Sucker 4u

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Tres semanas habían transcurrido desde la fiesta de Hobi, sorprendiendo al omega que los hechos que para el habían transcurrido hacía unas pocas horas, en realidad, pronto se convertirían en un mes.

"Jack in the box" había sido un completo éxito entre ARMY y el público general, y YoonGi no podía estar más que feliz por ese hecho.

HoSeok no se merecía nada menos que tanta gente demostrándole su amor luego de tanto esfuerzo físico y mental.

Se alegraba profundamente por su mejor amigo. El omega no deseaba nada más que su felicidad y la de todos los alfas a los que adoraba profundamente.

Y allí justamente se encontraba el problema principal.

YoonGi no comía, no dormía ni tampoco podía concentrarse en nada que no fuera pensar en cuanto la había cagado con el alfa de jaguar.

No podía descansar tranquilamente sin rememorar esa noche, no podía trabajar en su estudio en paz sin pensar como había podido ser tan tonto.

Tantos años componiendo canciones que salían como versos que le ayudaban a aclarar el caos que su mente representaba, tantas ocasiones en las que la música había sido su mayor vía de escape, de descarga pulsional y de frustraciones en su vida, que ahora no podía poner una mísera melodía que terminaría enlazando letras de despecho.

Sobre pensar cada actitud estaba llevándole al borde de una neurosis.

YoonGi notaba que se encontraba como en una especie de nube en donde no terminaba de estar presente en ninguna situación particular.

Sus amigos se habían dado cuenta de su estado, pero ninguno había sido capaz de lograr sonsacarle ni media palabra. Primero porque el omega quería evitar que se generaran mayores disturbios entre ellos.

Los alfas nunca se habían peleado entre sí, pero estaba seguro que una palabra o una idea incorrecta podía generar que su hermosa familia cayera en pedazos como la ciudad de Troya.

YoonGi no quería ser aquella manzana de la discordia que hiciera que todo lo que habían construido durante años, quedara completamente destruido.

Además, que los alfas ni siquiera le darían tiempo a JiMin de poder explicarse.

Simplemente se limitarían a escuchar e idear lo que quisieran, justificando cualquier acto en pos de un "bien" del omega, cuando en realidad él había sido el culpable de su alejamiento con el Park.

Por qué él lo había causado.

¿Verdad?

Y exactamente... ¿Qué era lo que había generado?

YoonGi sintió la necesidad de tirar de todos sus suaves cabellos castaños. ¿Qué demonios estaba pensando? ¡Había vuelto a perderse en sus cavilaciones!

Y lo peor de todo era que parecía no llegar a ningún tipo de conclusión.

¿Qué era lo que había sucedido entre el alfa y él?

—Hyung. — Le llamó una voz.

¿Por qué habían terminado las cosas así entre ellos?

—YoonGi- hyung. — Insistió.

¿Realmente habían terminado?

O más bien...

¿Cuándo habían comenzado para siquiera tener una relación?

—¡Omega! — El alfa chasqueó sus dedos en frente del castaño, llamándole la atención.

—Mocoso. — Respondió el Min al fin. —Ten más respeto por tus mayores. —Murmuró con desgano.

JungKook le miró raro. — Hyung, ¿Estas bien? —Preguntó haciendo caso omiso de las palabras anteriores.

Un intento de falsa sonrisa se posó en los labios del omega. — Claro...— Musitó — ¿No se me nota? — Su sarcasmo salió a la luz antes de siquiera pensarlo.

—Ajam. —El alfa se cruzó de brazos.

— ¡Estoy en perfectas condiciones, JungKookie! — Esbozó, fingiendo alegría. Sin embargo, lo amargo de sus feromonas le traicionaron.

Jeon disimuladamente se rascó la nariz, ¡No era nada personal contra el Min! De hecho, muchas veces había disfrutado de la dulce fragancia del omega, pero desde hacía un tiempo, la mayoría de los aromas le resultaban poco satisfactorios a su alfa.

Salvo por el de alguien en particular.

Alguien que JungKook se estaba tomando demasiado trabajo en evitar, y sin embargo, terminaba encontrándoselo hasta en la sopa.

—Te creo, hyung. — Mintió rápidamente.

Ambos se miraron para luego suspirar sonoramente.

—Tú primero, mocoso. —Accedió el mayor.

—No lo entenderías ni, aunque tratara de explicarlo. — Se rascó la nuca.

— Pruébame.

— Ni siquiera yo termino de comprenderlo. —Se sinceró.

Jeon JungKook nunca podría comprender cómo su alfa y el destino atentaban contra la naturaleza misma al tener sentimientos por alguien de la misma casta.

¿Cómo demonios podía aceptar que estaba enamorado de otro alfa?

No tenía sentido alguno negarlo, ni tampoco tenía claro por qué la vida estaba jugándole una mala pasada.

¡Qué va!

Sus días parecían salidos de una mala comedia romántica en donde el protagonista no hacía más que deambular con el corazón roto, ya que su amor estaba condenado desde su concepción.

—Inténtalo—Se encogió de hombros—Creo que te sorprenderías. —Señaló con una mueca en su rostro.

—Estoy enamorado. —Aceptó, sintiendo como su pecho dejaba de sentirse pesado.

Min relajó su postura al escuchar esa declaración, sorprendiéndole que el joven hubiera sido tan directo. Jamás se lo habría esperado del alfa, pero al parecer, JungKook había crecido y madurado no sólo en lo físico, sino también en su madurez.

— ¡Eso es algo hermoso, JungKookie! — Se apresuró a responder mientras Jeon negaba.

—Nunca tuve más miedo en toda mi vida, hyung. —Se sinceró. —No sé qué hacer con estos sentimientos.

Estar enamorado le envolvía desde la cabeza hasta los pies.

Estar enamorado era un sentimiento de adrenalina que le recorría todo el cuerpo, comenzando por su cerebro, generando un millón de escenarios donde él y su persona especial podían amarse sin penas ni dolores.

Estar enamorado lo dejaba expuesto al vértigo de emociones de las cuales no tenía voz ni voto.

Estar enamorado era sumergirse en un mundo en el que no tenía control absoluto, un lugar donde se sentía al desnudo con sus emociones, las cuales no sabía manejar.

Estar en su presencia hacía que su corazón latiera con mayor rapidez, que sus manos sudaran, que sus pensamientos se desordenaran y su boca emitiera un sinfín de balbuceos sin sentido.

JungKook era esclavo de sus palabras, atado bajo la presencia de otra persona, a merced de sus deseos y en la búsqueda de lograr su felicidad, por encima de la propia.

YoonGi asintió a sus dichos, sintiendo que estas tocaban una fibra sensible de su persona. Sin darse cuenta, se tocó el pecho a la altura de su corazón. —Creo que te entiendo más de lo que debería, JungKookie.

Jeon asintió, no hacía falta que el castaño emitiera palabra alguna para tener una idea de quien se trataba. —Lo sé. —Admitió. —No eres demasiado bueno mintiendo, hyung. —Sonrió, gesto que el omega compartió.

— ¿Tanto se me nota? —Inquirió.

—Demasiado para quienes te conocemos.

YoonGi suspiró. —Creo que fastidié todo sin ser consciente. —Reflexionó.

—Creo que tenemos mucho en común.

—Es difícil hablar de ello. — Min YoonGi, un rapero que se jactaba de ser uno de los mejores de su generación, sentía vergüenza al no poder expresarse libremente al respecto de sus sentimientos.

—Super complejo, hyung. — Muchas cosas estaban en juego, pero lo principal eran sus corazones.

—Estaba pensando en mudarme al polo norte y hacer un concierto allí con los pingüinos. —Bromeó.

—Si a todo, hyung, —Aceptó. —Menos al divorcio.

—Ojalá las cosas fueran tan simples, mocoso. —Se quejó. — Realmente no sé qué hacer JungKookie.

—Creo que nuestro problema está en no hacer nada para cambiar nuestras situaciones.

Sabían que la sociedad hablaría sin importar que hicieran o dejaran de hacer, pero así también sabían que tenían a ARMY para protegerlos de cualquier mala fama que las personas pudieran intentar formar de ellos.

Pero su principal miedo era a terminar con el corazón destrozado.

—Y supongo que ninguno de los dos tiene la valentía para enfrentar lo que nos sucede. —Resaltó el mayor.

Ambos se quedaron en silencio durante unos momentos, cada uno metido en sus propias ideas, cuando Jeon rompió ese clima.

— ¿Realmente...—Comenzó— ¿Tan malo sería...? — La pregunta quedó atravesada en su garganta. —Es decir...

— ¿Qué podría ser peor? —Terminó el Min. — Pues, además del hecho de que las cosas se harían completamente incomodas luego de un rechazo, —Numeró. —También el compromiso de la otra persona de corresponderte. —Hizo una mueca. — Y ni hablar de perderle por haber sido tan tonto de confesar un enamoramiento.

Y allí había llegado a otra encrucijada.

¿Qué cambiaría con la situación actual?

JiMin y él no se hablaban.

El alfa le evitaba por sobre todas las cosas y no había poder sobre la tierra que hiciera que el rubio permaneciera más de dos segundos en una misma habitación que el Min, cosa que hacía que su lince se sintiera dañado y su pecho doliera ante el rechazo.

—Hyung. — JungKook pudo sentir el dolor en sus palabras. —Entiendo lo que dices, — Hizo una pausa—Pero, aun así, la idea de que todo lo que podría ganar es una tortura mayor que mis miedos constantes.

¿Qué sí todo el mundo que se estaba haciendo, qué sí todas las trabas que ponía para evitar a TaeHyung, y todas las excusas que se inventaba a diario, qué pasaría si todo se solucionara hablando con el otro alfa?

— ¿Has estado yendo a terapia, JungKookie? — Acarició su cabeza como sí se tratara de un perro. —Bien por ti.

—Te estoy hablando en serio, YoonGi-hyung. — El menor se apretó el puente de su nariz. Su querido amigo podía ser tan listo a veces, pero tan tonto cuando se trataba de expresar sus sentimientos. —Al menos dime sí no lo has pensado alguna vez.

—Cada maldito momento. — Reconoció.

Cada segundo que pasaba, el omega se abrumaba sobre preguntas de ¿Qué sucedería sí?

Llegando a una conclusión: El "hubiera" era el peor enemigo de las personas que sufrían ansiedad.

Había logrado superar tantos obstáculos a lo largo de su vida, y le daba pánico volver a estancarse en esa etapa.

No quería volver a ese pozo oscuro de lo que tanto le había costado salir.

Y también estaba otra interrogante.

No sabía las intenciones que el alfa tenía para con él, ni tampoco lo que pediría a cambio.

Adoraba al jaguar con todo su corazón. ¡Estaba completamente seguro de ello!

Park JiMin tenía todo lo que hacía que Min YoonGi se alborotara con su simple presencia.

No era consciente de cuando las cosas entre ellos se habían mezclado lo suficiente como para que, algo que en un comienzo había sido amistad y compañerismo de banda, se había transformado en algo mucho más profundo que le dejaba en vela durante las noches.

No podía continuar ignorando lo que su alma se había empecinado en demostrarle.

"— ¿Me quieres lo suficiente como para renunciar a ellos, por mí? —"

JiMin sólo tenía que pedirlo para que YoonGi lo inventara.

Pero no estaba seguro de a qué se refería con esa frase.

¿Park pretendía que se alejara del resto del equipo?

Por mucho que YoonGi le quisiera, no se alejaría de quienes consideraba su familia.

Sin importar que su corazón se destrozara ante la lejanía del alfa.

—Lo haré sí tú lo haces, hyung. —Propuso el menor.

— Estás loco, JungKook. — Respondió con seguridad.

Su mueca de indignación provocó risas en el Min, sin embargo, no dió el brazo a torcer.

—¡Hyung! — Se quejó — ¡Te estoy dando la oportunidad de ser tu propio jefe en cuestiones amorosas!

— ¡Justamente por eso es que no pretendo caer en ningún tipo de estafa piramidal! — Se justificó.

—¡Está bien! — Aceptó. — Pero ten presente que sí no hacemos algo, — comenzó — Sí no tomamos lo que nos pertenece, alguien más puede hacerlo. — Advirtió. — ¿Estarías de acuerdo con eso? — Su lince mostró los dientes en respuesta mientras la imagen de Jessie se formaba en su mente. JungKook pudo notar el aura de furia que invadió al mayor y sonrió conforme. — Eso pensé, hyung... Así que, yo que tú, pondría manos a la obra.

YoonGi volvió a mirar su reflejo en el espejo, alisando nuevamente su vestimenta.

El día de hoy llevaba unos shorts livianos de color crudo y una blusa negra holgada que dejaba entrever sus clavículas.

Acomodó sus rizos castaños y terminó por colocar algo de brillo en sus labios.

Todo se debía porque estos se encontraban algo lastimados y nada tenía que ver con ir en búsqueda de cierto alfa, ¡Por supuesto que no!

El omega sólo había elegido prendas cómodas al azar, y para nada se había pasado horas imaginando el look perfecto para cautivar a nadie. ¡Pff!

Feliz con su aspecto, salió de su habitación rumbo a su nuevo destino.

Comenzó su búsqueda dentro de la sala principal y la cocina, fallando en el primer intento.

Luego continúo con la habitación del rubio, en donde tocó varias veces sin recibir ningún tipo de bienvenida, además de no poder escuchar ningún ruido proveniente del interior.

El omega no pudo evitar que una mueca se formara en su rostro.

YoonGi realmente deseaba creer que todo no era más que una mala coincidencia y no que realmente el rubio no deseaba verle ni en figuritas.

—Tonto alfa. —Murmuró entre dientes, incapaz de evitar el dolor de su pecho ante el rechazo. ¿Tan difícil era estar cerca suyo?

—Auch. —Esbozó una voz a sus espaldas. —Rompes mi corazón, dulzura.

—¡Hyung! — YoonGi se dio media vuelta para encontrarse con un Kim SeokJin que lucía demasiado apuesto para su salud mental, vistiendo unos jeans rotos y una camisa veraniega que estaba abierta en los primeros botones. —¡No me refería a ti! — Sus mejillas adquirieron un lindo color rosa al haber sido descubierto.

Jin rio suavemente al notar la reacción en el menor, y aprovechando que este se encontraba distraído, se acercó lo suficiente como para depositar un ligero beso en su pómulo derecho, volviendo a sorprenderle y aumentando el sonrojo en el omega.

—Hola bonito. — Saludó con frescura, mientras YoonGi permanecía estoico en su lugar. —Dime, ¿Quién es el causante de tanto enojo un sábado por la mañana? —Preguntó divertido.

—¡N-nadie en particular! — Murmuró entre dientes, tratando de que sus nervios no le traicionaran.

El alfa de oso le miró divertido mientras notaba la mentira del menor.

Sí tan sólo, el pequeño lince supiera que arrugaba la nariz cada vez que un engaño salía de sus labios, ni siquiera intentaría hacerlo, pero a la vez era tan tierno cuando lo descubría.

—De acuerdo. —Aceptó, siguiéndole el juego. —Por cierto, ¿Qué estabas haciendo? —

—Pues nada, sólo estaba paseándome por los pasillos. — Volvió a mentir.

—Ah...—Respondió de forma quedada. —Supongo que nada tiene que ver con cierto rubio que duerme en esa puerta de atrás, ¿Verdad?

YoonGi estuvo a punto de hacer un agujero en el suelo y esconder su cabeza para siempre, con tal de poder salir ileso de esa situación.

—¿Yo? —Preguntó? —¿Por qué haría algo así? — Se rascó los brazos. — JiMin y yo no tenemos nada que ver.

¡Bingo!

SeokJin ensanchó su sonrisa al notar aquello.

¡Oh, pequeño y bello mentiroso!

Los ojos del omega habían brillado en el momento en que el Park entró en la conversación.

SeokJin se sintió un completo tonto al no haberse dado cuenta de ese detalle en particular.

YoonGi jamás le había mirado a él de la misma forma en que lo miraba al alfa de jaguar.

—¿No era que estaban trabajando en una canción juntos? — Presionó al menor, mientras notaba como el lince tragaba grueso.

—¡Si! — Se apresuró a responder. — Ah, ¡Lo había olvidado completamente, hyung! — Se rascó la nuca. — Era por eso que estaba por aquí, —Se mordió la lengua accidentalmente. — Por casualidad, ¿No le has visto? —

No pudo evitar sentir celos al respecto, pero su cariño por el Min era realmente sincero.

Kim SeokJin había aprendido que el amor verdadero era aquel que deseaba la felicidad del ser querido por sobre todas las cosas, inclusive, de sus más egoístas deseos de retenerlo a su lado.

El alfa negó suavemente, haciendo el omega volviera a desilusionarse —Lo siento, dulzura. — Se disculpó. YoonGi estuvo a punto de responderle, pero el mayor se adelantó. —Pero sí estoy camino a buscar a TaeHyung.

Min estuvo a punto de dar saltitos de felicidad. ¿Cómo no lo había pensado antes?

Sí había alguien que sabía cómo, cuando y donde sobre Park JiMin, ese era Kim TaeHyung.

—Te acompaño. — Se apresuró a responder.

El camino hacía la habitación del alfa de tigre se hizo ameno entre algunas charlas triviales en donde ambos habían quedado de acuerdo para volver a ir de pesca juntos, actividad que se les daba de maravilla.

El omega estuvo a punto de tocar la puerta, cuando notó que esta estaba algo abierta, y sin poder evitarlo, logró escuchar parte de la conversación que se estaba dando a curso en ese momento.

—Di la verdad, Minnie. — Habló TaeHyung. — ¿No crees que estás yendo demasiado lejos con todo esto? —Su voz sonaba cansada y hasta logró escuchar un suspiro por parte del Kim.

—No. — El tono de voz que había utilizado el jaguar hizo que la piel del omega se erizara por completo. — Tae, tu bien sabes lo complicadas que pueden ser las cosas. — Explicó. — Sí realmente quiere algo conmigo, me buscará porque así lo desea y no por ningún otro motivo.

—Aun así, estás comportándote como un niño caprichoso, —Continuó el alfa de tigre— No puedo evitar pensar lo sencillas que serían las cosas sí pudieras ser más sincero con lo que deseas.

—Es que allí está la cuestión, Tae Tae. — Respondió el rubio. —No estamos hablando de mis deseos.

Min deseó continuar escuchando durante más tiempo aquella extraña conversación que ambos estaban teniendo cuando un leve carraspeo sonó a sus espaldas.

YoonGi tragó grueso, notando que había quedado como un completo chismoso y se apresuró a tocar la puerta, alertando a los jóvenes de su presencia.

—Hyung. —Saludó Tae con una sonrisa para luego envolverlo en un suave abrazo.

—¡M-Mocoso! — Se quejó. — ¡Q-quítate! — Ordenó. — No me dejas respirar, TaeHyung. — Más que los fuertes brazos del tigre, era la penetrante mirada del jaguar la que no le dejaba pensar con claridad.

—Aguafiestas. — Tae le sacó la lengua de forma burlona, para luego volver a su lugar. —SeokJin- hyung, hoy estás más guapo de lo normal. — Bromeó.

—No sé de que te sorprendes, TaeHyung. — Respondió siguiéndole el juego. —Ya sabes lo que ARMY dice, mientras más añejo el vino, más rico es su sabor. — Ambos rieron ante las ocurrencias del mayor del grupo.

—Nunca cambies, hyung, por favor. — Pidió, mientras calmaba su risa. —Ahora, ¿En qué puedo ayudarles?

—TaeHyunggie, necesito que me ayudes con un proyecto que tengo en mente. — SeokJin se cruzó de brazos. — Tengo una invitación para un desfile de Dior en pocas semanas y quiero practicar como caminar en la pasarela, ¿Puedo contar contigo?

—¡Claro que sí, hyung! —Respondió con una sonrisa. — Podemos ir en este momento sí quieres. —Se ofreció.

—¡Perfecto! — El alfa de oso dio un paso hacía atrás, seguido del tigre.

—YoonGi-hyung. —Le llamó el Kim menor a propósito. —¿No vienes?

El castaño tragó grueso, aun con su mirada perdida en la del rubio, buscando las palabras adecuadas para poder quedarse un momento más con el jaguar a solas, sin que se generara ningún malentendido con los demás presentes.

—Yoonie tenía que ver unos asuntos con el sobre la canción que están componiendo juntos, ¿Verdad? — SeokJin le guiñó uno de sus ojos al omega, quien agradeció profundamente su ayuda.

—Así es. — Aceptó rápidamente. —Sólo sí JiMinnie tiene tiempo, claro. —Carraspeó suavemente, pidiendo internamente que el alfa aceptara verle.

JiMin se encogió de hombros en forma de respuesta. —De acuerdo.

—Bien, siéntanse como en su habitación chicos. — Murmuró TaeHyung antes de retirarse y cerrar la puerta de la habitación.

Un pequeño silencio incomodo se hizo presente entre ellos.

YoonGi se rascó la nuca, tratando de pensar como comenzar a decir todas las palabras que tenía rondando en su mente.

El gran problema era que parecía que todas las ideas con las que venía se esfumaron al estar en presencia del alfa.

Min no podía evitar en perderse en esas hebras rubias que acariciaban su rostro, sus pómulos firmes, sus labios que parecían invitarlo a besarlos, sin contar las prendas que el alfa llevaba, unos pantalones deportivos negros y una musculosa gris, que dejaban entrever sus trabajados músculos.

JiMin pareció darse cuenta de la idea de sus pensamientos, sonriendo de manera provocativa al sentir que la habitación comenzaba a llenarse de las feromonas del Min.

—¿Te gusta lo que ves, hyung? — Preguntó de manera altanera mientras tomaba asiento en uno de los sillones de la recamara.

Park pensó que el Min se negaría como de costumbre, sin embargo, se encontró con un castaño asintiendo a sus palabras.

—Si. — YoonGi se mordió sus labios, rogando no arrepentirse luego de sus dichos.

La mirada del alfa se oscureció ante la afirmación del contrario.

JiMin se había prometido mantener sus garras alejadas del Min, pero tampoco podía controlarse lo suficiente sí este se presentaba de buena gana en bandeja de plata.

—Sí quieres puedes hacer más que simplemente mirar, Min. — Le provocó.

—¿Así como qué, específicamente, Park? — Continuó el castaño mientras se acercaba lentamente al alfa.

—Así como todo lo que tú quieras hacer, omega. —Se sinceró mientras se deleitaba con las finas piernas del omega, acercarse lo suficiente hasta quedar a pocos centímetros de distancia.

Sin previo aviso, YoonGi se sentó a horcajadas sobre el menor, aferrándose al cuello del rubio. Instantes luego, sus respiraciones se encontraban a milímetros de distancia, conjugándose en una sola.

—Te he extrañado, JiMinnie. — Murmuró sobre sus belfos, sin tocarlos.

—Lo sé. —Respondió feliz. —Era la idea, Gigi. — JiMin recibió un leve tirón de cabellos ante su respuesta.

—Eres un tonto, Park JiMin. — Declaró el omega.

—Pero soy un tonto por ti, Min YoonGi. — Se sinceró. 

Esa declaración hizo que el mayor se decidiera a estampar sus labios sobre los contrarios, sorbiendo enérgicamente el sabor de la perdición de su consciencia, el atrapante dulzor de la lujuria llenando su sistema hasta que no quedara nada en su interior que no fuera llenado por la presencia del alfa.

El rapero gimió al sentir como los fuertes brazos del rubio se aferraban a su cintura, acercando sus cuerpos aun más, notando como la erección del menor comenzaba a formarse bajo su trasero, haciendo que la excitación se disparara como una droga sobre su organismo.

Ambos se separaron para tomar aire, el tiempo suficiente como para que sus miradas se cruzaran y sonrieran ante la visión de sus mejillas sonrojadas y sus labios hinchados por la demanda de sus besos.

JiMin no dejó pasar mucho tiempo para volver a atrapar al mayor en la red de su lengua, disfrutando al sentir como el cuerpo del omega comenzaba a desarmarse bajo su toque.

YoonGi se removió sobre el gran pene que se encontraba debajo de sí, causando varios suspiros de placer por parte del menor, a lo que el alfa respondió deslizando sus manos por debajo de las prendas del Min.

El mayor comenzó a gemir suavemente al notar como los besos del alfa se desviaban hacia su cuello, específicamente el lugar donde se encontraba su centro de feromonas, suspirando al sentir como los colmillos del rubio rozaban ese lugar.

—Muero por dejar mi marca allí, Gigi. — Esbozó de manera seductora, mientras continuaba su hilera de caricias por debajo. Min decidió guardar silencio, porque sólo la diosa luna sabía cuanto se moría por probar lo que se sentiría ser marcado por él. — El día en que descubras que puedes tener todo el universo a mi lado, ese día rogarás por pertenecerme.

Un pequeño grito se escapó de su boca al sentir como una de las manos del bailarín comenzaba a colarse por sus piernas, lo suficiente como para llegar a su pene que se encontraba atrapado entre sus shorts.

—J-JiMin-aaah. —Gimió.

—Estás tan mojado. — YoonGi asintió, mientras continuaba restregando su entrada contra el falo del contrario, que gracias al holgado pantalón, podía continuar agrandándose sin lastimarse. — Mírate, estás a punto de ronronear como un gatito, Gigi.

—A-Alguien...— Trató de pronunciar. —Alg-guien podría v-venir.

—¿Y qué con eso? —Preguntó, mientras se tomaba el tiempo de levantar la blusa del Min lo suficiente como para poder morder uno de sus adorables pezones color crema. El rapero sintió que el mundo comenzaba a dar vueltas, quedando solo las caricias del alfa como lo único que le importaba realmente. — Comienzo a pensar que pones tontas excusas para apresurar las cosas o cuando estás nervioso, cuando en realidad te mueres porque te posea, omega. — Un nuevo gemido se escapó de su boca. —Tan sólo tienes que pedirlo, hyung. —Ofreció. —pídelo y me enterraré en ese precioso culo que tienes. — JiMin movió una de sus manos hacía el dobladillo del short del mayor lo suficiente como para acariciar la entrada del Min, sorprendiéndose al encontrarle tan húmedo y listo para recibirlo.

—¡H-Hazlo! — Pidió, mientras sentía como una falange del Park se introducía en su interior.

YoonGi alzó sus caderas como para profundizar los embistes contra el dedo, a lo que el rubio respondió agregando otro digito.

—Estás demasiado húmedo. — Gruñó. YoonGi respondió mordiendo sus labios y llevando sus manos hacía el elástico de los pantalones holgados del menor, corriéndolos lo suficiente como para liberar la erección del rubio.

Volviendo a admirar el pene del alfa, tragó grueso, pensando en realmente como había sido capaz de soportar todo eso en su interior.

Por suerte, luego de su encuentro había estado practicando.

Sin que el rubio se lo esperara, el omega se levantó lo suficiente como para que los dedos del menor se retiraran de su interior, para luego auto penetrarse con el miembro del Park.

Ambos gimieron profundamente ante la intromisión, aguardando el tiempo suficiente como para que el rapero pudiera acostumbrarse al tamaño del jaguar.

—¿Me extrañaste gatito? —Preguntó de forma seductora.

—N-no me hagas d-decirlo en voz alta, a-alfa. — Murmuró el Min, a punto de morir de la vergüenza y placer por igual.

—No te preocupes, bonito. —JiMin se aferró a sus caderas. — Tu secreto está a salvo conmigo.

Lentamente, ambos comenzaron a moverse en sintonía, buscando cada vez mayor contacto.

El alfa logró encontrar rápidamente el lugar exacto en donde se encontraba la próstata del mayor, rozándola en cada embiste. Los movimientos eran tentadoramente lentos pero lo suficientemente fuertes como para hacer que ambos se sintieran a punto de desfallecer rápidamente.

JiMin liberó el pene del omega, acariciándolo al compas de sus estocadas, mientras que el Min acariciaba sus pezones, todo bajo la atenta mirada del rubio.

YoonGi se deleitó bajo la sensación de ser amado por el menor, se sintió derretirse completamente bajo su toque, y se preguntó que tan malo sería sentir eso cada noche, cada día, cada momento de su vida, por el resto de sus días.

Abrió sus ojos para encontrarse con la visión del alfa que le miraba sonrojado, mientras depositaba suaves besos por su rostro y cuello, deteniéndose en sus belfos para absorber sus gemidos.

Su corazón dolió, mientras un nuevo pensamiento surgió.

Su lince chilló ante la nueva determinación, apoyando la idea del humano.

El rapero comenzó a marcar un ritmo de embistes más rápido, buscando su ansiado orgasmo y el del alfa que estaba montando.

El bailarín comprendió rápidamente lo que necesitaba, por lo que le tomó de las nalgas y comenzó a apurar el ritmo, lanzando unos oscuros gruñidos en el espacio de su clavícula.

YoonGi sintió la conocida euforia que estaba arremolinándose en su miembro, por lo que buscó la mirada del jaguar, tirando de sus cabellos.

JiMin le respondió, mordiendo uno de sus pezones, para luego cruzar miradas de frente.

El brillo en los ojos del Min, producto de la lujuria y de su inminente orgasmo, amenazaban con llevarle el limite mismo.

En sus orbes pudo vislumbrar el momento exacto en que un estallido de fuegos artificiales se produjo en su mente, el ruido de su cerebro al no poder procesar tanto placer, y la forma en que el omega se mordió sus labios en instante en que rompía en un furioso espasmo donde su centro se contrajo a más no poder, eso y la semilla del lince desparramándose por su pecho, fueron más de lo que él pudo soportar.

Un par de estocadas luego se unió al mayor en un clímax absoluto, donde no fue consciente de nada más que de la cálida presencia del cuerpo en el que todavía se encontraba dentro.

Su pene todavía vibraba y podía sentir como las piernas del castaño se encontraban humedas por su semilla mezcladas con el lubricante natural del omega, cuando sintió como su nudo estaba comenzando a hincharse en el canal del mayor.

JiMin estuvo a punto de retirarse del interior del Min, cuando este, a pesar de no poder recuperarse de las emociones, se negó.

El rubio estuvo a punto de preguntar el porqué, cuando el rapero se animó a pronunciar.

—Sé mi alfa, JiMinnie. — Pidió.

Durante un instante, el rubio sintió como su cuerpo se quedaba sin aire, mientras que YoonGi tuvo la impresión de que el mundo se caería sobre sus hombros al no escuchar una rápida respuesta del menor.

—Lo siento, Gigi. — Murmuró. — No puedo aceptarlo.

Y durante unos momentos, tan sólo pudo escucharse el sonido del corazón del omega rompiéndose en mil pedazos.

A mi como que me acaba de temblar hasta la qola. 

quedé 👁️👄👁️

Lo siento, perdón, ay

Esta actualización sorpresa es para la hermosa personita que cumplió años ayer 7/09, MellaChur

¡Gracias por todas tus charlas y amor incondicional desde el primer momento!

Bella, perdón por no haber podido tener este capitulo ayer pero espero que te gusten los resultados! 

Te adoro con todo el corazón, agradezco mucho el haberte conocido, linda. 

Nuevamente, espero que hayas pasado un hermoso día! 

También va dedicado para mi querida Louie que siempre sufre con las ideas que tengo, ¡Paabre! porque siempre se come los spoilers cuando tengo dudas sobre sí hago o no alguna cosa en particular (Generalmente siempre termino haciendo lo que pensé en un primer momento JAJAJ)

Y también para ustedes que le dan tanto amor a la historia.

Aclaro: no lloren, no vale la pena!

Tengo grandes planes para este final, que SILADIOSADELOSHOMOSETSUALES me ayuda a concretar, terminaría en el proximo capitulo.

Les prometo que todxs seremos felices o por lo menos, la gran mayoría que eso ya sería un montón JAJAJ, ¿Okay?

Anyways, les amo chicus. Besi en la nalga maimores!

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