[Kummerspeck]

Volvimos al principio como cuando nos conocimos; tu mirar tímido y cansado, yo todo entusiasmado y desconcertado.

—Elizabeth...

Por favor, no llores de nuevo, lamento aparecerme así de repente, pero necesitaba verte. Descubrí que sin ti no podría vivir, eres el aire de mi existir, la batería que me da energía, la fuente de mis alegrías.

Eres única y difícil de conseguir, única y especial como aquellos sueños de hilo de plata.

Como vez, esta vez vengo con una rosa natural, tan única y bella como tú. Estuve buscando por todos lados una maceta, no la iba a arrancar ya que se iba a marchitar y perdería su belleza, la traje como muestra de que este amor es como esta rosa.

Quiero que la cuidemos juntos y florezca hasta formar un hermoso jardín blanco en tu patio, sin embargo, tu hiciste algo más que me dejó con la duda.

Tu respiración era dolorosa , lágrimas salieron desbocadas y solo te tiraste en mis brazos y yo... yo amaba tenerte otra vez.

Llevas un peso emocional que no me dejas ayudar a cargar, no importa lo que sea o lo que fuera, puedo ayudar, solo promete no serme más indiferente como aquellos fríos copos que se pierden entre la nieve.

—¿Por qué regresas?, ¿por qué me quieres ayudar?, ¡¿por qué Meliodas?!

—Porque te amo, Elizabeth.