31.

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Advertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse

este capítulo contiene smut

Hoseok nunca tuvo deseos homicidas hacia alguna persona, ni siquiera cuando fue cruelmente molestado en el colegio. Sin embargo, en ese preciso instante, estaba luchando contra las ganas de acercarse a ese omega que le coqueteaba descaradamente a Yoongi.

Su Yoongi.

Sentía la ira hervir en su cuerpo y poco más quería atacar el cuello de ese chico, morderlo y hacer que se desangrara. Un poco exagerado, pero no podía evitarlo, porque las ardillas eran celosas por naturaleza, en especial en lo respectivo a sus parejas. Hasta el momento nunca tuvo motivos para actuar de esa forma, ya que Yoongi jamás siquiera miró a otro omega con ojos románticos. Hoseok sabía muy bien que su novio le amaba.

Pero le enfurecía enormemente ver cómo los omegas se le quedaban mirando. En especial ese último.

―Uh, Hobi, apestas a feromonas de enojo ―comentó Taehyung, haciéndose oír por el ruido de la música.

―Mira a Yoongi ―dijo Jungkook―, sigue conversando con ese chico como si nada. Si fuera Jimin...

―O Jin ―provocó Tae.

―... le lanzaría algo a la cabeza, como una zanahoria ―terminó de decir Jungkook antes de darle un golpe a su amigo zorrito, que se quejó.

Hoseok hizo un mohín con su boca. El chico omega, que era un híbrido de gato, le parpadeaba coquetamente a Yoongi. Lo había reconocido porque no era la primera vez que se le acercaba a su novio, pues eran compañeros de carrera, y cuando iba a buscarlo a su facultad, solía verlo muy cerca de Yoongi. Su novio decía que eran sólo amigos, sin embargo, la ardillita notaba el interés de ese omega y, a veces, lo captaba dirigiéndole miradas de odio a él.

Ese día en específico habían salido todos a una fiesta de la universidad o, como solían decir también, festival y jolgorio. La universidad había prestado uno de los gimnasios para la fiesta final, así que ahí estaban, sentados en una de las gradas mientras los tres miraban a Yoongi hablar con Jinho. Namjoon fue en busca de bebidas junto con Jimin, y Yoongi había ido al baño cuando fue interceptado por Jinho.

―Ya, ve a buscar a Yoongi ―suspiró Jungkook cuando pasó otro largo minuto y el novio de su amigo seguía conversando con el roba-novios.

Hoseok emitió ahora un bufido y se puso de pie, estirando su playera. Confiaba en su novio, claro que sí, al fin y al cabo, la semana pasada cumplieron tres años juntos. Hoseok llevaba su marca con orgullo, le gustaba mostrarla y hacerle saber a todo el mundo que era una ardillita ocupada. Pero sus instintos animales eran más fuertes en esa situación, y lo único que quería era arrancarle la sonrisita a Jinho de un puñetazo.

Se abrió paso por la multitud de personas, acercándose lo más rápido posible a Yoongi, y cuando ya estaba a solo pasos de él, cambió su expresión: puso una sonrisa enorme.

―¡Yoonie! ―gritó con fingida emoción, lanzándose sobre su novio y agarrándole el brazo―. ¿Vamos a bailar?

―Uh, Hoba ―Yoongi se rió con su gesto, pasando un brazo por su cintura y atrayéndolo hacia él―, mira, Jinho me estaba hablando sobre una de las clases...

Jinho ya no le sonreía a Yoongi y miraba con mala cara a Hoseok. El omega ardillita seguía sonriendo con encanto, aunque había poco humor en sus ojos, y sin evitarlo, extendió feromonas posesivas alrededor de su chico.

―¿Pero por qué conversan de las clases en esta fiesta? ―exclamó Hoseok, volviendo a tirar de Yoongi―. Vamos a bailar, por fis...

―No seas grosero con Jinho ―le regañó Yoongi―, ni siquiera le has saludado.

Hoseok miró a Jinho.

―Hola ―poco más le escupió la palabra―. ¿Ahora si vamos a bailar?

―No te preocupes, Yoongi hyung ―habló ahora Jinho, fingiendo incomodidad―, ya me di cuenta de que no soy bienvenido aquí. Por eso te decía que nuestro trabajo lo hiciéramos en mi departamento.

¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeé? ¿Trabajo de qué?

Su cuello casi se quebró al mirar a Yoongi, con su mano apretándole un poco el hombro en un gesto disconforme. Yoongi lo miró con cara de que se tranquilizara.

―El trabajo que te conté ―le explicó Yoongi―, pero lo haremos en la biblioteca. No es necesario ir a tu departamento, Jinho...

―Mmm... ―el omega roba-novios puso una expresión triste―, pero quería mostrarte algo, Yoongi hyung...

―¡Ya, vamos a bailar! ―rabió Hoseok, ahora sin importarle si estaba siendo grosero y pesado―. ¡Y tú, vete al diablo! ―añadió, y tiró de Yoongi, que por la sorpresa apenas barboteó algo y no alcanzó a despedirse mientras que Jinho los observaba con incredulidad.

Arrastró a Yoongi mientras refunfuñaba por lo bajo, llevándolo a mitad de la pista y abrazándolo por el cuello. Su novio comenzó a regañarlo, pero Hoseok no quería escucharlo y, por lo mismo, le estampó un beso en la boca que pronto escaló a meterse las lenguas y emitir gruñidos bajos.

―¡Oigan, consíganse un cuarto! ―gritó Namjoon, que pasó por allí llevando de la mano a Taehyung.

Se separaron con un chapucero ruido. Yoongi le miró con los ojos oscurecidos, pero Hoseok seguía algo enfadado.

―¡Odio a Jinho! ―le comenzó a sisear el omega―. ¡No quiero que hagas más trabajos con él!

―Hoba ―gruñó Yoongi―, es un amigo...

―¡Claro que no lo es! ―Hoseok empezó a balancearse al ritmo de la música y Yoongi lo abrazó por la cintura―. Te hace ojitos todo el día, ¡y no entiende que tú eres mi novio!

―Él lo sabe.

―Él te quiere robar ―Hoseok sentía el loco impulso de agarrarlo y esconderlo tras su gran colita de ardillita, como si Yoongi fuera una bellota―. ¡Lo odio!

―Mmmm ―Yoongi hizo un gesto con su boca, como si lo estuviera desestimando, pero Hoseok no pudo evitar relajarse cuando el alfa lo acercó más y apoyó su cabeza contra su hombro―, ¿de qué te preocupas, Hoba? Tú eres mi lindo omega. Jamás te cambiaría por nadie.

El menor se recostó contra él, devolviéndole el abrazo y meciéndose al ritmo de la música. Sabía que Yoongi tenía razón y los celos le hacían actuar de manera muy irracional, casi un poco demasiado infantil, pero no podía evitar comportarse así, ¡le enojaba mucho que miraran demasiado a su novio! Yoongi igual solía ser algo celoso, aunque era algo distinto, creía el omega, porque su novio era muy atractivo y eso atraía a cualquier omega. Todos encontraban guapo a Yoongi, ¡porque lo era, evidentemente! Pero él, por el contrario, no atraía muchas miradas. Era...

Sintió a Yoongi gruñir contra su hombro.

―Siento tu inseguridad ―le murmuró Yoongi―, y no te atrevas a seguir ese hilo de pensamientos, Hoseok, o me enfadaré también.

―Tú sabes...

―... ¿Cuándo Jisung te coqueteaba tan descaradamente que quería arrancarle la cabeza de un mordisco? ―recordó Yoongi―. ¿O esa chica alfa de hace meses que te compró un helado?

―Hyejin lo hacía por amabilidad.

―Lo hizo porque te estaba cortejando ―los ojos de Yoongi brillaron―, porque eres precioso y todos deberían admirarte, Hoseok.

Antes de que pudiera discutirle, otra vez se besaron escandalosamente, con Hoseok jadeando un poco ahogado al percibir la lengua entrando en su cavidad bucal. Yoongi le agarró con más fuerza por la cintura, gruñendo de nuevo, y el omega cerró sus ojos para abrazarlo por el cuello.

―¡Qué vayan a un motel, par de cochinos! ―gritó Jin, apareciendo y arrastrando a Jungkook a la pista de baile mientras Jimin protestaba.

Se alejaron con los ojos oscurecidos y ni siquiera se detuvieron a conversarlo: salieron lo más rápido que pudieron del gimnasio, hacia la salida de la universidad, con las feromonas alborotadas. Yoongi no se dio cuenta, pero cuando iban saliendo, Jinho estaba cerca de la puerta y los ojos de ambos omegas se conectaron.

Hoseok, por supuesto, hizo lo obvio: le sacó el dedo del medio junto con la lengua, viendo con orgullo la manera en que el rostro del omega se deformaba por la ira.

Se apresuró a salir tras Yoongi, evitando así una posible pelea de omegas. Aunque por defender a su alfa, Hoseok sería el omega más valiente del mundo.

Pidieron un taxi, que para fortuna de ambos, pareció notar que la pareja quería llegar pronto a su hogar, así que apretó el acelerador. Estuvieron en su departamento en menos de veinte minutos, y entraron al lugar volviendo a besarse con salvajismo.

Las últimas veces que se habían acostado resultó más salvaje y feroz que antes. Ahora que ambos se establecieron en una relación duradera, el sexo también evolucionó a algo un poco más animalesco y revoltoso. Yoongi emitía profundos gruñidos de su garganta, provocando al omega y haciendo que lubricara con fuerza. Por lo mismo, las prendas de ropa no tardaron en caer al suelo y los dos estaban acostados en la cama. Hoseok chilló cuando sintió una mordida en su labio inferior y las manos del alfa amasando su culo.

―Por dios, que gorda me pones la polla, Hoseok ―le gruñó Yoongi, y Hoseok se rió entre gemidos al sentir la, efectivamente, gorda polla del alfa contra su entrepierna.

―Amo tu polla ―afirmó el omega, abriendo sus piernas para que se acomodara en él―, la amo... Oh... Tan dentro de mí...

Nuevos gruñidos roncos, con los dientes del alfa rozando su cuello. Había algo extrañamente excitante en eso, pensaba Hoseok, en que su vida estuviera tan a merced de un carnívoro como Yoongi (sabía que nunca le haría daño, pero santo dios, le provocaba tanto la sensación de peligro).

A Hoseok le encantaba tener sexo con Yoongi. Desde la primera vez, y a pesar de que muchas veces la timidez le ganó, los momentos de intimidad con el alfa los amaba porque le hacían sentir muy deseado y amado. Vivió gran parte de su vida creyendo que jamás sería deseado por ningún alfa debido a su cuerpo, y a pesar de que a veces todavía tenía esos pensamientos invasores, sabía que muchos de ellos eran ideas preconcebidas sin fundamento alguno. En especial, esos pensamientos se esfumaban cuando veía el endurecido miembro del alfa gotear por él.

Cuando la sintió rozar su agujero emitió un escandaloso chillido de ardilla, oyendo las risitas de Yoongi por lo mucho que temblaba bajo él. Al volver a besarlo, el alfa no tardó en deslizarse dentro de su húmedo agujero, y los ojos del omega revolotearon por lo bien que se sentía eso.

―Dios, eres tan... tan delicioso... ―le gruñó Yoongi, encantado por la manera en que la entrada de Hoseok le apretaba―, que ganas de... de comerte, bebé...

―¡A-anúdame! ―pidió Hoseok, jadeando sin control alguno cuando Yoongi empezó a embestirlo―. ¡Lléname, alfa!

Yoongi volvió a reírse, comenzando a mecer sus caderas contra Hoseok, y el omega sólo lo abrazó con fuerza, como queriendo que no se alejara demasiado de él. Era una de las cosas favoritas del menor cuando se acostaba con su novio: sentirlo tan cerca, siendo uno solo en ese momento.

Pudo sentir los labios del alfa deslizándose otra vez por su cuello, los colmillos rozando su glándula de feromonas, y su agujero se apretó de manera automática alrededor de la polla de Yoongi. El gruñido del alfa le sacó un estremecimiento y echó su cuello hacia atrás, temblando por las constantes embestidas y la forma en que la gruesa verga del mayor golpeaba contra su sensible próstata.

―Dios ―le escuchó murmurar―, mira cómo me tienes, Hoba ―Hoseok miró, entro sus ojos nublados y húmedos por el placer, el rostro de Yoongi. El alfa tenía el cabello sudoroso, los ojos afiebrados y la cara enrojecida―, eres tan hermoso ―un nuevo beso en la boca―. ¿Puedo preñarte? Déjame preñarte...

Hoseok soltó un par de risas jadeantes.

―¡Bu-bueno, ya! ―gimoteó el omega―, ¡préñame, alfa! ¡Anúdame y... y préñame!

Yoongi emitió un nuevo gruñido y Hoseok soltó una queja enorme al sentir cómo se detenía.

―¡Oye, no... no pares...! ―reclamó el omega, medio enfadándose.

―Móntame ―dijo Yoongi, y el menor abrió sus ojos con fuerza―, vamos, móntame. Quiero verte rebotar en mi polla...

―¡No seas tan sucio! ―chilló el omega, avergonzado, y Yoongi lo miró con cara de que no fuera idiota. No pudo evitarlo, y Hoseok le dio un golpe―. ¡Hablo... hablo enserio!

―¿Sucio? ―una sonrisa malvada se extendió por el rostro del alfa―. Puedo ponerme muy sucio, peor de lo que crees ―con esa sonrisa maldadosa Yoongi se inclinó, sus ojos brillando tan ferozmente―. ¿Quieres que hable de lo mucho que me pone verte tan húmedo por mí, pequeña cosita pervertida y linda?

Hoseok iba a darle un nuevo golpe, y las ganas no le faltaron cuando sintió la manera en que producía más lubricante. Yoongi lo sintió, por lo que su sonrisa más grande de ser posible. Hoseok iba a pegarle hasta que le escuchó hablar.

―Vamos, ¿quieres montar mi polla? ―no sonaba a una sugerencia―. Sé que tu culo goloso quiere tragarse mi verga, siento lo mucho que le encanta.

Hoseok lo mataría. Luego de que follaran, agarraría una almohada y lo asfixiaría por hacerle eso. Pero por supuesto después de que le hiciera tener su orgasmo.

Yoongi pareció adivinar sus pensamientos, porque la sonrisa no se borraba de su rostro. Antes de que Hoseok pudiera quejarse, el alfa le agarró de la cintura y tiró de él, arrancándole un gemidito bajo al enterrarse más dentro de su ano. De pronto, Yoongi se estaba recostando en la cama, y Hoseok se encontraba encima de él, y por dios, quiso no hacerlo, pero el omega no tardó en mover sus caderas.

―Eso, así, así ―alabó Yoongi con un gruñido―, te ves tan sucio rebotando en mi polla, cariño...

Hoseok apoyó sus manos en el pecho del alfa, jadeando y queriendo que el pene del mayor llegara tan profundo en él. Quería demasiado que lo anudara.

―¡Alfa! ―gimió Hoseok―. ¡Alfa, por fa-favor!

―Depende de ti ―gimoteó Yoongi, agarrándole con más fuerza de la cintura―, vamos, sólo fóllate con más fuerza, bebé... Déjame llenarte con mi semen y anudarte para dejarte preñado...

―¡Sí, sí! ―sollozó Hoseok, y ya sin pensarlo, se dedicó a mover con más fuerza su cuerpo, levantándose con sus muslos y cayendo con fuerza en la polla de Yoongi―. ¡Ah, a-alfa!

Yoongi sólo emitió otros gruñidos salvajes y a Hoseok le encantaba mirarlo para ver sus colmillos asomarse por entre sus labios, con los ojos entornados y luciendo tan salvaje. Al omega le encantaban las características de pantera de su novio, y quizás una de las cosas que más amaba era sentir las púas en la base de la polla de Yoongi. Siempre lograba hacer que el placer aumentara hasta un punto inimaginable.

Ahora no fue la excepción: cuando Hoseok logró que gran parte del pene de Yoongi entrara en él, bastó para hacerlo llegar al cielo. Al sentir las protuberancias rozar los bordes de su entrada emitió un gemido demasiado escandaloso, y Yoongi tiró de él, hacia abajo, para morderle su marca. Hoseok chilló, pero terminó por estremecerse, sollozar y correrse en el pecho del alfa, antes de sentir al alfa meterle la polla lo más profundo posible para correrse en él y anudarlo.

Los dientes de Yoongi se enterraron un poco más en él, y Hoseok trató de aguantar un poco el leve dolor. Ya se había acostumbrado a las mordidas del alfa, y es que eso era algo que no podía decirle que no hiciera, porque era parte del instinto de su novio: a los carnívoros le encantaban las mordidas y marcar lo más posible a sus parejas. Incluso tuvieron una leve discusión cuando, una vez, Jungkook apareció con un collar de marcas en su cuello auspiciado por Jimin.

¿No te duele? ―le había preguntado Hoseok al mirarlo, admirando de cerca las mordidas de Jimin.

Jungkook sólo se encogió de hombros.

Duele un poco ―admitió―, pero ahora, me gusta como se ve. Me hace sentir seguro y protegido por mi alfa.

Hoseok sorprendió a Yoongi mirando el cuello de Jungkook con una expresión extraña en sus ojos. No quiso preguntárselo enseguida para no verse impertinente, pero cuando regresaron a casa, no pudo evitarlo.

¿Puedo hacerte un collar de marcas? ―le preguntó Yoongi, algo receloso.

El omega enmudeció, algo atónito por la petición.

¿Por qué quieres hacerlo? ―preguntó sorprendido.

Los alfas carnívoros... Tenemos una necesidad por hacerlo ―explicó Yoongi con cuidado―. Se da más en los lobos, pero en general, es una manera de reclamar parejas y hacerle saber a todo el mundo que son omegas ya tomados.

A Hoseok le pareció un poco raro, pero por sobre todo, le generó mucho pavor también. El omega tenía poca tolerancia para el dolor en general, y le daba mucho miedo desangrarse con algo como eso. Era estúpido, lo sabía, pero no podía evitar tener ese pensamiento de que podía generarle la muerte o algo así.

Yoongi insistió poco, pero al ver que Hoseok realmente no quería, dejó de hacerlo. Sin embargo, el omega fue cambiando de opinión poco a poco al ver que Jungkook aparecía más seguido luciendo su cuello.

El alfa no los hacía seguido, sólo cuando se sentía muy posesivo. Hubo una ocasión especial en que lo hizo, que fue cuando hubo una junta de compañeros de secundaria, todos fueron y, al saber que Jisung también iría, le rogó e hizo un berrinche para que Hoseok le dejara marcarle el cuello en mordidas. El omega terminó aceptando sólo para que Yoongi dejara de gruñir cada dos por tres al hablar.

Al final, no lo valió de mucho, porque Jisung fue con su nueva pareja. Hoseok no podía creerlo cuando lo vio llegar de la mano con otro alfa llamado Minho, que era un híbrido de conejo. Incluso Yoongi quedó incrédulo con eso.

¿Quién crees que le dé a quién? ―le susurró Taehyung.

¡No seas grosero! ―chistó Jungkook―. ¡Obvio que el conejo, por supuesto!

¡Claro que no! ―intervino Hoseok―. ¡Jisung debe ser el que le da!

Jungkook y Hoseok se enfrascaron en una discusión, sólo para que terminara ganando Jungkook cuando vieron a Minho agarrando a Jisung de las caderas con una expresión sucia.

Por supuesto ―razonó Taehyung―, los conejos son los calientes.

Eso indignó a Jungkook como no se imaginan.

De cualquier forma, Hoseok ya aguantaba mejor las mordidas de Yoongi. Lo soportaba mejor cuando lo hacían mientras se acostaban, con él anudando y el placer a flor de piel, confundiendo así levemente las sensaciones.

―Mmm... ―gimoteó Hoseok sintiendo el esperma llenándolo―, Yo-Yoongi...

Yoongi gruñó, todavía mordiendo su cuello. A Hoseok le sorprendía un poco lo mucho que perdía el sentido su alfa en el sexo, volviéndose un poco más animal que de costumbre.

―Tendrás que... que limpiarme después ―reclamó el omega apenas, y cómo respuesta Yoongi movió sus caderas para que el nudo entrara más―. ¡O-Oye!

Más gruñidos. Hoseok rodó los ojos.

Finalmente, cerca de quince minutos después, el nudo bajó y Yoongi dejó de morderle. Hoseok no se quitó de encima, porque sabía que apenas lo hiciera, el semen en él se filtraría hacia fuera. Sintió las suaves lamidas del alfa en su cuello, como si quisiera aliviar ese dolor. El omega se enderezó levemente y le dio un beso en la boca.

―Me encanta el sexo por celos ―dijo Yoongi cuando dejó de besarlo―, eres tan lindo, Seok.

―Claro que soy lindo ―Hoseok soltó una risita, un poco orgulloso de sí mismo―, ¿no me lo dijiste? "Cosita pervertida y linda" ―lo miró ahora con mala cara, agarrando la almohada―. ¡Como vuelvas a decir eso para avergonzarme, te morderé la polla, idiota!

Yoongi sólo gritó cuando Hoseok comenzó a ahogarle con la almohada, sin poder creer que su pequeña ardillita se abochornara por algo tan tonto como eso. En fin, las cosas que soportaba por amor.

¡gracias por leer!

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