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—¿Así que has estado mudándote toda la vida? —preguntó Yoongi.

—El trabajo de papá hace que nos mudemos todo el tiempo. —respondió Jimin. —pero ya me acostumbré a ello.

—¿En qué trabaja tu papá? —preguntó está vez Agust.

—Es asesor de ventas. —contestó. —es el mejor por lo cual a las sucursales de la empresa lo mandan por temporadas a qué les ayude a mejorar.

—Debe de ser difícil y aburrido mudarse cada vez. —habló Yoongi.

—Es claro que sí Yoongi deja todo atrás. —mencionó Agust.

—No es difícil. —sonrió. —como les dije ya me acostumbré, es por ello que no suelo hacer amigos.

Los gemelos ya no dijeron nada y Jimin tampoco, las clases fueron lentas y aburridas a la salida Jimin vio que quien lo esperaba era Yoongi y no Agust.

—¿Y Agust? —le pregunto Jimin.

—Él tiene ensayo con su banda. —respondió Yoongi. —llegará a la casa como a las diez.

—¿Banda? —sonrió. —no sabía eso, bueno desde nuestra última conversación dijeron que Agust era más de música, pero no que estaba en una banda.

—Él es el guitarrista y la voz principal. —se encogió de hombros.

Ambos comenzaron a caminar para ir a casa, mientras hablaban, Yoongi en toda la plática se dio cuenta de que Jimin no era un mal chico y también pudo notar que era algo bonito.

—¿No te pone celoso que tu hermano esté rodeado de muchas chicas y chicos por su banda? —preguntó Jimin. —lo digo porque te pones muy celoso y posesivo con él.

—Él hace lo que le gusta y yo lo que me gusta. —respondió calmado.

—Ya veo. —asintió Jimin. —por un momento pensé mal sobre ustedes. —se detuvo. —pero ya me lo aclararon los dos, tal vez pensé mal, ya que nunca socialice con nadie.

—¿Qué pensaste? —le dijo. —claro si puedo saber.

—Parece que tuvieran una relación. —comenzó a caminar. —y que tú eres ese novio tóxico que no deja que te hagas amigos, pero lo único que haces es cuidar a tu hermano.

Yoongi no dijo nada y solo siguió su camino a casa, por pedido del pálido Jimin almorzó en su casa, ambos chicos miraban la televisión mientras comían unas golosinas. Yoongi miro la comisura del labio del castaño el cual tenía un poco de chocolate por lo cual llevó su pulgar a esa zona para limpiarla, pero se detuvo al ver la mirada del menor sobre la suya, el pelinegro vio sus labios y no pudo evitar besarlo, al alejarse vio como el menor desviaba la miraba y él se sorprendió por lo que hizo.

—Jimin yo no sé lo que pasó. —dijo nervioso.

—Acabas de robar mi primer beso. —hablo Jimin. —eso pasó.