[Ojalá]

Sus palabras hacían eco en mi cabeza, su mirada ilusa y al perecer encantada, tenía un hermoso rostro debo admitir y un cuerpo para morir, pero no eres tú...

—Piénselo señor Demon, sin duda estas obras serían un éxito. Tiene un gran potencial para plasmas los sentimientos y eso es verdaderamente hermoso al igual que estos retratos — amplio una sonrisa carmín admirando lo que tu un día fuiste —Venga conmigo a la capital, yo preparé un...

Dije que no me vería tentado por otras rosas y menos las rojas; no hay más comparación, no más rimas, ni frases abismales, solo palabras directas y claras.

—No me interesa— fue lo que dije y solo salí de la casa, ¿Quién deja a una desconocida en tu propiedad?, la verdad me importa poco, todo te lo llevaste tú, pero...

¡¡Carajo!!, siempre me lo advertiste. Me trataste de alejar y yo necio insistía como masoquista un poco de dolor para aprender a vivir... Tú no tienes la culpa de mi sufrimiento, tú lo hiciste todo para hacerme feliz y ahora me abriste las puertas a otros lados; aun así, existe el miedo, ¿a qué?, ¿al exterior?, ¿a lo nuevo?, no... tengo miedo de perder tu recuerdo.

El fantasma de tu sonrisa me asusta en las mañanas más que cualquier monstro bajo la cama, simplemente no quiero que se valla, sin embargo, poco voy a entender que tú te fuiste y yo también tengo lo que hacer, pero me duele tener que hacerlo. Yo solo me quite los zapatos para caminar en ese suelo afilados creyendo que iría más rápido.

Suspiré, no dejaría que tus esfuerzos por mi sean en vano por mis caprichos y mi terquedad; sí es algo de ti, lo voy a aceptar.

Tal vez afuera me distraiga que no estas, pero tengo miedo a buscarte en cualquier lugar; ojalá te pueda superar, pero ten por seguro que no te voy a olvidar.