Capítulo 18

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Casi media hora después habíamos terminado de aplicarle los primeros auxilios, ciertamente los que eran como Byul sanaban rápidamente, pero igual era prudente hacer los primeros auxilios, así se evitaba una infección cuando la herida sanará. Por suerte, dio tiempo para aplicar la limpieza de la herida para cuando comenzó a sanar, y a pesar de que sabía que el vendaje era innecesario le insistí que lo usará al menos el día de hoy, por la nieve a nuestros alrededores, la herida podía demorarse en sanar, y por sí o por no, era mejor tenerla vendada.

—Ya está— dije terminando de colocar la venda para alejarme y ella ponerse de pie conmigo —Ahora es muy necesario que no te andes metiendo más en peleas así—pedí y la miré con los ojos entrecerrados y ella rascó su cabeza nerviosa.

—Ok, ok, te prometo que no volveré a hacer algo así, bueno, siempre y cuando nadie se atreva a volver a decir que eres mi mascota—dijo aquello viéndose algo irritada y me demoré un poco en reaccionar a sus palabras.

¿El tal Ravn le había estado diciendo que yo era mascota de Byul?

—Él no tenía que haber dicho algo así, y como alguien más se atreva a decir algo como eso otra vez le romperé la cara —aquello lo dijo tan segura de sí, sin siquiera pestañear que hizo que mi corazón se detuviera un segundo para luego palpitar con energía.

—Torpe— dije dándole un golpe en el brazo algo avergonzada.

—Ey ¿por qué me pegas? —dijo sobando la zona en la que la golpee —No vez que soy tu paciente ahora, que estoy lasti...—interrumpí lo que dijo cuándo puse mis manos en su rostro y apreté hacia adelante haciendo que sus labios se echaran hacia mí pareciéndose un pato.

—No digas más mujer—dije y le di un pequeño y corto beso de menos de segundos segundos —No digas nada porque tendré que castigarte por rebelde—. Dije eso último para soltar el agarre levemente y abrazarla por el cuello mientras que la besaba lentamente. No había apuro en el beso, solo quería mostrarle mi cariño por ella.

Sin mucho que esperar se abrazó de mi cintura para unir más nuestros cuerpos permitiéndome sentir su calor corporal. Temí por un momento lastimarle la herida, luego recordé que ya debe de estar sanando rápidamente así que no le di gran importancia y más sintiendo como ella me atraía hacia a su cuerpo.

Sus manos recorrían en caricias desde mis brazos hasta bajar o subir por mi cintura en lo que el beso hacía que subiera el calor y la necesidad de seguir besándonos. Era la primera vez que sentía algo así, el querer más y más de la persona frente a mí, querer conocer su cuerpo más allá de lo que veía cuando bajaba su transformación. Recordé mis palabras de antes «Venga, no muerdo» ohhh, sí que deseo morderla.

—Te quiero mucho Yongsun, demasiado—dijo ella entre besos, y con su respiración agitada.

Sentí mi cuerpo enloquecer por ella, sentía que la quería tanto o más de lo que ella a mí, por lo que como ella, sentí la necesidad de decirle —Te quiero Moonbyul, mi Byul.

Correspondía sus caricias y besos con la misma intensidad que ella me los brindaba, quería que sintiera mi necesidad por ella. Tantos años de amistad, tantos de sentir esa inmensa felicidad que solo ella me hacía vivir, y ahora más que felicidad sentía la llama en mí, esa llama que me decía como estaba de enamorada de Byul, como crecía entre caricias, entre pequeñas risas cómplices cuando una le mordía el labio a la otra.

—Quiero llevarte a un lugar—dijo sin detenerse mucho en el beso —Pero debemos ir pronto porque está atardeciendo—dijo para luego atrapar mi labio inferior y chuparlo con los suyos, y luego de una traviesa mordida a él, lo libero para hablar —venga.

[...]

—A dónde vamos? —pregunté y la verdad es que era la tercera vez que lo hacía desde que habíamos salido de la aldea.

Habíamos caminado un poco lejos, Byul iba conmigo en su forma humana y así disfrutábamos de la caminata tomadas de manos. Algo que me gustaba y mucho, más cuando ella levantaba la mía y la besaba casualmente.

—No seas impaciente Yong, ya llegamos—dijo para subir a una gran loma de roca que había en nuestro camino —Ven, te ayudo—. Dijo estirando su mano para ayudarme a subir.

Con cuidado subí tomando su mano y observé impresionada lo que me mostraba. Se trataba de un río que, aunque no estaba congelado, todo a su alrededor estaba cubierto de nieve. A lo lejos se veían las montañas agrupadas, y el sol ocultándose tras ella con el atardecer, haciendo que el cielo a sus alrededores se viera desde un intenso naranja hasta uno más leve conforme más lejos estuviese.

—¿Acá veníamos? —había preguntado aquello sin dejar de mirar hacía el paisaje, olvidando totalmente que todo lo que sube tiene que bajar.

Debido a la nieve y por no mirar hacia abajo pise en mal lugar y resbalé cayendo de trasero en el suelo, que por suerte no estaba tan lejos.

—Yong, ¿estás bien? —preguntó Byul dejándose caer a mi lado y agachándose a darme la mano para ayudarme a ponerme de pie.

—Si estoy bien descuida, solo que soy torpe—dije riendo de mi propia desgracia y sacudiéndome el trasero.

Al levantar la vista pude atrapar a Byul mirando mis manos mientras que me sacudía mi retaguardia y sin aviso con el dedo índice señalé sus ojos sorprendiéndola.

—Mis ojos están acá arriba señorita— dije para direccionar de sus ojos a los míos con toda la seriedad que pude fingir.

En cuestión de segundos ambas sin poder aguantar más comenzamos a reír — Ven, acerquémonos al río, los peces a esta hora andan activos y a veces saltan fuera—. Dijo y como todo un caballero me extendió su mano —My lady—. Dijo haciendo una exagerada reverencia y no pude evitar reír mientras que le tomaba la mano para encaminarnos hacia donde ella decía.

En unos minutos sentimos tanta paz, el lugar era a pesar de la gran cantidad de blanco debido a la nieve, era hermoso. Además de que la grata compañía lo mejoraba aún más.

Nos perdimos un rato en aquel lugar observando a nuestros alrededores hasta que nuestras miradas se cruzaron y nos quedamos viéndonos a los ojos tomadas de las manos, estaba ya tan enamorada de esta mujer.

Por estar mirándola no me percate de la presencia que se acercaba a nosotras hasta que estuvo justo a nuestro lado.

No pude evitar pegar un grito al ver a ese enorme lobo negro tan cerca y a punto de atacar, pero gracias a los rápidos reflejos de Moonbyul ella tiró de mi abrazándome y dando dos vueltas para alejarnos del ataque.

—Mantente detrás de mí.

—Si— a lo dicho echo.

Me moví hacia detrás de ella —Es una de nosotros, pero tal vez no lo sepa y por eso nos ataca, tal vez piense que somos cazadores— el gran lobo se giró en nuestra dirección parecía que atacaría, aunque pude percatarme de que estaba herido ya que la blanca nieve se teñía de rojo con su sangre goteando.

— Me transformaré para que vea que somos de los suyos, si no funciona, quiero que corras hacia los árboles y te alejes lo suficiente, ¿está bien? —indicó y aunque quisiera discrepar sabía que no era el momento —Está bien.

Como dijo que haría Byul sin preocupación de su ropa se transformó tomando por sorpresa al lobo negro, el cual era solo un poco más grande que ella.

Sorprendida la loba retrocedió unos pasos tambaleándose, al parecer la pérdida de sangre la debilitaba, y debía ser grande su herida para estar así y no curarse rápidamente. Como por un momento pensé que pasaría, la loba cayó sobre sus patas traseras sentándose en el acto para luego su cabeza caer hacia un lado al parecer perdiendo la conciencia por la pérdida de sangre.

Moonbyul se acercó a ella, quien comenzaba su transformación de vuelta, siendo efectivamente una mujer por la forma de su cuerpo. Camine hacia ella y mis ojos se abrieron muy impresionada por quien veía.

—¡Yonghee! —exclamé para acercarme aún más y agacharme a examinar la herida y viendo que no estuviera más lastimada.

Sentí como Byul me empujaba el hombro con su cabeza, supuse que deseaba saber si conocía a esta chica, y sí, sí que lo hacía, o al menos eso pensaba hace años.

—Ella es Kim Yonghee, mi prima— dije preocupada quitándome el abrigo que llevaba para cubrirla del frío.

Nunca en mi vida pensé vivir una experiencia así, mi prima, mi sangre, era de la especie de Moonbyul.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro