༺ Capítulo III ༻

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Tan pronto como Jimin fue empujado en la pequeña habitación, gritó furioso y fue hacia la puerta intentando abrirla, pero obviamente le habían dejado encerrado en ella, y sin importar cuanto la golpeó o pateó, esta no cedió.

Maldiciendo, palpó con sus manos las paredes del oscuro cuarto, chocando con una especie de cama antes de finalmente encontrar una ventana.

Quitándole el seguro, inmediatamente abrió la pequeña puerta de madera y se encontró con un firme cuerpo fuera de la habitación.

—Será mejor que cierres y entres —indicó una voz a sus espaldas.

Observando sobre su hombro, Jimin contempló a Taeyang entrar con una vela en cada mano, las cuales dejó en una pequeña mesita en la esquina del cuarto, que sirvió para iluminarlo precariamente.

—Padre colocó guardias alrededor de la casa tan pronto como intentaste huir y les permitió utilizar la fuerza con tal de que te mantuvieran aquí —informó con una expresión oscura en su rostro.

Chasqueando su lengua, el doncel cerró nuevamente la ventana colocándole el seguro para que el viento no la abriera fácilmente y fue a enfrentar a su hermano.

—¿Lo sabías? —exclamó, empujando sus manos sobre el pecho del contrario, sin lograr moverlo ni un centímetro con ello.

—Intuía que estaba planeando algo cuando te mandó a llamar, pero no me imaginé que se trataría de algo como esto —respondió pasando una mano por su cabello castaño con frustración.

—Me vendió al clan Min, Taeyang —gruñó, retrocediendo y dejándose caer sobre la pequeña cama que no era más que un cajón de madera lleno con pieles viejas.

Ni siquiera lo habían encerrado en un cuarto decente, sino que en uno que le otorgaban a los esclavos.

—Esos tipos me matarán tan pronto como me vean —se quejó.

—Quiero creer que no lo harán —expresó tomando asiento a su lado—. Aunque odie admitirlo, padre tiene razón al decir que puede enviarte, ya que ellos no especificaron que deseaban a Baekhyun, solo pidieron a un hermoso doncel y tú eres ambos —indicó.

—Por favor, no soy un idiota, sé que no tengo la belleza de Baekhyun con su largo cabello castaño rubio y sus ojitos azules de ciervo —resopló.

—Tienes tu propia belleza salvaje en ti —respondió—. Tus ojos son tan plateados y brillantes como la luna que nunca antes he visto en nadie, es la contradicción perfecta para tu largo cabello negro como la noche —describió.

—Déjate de tonterías, esos tipos han matado a gente por menos y ambos lo sabemos —espetó con mal humor—. En cuanto vean que SiWon se pasó de listo con ellos, me cortaran la cabeza.

—Hicieron un acuerdo, comenzarán una pelea sin sentido —argumentó el mayor.

—Sí, en la cual ellos terminarán ganando porque a pesar de que nuestro estúpido padre ha tenido una buena racha, ambos sabemos que nuestra fuerza no es nada comparada a los del Clan Min —respondió enojado—. Lo último que escuché fue que ganaron otra isla y aniquilaron un clan entero —le recordó.

—Si quisieron hacer un trato con nuestro padre en primer lugar, exigiendo a cambio un doncel, es porque realmente les debe de faltar —expresó pensativo—. Aunque no seas Baekhyun, eres un hombre con la capacidad de quedar embarazado, que es lo que les importa a ellos.

—Cuando llegue allá dejará de ser algo que necesitan y se concentrarán en el orgullo —argumentó frustrado—. Además, ¿realmente crees que no han tomado mujeres y hombres como esclavos con todo el territorio que han conquistado? —resopló.

—Tienes un estatus diferente al de un esclavo —indicó.

—Pero no me tratan diferente a uno —respondió sin humor.

—Si exigieron a un doncel, entonces es porque no han capturado a ninguno como esclavo —comentó pensativamente su hermano—. Sabes que los donceles producen guerreros más fuertes, te querrán aunque no seas lo que se les prometió.

—No puedo hacer esto, necesito un plan de escape —expresó levantándose para caminar entre las paredes de ese pequeño cuarto.

—No puedes escapar de aquí —negó observando hacia la ventana.

—No puedo simplemente quedarme aquí sin hacer nada —expresó frustrado—. Tampoco iré allá estúpidamente solo con pensamientos de amor y paz, confiando en que me querrán solo porque soy un doncel, ellos han matado monstruos y hasta trabajan con dragones, Taeyang, ¿si comprendes esa parte, cierto?

—Estarás bien, si eres tú, puedes con ello —aseguró confiado.

—No sucederá solo por desearlo así —negó y tomó asiento rendido otra vez—. ¿Cómo está Bae? —preguntó, recordando el rostro lloroso de su hermano y sus gritos cuando lo atraparon los guardias y se lo llevaron.

—Tan mal como podría estar, siente que es su culpa que te estén llevando al clan Min y le rogó a nuestro padre que enviara a otro doncel, pero solo recibió un golpe a cambio —contó.

—Auch, eso debió de haber roto su ilusión de que SiWon es un padre amoroso —comentó.

—Minnie...

—¿Qué? No es por ser malo, pero ambos sabemos que SiWon ha favorecido más a Baekhyun solo por su buena apariencia y porque si lo mantiene feliz, también lo estará su madre, que ha logrado mantener su puesto como favorita —le recordó y suspiro frustrado—. Ninguno de los dos debería de ir con el clan Min, como Bae dijo, nuestro padre podría enviar a otros donceles, mierda, tiene esclavos que son donceles y los tiene trabajando como putas para cuando los guerreros vuelven.

—No puedo creer que esté haciendo esto, sigues siendo su hijo a pesar de todo —expresó su hermano.

—Y ambos sabemos que a ese hombre no le interesa para nada, tiene bastardos esparcidos en otros lugares y no puedes negarlo, él mismo se jactó de ello en el último banquete luego de emborracharse —le recordó.

—Nosotros somos los que tienen el apellido Park, eso es lo que importa —indicó y ambos observaron hacia la puerta cuando escucharon voces.

—Eso suena como tu esposa —comentó Jimin.

—Esa definitivamente es HyoRin —anunció Taeyang, levantándose de un salto cuando escuchó una amenaza sobre cortar unos huevos.

Quedándose sentado, Jimin observó a su hermano mayor abrir la puerta y entonces contempló a su muy embarazada cuñada siendo seguida por una mujer mayor que observaba preocupada a HyoRin.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Taeyang, apartando al guardia que le observó con molestia.

—Por supuesto que vine a ver a Jimin y este idiota no me dejaba pasar —se quejó furiosa—. Incluso me empujó viendo que estoy esperando a...

La sorpresa invadió el rostro de todos cuando Taeyang ni siquiera dejó a su pareja terminar antes de lanzarse sobre el estúpido hombre que había molestado a su esposa.

—Debí de haber comenzado por eso primero —expresó HyoRin, observando a su esposo seguir golpeando a ese arrogante guardia.

—Y dicen que yo soy el que siempre anda causando problemas —comentó Jimin, observando a su cuñada con una pequeña sonrisa de labios divertida.

—¡Minnie! —exclamó la mujer, inmediatamente pasando por al lado de los dos hombres que seguían peleando...

O más bien, por al lado de su esposo, que seguía dándole una lección a ese hombre, para ir con el hermoso doncel pelinegro.

—¿Estás bien? ¿Estos imbéciles te lastimaron? —exclamó tomando asiento a su lado en la cama.

—Estoy bien —aseguró Jimin, pero aquellos ojos mieles siguieron recorriendo todo su cuerpo en busca de heridas—. En serio, solo fueron algo brutos al encerrarme aquí, pero cuando no han sido así —resopló y observó a su hermano gritarle al guardia sobre el respeto y quienes eran ellos para él.

—Escuché todo, no puedo creer que SiWon esté pensando en venderte a esos salvajes —gruñó con mal humor.

—Ah, pero lo gracioso de esta historia, es que ellos no me quieren a mí, quieren a Baekhyun, pero como no lo nombraron explícitamente con nombre y todo, es que me va a mandar en su lugar —reveló y su cuñada jadeó antes de soltar más maldiciones que él mismo.

—Esto es injusto, todos sabemos que Baekhyun no soportaría ni un solo día con el clan Min, pero enviarte a ti en cambio... —gruñó—. Si puedes ir tú, entonces perfectamente puede mandar a cualquier otro doncel o mujer —espetó enojada, colocando una mano sobre su abultado vientre.

—No quieren una mujer, solo pidieron a un doncel —expresó Taeyang finalmente entrando en la pequeña habitación otra vez—. Debieron de haber escuchado los rumores de que un hombre con la capacidad de dar a luz tiene herederos más fuertes que una mujer y como ellos se basan meramente en la fuerza bruta y sus dragones...

—¡Que mande a otro doncel entonces para cerrar su tonto trato! —exclamó furiosa—. Si solo quieren a uno, cualquiera servirá.

—Si envía a otro cualquiera los Min se sentirán engañados, pidieron al doncel más hermoso describiendo a Bae porque saben que es su hijo, si aparece un cualquiera habrá una guerra y nadie quiere pelear contra el clan Min —explicó.

—Entonces ¿qué? ¿Solo hay que sacrificar a Jimin por un estúpido trato que tu padre hizo solo para tener una buena maldita cerveza? —vocifero irritada—. Eso no es justo por donde sea que lo veas.

—No me dijiste la parte en la que habían pedido un Park —indicó Jimin observando a su hermano mayor con el ceño fruncido.

—Me enteré de ello cuando intenté convencer a nuestro padre de que enviara a otro doncel en tu lugar —reveló.

—Entonces, los Min parece que si tienen cerebro —comentó con un bufido—. Es un trato extraño, pero para asegurarse de que se cumpla pidieron al hijo del jefe Park sabiendo seguramente lo apreciado que es Bae, en teoría, lo querían para utilizarlo como rehén en caso de que nuestro padre no cumpliera.

—Solo que ellos no sabían que SiWon tiene más de un hijo doncel y es un bastardo avaricioso —dijo HyoRin, chasqueando su lengua—. No puedo dejar que algo como esto ocurra —anunció repentinamente.

Curioso, Jimin contempló a su cuñada indicarle a la criada que le seguía que entrara.

—Dámelo —ordenó.

Soltando un profundo suspiro resignado, la mujer abrió la capa revelando el arco de Jimin junto a sus flechas y HyoRin los tomó.

—HyoRin... —pronunció su esposo.

—Tú te callas —ordenó observando enojada a su pareja—. Sabías que algo estaba ocurriendo y aun así no le advertiste a Jimin y permitirse que lo atraparan —gruñó lanzándole una feroz mirada antes de concentrarse en su cuñado—. Toma, ten esto y escapa tan lejos como puedas —dijo entregándole ambas cosas.

—No puede escapar en este momento, papá tiene guardias esperando por Jimin y dio permiso para utilizar la fuerza si intenta escaparse —expresó.

—No podemos quedarnos aquí sin hacer nada —exclamó HyoRin.

—Cálmate, gritando y enojándote, solo lograrás que tu bebé nazca antes de tiempo —advirtió Jimin observando su arco—. Quiero irme, pero si lo que dijo Taeyang es cierto, vendrán a buscar a Bae cuando yo no llegue y ambos sabemos que él no duraría ni un día —expresó con un suspiro.

—Pero... No es justo —se quejó su cuñada.

—No, no lo es —apoyó Taeyang—. Es por eso por lo que he pensado en un plan —anunció, logrando que ambos contrarios le observaran.

—¿Un plan? —preguntó la pareja de este, perdiendo parte de su molestia.

—Sí —asintió y observó a la criada que seguía con ellos—. Espera afuera y ponte alerta, si ves a un guardia avisamos, ¿de acuerdo? —ordenó.

Asintiendo tan nerviosa como se veía, la mujer se alejó rápidamente para montar guardia.

—Entonces, ¿cuál es tu maravilloso plan? —preguntó el doncel de cabello negro, colocando sus deslumbrantes ojos plateados en su hermano.

—Colocaré a un hombre de confianza en el barco que te ayudará a escapar —anunció.

—Brillante, pero olvidas la parte en la que si no voy, padre tendrá que llevar a Baekhyun —alzó una ceja.

—No precisamente —indicó con una sonrisa—. Con lo tramposo que es nuestro padre, si fingimos tu muerte, él les hará creer que quien murió era Bae, por lo que estaría enviando a cualquier otro doncel con tal de mantener a salvo a nuestro hermano menor —explicó.

—Tu padre es capaz de mentir así —asintió HyoRin—. Solo hay que averiguar cómo es que fingirás tu muerte —expresó, observando al doncel.

—Es un barco y creen que soy un simple doncel que no puede hacer nada por sí mismo, habrá oportunidad para fingir mi muerte —aseguró—. Solo tengo que averiguar a dónde iré luego de ello.

—Te irás con el hombre que te enviaré —anunció su hermano—. El conoce un clan cerca de la tierra de los Min que te podría aceptar, pero no te prometo que tendrás exactamente una buena posición, solo que no serás pasado como esclavo —explicó.

—Me conformo con ello —asintió—. ¿Cuándo partirá el barco?

—Mañana mismo —respondió con una mueca.

—¿Mañana? ¿Tan pronto? —jadeó HyoRin.

—Sí, padre no quiere hacer esperar mucho al clan Min por temor a que estos vengan en persona a buscar a Bae y descubran la verdad —explicó con una mueca—. A mí tampoco me agrada, pero no hay forma de hacerle cambiar de parecer.

—¿Puedes hacer que tu hombre lleve mi arco y flechas? —pidió—. Estoy seguro de que no me dejarán llevar nada y necesito algo con que defenderme —explicó.

—Le diré al respecto —respondió y observó hacia la puerta cuando la criada apareció.

—Señor, viene alguien —informó asustada.

—Es hora de irnos, HyoRin —anunció y ayudó a su pareja a levantarse.

—Llévate a Nalu contigo para poder seguir hablando a través de cartas —pidió abrazando a Jimin—. Sabes que ella puede viajar sin problema largas distancia.

—Si logras que vaya en el barco la llevaré —respondió y luego fue con su hermano, entregándole su arco—. Dile a Bae que estaré bien y que no es su culpa —pidió.

—Lo haré —respondió y salió de la habitación junto a su esposa.

Quedando a solas en la habitación, Jimin se recostó en la incómoda cama y cerró sus ojos, esperando el mañana.

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