Capítulo once: Canción dedicada

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Los Korea Music Awards habían llegado y Jennie parecía arrepentirse mientras se probaba uno de los tres vestidos que utilizaría esa noche. La semana había pasado demasiado rápido para su gusto y, aunque quería ver a la omega, estaba entendiendo claramente que esta la estaba evitando. Recientemente todos en la agencia hablaban con emoción sobre el afterparty que se haría luego del evento, mas ella no estaba llanamente, interesada aunque este fuera por la llegada del año nuevo y los premios que —aseguraban— serían bajo el nombre de la agencia.

Jennie pensaba presentarse y salir tan pronto como pudiese, no interactuaría con nadie y trataría de dormir por lo que restara de la gélida madrugada. Era simple, necesitaba un descanso mental y emocional.

—Pero qué alfa más guapa —halagó Rosé con media sonrisa—. ¿Estás disponible?

Jennie soltó una breve risa mientras le seguía el juego a su mejor amiga.

—Me gustaría decir que sí, pero mi corazón está reservado para alguien desde hace tres años.

La omega chasqueó la lengua.

—Oh, es una lástima siendo tú alguien tan atractiva.

—¿Me estoy perdiendo de algo? —interrumpió Jisoo justo antes de que la castaña replicara.

—Es tu omega que anda con calor.

—¡No soy su omega! —se quejó, siendo abrazada por la espalda.

—Sí, claro —respondió sarcástica.

—Me sorprende lo rápido que han avanzado mientras yo sigo siendo la misma perdedora.

—Apenas estamos saliendo. ¡Y no eres una perdedora, idiota!

—Qué dulce eres —rodó los ojos mientras acomodaba su cabello—. Mejor dale explicaciones a Jisoo que veo humo salir de sus orejas.

—No le debo explicaciones a nadie.

—Técnicamente aún no es mi omega —le restó importancia—. Todavía no lleva mi codiciada marca en el cuello por lo que no puedo objetar.

Rosé enrojeció al escucharlo hablar sobre ese tema.

—¡Cállate!

—¿Qué? —se encogió de hombros pareciendo inocente—. Solo estoy siendo sincera.

Jennie rompió en carcajadas. Muy pocas veces eran las que veía avergonzada a su mejor amiga y menos por una alfa. Se había encerrado tanto en sí misma que no supo cómo o cuándo las personas más cercanas a ella, ya andaban en ciertos planes.

—Chicas, suban ya —avisó el mánage—. Vamos diez minutos atrasados.

Las jóvenes siguieron bromeando, haciendo olvidar el mal rato a Jennie.

[...]

El flash disparaba incontables veces a cada momento que los artistas desfilaban por la alfombra roja. Las alfas habían salido de la camioneta, mientras Rosé se colocaba algo de brillo labial para así poder relucirse ante las cámaras como la omega orgulloso que era.

—A este paso nadie nos tomará fotos, apúrate.

—¡No me gruñas!

—Apoyo a Jennie.

—¿Si son conscientes de que además de las premiaciones hoy es mi cumpleaños?

—Llevas repitiendo eso toda la jodida mañana, Rosé —bufó Jisoo.

—Que falta de consideración —se indignó, guardando sus cosas en el bolso que hacía juego con su atuendo para finalmente salir de la camioneta.

La sesión fotográfica no duró mucho, pero de igual forma las tres chicas disfrutaron de todas las ideas que se les ocurría para obtener una buena toma de las cámaras profesionales.

Cuando su momento terminó luego de varios gritos de parte de sus fans, fueron encaminándose al otro extremo para tener una entrevista instantánea. Colocaron a la única omega en medio de ambas y antes de siquiera responder, el bullicio volvió a crecer cuando de otra camioneta salió el aclamado rapero que triunfaba en Estados Unidos junto a la famosa productora y compositora, Lalisa Manoban.

—Jennie, vámonos —pidió Park, intentando tomarla del brazo. No quería que la noche de su mejor amiga
se viera afectada por lo que pasaba frente a ella.

A unos metros de distancia, yacía aquella omega tan preciosa como siempre, sonriendo mientras era abrazada por Jungkook. Un amargo nudo se instaló en la garganta de Kim, la pesadez en su pecho podía hacerle entender que estaba sintiéndose una gran idiota.

¿Acaso su declaración y aquellos besos no significaron nada?

Mierda. ¿Solo eran suposiciones suyas? ¿Realmente había sido rechazada?

—Hey Jendeukie, tenemos que irnos —insistió Jisoo, dándole un par de palmadas en el hombro para que se movieran rápidamente de ahí.

La noche iba a ser tortuosa, no cabían dudas.

[...]

Rosé temía mucho preguntar, pero estaba preocupada por la alfa que estaba sentada a su lado. Así que quitando la incomodidad de encima, se atrevió: —¿Cómo estás? Uh... ¿Necesitas algo de beber?

La castaña resopló, dejando de ver al grupo que ahora se encontraba haciendo su performance para dirigir su casi nula atención a la mega.

—No soy una niña, Rosie. Estoy bien.

—Sabes que no se trata de eso —habló con calma—. Solo quiero asegurarme que...

—Agradezco todo lo que haces por mí —le interrumpió intentando no parecer grosera—, pero no quiero hablar de ciertos temas, cantaré allá arriba y me iré.

Su mejor amiga iba a replicar pero un beta del staff llegó a sus asientos.

—Ya llega tu turno, Jennie. Tienes treinta minutos para ir al vestidor.

La alfa asintió, levantándose para seguirlo con cautela.

—Nos vemos luego, aplaude mucho cuando termine —pretendió bromear.

Al llegar, le retocaron el rostro con maquillaje, se vistió con lo ya preparado. Consistía en un vestido completamente negro, algo corto, con un cinturón a la cintura con el logo de Chanel, en medio. Cuando estuvo verificando si el auricular estaba bien acomodado a su oreja, fue llamada.

—Quedan dos minutos —avisó otra beta—. Ven por aquí, los reflectores en el escenario ya están apagados.

Jennie fue con calma, tomando asiento en la silla de base medio alta. Con un poco de dificultad, logró divisar a la omega no muy lejos del escenario. Una idea pasó fugazmente por su cabeza y antes de dar todo por perdido, decidió hacerlo frente a miles de espectadores.

Tomó el micrófono entre sus manos y al haber compuesto ella, aquella canción; no dudó en cantarla al ritmo de sus sentimientos, con las luces tenues resaltando su presencia.

Conozco a alguien, es como una  maldición.

Nos queremos, pero ninguna lo admitirá primero.

Tantas noches, tratando de encontrar a alguien nuevo.

No significan nada en comparación con ella... 

El director del staff entró en pánico junto al equipo.

—¿Qué es lo que trata de hacer? —hirvió en furia, mandando a cortar la pista musical para que la alfa hiciera lo que había empezado. Nadie encontraba respuestas a la falta y desobediencia del guión que estuvo marcado desde hace un mes.

Y lo sé...

Cuando las personas preguntan por nosotras.

Simplemente lo ignoramos.

No sé porqué actuamos como si no  significase nada...

Las profundas letras emitidas por esa dulce voz llegaron a los oídos de Lisa, justo en el preciso instante en el que ambas hicieron contacto visual.

Desearía poder decirte que eres todo lo que quiero

La frase resonó en su cabeza. Un déjà vu llegó. ¿Por qué se sentía tan aludida? Como si... como si aquello estuviera dedicado para ella.

Pretendo que no estoy lista, pero...

¿Por qué me haces pasar por este  infierno?

¿Por qué no puedo superarte?

Dices hola como si me acabaras de conocer...

Jennie se puso de pie. Acercándose lentamente al público pero traspasando las barreras en el corazón de Lisa.

Cuando te veo, me cuesta respirar.

No puedo evitar pensar en ti.

Y cada línea, cada palabra que escribo.

Eres la musa en el fondo de mi mente, oh...

Quizás ahí nadie podía entender verdaderamente lo que la alfa enamorada cantaba, pero las letras eran profundas y exactas, aquellas cuales compuso en muchas noches de desvelo.

No quise preguntar sobre eso porque  podrías ignorarlo.

Tengo miedo de que pienses que esto no significa nada.

No sé porqué no admití que eres todo lo que quiero...

Conozco a alguien, es como una  maldición.

Nos queremos, pero ninguna lo admitirá primero.

Tantas noches, tratando de encontrar a alguien nuevo...

La mirada vidriosa de Jennie volvió a buscar los ojos brillantes de la que quisiese que fuese su omega. La frágil melodía era manejada a su compás, transmitiéndole por última vez todo lo que calló por tantos años. Todo el amor que oculto por miedo y que ahora estaba cantando sin importar los demás. Solo ellas en su propio mundo, intentando vencer las inseguridades.

No significan nada en comparación  con ella.

Los reflectores volvieron a apagarse. El ruido de los aplausos fue ensordecedor. Lisa no lo toleró más y se levantó con las ganas de encerrarse y analizar todo aquello que estaba sintiendo una vez más. Su corazón dictándole lo que el tanto quería atreverse a sentir.

Jungkook fue detrás de ella, ambos llegando al desolado estacionamiento.

—Hey, cariño, detente. ¿Te sientes bien? —los sentidos del alfa se alteraron al verla con los ojos rojizos, apunto de llorar.

—Necesitamos hablar —dijo con cierta dificultad, un susurro que avisaba la decisión final de aquel enredo que la tenía exhausta.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro