6.

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Advertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse

Hoseok decidió vestirse con su segunda sudadera favorita, una que decía ‹‹¡Cuidado! ¡No pises la ardilla!››, con una cómica ardillita aplastada dibujada en el centro.

Frunció el ceño al mirar su reflejo en el espejo. Esa sudadera lo hacía ver algo más ancho, con ese color pastel rosado, pero de verdad que le gustaba mucho por lo calentita que era. Agarró el brillo labial, aplicándoselo en los labios con furia, tratando de no mirar mucho su cuerpo en el espejo.

A veces, cuando se miraba mucho, se ponía a llorar, y si lloraba antes de su cita, su rostro se iba a hinchar y eso lo haría ver más gordo de lo que ya era. Hobi no quería verse más gordito para Yoongi, aunque sabía que ese cortejo no dudaría mucho.

Miró el delineado sobre sus ojos, pensando que ya no se veía tan mal, y agarró su bolsito rojo, revisándolo. Al ver que no había bellotas, se dirigió al patio, viendo a sus hermanos menores colgándose del árbol.

―Llénenlo ―les pidió, abriendo el bolsito, y Somin y Haein no tardaron en hacerlo, chillando por la felicidad.

Al ver que ya estaba con varias bellotas, les acarició las cabecitas pequeñas, despidiéndose de ellos para ir hacia la feria. Decidieron que su cita sería allí otra vez, para disfrutar de los juegos a pesar de que Hoseok no se subiera a mucho por el miedo.

Se encontró con Taehyung y Jungkook al bajarse del bus, los tres esperando a los alfas, que todavía no aparecían.

―¿Y si realmente no le gusté a Namjoon? ―preguntó Tae, preocupado.

―¿Por qué no le gustarías? ―dijo Jungkook, confundido―. Eres muy bonito, TaeTae.

Taehyung sonrió, algo apenado.

―Porque todos dicen que soy raro ―dijo, luciendo tan deprimido―, y Namjoon es muy inteligente, ¿por qué se fijaría en mí?

Hoseok sacudió la cabeza, sabiendo las cosas que le decían a Taehyung. De los tres, era al que menos molestaban, por ser carnívoro y bonito físicamente, pero a veces se burlaban de su forma de razonar. A Taehyung le costaban un poco las Ciencias y hacía muchas preguntas por eso, preguntas que a veces el resto del curso encontraba tontas, por lo que se reían de él.

Pero Taehyung era muy inteligente y habilidoso: pintaba bonito, sacaba hermosas fotografías y tenía una linda voz. Además, a veces su razonamiento realmente tenía algo de lógica, que a primera vista no se apreciaba.

―Se fijará en ti porque no es superficial ―dijo Hoseok, agarrándolo de las mejillas―, y si no lo hace, ¡entonces no es tan inteligente como aparenta ser!

Taehyung le sonrió, contento por los ánimos de Hoseok, e incluso Jungkook sonrió, entusiasmado por el ambiente renovado entre ellos. Aprovechando que los alfas seguían sin aparecer, el conejito se adelantó:

― ¿Y tú? ―preguntó Jungkook―. ¡Yo creo que Yoongi y tú terminarán casados y con bebés!

Hoseok soltó a Tae, poniendo una expresión horrorizada mientras el zorrito le miraba con una sonrisa pícara. Jungkook soltó una risita pequeña.

―¿Qué estás diciendo? ―dijo Hobi―. ¡Es imposible!

―¿Y por qué? ―dijo Tae.

―¡Porque él... él es una pantera! ¡Y yo una ardilla!

―Jungkook es un conejito y eso no impidió que se meara sobre Jimin ―razonó Tae.

Jungkook enrojeció, pero antes de poder decir algo, retrocedió automáticamente al ver que tres carnívoros conocidos se acercaban a ellos.

―¡Hola! ―saludó Jimin, entusiasmado―. ¿Tuvieron que esperar mucho? Es que nos costó despertar a Yoongi.

La bonita piel blanca del más bajo se volvió colorada ante la vergüenza, pero decidió golpear a Jimin en el costado, arrancándole un quejido.

―No debemos escoger pareja ahora, ¿cierto? ―preguntó Namjoon, con tono bromista.

Taehyung se adelantó, colgándose del brazo del híbrido de perrito con esa bonita sonrisa cuadrada. Namjoon se rió, rascándole detrás de sus orejitas de zorro, por lo que el omega respondió con una mirada satisfecha.

Jungkook se sobresaltó cuando Jimin dio un paso hacia él, retrocediendo de un salto, pero Jimin no puso una expresión triste, sólo levantó sus manos en señal pacífica, como diciéndole que no le haría daño. El conejito se debatió un instante –pareciendo luchar contra su propio instinto– antes de dar un paso, tímido.

―No me vas a comer, ¿cierto?

―No de la forma qué piensas ―soltó Jimin, sin pensarlo un poco.

Hoseok estuvo a punto de golpearse a sí mismo por la tontería que el lobo alfa dijo. Jungkook miró a Hobi.

―Ya no quiero ir con él ―dijo, sin importarle si lo dijo en voz alta.

El híbrido de ardilla estuvo a punto de decirle que podían ir juntos, pero antes de hacerlo, Yoongi le agarró la mano.

―Pues te jodes, porque Hobi es mi cita ―le dijo a Jungkook, mirándolo feo.

Namjoon y Taehyung parecían estar en una luna de miel, sin dejar de mirarse como idiotas.

Jungkook parecía a punto de hacer una rabieta, sin embargo, otra vez, Yoongi se le adelantó. La pantera ignoraba totalmente la cara atónita de Hoseok.

―¿Vamos a los juegos? ―preguntó.

―¡Oh, verdad! ―Namjoon tiró de Taehyung, que estaba pegado a él como un caracol a una pared―. ¿A cuál quieren ir primero?

―Yo no quiero ir a ninguno ―dijo Hoseok, dejándose arrastrar por Yoongi―, me dan miedo esos juegos, ¡un tornillo podría salirse y todos moriríamos, como en esa película!

―Apoyo a Hoseok ―dijo Jimin―, la otra vez sólo me subí por Jungkook, ¡pero no me gustó!

―¡Qué cobarde eres, Jimin! ―dijo Jungkook, sorprendido―. ¡Eres un alfa lobo!

―¿Y eso qué? ―trató de defenderse el híbrido de lobo―. ¡Qué sea alfa, no significa que no tenga miedos!

―Además, ¿por qué lo criticas? ―se burló Taehyung―. ¡Kookie, tú le tienes miedo a los microondas!

Jungkook enrojeció mientras pagaban sus entradas y Jimin trataba de no reírse. Hoseok sentía el agarre firme de Yoongi sobre su mano, tranquilo y con una sonrisa irónica en sus labios. Se veía realmente guapo.

―No hay problema si no quieres subirte ―aseguró Yoongi, llamando su atención―, podemos ir a otro tipo de juegos. ¿Qué tal el barco pirata?

Hoseok mordió su labio inferior. Podía escuchar a Jungkook tratando de convencer a Jimin de subir, sabiendo que lo estaba logrando, porque había abierto sus ojos lo más grande que podía y aplastado sus orejitas contra su cabello. Si Jimin aceptaba, entonces Hoseok se quedaría con Yoongi, como la otra vez, y él...

Hobi no quería quedarse a solas con Yoongi, porque tenía miedo de que el alfa de pronto quisiera reírse de él. O le abandonara. O le dijera algo cruel. O le pegara.

Tal vez Yoongi quería eso, que Hoseok fuera su presa, para que sólo él pudiera molestarlo, nadie más.

Pero tampoco quería subir a la enorme montaña rusa a la que se dirigían. Y no quería expresar sus preocupaciones con sus dos amigos, porque se notaba que ellos lo estaban pasando bien. Jungkook parecía haberle perdido el miedo a Jimin un instante, en tanto Taehyung iba muy acaramelado junto a Namjoon.

Vale, ¡si Yoongi lo molestaba, Hoseok se iría!

―Está bien ―le concedió―, aunque tampoco me gusta mucho ese juego, pero es menos feo que la montaña rusa.

Yoongi le sonrió, feliz por ver que Hoseok había aceptado su propuesta, y se despidieron de sus amigos, yendo hacia el juego del barco pirata.

―¿No quieres que te compre algo? ―preguntó de pronto Yoongi, mientras se abrían paso por entre la gente.

―¿Algo como qué? ―dijo Hoseok, desconcertado.

―¿Qué tal un sombrero? ―ofreció Yoongi, sus orejitas negras moviéndose en su cabeza―. ¡Podemos ir a juego con algún gorro si quieres!

―No es necesario ―se apresuró a decir Hoseok una vez se pusieron a hacer la fila―, ¡estoy bien así, Yoongi!

El alfa pareció enfurruñarse, pero la pobre ardillita trató de no tomarle importancia.

―¡No te lo dije! ―habló de nuevo Yoongi―. Pero te ves muy bonito, Hobi, ¡hoy hueles demasiado bien! Y tú delineado te hace ver tan precioso...

Yoongi extendió la mano para tocarle la mejilla a Hoseok, pero el instinto del omega fue mucho más fuerte, y retrocedió un paso en señal de defensa. La mirada del híbrido de pantera se tornó desilusionada y triste, y Hoseok se sintió un poco culpable.

―¿Me tienes miedo? ―preguntó Yoongi, apenado.

―Eres carnívoro ―trató de defenderse Hoseok, la fila avanzando―, y eres el primer alfa en... en cortejarme...

Al parecer, iban a tener que subirse en el próximo turno, así que Yoongi frunció el ceño levemente, su nariz arrugándose.

―¿De verdad? ―preguntó el alfa―. Pero eres muy bonito, Hobi, de verdad.

La ardillita comenzó a ponerse nerviosa, moviendo sus dedos sobre su ropa, agarrando el borde de la sudadera. Terminó por buscar una bellota de su bolsito, comiéndosela de golpe.

―No bromees con eso ―le dijo con sus mejillas infladas.

El ceño de Yoongi se frunció más.

―¿Qué estás diciendo? ―por el tono de voz del alfa, ahora sonaba medio enfadado―. Es la verdad, ¡eres hermoso! Estoy seguro de que algunos alfas te han mirado...

Sin poder evitarlo, Hoseok soltó una risa amarga e irónica, sacudiendo la cabeza, como si Yoongi estuviera contando un muy mal chiste. Al ver que la pantera no sonreía ni un poco, el omega lo observó.

―No ―le soltó―, no me han mirado, Yoongi, jamás he sido cortejado y ningún alfa me ha siquiera echado el ojo excepto para molestarme, porque estoy gordo. Probablemente tú también quieres reírte de mí, ¿no es así? ―Hoseok comenzó a enfadarse, pero consigo mismo, porque de pronto estaba soltando esa mierda que prometió no decir jamás―. Estás haciendo una apuesta con algún idiota de que puedes enamorarme para después burlarte de mí, ¿cierto? Porque ¿qué imbécil se enamoraría de este omega gordo lleno de grasa por todas partes?

A medida que Hoseok escupía todas esas cosas, la mirada de Yoongi se iba tornando más y más molesta, sus ojos brillando con ira, su boca formando un rictus de enojo. Al inicio, la ardillita no se sentía un poco intimidada, pero ahora que el silencio se instaló entre ellos, con el alfa luciendo tan irritado, sintió algo de miedo.

―No me conoces para decir esas cosas de mí ―le dijo Yoongi, su voz helada y fría―, no me conoces ni un poco, Jung Hoseok, porque lo que acabas de soltar es pura mierda que jamás se me ha pasado por la cabeza.

La fila volvió a avanzar. Yoongi se volteó, dejando de mirarlo y Hoseok no supo qué decir, enmudecido por sus cortas pero filosas palabras. Tal vez debería salirse de la fila e irse de allí, sin embargo, su instinto tiró de Yoongi, siguiéndolo y subiéndose al barco pirata, sentándose a su lado.

―Yoongi... ―tartamudeó Hoseok.

―Si quieres ―le cortó Yoongi, su tono todavía molesto, pero con un toque de tristeza que pudo sentir―, luego de esto, puedes irte a casa. Yo igual me iré.

Hoseok se sintió herido y apenado, aunque no tuvo mucho tiempo para pensarlo, porque en ese momento, la barra de seguridad del juego bajó hacia su cuerpo, asegurándolo. El omega empezó a sudar.

Unos segundos después, el juego empezó a moverse.

―Oh, mierda... ―balbuceó Hoseok, sintiendo como el alma se le iba del cuerpo con sólo la primera mecida―, oh, dios...

Yoongi pareció oler su miedo –literalmente– porque se volteó a mirarlo, su expresión repentinamente preocupada.

―Oye, Hobi...

―O-odio esto ―jadeó Hoseok, soltando un ruido bajo cuando el barco comenzó a agarrar velocidad lentamente―. Ay, mi-mierda...

Yoongi, sin pensarlo demasiado, le agarró la mano como para hacerle saber qué estaba allí, sobresaltándose al escuchar el primer grito de Hoseok. El barco ni siquiera agarraba una gran altura.

―Hobi, Hobi bebé ―balbuceó Yoongi, preocupado, haciendo una mueca por el aire golpeando su rostro―, si no querías...

―¡No quería arruinar la citaaaaaaaaaaaaaaaaah! ―gritó Hoseok, aterrado por la nueva caída, el juego ya andando más rápido.

―¡Hoooooooooooooooobiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! ―gritó también Yoongi.

―¡No quiero moriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiir! ―lloró Hoseok.

―¡AAAAAAAAAAAAH! ―gritaron los dos.

Minutos más tarde, Hoseok salió llorando del juego y Yoongi le compró una malteada de fresa para calmarlo.

―O-odio los juegos ―hipó Hoseok segundos después, más tranquilizado.

―Está bien ―Yoongi sacó un pañuelito desechable de su bolsillo―, si quieres, te puedo acompañar hasta tu casa.

Hoseok llevó sus labios hacia el popote, sorbiendo del vaso de malteada, e hizo una mueca al sentir su cerebro frío.

―¿Por qué me vas a llevar? ―preguntó Hoseok.

Yoongi parpadeó, confundido.

―¿Por qué no quieres salir conmigo?

―No sé ―Hoseok sintió ganas de llorar una vez más, así que, para evitarlo, volvió a sorber de la malteada―, estoy confundido, Yoongi. Yo no... no bromeaba cuando te dije eso de que... de que nadie me ha cortejado. Sé que... sé que no soy estereotipadamente bonito–

―Esa es realmente una palabra muy larga ―le interrumpió Yoongi.

―La he ensayado muchas veces ―se defendió Hoseok, suspirando antes de seguir hablando―, pero siempre me... me han molestado por estar gordo y es... es algo que ya asumí, que no... que nadie se va a fijar en mí por eso.

―Pero me pareces bonito ―insistió Yoongi, limpiando las lágrimas secas del rostro de Hoseok con cariño―, muy lindo, aunque no lo creas. Te demostraré que es en serio, Hobi. Me... me gusta mucho tu aroma, hu-hueles... hueles bonito y me dan ganas de seguirte todo el día. ¿Puedo hacerlo?

Hoseok parpadeó, dejando que Yoongi le apretara la nariz, sin un mohín de asco, sólo la evidente preocupación en su rostro. Se estaba volviendo a sentir cohibido en presencia del alfa.

Tragó saliva.

―Eso suena acosador ―dijo Hoseok.

Yoongi le sonrió, mostrando sus dientes.

―Sí ―aceptó Yoongi―, pero eso no quita lo que te estoy diciendo. ¿Me dejas cortejarte?

―¿Qué significa que me cortejes? ―preguntó Hoseok. En el caso de las ardillas, era todo coqueteos, regalos como bellotas o aguacates, jugueteos y rodar en el suelo en sus formas animales.

Yoongi le revolvió el cabello.

―Que voy a querer protegerte ―explicó Yoongi―, y marcarte en mi olor. También voy a... a querer jugar contigo, ¡pero inocentemente! ¡No voy a morderte fuerte o algo así, Hobi!

No era una buena idea. En definitiva, no lo era, porque eran especies distintas, pertenecían a categorías diferentes, y porque quizás Yoongi estaba sólo jugando con él. Era muy probable que Hobi terminara enamorándose del alfa, y entonces el alfa conocería a un o una omega que fuera de su mismo tipo, ¡y le dejaría!

Hoseok quedaría entonces con el corazón completamente roto, sin tener reparo alguno.

Por eso, Hoseok contestó:

―Está bien.

Hoseok quiso golpearse con la pared.

¡gracias por leer!

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