Capítulo 5

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—No imaginas que tanto yo a ti— dijo y ambas se separaron del abrazo para quedarse viendo a los ojos.

Desde hacía meses era evidente para las menores que había algo más ahí, algo que ninguna de las mayores se arriesgaría a admitir.

Yongsun a pesar de los años que ha compartido con Byul aún seguía teniendo un temor muy dentro de ella. No podía evitar recordar el cuento de "La caperucita roja" que su abuela le contó, ese donde luego de que el lobo le dijese que la ama, acabó con su vida.

Por parte de Byul su miedo era que huyera, después de todo era un licántropo, cierto que era su amiga, pero que tanto comprendería sus sentimientos y si acaso los correspondería.

Con una tos fingida —Perdón que las interrumpa — intervino Wheein sacándolas de su burbuja — pero, si quieren nos vamos—. Sonrió pícaramente, tanto ella como Hyejin llevaban meses presenciando la tensión romántica entre ambas chicas.

—No, no— dijo Yongsun negando rápidamente, nerviosa — Venga debemos ponernos al día—. Dijo enganchándose de sus dos amigas siendo ella quien las miraba con curiosidad ahora.

—Entonces— sonrió ahora ella — ¿están juntas? — esto causó que Byul fuese quien se riera como lo había hecho Wheein antes, quien de hecho, enrojeció sin poder evitarlo y Hyejin casi se atora con su propia saliva.

Se habían delatado totalmente.

—¿Sí? — exclamó emocionada Yongsun posicionándose al lado de Byul para ver de frente a sus rojas amigas — ¿es cierto?

Wheein asintió con su cabeza al igual que Hyejin y lo que fue más tierno aun fue que mientras que lo hacían se tomaban de las manos nerviosas.

—¡Oh por dios! ¡oh por dios! — chillaba Yongsun brincando emocionada —¡felicidades chicas! — dijo abrazándolas con cariño.

Yongsun en serio las quería y si eran felices y más entre ellas, ella también era feliz.

Pasaron las siguientes horas poniéndose al día, o casi ya la noche. Yongsun les contaba cómo le iba en su último año de preparatoria y como había estado evitando a un montón de chicos que se le proponían, causando risillas en Wheein quien lo hacía al ver la expresión de Moonbyul.

El tema caliente fue cuando le contaron a Yongsun como fue que Hyejin le pidió a Wheein ser novias, ellas eran geniales, y su historia era hermosa, hacía desear tener un amor como ese y mientras que lo deseaba inconscientemente miraba a Moonbyul, reprendiéndose ella misma al darse cuenta de cómo pensaba.

[...]

—Gracias por acompañarme— dijo Yongsun al soltar la mano de Byul, para ellas era normal caminar tomadas de la mano, hubiese ido sobre Byul transformada, pero considerando que llevaban mucho tiempo sin verse querían tener tiempo a solas, hablando mientras que caminaban.

Ya estaban en el límite al que se le permitía a Byul acercarse al territorio de la señora Kim, Yongsun no sabía el por qué, pero no quería obligarla a que le dijera.

—Entonces...— dijo nerviosa Moonbyul tocándose la nuca.

—¿Qué sucede? — preguntó Solar tomándole ambas manos para que no se rascara más como un perro, que a pesar de que le daba gracia era tonto verla así.

—Verás... ¿recuerdas la cascada de la que siempre te he hablado? — preguntó mirándola a los ojos.

—Te refieres al lugar que siempre me has descrito pero que no puedo ir porque está en la zona donde tu clan se establece— dijo emocionándose.

—Si...

—...

—Pues mañana es tu cumpleaños y...

—¿Y?

—Mañana mi clan debe ir a cazar a la zona norte, ellos irán a celebrar caza debido a la Luna Azul que habrá— dijo sin poder contener la sonrisa.

—¿Entonces?

—Pues como estarán lejos...pensé...qué tal vez...querías ir conmigo allí mañana y celebramos juntas tu cumpleaños— Yongsun se sentía muy emocionada y la sonrisa en su rostro era lo que lo evidenciaba.

—¿Una cita? — preguntó Yongsun inconsciente enrojeciendo luego de unos segundos.

—Um...oh...ah, pues, yeah si...si quieres, una cita, ¿quieres tener una cita para mmm, celebrar tu cumpleaños mañana? — preguntó mirándola con más decisión que antes, haciendo latir como tonto el corazón de Yongsun, pero debía calmarse para responderle.

—Claro que me encantaría Byulie— dijo y se acercó a ella para depositarle un beso en su mejilla que se prolongó unos segundos cerrando ambas sus ojos y separándose lentamente sin dejar de mirarse.

—Hasta mañana, duerme bien— fue lo último que dijo para alejarse de ella emocionada, pero intentando caminar lo más natural posible.

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