𝕷𝖔𝖈𝖚𝖗𝖆

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El Mañana había llegado, el nuevo día daba su comienzo y Jin tan solo pensaba en libertad. Y en el gran sentimiento que no estaba en ningún libro, aquel sentimiento que creía podría experimentar si lograba salir de ahí.

Jimin no podía estar tranquilo, tenia miedo, mucho miedo por que sabia que después de ese día no habría mas días. Estaba seguro de ello. 

Lamentablemente ambos estaban increíblemente emocionados por un futuro que en realidad no existiría. Ambos eran traicioneros.

Traición, una palabra demasiado grande para que una sola boca la recite. ¿Qué es en realidad la traición?, ¿darle la espalda a algo o alguien?, ¿se considera traición aun cuándo es por amor?. ¿No es acaso tan solo un acto de libertad el que estos dos pequeños ángeles estaban por realizar?.

Entonces... ¿seria un acto de rebeldía o de amor realmente?

Ese día el viento soplaba mas fuerte, todo se sentía denso, era como si el universo supiera lo que estaba a punto de pasar, como si las galaxias aguardaran por la gran pelicula sin secuela pero con el mejor tráiler del mundo.

Si, por que el tráiler fuimos nosotros, nuestra vida, nuestra lenta pero linda caída en el pecado y deseo. En aquel tráiler apareció nuestro primer abrazo y aquella mirada perdida que nos dimos algún día bajo las estrellas. Apareció nuestra primera noche durmiendo abrazados cosa que después se volvió costumbre. Apareció aquella llama, la estelar en el elenco, la culpable de todo, tanto lo bueno como lo malo...

Cuando namjoon despertó jin no estaba por ningún lado, los panes que había dejado una noche antes también lo habían hecho. Tenia demasiadas telas encima cubriendo su cuerpo, le pareció tierna la preocupación de jin por el.

Pero la calidez duro poco, inmediatamente sintió un hueco dentro de el, recordando todo lo que había sucedido anoche, recordando el "nosotros" y lo tentador que se escuchaba si lo decía el pelinegro. Pero también al recordar lo peor;

"El gran día"

Sin divagar mas se levanto, dispuesto a buscar y encontrar a Seokjin, quizás podría pedirle que se quede un poco mas, quizás podría rogarle un poco mas.

En cuanto salió se dio cuenta que el sol no estaba brillando como de costumbre, todo el cielo se encontraba gris, lleno de nubes y con algunas gotas saliendo de ellas sin llegar a ser molesto. 

Apuro el paso, con una mal presentimiento, sentía que era tarde, ¿Pero tarde para que?-sacudió la cabeza intentando pensar claramente- mientras seguía caminando sus nervios crecían a la velocidad que sus pasos aumentaban.

Estaba buscando, lo estaba buscando a el, pero en realidad no sabia que quería encontrar, ¿Qué esperaba de jin esta vez?, ni si quiera tenia un plan b en caso de que sus cálidas palabras y lagrimas sinceras no pudieran detener al pelinegro. No tenia un plan si aquellos ojos lo veían con total indiferencia después de ello.

Poco a poco se acerco a la zona de hierba alta sin si quiera darse cuenta, a lo lejos escucho diversas voces platicando, una de ellas memorizada diario por su cerebro, una de ellas era de su ángel.

Se acerco aun mas silenciosamente, queriendo escuchar la conversación sin que lo descubrieran, al poco tiempo logro distinguir todas las voces que estaban del otro lado. Pero eso tan solo le dio mas miedo.

Aparte de la melodiosa voz de Jimin, a esta se le adjuntaba una mas, una que le hizo darse cuenta que ya no habría vuelta tras.

-Hablare con jeon y taehyung, se unirán sin pensarlo dos veces, pero ya no habrá vuelta atrás, están conscientes de ello ¿cierto?- Pregunto aquella voz que le hacia temblar: Min, min era quien se uniría a tal acto, un acto que con el de cabecilla no seria para nada pacifico.

-Lo sabemos cariño, y ninguno se echara para atrás ¿cierto jin?- hablo un seguro rubio con una voz un poco mas grave de lo normal.

-Si, lo haremos... ya es momento...- al castaño le sorprendió lo desanimado que sonaba hablando de algo que hace meses no le dejaba dormir, ¿acaso eso era duda?

Duda, el gran amigo del miedo, mejores amigos por mucho, mucho tiempo, ambos se complementaban a la perfección, se entendían sin hablarse, si tocarse. Tan solo bastaba con un mínimo ruido o una mirada rápida para entender lo que el otro sentía.

Duda siempre fue muy tímido, no solía hablar ni preguntar nada, todo lo pensaba mil y un veces antes de decirlo para al final no decir nada, sin embargo miedo intento ser mas seguro por el, intento dejar de temer y ayudarlo a dejar de dudar. Intento que los días de ambos fueran menos grises.

Lamentablemente miedo se desgasto, se dejo perder en aquellos ojos de duda, y dio todo de el para que duda fuera libre de si mismo; Miedo se volvió terror.

No salía de casa, no abría las ventanas, no le gustaba despertar ni ponerse de pie, todo había empeorado para el, Aunque dentro, muy en el fondo de su corazón aun había felicidad. Sentía felicidad cada vez que duda le visitaba y le contaba todo lo que había hecho en el día, todo lo que había preguntado y descubierto, todo lo que había decidido.

Duda había dejado de dudar, y empezó a ser confianza...

Pero cada que el se marchaba terror se perdía en sus propios pensamientos y el brillo de sus ojos se perdía con los segundos de su ausencia. Había perdido todo por duda y aun así la seguía queriendo, aun cuando duda había empezado a olvidarse de el.

Un día volvieron a tocar su puerta, no esperaba a nadie... duda ya no le visitaba hace meses, y no tenia amigos ya que se la pasaba solo, solo consigo mismo.

Sus ojos se abrieron como plato cuando en la puerta aguardaba confianza, con una sonrisa de oreja a oreja, con un brillo mayor que el de hace tiempo.

-¿Que haces aquí?, pensé que te habías olvidado de mi- bajo la mirada por pena al demostrar lo importante que confianza seguía siendo par el.

-Vine por ti, es hora de que salgas terror, no es sano que sigas aquí- dijo adentrándose sin esperar autorización del contrario. Le tomo de la mano y lo jalo hacia fuera.

Este casi cae por la fuerza con la que fue jalado al exterior y por lo desprevenido que estaba, en cuanto estuvo afuera el sol le golpeo en la cara haciendo que cerrara los ojos por inercia, la brisa le despeino un poco el cabello y las rosas y su aroma se impregnaron en su gran sudadera.

Pero no sentía terror, ya no se sentía con miedo nunca mas, aquel vacío en su interior se había llenado repentinamente. Una pequeña descarga le recorrió el cuerpo haciendo que volteara a ver su mano, la misma mano que confianza sostenía.

-Solo te hacia falta un poco de confianza, terror, solo te faltaba yo- menciono el chico mirándole con cariño, y tomando aun mas fuerte de su mano.

-Gracias por volver- dijo terror apunto de llorar- gracias por estar aquí confianza.

Confianza no respondió y tan solo le jalo corriendo detrás de las mariposas que se habían acercado a ellos, ambos reían y se sonreían mutuamente mientras daban pequeños saltos en el aire bailando con las mariposas de colores que se posaban debes en cuando en sus rostros.

De pronto terror se acercó a confianza, tomándole de la cintura dispuesto a romper la distancia entre ambos, se tomo su tiempo para ver sus lindas pestañas y aquellas cejas bien peinadas. Detallo sus labios y aquel lunar en la comisura de los mismos y sin mas se dispuso a besarlo.

Y fue ahí donde terror se convirtió en tranquilidad, mientras las mariposas danzaban a su alrededor y el sol alumbraba aquel acto de valentía. Fue ahí donde pudo ser libre...


Namjoon continuaba atento a la conversación esperando algo mas, quizás una mínima señal de arrepentimiento, cuando escucho que ya Nadie se disponía a hablar, dio un paso dispuesto a acercarse pero una de las voces le hizo retroceder de nuevo.

-Jin...-Volvió a hablar Min- Para ganar hay que perder, Lo sabes ¿no?- pregunto con un tono de voz compasivo.

-Lo se, lo se min.

-Bien, se que lo sabes seokjin..., pero- hizo una larga pausa para poder continuar- pero, ¿Qué estas dispuesto a perder jin?

El castaño sintió un vuelco en el corazon, se sintió culpable de todo por un momento, aun cuando no tenia razones para estarlo. Ninguno de los ángeles del otro lado hablo después de un rato de aquella pregunta, quizás la respuesta era muy complicada como para decirla tan rápido o podría ser que tan solo jin tuviera miedo a responderla.

Hasta que el silencio se corto, siendo el pelinegro quien hablara esta vez.

-Todo, estoy dispuesto a perder mi todo- el castaño se asomo viendo como este derramaba una lagrima mientras veía a min a los ojos- Estoy dispuesto a perderlo a el, a el y a esa maldita sonrisa con hoyuelos que me hace sentir mariposas- concluyo, dándose así mismo el permiso de llorar.

Y el castaño se rompió, a sabiendas de que el pelinegro lo haría todo por el pero no podría pagarle con la misma moneda. 

- Estas loco seokjin, todos nosotros estamos locos... Toda esta mierda será una locura- le abrazo con delicadeza- pero tranquilo, pronto todos lo estaremos.

Y si,  locura era la palabra adecuada para describir aquel acto, era algo sin bases pero con propósito, algo sin bases pero con motivo.

Y ese motivo tenia mi nombre y apellido.

Kim namjoon... la razón de su locura.

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