Tomen su pañuelo aquí

[Ineluctable]

Pasan los días, pasan las semanas; el tiempo avanza y no se para por nada.

Te he visto cada vez más cansada como la luz de una bengala, con cada risa se te hace más difícil respirar, con cada tos mi corazón se parte en dos.

Tu enfermedad está avanzando cada vez más rápido y no te miento cuando te digo que tengo miedo y sigues sufriendo. Perdón por no poderte sacarte de aquí, pero tú no te has querido mover.

Maldita sea, no hay nada que pueda hacer más que recordarte cada día lo mucho que te quiero y lo feliz que puedo ser.

—Meliodas— tu ligera tos me sacó de mis pensamientos —Prométeme algo.

—Claro linda, ¿Qué es?— mantuve una leve sonrisa para no preocuparte.

—Cuando yo muera, promete que te iras de aquí y dejaras ir mi recuerdo— yo amplíe mis ojos, mis labios temblaron mientras negaba una y otra vez.

—Yo... no puedo hacer eso Elizabeth— me miraste con desilusión tomando mis manos con tu frío agarre —No te quiero olvidar.

—Solo quiero que tu continúes con tu vida, no quiero que sufras; por eso te pido que me olvides. Promételo— solo agaché la mirada aguantando las lágrimas amargas.

¿Cómo detener algo inevitable?, ¿Cómo peleo contra algo que no existe físicamente? Me pides algo imposible y sí dejas de existir... no podría olvidarte, sería tan difícil como recordar a quien no he conocido.

Te miré a los ojos asintiendo levemente, pero yo he cruzado los dedos. Perdón, pero no te puedo prometer eso.