Chapter 5 [🦋]

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5 de marzo de 2021
10:04 am



Jungkook;

—Estás babeando, Jungkook —habla en tono burlesco, lo miro mal— Es en serio, no me mires así. O sea mírate en el espejo cada vez que te mencione a Alexandra.

Niego de mala manera.

—Realmente eres insoportable —ruedo los ojos— Ni siquiera se para que te lo conté.

—Porque a pesar de todo me amas, querido —bufo— Es que aún no creo que la Alexandra que te tiene así, sea la misma chica que socorrí ese día.

Yo tampoco me lo creía.

Cuando presenté a Jin y a Alexandra ese día, fue una triple sorpresa. Obviamente por mi cabeza no pasó que se conocieran, ni que Alexandra era la chica de la que hablaba el pelinegro, la misma chica con la cual bromeábamos o más bien bromeaba acerca de su número. Jin tenía razón, Alexandra no era una de esas chicas que te abrían las piernas la primera noche.

Ella era especial.

Inocente.

Ha pasado una semana desde que Alexandra estuvo en mi casa y para mi se siente como si apenas hubiese pasado un día. En tan solo esa noche, ella despertó en mi cosas que creí muertas. No me malinterpreten, no estaba enamorándome, no con apenas una semana conociéndola, pero si me gustaba y no solo para tenerla en mi cama, eso era lo peor. Eso me asustaba por más increíble que pareciera, me asustaba mucho. La última vez que decidí dejarme llevar por mis sentimientos, todo terminó en un desastre de mierda, yo terminé hecho mierda y eso era algo que no estaba dispuesto a permitir de nuevo. Simplemente no estaba listo para tener otra relación y tampoco quería estarlo. No quiero decepciones, ni quiero decepcionarla, así que lo mejor era seguir siendo amigos.

Lo más irónico de todo esto, es que a pesar de todas esas prohibiciones que me estaba poniendo en mi mente, era un masoquista, porque al mismo tiempo también estaba maquinando una excusa para verla.

Las playas de aquí son hermosas.

Eres un masoquista de mierda Jeon Jungkook.

Cállate ya conciencia de mierda.

—Si fuera tú, lo haría —me saca de mis pensamientos.

—¿Hacer que? —inquiero.

—Jungkook no soy idiota, tienes pintado el nombre de Alexandra en tu frente y la clara duda en tus ojos de si invitarla a salir o no.

Me quedo literalmente en shock ante sus palabras. ¿Acaso había pensado tan alto que él me escuchó o soy fácil de leer?

—No tengo idea de que me hablas —hablo, tratando de aparentar normalidad. No quería que nadie ni siquiera Jin se diera cuenta de lo que trato de negar, pero su carcajada me dice que no lo engaño haga lo que haga— De verdad —aseguro— Solo estoy pensando en el cargamento, sabes que es un tema importante para mi.

—Si claro. Jungkook, realmente no recuerdo cuando fue la última vez que lograste engañarme y no lo harás ahora tampoco —se levanta dirigiéndose hacia la puerta, no sin antes mirarme— Deberías invitarla a donde sea que estás pensando llevarla. Recuerda que Alexandra no es ella, no tiene porque pasar lo mismo. Ah y no te preocupes, los guardaespaldas los vigilarán a una distancia prudente.

No dice nada más, solo me guiña un ojo y se pierde por la puerta de mi habitación a no sé dónde dejándome con esa pequeña duda en mi cabeza y el debate de saber que hacer.

Bien, ya no queda por mi si soy masoquista o no.

Está decidido, la invitaría a un lugar donde pudiéramos ser nosotros mismos.


[🦋]


Alexandra;

Una semana.

Una maldita semana es lo que ha pasado desde esa noche que pasé en su casa y yo no he sido capaz de sacármelo de la cabeza. Paso las veinticuatro horas que tiene el puto día pensando en él y en un montón de escenarios en los que él está presente y no eran los pensamientos más sanos que digamos. Lo peor es que sin trabajo era lo que más hacía en todo el día.

—Se te cae la baba Lexa —su voz era más que burlesca.

—Muy graciosa Lalisa —me mira pícara y yo solo ruedo los ojos— ¿No tienes nada mejor que hacer que estar aquí molestándome? —pregunto cuando veo que sigue mirándome fijamente.

Fije pensarlo por unos segundos con sus dedos bajo su mentón para luego darme una respuesta que me hace bufar fuertemente.

—No —contesta— Definitivamente lo mejor que tengo para hacer hoy es mirar como se te mojan las bragas solo de pensar en él —pongo mis ojos en blanco, mientras sigo acariciando el pelaje del pequeño cachorro que tenía entre mis brazos. Era el cachorro de Lisa que definitivamente estaba muy cómodo dormido sobre mis piernas— Acéptalo Alexandra, la imagen mental que te estás creando de ese chico follándote duro te tiene las bragas empapadas.

La miro con una mezcla de incredulidad y falsa molestia en mis ojos.

Tal vez no eran exactamente las palabras de Lisa, pero tenía algo de razón. Ese chico con todo lo misterioso que es y las malas sensaciones que provoca en mi de vez en cuando, lograba mojarme las bragas a un nivel desmedido. Como dije anteriormente, era virgen, nunca nadie me había tocado a excepción de esa vez que... en fin, eso no significa que nunca me hubiese tocado yo misma, tampoco era tan inocente, pero nunca en mi vida había tenido esta clase de pensamientos y mucho menos la necesidad tan grande que sentía de querer saber que se sentiría ser tocada por él.

Era algo indescriptible.

Y si, aceptaba lo que decía mi amiga, pero una cosa era hacerlo para mis adentros y otra muy distinta aceptarlo frente a ello.

Eso es algo que no haría ni aunque me pagaran.

—No jodas, Lisa —aparento falsa molestia.

—Niégalo todo lo que quieras cariño, sabes que es cierto.

Aparento que no he escuchado nada y me centro en esa cosa peluda que duerme plácidamente sobre mis piernas, tratando de no entrar en el jueguito de la plateada. Era mi mejor amiga y la amaba, pero cuando se lo proponía te sacaba de tu casillas, entonces lo mejor era no iniciar una conversación sobre este tema.

—Si cariño —vuelve a hablar— Veamos hasta cuando serás capaz de ignorar todo esto.

El sonido del timbre interrumpe nuestra charla y yo miro hacia arriba, buscando a quien debo agradecerle por esta magnífica bendición. De no ser por el bendito timbre, ahora mismo estaría buscando qué excusa darle a Lisa para dejar este tema de una vez por todas.

—Lexa —la miro y ruedo los ojos ante esa mirada pícara nuevamente. ¿Ahora qué? —Tienes visitas, cariño.

Desvío mi mirada de la suya y casi me atraganto con mi propia saliva cuando me encuentro con ese par de ojos cafés mirándome con esa intensidad característica con la que siempre lo hacía. Rápidamente me levanto ignorando el hecho de que casi lanzo al pequeño animal al suelo. Creo que Josh —el cachorro— me odiará por eso, pero tampoco es mi culpa que mi cuerpo reaccione de esa manera cada vez que le veo.

Joder, cada día estoy peor.

Si que lo estás.

¡Callada conciencia!

—J-jungkook —carraspeo un poco— Hola, ¿qué haces aquí?

—Hola —comienza a caminar lentamente hacia mi y todo mi cuerpo comienza a alertarse a sabiendas de lo que provoca esa cercanía. Aún así aparento normalidad, tratando de que mis nervios no me delaten— Lamento molestarte a esta hora y este día —habla haciendo referencia a que hoy es domingo— pero me preguntaba sí, querrías salir conmigo.

¿Una cita?

¿Acaso sabes lo que eso significa, pequeña Alexandra?

Claro que si querida conciencia. Significa que estaré todo un día con este bombón que me hace derretir con tan solo hablarme en no sé qué lugar y tratando de controlar el desastre húmedo que se ha ido formando en mi coño desde que lo conocí esa noche.

Ahora la pregunta es; ¿aceptaré?

Justo en medio de mi debate interno le lancé una mirada rápida. Su cabello largo negro estaba recogido en un pequeño moño, dejando a la vista las partes rapadas en este y llevaba puesto un pantalón de algodón y lino blanco con una camisa del mismo calor, dejando a mi vista sus brazos trabajados y su manga de tatuajes en el derecho.

Mierda, mis bragas.

Yo creo que si aceptarás esa invitación.

Yo también lo creo, aunque no sepa a dónde.

—¿Alexandra? —pestañeo varias veces saliendo de mi ensoñación— ¿Estás bien?

—¿E-eh? —me sentía fuera de lugar, aunque técnicamente haya vuelto a la realidad— P-perdón, ¿qué decías?

¡Reacciona tonta!

—¿Te encuentras bien? —pregunta mirándome fijamente— Estás roja.

¡Mierda que vergüenza!

En ese momento, la plateada que siempre estuvo mirándonos desde una esquina explota en risas al punto de tener que aguantarse el estómago. Su rostro estaba rojo como el mío pero a diferencia de mi, lo de ella era por estar ahogándose con su propia risa. Ambos la miramos y a excepción de Jungkook que la mira con el ceño fruncido en señal de confusión, yo la quiero matar con tan solo mirarla.

—No te preocupes, Jungkook —logra decir luego de semejante ataque de risa— Ella está más que bien —me mira— ¿O no, Lexa?

¡Que te jodan Lisa!

Grito muy para mis adentros mientras veo como mi mejor amiga a la cual quiero asesinar, toma el camino hacia su habitación muy tranquilamente, mientras yo quiero que un agujero se abra y me trague por la vergüenza que estoy pasando.

—Entonces —me centro nuevamente en sus ojos— ¿Aceptas?

Sopesé en mi mente todas las posibilidades de las cosas que podrían pasar durante esa cita y llegué a la conclusión de que además de más vergüenza y mucha más tensión sexual entre nosotros, pues nada más pasaría.

—Acepto.

{...}

Cerré los ojos sintiendo como la brisa marina pegaba en mi rostro y los rayos del sol abrazaban mi piel blanca. Esto era simplemente el paraíso.

Luego de haberme maldecido más de veinte veces por haber aceptado así como así, finalmente estaba aquí, acostada en una tumbona mientras Jungkook nadaba como si no hubiese un mañana. No me malinterpreten, si vine fue porque realmente quise, no tenía nada que hacer en casa además de ser molestada por las tonterías de mi mejor amiga y tampoco era fácil resistirse a estar todo un día con hombre como este, pero por un minuto había olvidado que aún quedaban ciertas marcas en mi cuerpo de las palizas que había recibido hace días por mi madre, solo rezaba para que no se notaran tanto. Había pasado una semana desde eso, claro está, pero mi madre pegaba fuerte y de eso no había dudas.

Mis ojos se enfocan en esa figura masculina que salía a paso calmado y sensual del agua, mostrando todo ese cuerpo tonificado que me estaba haciendo babear.

Y chorrear.

También.

Si antes cuando fue por mi a mi casa se veía extremadamente bien, pues ahora se veía extremadamente caliente. La tela del bañador se le pegaba al cuerpo debido al agua y solo por cinco segundos sentí envidia del maldito bañador.

¡Contrólate, Alexandra!

Me recriminé internamente por los pensamientos impuros que comenzaban a llegar a mi mente, pero aún así no era nada fácil el tratar de no mirarlo tanto y lo peor era que él tampoco cooperaba. No sé qué pasaba conmigo últimamente, pero solo algo tenía claro y era que ya yo no era la misma desde esa noche en la que él se apareció en mi vida y viendo como iba la cosa entre nosotros, creo que tampoco volvería a serlo.

—¿Aún no te has quitado ese vestido? —habla cuando llega a mi, señalando el vestido corto de encaje color blanco que cubría mi bikini.

Efectivamente no me lo había quitado y era por una simple razón; me moría de la pena de que me viera así solo con un pequeño bikini cubriéndome. O sea se que acepté venir aquí a la playa y que eso conlleva pequeños detalles como esto pero me seguía dando vergüenza ese hecho.

—Lo siento, es solo que me siento más cómoda así —me justifico, ocultando el detalle de la vergüenza que sentía— Además por ahora no tengo planes de adentrarme al agua.

Y era cierto, ni loca entraba al agua. Obviamente era otra excusa para no mostrar mi bikini.

—¿Cómo que no entrarás al agua? —negué con una pequeña sonrisa, ante su pequeño drama— ¿Y entonces para que te traje?

—Para distraernos, ¿supongo?

—¿Es en serio, Alexandra? —pregunta y yo asiento divertida— ¿De verdad no entrarás? —negué, mientras me acomodaba mejor en la tumbona— ¿No? —volví a negar— Está bien, ven.

—¿A dónde? —inquiero.

—Solo ven —me extiende la mano.

Acepté no muy convencida de su pequeño cambio de actitud y tomé su mano, colocándome a su lado, pero fue la peor idea que pudo cruzar por mi mente. En un movimiento rápido se agachó y tomó mis piernas para cargarme sobre su hombro y echarse a correr conmigo hacia el agua.

—¡Jungkook, para! ¡No me he quitado el vestido! —chillé, pero no funcionó— ¡Jungkook!

Fue en vano, su respuesta fue una simple sonrisa socarrona y para cuando llegamos al agua, se lanzó conmigo a ésta así sin más. Salí a la superficie tosiendo toda el agua que se coló por mi nariz y miré mal a Jungkook, quien yacía aguantándose el estómago en un pequeño ataque de risa. Incluso su rostro estaba rojo.

—¡Tonto! —exclamé pegándole en el brazo— ¡¿Cómo me lanzas así?!

—¿Lanzándote? —responde en medio de risas— Joder, fue tan divertido ver tu cara luego de salir del agua.

—Idiota, por poco y me ahogas —sigo reprochándole y este no para de reír.

Llegó un punto en el que hasta tuve que reírme con él. Jungkook a pesar de toda esa faceta ruda que mostraba, parecía un bebé cuando se reía así y pues contagiarse con su risa era inevitable. Una sonrisa malévola se pintó en mi rostro ante la travesura que acababa de pasar por mi mente y no dudé en hacerlo, ganándome la mirada desaprobatoria de Jungkook.

—Alexandra, no —advierte cuando vuelvo a lanzar agua directamente a su rostro.

—¿Por qué no? —pregunto divertida— ¿Acaso no fuiste tú quien se lanzó conmigo al agua?

—Alexandra... —siseó.

Hice caso omiso a su advertencia y seguí lanzando agua a su rostro con ayuda de mis manos, mientras él cubría su rostro con las suyas. Me las iba a cobrar por su gran idea de lanzarme al agua vestida aún.

—Muy bien, Alexandra —habla ya fastidiado de mi travesura y no puedo evitar asustarme por el tono que utiliza— Si quieres jugar, pues juguemos.

Dicho esto comienza a lanzar agua en mi dirección con la pequeña diferencia de que a excepción de la pequeña cantidad de agua que lanzaban mis manos, Jungkook casi que me lanzaba olas con sus manos.

No estaba exagerando, me estaba empapando más de lo que ya estaba.

—¡Jungkook! —chillo.

—¡Esto era lo que querías muñeca! —exclama, mientras lanza más agua— ¡Vamos no seas cobarde!

Comenzamos una guerra de agua imparable, no sabíamos quién de los dos lanzaba más agua. Para este punto ya estaba perdiendo, Jungkook me estaba cubriendo de agua salada literalmente y yo ya comenzaba a cansarme.

Sí, soy una floja. Lo admito.

Traté de escapar de él pero sus fuertes manos me sujetaron de la cintura impidiendo mi cometido e incluso aprovechó para lanzarme mucha más agua. En un intento de cubrirme me giré algo brusca hacia él, haciendo que quedáramos peligrosamente cerca. Justo ahí terminó la guerra de agua y lo único que se sintió fue como la temperatura aumentó al menos diez grados más de lo normal. Mis dedos apretaban sus bíceps, mientras que sus manos me sujetaban la espalda baja con fuerza haciéndome estremecer y nuestros labios, joder sus labios estaban a un mini centímetro de los míos. Casi que rozaban.

—¿No te sientes incómoda con esta tela pegada a tu cuerpo? —pregunta con la mirada fija en mis labios y aunque la pregunta estuvo algo fuera de lugar, no dudé en contestar.

—Sí —respondí, sorprendiéndome con la firmeza con la que contesté.

No dijo ni preguntó nada más, solo llevó sus manos al nudo que sostenía mi vestido en la parte delantera y lo safó lentamente sin dejar de mirarme. Bajó la tela del vestido por mis brazos y cuando estuve solamente mostrando el bikini, sentí que tuve apretar las piernas a sobre manera. Sus ojos me recorrieron entera detallando cada parte de mi cuerpo, especialmente esas dos piezas blancas que cubrían mis partes íntimas y fue ahí cuando me maldecí nuevamente por escoger precisamente este bikini. Era demasiado revelador, la parte superior malamente me cubría los pezones y la tanga era demasiado pequeña para mi culo.

La mirada de Jungkook se volvía cada vez más intensa sobre mi, me estaba comiendo con la mirada prácticamente y su agarre posesivo en mi cintura me estaba haciendo pensar en miles de escenarios eróticos donde el protagonista no era más nadie que él.

Por situaciones como estas es que a veces prefería mantener distancia con Jungkook.

Él era una tentación, una demasiado peligrosa para mi.

Cada día lo confirmaba más.

[🦋]


Seokjin;

Caminé a paso lento y cansado, haciendo entrada finalmente a mi apartamento. Tiré la chaqueta que traía puesta no sé a qué lado y me dejé caer con fuerza sobre el sofá.

Había sido un día agotador de mierda.

En este momento creo que ni aunque mi madre llamara me levantaría de aquí. Entre las cuestiones de los cargamentos y la búsqueda de mi hermana que aún no tiene un resultado definitivo me estaba volviendo loco, pero bueno ese era el pan de cada día.

Me levanto y camino con pereza hacia el mini bar con el fin de servirme una copa. Necesitaba una para poder relajarme de toda ésta mierda. Paso unos segundos decidiendo cuál es la mejor opción y cuando veo esa etiqueta plateada con la palabra vodka ahí reluciente, no dudo ni por un segundo en tomar la botella y servirme un trago.

Maldigo unas cien veces cuando el tono de llamada de mi teléfono comienza a hacer eco por toda la primera planta. Se perfectamente que dije que no tomaría ninguna llamada, pero cuando el jefe del equipo de seguridad llama no es para una tontería o al menos eso espero.

—Espero que sea importante —es lo primero que digo cuando tomo la llamada.

—Lo siento, Dyavol. Estuvimos llamando al Señor Jeon, pero dado que no respondió no nos quedó otra opción que acudir a usted.

Suspiro pesadamente recordando que Jungkook estaba en esa cita con Alexandra y que cuando él no está todas las órdenes las paso a dar yo.

Que todo sea por no arruinarle el día a Jungkook.

—¿Qué sucede Choi? —inquiero tomando el puente de mi nariz.

—Mis hombres detectaron movimientos raros hace unos días cerca de usted y el señor Jeon.

Me paralizo.

—¿Cómo que movimientos raros?

—Hay hombres siguiéndolos y a la señorita con la que sale el señor Jeon también.

—¡¿Y me avisan hasta ahora?! —grito enojado— ¡¿Para que coño los contraté si no es para nuestra estricta vigilancia?!

—Lo siento señor, pero hasta ahora constatamos que los seguían.

Suspiro ofuscadamente luego de lanzar una maldición.

—Estaré ahí en quince minutos —digo— ¡Espero que tengas todos los detalles para cuando esté ahí Choi o les arrancaré los cojones a cada uno!

Cuelgo la llamada sin recibir respuesta de su parte y lanzo el teléfono al sofá.

Paso mis manos por mi pelo en señal de frustración.

Esto no me estaba gustando nada. Nos estaban siguiendo y tenían a Alexandra vigilada y eso solo significa que la podrían utilizar para llegar hasta nosotros.

Eso no era ninguna buena señal.

[🦋]

Hello pretty girls!

Aquí les llego con el capítulo de hoy que como siempre espero sea de su gusto.

Bueno creo que la temperatura subió aquí🥴

La tensión entre esos dos se siente por todos lados.

¿Que les pareció el capítulo? ¿Qué creen que pasará ahora?

Lxs leo en los comentarios.

Bye💜

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