Capítulo 4

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Al día siguiente, no hay rastro de Louis.

Harry intenta buscarlo entre la multitud de los pasillos del instituto, intenta encontrarlo a la hora libre y e intenta escribirle un mensaje que finalmente no termina enviando.

Sin embargo decide no preocuparse demasiado, suponiendo que Louis había cogido frío ayer y ahora estaría algo enfermo. No le da mucha más importancia.

Pero dos días después, Louis sigue sin aparecer.

—Debe estar escondiéndose del sol, ya sabes. -Taylor dice divertida cuando el viernes se encuentran sentados sobre el césped del enorme patio del instituto.-

Pero Harry se encuentra preocupado y sin saber exactamente que hacer ¿Debería escribirle un mensaje para asegurarse de que todo estaba bien?

Durante los dos últimos días lo había intentado, pero simplemente terminaba borrándolo porque se sentía demasiado intenso.

Incluso cuando aquel viernes soleado Harry llega a casa la cual se encuentra vacía porque su madre estaba trabajando en el hospital de la ciudad, el rizado sigue sin poderse quitar a Louis de la cabeza.

Antes de acompañarlo a casa aquel día había dicho que le había surgido una urgencia ¿Que tan urgente era? ¿Louis estaría bien?

Intenta alejar los pensamientos que tengan que ver con el castaño y distraerse, comenzando a preparar sus galletas favoritas ya que algo que siempre solía tranquilizarlo era preparar postres. Sin embargo, el pensamiento de que hasta el lunes no podría saber nada de Louis no abandona su mente ni por un segundo.

Así que termina de preparar las galletas, hace lo que sabe que no debería. Guarda dentro de un táper las galletas recién preparadas y seguidamente sale de casa.

***

Cuando Harry se encuentra delante de la puerta de la enorme casa de Louis, siente que esto es mucho peor que un simple mensaje. Sin embargo ya estaba ahí, y pensar en cualquier excusa no sería tan difícil.

Sabe que se quedará mucho más tranquilo al comprobar que todo estaba bien.

Así que llenando sus pulmones del aire fresco de principios de octubre, Harry toca a la puerta.

—¿Harry? -Louis pregunta con el ceño fruncido cuando segundos después aparece detrás de la puerta de madera oscura.- ¿Que haces aquí?

El rizado aprieta los labios al verlo, impresionado de verlo vestir algo que no era sus skinny jeans negros y sus sudaderas oscuras. Para su sorpresa, Louis se encontraba vistiendo un suéter rojo y unos pantalones deportivos grises.

—Estaba dando un paseo ¿Sabes? Y bueno, me he acordado de que vivías por aquí. -Sonríe un tanto nervioso- Y he hecho galletas de mantequilla ¿Te gustan? No sabía que tipo de postres te gustaban así que...

Levanta la mirada para afrontar al castaño, quien de nuevo tiene esa media sonrisa en su rostro, y sin quererlo, Harry siente que se derrite.

—¿Llevas casualmente un táper repleto de galletas para pasear? -Pregunta divertido, levantando las cejas suavemente-

Harry ignora los latidos de su corazón.

—Sí, por si me da hambre. -Murmura.-

—¿Y por qué necesitas saber que tipo de postres me gustan, entonces?

Harry frunce el ceño antes de soltar un leve suspiro.

—Cállate y acepta las galletas.

Y entonces, Louis sonríe. Una sonrisa sincera y completa apareciendo en su rostro. Y Harry siente como si el aire se hubiera quedado atascado en sus pulmones, como si el mundo dejara de girar solo por el hecho de que Louis Tomlinson se encontraba sonriendo.

Le estaba sonriendo, Louis Tomlinson le estaba sonriendo.

Y en aquel momento no consigue entender por qué no se encuentra sonriendo todo el tiempo, porque está convencido de que con aquella sonrisa tan bonita podía tener al mundo entero a sus pies.

—Encantado. -Dice, tomando las galletas entre sus manos.-

Harry sonríe satisfecho.

—Llevas varios días sin venir a clase y tampoco quería molestarte con mensajes así que...

—Has venido a ver si estoy bien -Termina la frase por él-

¿Tan obvio estaba siendo? Nota como el calor sube hasta sus mejillas mientras asiente levemente.

—Sí, bueno... También deberíamos  terminar las actividades de francés del otro día.

Louis asiente.

—¿Tienes algo que hacer ahora mismo?

—No -Harry niega con una pequeña sonrisa- ¿Te gusta el café?

Louis no dice nada por unos segundos, simplemente se limita a mirar al rizado antes de finalmente asentir.

—Sí, claro. -Responde-

—Genial, tengo una idea.

***

Una hora después, ambos se encuentran en una de las cafeterías favoritas del rizado. Harry toma en cuenta el hecho de que a Louis no parecen gustarle los sitios concurridos, así que elige la pequeña cafetería que suele estar vacía, donde tan solo algunas personas mayores se encontraba.

—No te lo he dicho antes, pero gracias por venir a verme. -Louis dice entonces, entre dos tazas de café y los apuntes de francés de ambos.-

—No hay de que -Le sonríe- ¿Está todo bien, entonces?

—Esta todo bien

—Me alegro.

Ambos se dedican pequeñas sonrisas antes de volver a los ejercicios.

—Vale lo siguiente es bastante sencillo solo tienes que escribir tu pensamiento sobre cualquier tema -Harry empieza a explicar mientras lee el título del siguiente ejercicio que Louis debía entregar para la semana que viene.- Je pense que...

Levanta la cabeza para encontrarse con los ojos azules de Louis, en busca de su respuesta, pero lo último que espera son las palabras que salen de entre sus labios.

—Je pense que Harry est tres joli. -Dice, mirándolo fijamente a los ojos.-

La respiración del rizado se vuelve irregular mientras su corazón parece volverse completamente loco.

Se pregunta como unas simples palabras en otro idioma pueden hacerle sentir así. Y descubre que escuchar aquellas palabras ser dichas por Louis le hacen sentirse bien, descubre que le gusta la forma en la que su corazón se acelera y le hace sentir ese cosquilleo por todo el cuerpo.

Nunca nadie le había dicho algo así, en sus dieciocho años de vida, nunca nadie se había fijado en él. Y ahora tenía a Louis Tomlinson frente a él, llamándolo bonito en francés.

¿Como debía tomárselo?

—Esa pronunciación esta genial. -Dice con la voz débil, porque no sabe que otra cosa decir, porque esta demasiado nervioso como para decir algo más.-

Y Louis le vuelve a sonreír, mirándolo como si supiera lo que aquellas palabras habían causado en él.

—Gracias, Harry.

Y si por el resto de la tarde siente que su corazón late con fuerza entre las paredes de su pecho, es un secreto que jura guardarse.

***

N/a: Gracias por leer, os recuerdo que podéis seguirme en instagram (larryflowers28)
<3

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