Capítulo 3

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Sentí algo líquido que se deslizaba por mi rostro. Me limpié pero nuevamente volvió a caer. Ésta vez lo limpie con mi blusa. Sangre.

Volví a ver hacia arriba. Varios cuchillos y objetos de torturas descansaban atados en una cadena de hierro. Algunos de ellos parecían que habían sido usados recientemente. La sangre fresca aun permanecía.

Respiré profundamente y continué con mi recorrido.

Más adelante había algo como una ruleta con cadenas, aparentemente para sujetar los pies y los brazos. Tenía algunos cuchillos clavados.

Por último, había una gran mesa. Parecía de carnicero, pero este carnicero era de humanos.

Escuché el sonido de un metal cayendo detrás de mi. Mis nervios estaban de punta. Grité, pero pronto recordé que eso no era la mejor idea y cubrí mi boca.

Con temor volví a ver hacia atrás. Había sido un alicate el que provocó aquel sonido. Suspiré  aliviada y me decidí a salir inmediatamente del lugar.

"No me hagas daño. Por favor " escuché a alguien suplicar entre sollozos.

-Hay alguien aquí?- dije para comprobarlo.

-No me harás daño?-

-Claro que no. Voy a ayudarte-

-Estoy por aquí. Detrás de la manta-

Quité una manta que cubría de algo. Una jaula. La chica rubia me veía asustada. Sus muñecas y tobillos tenían un alambre con púas, que traspasaban su piel.

-Te ayudaré a salir de aquí- dije buscando algo para abrir la jaula.

-Gracias- dijo en un susurro.

Recordé que llevaba unos ganchitos en mi cabello puestos. Después de media hora de buscar, me doy cuenta hasta ahora? soy una genia.

Mi primo me había enseñado a como abrir puertas, candados... Ahora era de gran utilidad.

Tomé el candado e intenté abrirlo, a pesar de mis manos temblorosas. Después de un tiempo, logré abrirlo.

-Muchas... gracias... de verdad- dijo entre sollozos.

Observé aún el alambre que llevaba en los tobillos y muñecas. Recogí el alicate que anteriormente se había caído, y removí los alambres.

Algunas marcas quedaron grabadas en su piel.

-Tengo frío- susurró. Observé que solo llevaba una blusa de tirantes y un short.

Le extendí el abrigo que llevaba alrededor de mi cintura y ella me agradeció.

La candela estaba a punto de desaparecer. Guié a la rubia por el lugar. Antes de salir ella pegó un chillido.

-Estás bien?- le pregunté asustada.

-Me corté- dijo dejando escapar algunas lágrimas.

Iba a ver su pie, pero en ese momento la luz desapareció por completa.

Como pude la intenté levantar y subimos, mejor dicho la llevé escaleras arriba.

Todo estaba escaso de luz. El anochecer amenazaba con caer. Los últimos rayos del sol eran los que iluminaban el tétrico lugar.

Dejé descansar a la rubia en una silla en la cocina. Busqué un paño y agua. No había agua. Observé debajo de la pila un balde con agua. Rompí el paño en dos. Remojé  una parte en el agua y limpié su pie. El corte era más profundo de lo que me imaginaba. El otro pedazo lo enrollé en su pie.

Luego nos dirigimos al segundo piso del lugar. Saqué mi celular pero estaba apagado. Esto no me pudo haber pasado. Lo encendí y la raya roja amenazaba con desaparecer. Marqué al número de mi mamá. Contesta por favor, contesta.

-Hola cariño! Qué sucede?- preguntó mi mamá.

-Necesito ayuda, por favor ven rápido- le dije asustada y nerviosa.

-Dónde estas? Está pasando algo malo?- me preguntó preocupada.

Antes de contestarle escuché un grito de la rubia, pero cubrí su boca rápidamente.

-Hija... Dónde estás?- dijo esta vez mi mamá histérica por los nervios.

-Es él- dijo la rubia señalando el auto que se acababa de aparcar frente a la casa.

Dejé caer el celular en el suelo. Lo volví a juntar rápidamente, pero era inútil. No encendió esta vez.

-Agachate- le dije.

Veíamos por una rendija de la cortina.

Una chica y un chico mas o menos de nuestra edad bajaron del coche. Cuando el copiloto estaba a punto de salir, vi el auto de James aparcar detrás de este.

El dueño del otro auto arrancó y huyó.

-Es… James- dije feliz.

Que me salvaran no significaba  que volvería a hablarles. Los otros chicos gritaban por que pensaron que los habían abandonado, pero realmente habían salvado sus vidas.

-Ven- dije intentando cargarla.

-Ellos no nos harán nada, verdad?-

-Claro que no. Ellos nos salvaron- pude ver como sonreía con alegría.

La ayudé a salir por la ventana. Mis "amigos "  o mejor dicho ex amigos, corrieron hasta nosotras. Estuve al punto de la muerte. Si ese tipo me hubiera encontrada, sería una más de las víctimas.

Mientras probablemente yo estuviera clamando por ayuda, por su mente recorrerían miles de formas macabras de torturarme... hasta matarme.

-Linda. Qué te sucedió? Realmente lo siento- dijo James limpiando algunas lágrimas.

Alex y Julie también esperaban mi respuesta, y los dos desconocidos nos veían asustados y preocupados.

-Hace más de una hora que te estuvimos buscando. Incluso la policía ya está en camino. Espero que me perdones- dijo Julie arrepentida.

Pronto escuché las sirenas de las patrullas acercarsen.

-Ya están aquí- dijo Alex que extrañamente en todo este tiempo no había dicho nada y estaba pálido.

-No entiendo nada- dijo el chico desconocido y la chica asintió.

Dos patrullas estacionaron frente a la casa. De cada una salieron un par de policías.

-Qué les sucedió? Están bien?- dijo uno preocupado -Ryan. Llama una ambulancia y refuerzos- dijo antes de responderle.

-Si, señor- respondió quien su pongo es Ryan.

La rubia que ahora estaba sentada en suelo y recostada a la pared, comenzó a sollozar nuevamente, incapaz de decir alguna palabra.

La mirada de los policías se posaron en ella, pero luego hasta mi.

-N-no puedo... describirlo... Es horrible. El sótano está lleno de sangre y...- intenté continuar, pero el policía me dijo que no era necesario.

Los oficiales esperaban los refuerzos. Miedosos. Yo entré sola y lo vi todo.

Un helicóptero llegó al lugar, y tan pronto como tocó tierra, bajaron unos 8 oficiales del F.B.I.

Ingresaron todos juntas a la casa. Después de unos cuantos minutos ya algunos estaban afuera y los agentes e investigadores probablemente buscaban pistas del asesino en la escena del crimen.

-Hay un muerto señor- le dijo uno a otro.

-Cómo fue asesinado?-

-No lo sabemos. Aparenta haber sido torturado. Su estómago está abierto- le informó.

La ambulancia llegó al igual que más policías y periodistas curiosos.

-Vengan por aquí- dijo un agente, guiando a mis ex amigos, los dos desconocidos y a mi.

*****

Nos fue entrando de uno a uno hasta una habitación, ya que eramos los testigos.

-Cuenteme señorita. Cómo fue que llegó hasta allí?-

-Mis amigos querían jugarmen una broma y me dejaron ahí sola. Intenté buscar a alguien hasta que encontré la casa- le dije aun nerviosa.

-Un chico y una chica dicen que se suponía que iban hacia un campamento. La otra víctima no le dijo nada?-

-No tuvimos la oportunidad de hablar más a fondo. Yo la encontré encerrada en una jaula y le ayudé a salir. Pero ella tenía miedo, estaba aterrada y no me ha dicho nada-

-Puede retirarse señorita. Muchas gracias, pero por más feo que suene. Si sus amigos no la hubieran dejado ahí y luego no nos hubieran avisado, no hubieramos dado con este estafador y asesino.

Me levanté y salí de la sala. Mis "amigos " intentaron abrazarmen, disculparse e incluso hablarme, pero los ignoré.

Mi mamá me abrazó fuertemente mientras lloraba.

*****

Ya habían pasado tres días desde el incidente.

El agente Holzer me llamó para que los acompañara al hospital. La rubia se había negado a contestar cualquier pregunta sin mi ausencia. Decía que yo era quien la había salvado.

-Muy bien señorita Williams. Cómo fue que sucedió todo?-

-Estaba revisando mi Facebook. De pronto me llegó una invitación a un grupo. Era de un campamento. Todos los que asistiríamos comenzamos a comunicarnos y decidimos ir al campamento. Una semana después el dueño quedó de esperarnos en el aeropuerto, ya que todos pertenecíamos a diferentes lugares. Todo iba bien. Conocí a todos en el bus. Fue muy divertido.  Pero luego puso alguna sustancias que nos hizo dormir a todos, es se cubrió la nariz para no olerlo. Nos llevó a los ocho hasta la jaula, y los fue matando de uno en uno, y en formas diferentes, pero a todas les hacía lo mismo. Sacaba sus órganos y se los entregaba a algunas personas que se los habían encargado. Luego fue como me di cuenta, que habíamos caído en en tráfico humano.-

-Hace cuanto fue eso?-

-El día que me encontraron era el último. El número 8-

-Eso quiere decir que nadie aparte de ti sobrevivió?-

-No, soy la única-

-Recuerdas algunos nombres de las víctimas-.

-Si. Si me los muestran por fotos los reconocería, pero no recuerdo muy bien los nombres-

-Con eso es suficiente. Luego los irás recordando- le dijo el agente Holzer y ella solo asintió.

-Hay un chico en especial que es el que más recuerdo...-

-Como era...- dijo sacando un lapicero y un libreta de apuntes.

-No recuerdo su nombre, pero era alto, rubio, de ojos celestes, tenía un aro en su labio inferior... los dos teníamos 18-

*****

Cuando regresamos a las oficinas del F.B.I. Habían varias personas instaladas en el lugar. Preguntando si sus hijos desaparecidos, eran víctimas de aquel asesino.

-Hola- me dijo un moreno deteniendome.

-Hola! te conozco? -

-No. Es solo que... mi mejor amigo hace más de una semana, salió a un supuesto campamento, pero jamás se comunicó conmigo-

-Cuál es su nombre?-

-Luke. Luke Hemmings-

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro