27

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Con una última mirada hacia la puerta por donde Yoongi había salido, Jimin dejó que su sonrisa se desvaneciera. El juego estaba en marcha, y él estaba preparado para llevarlo hasta sus últimas consecuencias, sin importar cuán oscuro pudiera volverse el camino.

Jimin había delineado su plan con precisión quirúrgica, cada movimiento cuidadosamente orquestado para asegurar su control sobre los gemelos Min. Sin embargo, un problema persistía en su mente, uno que no podía ignorar: Kai. Ese entrometido había estado husmeando demasiado cerca de sus secretos, y Jimin sabía que, si no lo detenía a tiempo, todo lo que había construido se desmoronaría.

Kai no era como los demás. Desde el principio, había sido una presencia molesta, siempre al acecho, siempre observando. Era inteligente, perceptivo, y lo peor de todo, estaba motivado por una razón que lo hacía aún más peligroso: proteger a los gemelos Min de sufrir el mismo destino que su hermana. Kai había sido testigo de lo que Jimin le había hecho a ella, de cómo la había manipulado y destruido poco a poco. Había jurado que no permitiría que eso sucediera de nuevo, no con los gemelos.

—Ese maldito Kai. —murmuró Jimin con un rastro de frustración en su voz mientras caminaba por la sala.

Sabía que Kai estaba dispuesto a todo para desenmascararlo, para exponer la verdad antes de que fuera demasiado tarde. Jimin había intentado mantenerlo a raya, disuadirlo con amenazas veladas y falsas sonrisas, pero Kai no se dejaba intimidar. Al contrario, cada intento de Jimin por frenarlo sólo parecía hacerlo más decidido a proteger a los gemelos.

Jimin sentía una mezcla de rabia e inquietud cada vez que pensaba en Kai. Había logrado infiltrarse en la vida de los gemelos con la sutileza de una serpiente, y ahora estaban completamente bajo su influencia. Pero Kai, con su determinación inquebrantable, amenazaba con destruir todo. Había algo en él, algo en la manera en que lo miraba, que le hacía pensar que Kai sabía más de lo que dejaba ver. Y eso lo ponía nervioso, lo hacía sentir que el control que tanto valoraba podría estar resbalando de sus manos.

El verdadero problema radicaba en que Kai no estaba actuando por simple curiosidad. Lo hacía por los gemelos, por un sentido de lealtad y justicia que Jimin no podía comprender del todo. Kai había visto lo que les pasó a su hermana y no permitiría que se repitiera la tragedia. Y esa convicción, ese deseo de proteger a los gemelos a toda costa, lo hacía imparable. Era como un perro guardián, dispuesto a morder a quien se acercara con intenciones maliciosas.

Jimin sabía que la situación era crítica. Si Kai lograba convencer a los gemelos de la verdad, todo se arruinaría. No solo perdería el control sobre ellos, sino que también se expondría a Yoongi y a Agust, a todos los demás. No podía permitir que eso sucediera. Kai debía ser neutralizado, pero hacerlo sin levantar sospechas sería un desafío. No podía simplemente eliminarlo; tenía que ser más astuto que eso.

Consideró diferentes opciones, sopesando los riesgos y beneficios de cada una. Tal vez podría desacreditar a Kai, hacer que pareciera el villano como hasta el momento había hecho.

Jimin sabía que tenía que actuar con rapidez y precisión. Kai era una amenaza que no podía permitirse ignorar. Si no lo detenía ahora, todo su plan se desmoronaría. Y eso era algo que Jimin no estaba dispuesto a permitir. Kai podía estar dispuesto a todo por proteger a los gemelos, pero Jimin estaba dispuesto a ir aún más lejos para asegurarse de que su control sobre ellos permaneciera intacto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro