿Algo? ¿Qué es ese algo? -exige con voz gélida.

-¿Acaso te he pedido yo a ti un listado de todos tus amiguitos de juegos? -le
pregunto, sorprendido por el cariz que está tomando la conversación-. Si mal no recuerdo, tú fuiste el primero que quiso tener algo conmigo sin...

-Sé muy bien a lo que te refieres. Pero creo que eres lo suficientemente maduro como para entender que eso entre nosotros ha cambiado.

-¿Ah, sí?

Sin cambiar su gesto, gruñe.

-Te acabo de hacer una pregunta. Yo siempre he sido sincero contigo.
Cuando regresé en tu busca me preguntaste si había jugado con Yihyo y yo fui sincero. ¿No puedes serlo tú ahora?

—De acuerdo. Entre Yugyeom y yo ha habido sexo.

-¿Y ahora? ¿En los días que has estado aquí antes de que yo llegara?

-Nada...

-No me lo creo.

-En Seúl me acosté con él, pero aquí no. -Taehyung maldice, y yo prosigo-:
Aquí sólo ha habido un par de besos y...

-Ese tipo no es el típico que se conforma con besos. He visto cómo te miraba y, cuando ha dicho lo
de compartir la cerveza, ¡Dios... lo hubiera machacado!

Enfadado por sus palabras y por cómo me grita, respondo:

-Quizá él no se conformara con besos, pero yo sí. Nunca me he comportado con él como me comporto contigo porque él no es como tú, maldita sea. Y, ¿sabes? Me voy. No quiero escuchar
más tonterías por tu parte o te juro que no te lo voy a perdonar. Cuando te relajes me llamas por teléfono y quizá... sólo quizá yo te perdone el numerito que me acabas de montar.

Dicho esto me doy la vuelta, agarro el casco y las gafas de la moto y aún con el trofeo en las manos salgo de la casa, arranco mi moto y me marcho.

El camino de pinos lo hago con la rabia instalada en mi rostro ¿Quién se ha creído Taehyung para hablarme así? ¿Por qué yo no le exijo nada y él a mí sí?

Cuando llego a la puerta blanca veo que se abre para que salga. Acelero, pero antes de traspasarla, freno de
nuevo y grito de frustración.

Me bajo de la moto y doy un par de patadas en el aire.

Mataría a Taehyung cuando se pone así.

La puerta blanca se cierra tras unos instantes y, durante unos minutos, cierro los ojos furioso mientras me pongo de cuclillas en el suelo.

Taehyung me agota y sus constantes cambios de humor me vuelven loco.
Me desconcierta con sus palabras y
sus hechos.

No sé nunca lo que quiere y menos aún cómo proceder.

De pronto oigo un ruido ronco acercarse. Levanto la cabeza y veo a Taehyung que, con su moto, se
dirige hacia mí. Cuando llega a mi altura, detiene la moto y se baja. Me mira.

-¿Cómo puedes ser tan frío?

-Con práctica.

Resoplo y, sin poder contener mi furia, me levanto del suelo.

-Me desesperas, Taehyung. No puedo con tu manera de ser. A veces te comería a besos, pero otras te mataría. Y ésta es una de esas veces. Siempre te crees el rey del mundo. El rey de la razón. El rey del universo. Eres un cabezón, un mandón, un intransigente y...

-Tienes razón.

Su respuesta me sorprende.

-¿Puedes repetir lo que has dicho?

Taehyung sonríe.

-Tienes razón, pequeño. Me he pasado. He pagado contigo mi nerviosismo al verte saltar con esa
maldita moto y los comentarios nada acertados de tu amigo Yugyeom. -Cuando ve que voy a decir
algo, me interrumpe-: No quiero volver a hablar de ese tipo. Aquí lo importante somos tú y yo. Y por eso iba a buscarte.

Su sonrisa. ¡Oh, Dios...! Su sonrisa.

Qué guapo está cuando sonríe. Sin necesitar nada más, me acerco a él.

-¿Por qué tenemos que discutir por todo?

-No lo sé.

-Discutimos por todo menos por el sexo.

-Mmmm... buen comienzo, ¿no?

Ambos soltamos una carcajada y Taehyung me agarra. Me besa los nudillos.

-¿Sigues enfadado?

-Mucho.

-¿De verdad?

-Con lo que has hecho hoy, me has quitado diez años de vida.

-Exagerado. -Sonrío.

Taehyung asiente, se le oscurece la mirada y cierra los ojos.

-Kook, mi hermana Yewon se mató hace tres años practicando deportes de riesgo. Ella era como tú, una persona joven llena de energía y vitalidad. Un día me invitó a ir con ella y sus amigos a hacer puenting. Lo pasábamos bien hasta que su
cuerda... y... yo... yo no pude hacer nada por salvar su vida.

Aquello es terrible.

Vio morir a su hermana.Lo que me acaba de confesar me hace entender la angustia que ha vivido mientras yo disfrutaba dando saltos y derrapando con el motocross.

Consciente de su dolor, quiero decirle algo, pero se me vuelve a adelantar:

-Ése es el motivo real por el que no pude seguir viendo lo que hacías.

-Lo siento... yo... yo no sabía.

-Lo sé, cariño. -Me abraza con desesperación y murmura-: Ahora sonríe, por favor. Necesito que
sonrías y que no me preguntes por nada de lo que te he explicado. Duele. Duele demasiado y no quiero recordarlo, ¿de acuerdo?

Muevo la cabeza, en un gesto de comprensión y, sin hablar nada más, Taehyung me besa con auténtica pasión.

Sonrío, intento no pensar en la tragedia que me acaba de explicar y me dejo llevar por mi amor.

Minutos después, agarra el trofeo que aún llevo entre mis manos y lo mira.

-Te voy a matar, bebé. Qué rato más malo me has hecho pasar.

-Tae... es motocross, ¿qué esperabas?

Sonríe, me suelta y se sube en su moto con el trofeo en las manos.

-Volvamos a casa, campeon. Vamos a celebrar como se merece tu triunfo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro